viernes, 1 de julio de 2011

Investigación Teologica: Metodología de la Investigación aplicada a las Ciencia Teológicas


Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 48Págs | Idioma: Spanish |Categoría: Metodología de la Investigación
Información

Capítulo 1: Introducción a la Investigación      5

Capítulo 2: Los Referentes Iniciales o Introducción     9

Capítulo 3: Marco Teórico        15

Capítulo 4: Marco Metodológico       18

Capítulo 5: Técnicas de Recolección de Datos     23

Capítulo 6: Análisis de los Datos y Conclusiones     28

Capítulo 7: El Reporte de Investigación y Otras Aplicaciones de la Investigación 35

Apéndice 1: Ética e Investigación       37
  
Lista de Referencias         42

Guía de Estudio         43

Según Barrantes el origen del término “investigación” proviene del latín “investigatio”, que significa “seguir un rastro”
Por otro lado, cuando consultamos la palabra investigar en el Diccionario de la Real Academia Española, esta nos da una serie de acepciones, entre ellas rescato las dos primeras: 
  1. Hacer diligencias para descubrir algo. 
  2. Realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia. 
Las dos definiciones nos ayudan a entender lo que se percibe como investigación. Las dos hablan de un procedimiento “hacer diligencias” y “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático”; y las dos nos hablan de un propósito “descubrir algo”, y “aumentar  los conocimientos sobre una determinada materia”.
La investigación entonces implica un procedimiento, una estrategia a seguir, una serie de pasos que deben realizarse en forma sistemática, con el fin de conocer de una mejor manera un determinado fenómeno o área de conocimientos.
 
 Entre otras definiciones de investigación tenemos las siguientes:   “Realizar acciones que conduzcan al descubrimiento  o conocimiento de una cosa”
“Un proceso sistemático, formal, inteligente y controlado que busca la verdad por medio del método científico y que nace de un sentimiento de insatisfacción, ya sea vital o intelectual, cuyo producto es el conocimiento científico”
 
Hay muchos tipos de investigación. Existen las investigaciones bibliográficas que buscan investigar un tema solamente en los libros, investigaciones de laboratorio, que buscan reproducir experimentos en un ambiente controlado, investigaciones de campo, y muchas otras. En este escrito desarrollaremos lo que llamamos “investigación de campo” es decir, “estudios que se realizan en situaciones naturales y que permiten con mayor libertad generalizar los resultados a situaciones afines”

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Consejería Bíblica Para Todos: Un Curso de Preparación Ministerial


Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 73 Págs | Idioma: Spanish | Categoría: Consejería Bíblica - Curso Académico
Información
Introducción       5
Capítulo 1: Principios bíblicos en el aconsejar   6
Capítulo 2: Consejería y los problemas humanos   17
Capítulo 3: La Biblia ante la psicología    22
Capítulo 4: Características, habilidades y técnicas en la consejería 30
Capítulo 5: Fases de la consejería     41
Capítulo 6: Consideraciones para aconsejar en diversos contextos 47
Capítulo 7: Consejería, emociones y sentimientos   52
Conclusión       55
Lista de referencias      56
Apéndice 1: Formulario de información básica familiar  58
Apéndice 2: Hoja de Atención en Consejería   60
Apéndice 3: Estudios de Caso     61
Guía de estudio       63

El presente curso aborda la temática de la consejería bíblica y cristiana dando prioridad fundamental a la Palabra de Dios, reconociendo que este es un ministerio que debe ser desarrollado por toda la iglesia, algo que se comprueba más adelante en las páginas del curso. 
Por otro lado, hago notar que la consejería es un ministerio que es parte del hacer discípulos, es decir, es parte de la missio dei. Por medio de la consejería estamos discipulando en forma individual a los creyentes para que estos puedan aplicar las Escrituras en los problemas que les surgen en el diario vivir. 
Así que este manual es útil para todos los que trabajan en el ministerio, pastores, evangelistas, misioneros, pastores de jóvenes, maestros de escuela dominical, líderes de ministerios (damas, varones, niños, jóvenes, matrimonios jóvenes, etc.), profesores guías, maestros, consejeros y demás personal de escuelas cristianas. En general, para toda la iglesia. Así como la Gran Comisión de hacer discípulos es un llamado para toda la congregación, las labores de aconsejamiento es un llamado que ningún creyente puede eludir.
 Los términos consejería y aconsejamiento no pertenecen al español según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), por lo menos no en la connotación que nosotros les damos. Estos vocablos más bien son una traducción de la jerga evangélica de la palabra inglesa counseling, una palabra que describe una de las funciones más importantes del ministerio pastoral y de todos los miembros de una iglesia. 
 Con la expresión “consejería bíblica” me refiero a aquella que tiene como fundamento las Sagradas Escrituras. Con esto quiero decir que la Biblia es la que define las motivaciones, los objetivos y las estrategias de la consejería.
Son las Escrituras las que nos dan el fundamento teórico para la práctica de aconsejar. 
Con esto me refiero no solamente a  la parte espiritual sino todas las partes del ser humano porque somos seres integrales. A veces creemos que como cristianos podemos aconsejar sólo en el campo de las cosas espirituales, pero según la Escritura todas las cosas son espirituales, todas están interrelacionadas. Un problema de ira es espiritual, un problema matrimonial es espiritual, etc. La Biblia es suficiente para cambiar vidas, no solo los problemas "espirituales" (Salmo 119). 
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miércoles, 29 de junio de 2011

