viernes, 27 de noviembre de 2015

YHVH es lento para la ira, grande en paciencia. Pero no tendrá por inocente al culpable. Ante Su presencia se pone de pie la tierra, El mundo y todos los que en él habitan.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6







Libro de Nahúm - Antiguo Testamento
NAHÚM
INTRODUCCIÓN

TRASFONDO HISTÓRICO
Nahúm vivió durante el siglo VII a. de J.C., una época caracterizada por la violencia. Profetizó entre la caída de Tebas (663 a. de J.C.) y la de Nínive (612 a. de J.C.). Se puede llegar a esta conclusión porque menciona la caída de Tebas como algo consumado, y esto sucedió en el 663 a. de J.C. 

Menciona también a Nínive antes de ser conquistada (pensamos que el mensaje es predictivo), lo que ocurrió en el año 612 a. de J.C. Se puede aventurar más diciendo que 1:15 nos recuerda las reformas de Josías, realizadas en el 621 a. de J.C. (2 Rey. 22; 23), que parece estaban frescas en la memoria del profeta. Quizá podemos ubicar el libro entre el 621 y 612 a. de J.C.

Nínive, capital del imperio asirio, era una ciudad pomposa y comercial. Asiria fue, sin duda, el imperio más cruel e implacable del mundo antiguo, y su caída provocó alegría y esperanza en Judá, puesto que esta nación, al igual que muchas otras, había sufrido los estragos de la crueldad asiria. No obstante su alegría y su esperanza duraron poco pues Josías cayó en Meguido ante el faraón Necao (609 a. de J.C.). Además cuando Nabucodonosor dominó al Occidente en Karkemis (605 a. de J.C.) atacó posteriormente a Jerusalén (587 a. de J.C.).

Se sabe que a finales del siglo VII a. de J.C. hubo varias alianzas que, con el apoyo de los egipcios y los babilonios, destruyeron el poder geopolítico alcanzado por los asirios.

Durante el reinado de Manasés, los emperadores asirios derrotaron a Egipto tomando la ciudad de Tebas, en el Alto Egipto. Este hecho fue recordado por Nahúm en su mensaje (Nahúm 3:8), lo que puede indicar el carácter retributivo de la destrucción de Asiria, pues ahora era Nínive la que padecería lo que ya había sufrido Tebas.

La política que caracterizó a los emperadores asirios de la época respecto a las colonias era la de obligarlos a proporcionarles piedra y madera necesarias para la construcción de sus palacios en Nínive, o en otros casos obligaban a los reyes sometidos a proveer barcos y tropas para las expediciones guerreras que tenían por objetivo conquistar otros pueblos y su consiguiente sometimiento y opresión.

Desde el año 623 a. de J.C. Babilonia se disponía para atacar a Asiria en su propio territorio; parece ser que la agudización de la crisis provocó que en menos de viente años el imperio dejara de existir.

El punto culminante de la destrucción de Asiria ocurrió en el año 612 a. de J.C. cuando Nínive cayó ante las fuerzas combinadas de los medos y los babilonios. Este hecho, junto a los efectos de las reformas de Josías, levantó un ambiente de optimismo y esperanza en Judá; quizá por esa razón Nahúm no haga referencia al pecado del pueblo de Dios sino al juicio de Jehovah sobre sus opresores, tal como ocurrió en Egipto. 

Con la muerte del emperador Asurbanipal, quien había destruido Tebas en el 661 a. de J.C., ocurrieron desórdenes en Asiria y Babilonia que dieron como resultado una lucha interna por la sucesión en el poder lo cual, a su vez, hizo imposible la estabilidad del imperio asirio.

El reinado de Josías, en Judá, significó una nueva manera de afrontar la dominación de los asirios, pues se creía que solo la intervención de Dios haría justicia y provocaría la caída del imperio.

Hay coincidencia entre el movimiento independentista de Judá promovido por Josías (633–632 a. de J.C.), junto con un llamado a someterse a Jehovah y a apartarse de la idolatría por parte de los profetas.

Con Josías hubo un rechazo a los dioses de los amos asirios (633 a. de J.C.) Luego se destruyeron los altares y las imágenes de los ídolos, no solo en Judá sino en Galilea e Israel (629–628 a. de J.C.).

En esta época se respiraba el albor de una nueva época. Para Jeremías y Sofonías, profetas contemporáneos de Nahúm, la quiebra del orden imperial de Asiria significaba la proximidad del día del Señor. Este hecho hace más comprensible aun la alegría implícita en el mensaje de Nahúm por la caída de Nínive.

EL AUTOR Y EL LIBRO
El nombre Nahúm posiblemente significa consolación, confortación o alivio y proviene de una voz hebra que significa “Jehovah ha consolado”. Este significado va muy bien con el anuncio de Nahúm, que es un poema de alegría por la acción de Dios sobre Asiria.