Dios: Una Breve Historia del Eterno - Interesante Estudio Para Pastores y Obreros Cristianos



Historia del Eterno - Interesante Estudio Para Pastores y Obreros Cristianos
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 14MB | Idioma: Spanish | Categoría: Teología -   Interpretación   
                    
Información
 Prólogo 11
Introducción:
Contra el Ateísmo Chapucero y la Fe Santurrona 13
 
1. Música y arte: Elton John y la Venus desnuda 17
  1. Ser o no ser 17
  2. Un montón de piedras une a la humanidad 18 
  3. Los hechos desnudos y el disfrute de la vida antes de la muerte 21
2. La psicología y Dios: un hombrecillo en el oído 26
  1. El parricidio de Sigmund Freud 26
  2. Lo que C.G. Jung y Viktor Frankl tienen en común con una estrella del porno 30
  3. Dios y un ramo de flores 33
3. La pregunta: expediciones por el arroyo de fuego (Feuerbach) 39
  1. La prueba de la tarta de nata 40
  2. Reiterados problemas con el Altísimo 43
  3. Una pregunta a vida o muerte 53
4. El Dios de los ateos: una protesta a lo grande 56
  1. Pienso lo que quiero 56
  2. Una comunidad de inquilinos se jubila 59
  3. Una religión celebra el ateísmo 60   
  4. La fiesta con champán, arruinada 63
  5. La placentera venganza del humilde cura 66
  6. El hijo de un pastor protestante asesina a Dios 71
  7. El «más grave accidente previsible» en el templo de la nada 76
5. El Dios de los niños: de la felicidad como estado natural 81
  1. ¿Cómo de real es la realidad? 81
  2. La pezuña en la oreja 86
  3. Un caso para talar y el camino hacia la felicidad ... . 93
  4. El Dios de maestros y profesores:
6. conspiración en el sótano-bar 96
  1. Jugar a los indios con consecuencias letales 99
  2. La verdad bajo la higuera 102
  3. Una anciana testaruda hace un pacto con el diablo . 108
7. El Dios de los científicos: Galileo, Darwin, Einstein y la verdad 114
  1. Una religión inventa la ciencia 115
  2. El mayor golpe mediático de todos los tiempos 121
  3. Darwin cierra un taller de alfarería 127
  4. La catástrofe de una imagen del mundo 133
  5. Milagro, ilusión y realidad 138
  6. El error de Stephen Hawking y las pequeñas imágenes en color del cerebro 144
8. El Dios de los filósofos: la gran batalla de la razón pura 149
  1. Disputa entre santos: las pruebas de la existencia de Dios 150
  2. Proceso sumario contra un pobre desdichado 157
  3. Filosofar en la niebla: un soltero perspicaz 165
  4. Viaje aterrador por el túnel 174     
9. El Dios de Abrahán, Isaac y Jacob: el misterio en el dobladillo del abrigo 179
  1. El misterio de una bella mujer 179
  2. Una salvífica tentativa de asesinato 182
  3. La más prolongada historia de amor de todos los tiempos 189
  4. Un soberano inquietante 193
10. La respuesta: un acontecimiento apasionante 198
  1. La sorpresa 198
  2. Tumulto entre carniceros y panaderos 206
  3. Una pocilga envejece 216
  4. La sonrisa de los ángeles 225
11. The day after: los valores, la verdad y la felicidad 232
  1. Soluciones inesperadas 232
  2. Karl Valentín y la mística 237
  3. Cómo poner coto a los atracos a bancos 242
12. Dios y la psicología: puntos de contacto 246
  1. Un psiquiatra inquietante 246
  2. Una ballena indispuesta 254
  3. Un león tímido 260
13. Arte y música: la sensualidad de la verdad 268
  1. La belleza salvará el mundo 268
  2. Un rostro misterioso 273
  3. En qué ocupan los ángeles su tiempo libre 277
Epílogo 283
 