No se sabe mucho del profeta, solamente que es de Elcós. En el AT solo se lo menciona en Nahúm 1:1, y posiblemente en el NT en Lucas 3:25. Nunca se lo llama “profeta”, pero el libro siempre ha aparecido entre los libros proféticos; lit. el libro habla de un “oráculo” (masa, RVA profecía) y de una visión (jazon). No ha sido posible la identificación cierta de la ciudad de Elcós. 

Hay varias teorías: 
1) Se la ha identificado con varias ciudades como Alcús, al este del Tigris, en donde se dice que está la tumba de Nahúm, según una tradición de la Edad Media. Parece que se atribuyó a una ciudad ya existente el nombre del profeta. 
2) Jerónimo afirmó que la ciudad estaba ubicada en Galilea, la actual Elcesei, pero la única prueba es la semejanza del nombre. 
3) Otros ubican a Elcós en Capernaúm (que significa literalmente “aldea de Nahúm”), pero igualmente no hay muchas pruebas para sustentar esta teoría, igual que las otras.

Nahúm es contemporáneo de Jeremías, Sofonías y Habacuc; por esa razón sería importante estudiar paralelamente sus escritos. Por su parte Nahúm es un poeta que utiliza un estilo de gran fuerza y de vocabulario muy vivaz. El libro es una poesía hebrea (esta estructura poética se intenta darla en traducciones como DHH, NVI o RVR-1995) que una un lenguaje con sonidos que hacen vivir el relato, en el idioma original. 

Una sección que ha sido fuertemente debatida es Nahúm 1:2–8, en donde se ha encontrado un acróstico con la mitad del alfabeto hebreo. Esto se ha prestado a grandes discusiones en cuanto a la unidad del libro, pero la conclusión mayormente aceptada es que el libro tiene una unidad férrea. La unidad lingüística entre esta sección y el resto del libro es evidente. La estructura del libro también ha servido para pensar que posiblemente fue elaborado para ser usado dentro de la liturgia de una gran fiesta nacional.

El texto hebreo tiene algunos pasajes difíciles de leer, y varios hapax legómena que se han presentado para varias posibilidades de traducción e interpretación.

El tema del libro es uno solo: destrucción de Nínive. Nos muestra la expresión de gozo por la caída de Asiria, una nación violadora de todo tipo de derechos humanos. El mensaje profético se convierte en un canto de esperanza en el que la justicia divina no dará por inocente al culpable (Nahúm 1:3). Nahúm enseña que los reinos no pueden durar basados en el fraude y la violencia ya que Dios a su tiempo castiga la injusticia, la opresión y la idolatría.

El mensaje de Nahúm es claro sin lugar a dudas, Nínive será destruida; ya no hay oportunidad (comp. Jon.); se ha desbordado la ira de Jehovah (Nahúm 1:2) y ese hecho resultará en alivio para Judá de su yugo opresor (Nahúm1:13).

La ira, el celo y la venganza de Dios son atributos divinos, que son a su vez expresiones de la santidad. No se los puede entender como reacciones descontroladas de Dios frente al pecado del hombre. El ser humano, que es idólatra, experimenta el celo de Dios, quien exige dedicación única. La ira y la venganza caerá sobre el que no sigue a Dios. Estos tres atributos pueden tener una expresión en la eternidad y/o “ahora”, como en el caso de Nínive.

La denuncia del pecado de Nínive es específica, consta de dos aspectos: 
1) El cruel poder militar desarrollado por el imperio mediante el cual conquistó y sometió a un buen número de pueblos de la llanura occidental entre los cuales estaba Judá. 
2) El comercio inescrupuloso en el que la honestidad estaba de lado porque lo más importante era la adquisición de riquezas.

El libro ha sido criticado por algunos que lo consideran como un “falso profeta”, pues no condena el pecado que sin duda tenía Judá/Israel. Nahúm no habla sobre el pecado de Judá; esto no quiere decir que Dios lo ignore, lo que ocurre es que el momento de optimismo hace mirar hacia el hecho de la intervención divina en el escenario internacional en el que la hegemonía Asiria no podía pasar inadvertida. Es un libro que hace sobresalir al Dios que es dueño de la historia y soberano sobre todas las naciones.

BOSQUEJO DE NAHÚM
     I.     LA VENGANZA COMO ATRIBUTO DEL DIOS DE LA VIDA, 1:1-8
1.     El profeta y su misión, 1:1
2.     El Dios de la vida es poderoso para defenderla, 1:2-8
     II.     LA VENGANZA DE DIOS COMO SEÑAL DE LIBERACIÓN, 1:9-14
     III.     LA VENGANZA DE DIOS COMO SEÑAL DE SU FIDELIDAD, 1:15—2:12
1.     La liberación ha llegado, 1:15
2.     La destrucción de Nínive, 2:1-12
     IV.     LA VENGANZA DE DIOS COMO SEÑAL DE SU SEÑORÍO, 2:13—3:19
1.     La humillación de Nínive, 2:13—3:7
2.     Nínive caerá como Tebas, 3:8-11
3.     El fin de Nínive, 3:12-19
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