TODO el mundo opina cargado de razón sobre la cuestión de los valores, sobre las virtudes, sobre la lucha de culturas e incluso sobre el problema de Dios. Pero casi nadie coge esta última cuestión por los cuernos e intenta darle una respuesta directa. Hay que reconocer que también tiene algo de megalómano pretender responder a una pregunta a la que, durante milenios, se han enfrentado las personas más inteligentes y sabias sin llegar a resultados concluyentes. Pero yo, como psiquiatra, no debería sentir demasiado miedo de la megalomanía. Sin embargo, en cuanto hombre débil, uno sólo se cree facultado para siquiera aproximarse a semejante pregunta tras haber leído montañas de sapientísimos libros. Pues, por usar un conocido motivo de la historia de las religiones, teme descalzarse intelectualmente emulando a Moisés, quien ante la zarza ardiente, en presencia de Dios, se
despojó de sus sandalias.
Sobrepasada ya la cincuentena, a lo largo de mi vida y mis diversos estudios he leído gran cantidad de libros y, sobre todo, he acumulado algunas experiencias vitales. Puesto que el problema de Dios me ha interesado de manera especial desde mi temprana juventud y puesto que yo mismo he pasado de forma sucesiva por ambos puntos de vista -el del ateo y el del creyente-, se me ocurrió escribir un libro sobre este inmenso tema partiendo sencillamente del estado en el que ahora me encuentro.
En esta empresa me han sido de ayuda las numerosas conversaciones que, justo sobre esta cuestión, he mantenido con numerosas personas, unas creyentes y otras llenas de dudas, unas de alto nivel intelectual y otras del todo normales, unas escépticas y otras piadosas. Semejantes conversaciones, si se desarrollan con seriedad, van siempre a lo esencial. En ellas, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en conversaciones sobre los yacimientos de gas natural en Siberia oriental o sobre la propia colección de sellos, uno no puede mantenerse personalmente al margen.
Por consiguiente, me he imaginado sin más que sostengo una conversación sobre Dios con un contemporáneo inteligente, pero no excéntrico. Sin duda, lejos de tratarse sólo de teorías, el problema de Dios es -dicho entre nosotros- una cuestión de vida y muerte para cualquiera. Algunas personas que hayan leído libros diferentes de los que yo he leído y tratado a gente diferente de la que yo he tratado escribirían un libro completamente distinto al respecto. Aquí no puedo sino realizar mi contribución personal a esta gran pregunta. Y cuando llegues al final, querido lector, gustoso dejaré que me abras los ojos.
Y entonces escribiré una obra del todo nueva. Pero, hasta entonces, lo único que puedo ofrecerte es el presente libro.
 
 Si pudieras estar absolutamente seguro de que nadie te va a pillar, ¿qué te detendría de atracar un banco? ¿Qué te hace estar tan seguro de que no vas a ser eliminado un día de éstos por medio de una dulce inyección? No es descartable que a la sociedad, por muy buena voluntad que ésta tenga, no se le pueda seguir exigiendo que asuma los costes terapéuticos y asistenciales de la compleja enfermedad que se te va a diagnosticar dentro de poco. ¿Por qué no se arrojan los cadáveres al vertedero de residuos tóxicos y se transforman los cementerios en parques lúdicos para los niños? ¿Cómo sabes que tu marido te es fiel? ¿Cómo sabes que el hijo de tu mujer es también tu hijo? Así pues, y ahora completamente en serio, ¿qué pruebas hay de que Dios exista o, al contrario, de que no exista? Pues «si Dios no existe, todo está permitido» (Dostoievski, Los hermanos Karamazov). ¿O no es así?
Un libro sobre Dios que quiera ser tomado hoy en serio debe plantearse tales preguntas de la vida real, que indefectiblemente afectan a todo varón, toda mujer y todo niño. Pues lo que está claro es que quien de verdad cree en Dios vive de manera diferente de quien no cree en Él. Sin embargo, las personas no siempre somos consecuentes. Los ateos malgastan un tiempo precioso en reflexiones irracionales y, en ocasiones, viven como si Dios tal vez sí que existiera un poquito. Y, a menudo, los creyentes viven la mayor parte de su tiempo como si Dios no existiera. Si partimos de que cada momento de la vida es irrepetible, ambos fenómenos resultan nefastos. Uno dilapida un tiempo vital irrecuperable a causa de un Dios que en absoluto existe o, por el contrario, desaprovecha a ojos vistas la gran oportunidad de su vida; a saber, mostrarse ante Dios como digno de la vida eterna.
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lunes, 27 de junio de 2011

Las Iglesias Locales: Asambleas de una Sola Iglesia - La Esposa del Cordero


Una razón teológica: Las iglesias locales son esenciales en la vida del Reino

Para no dar nada por sentado, primero es necesario preguntarse por qué son importantes las iglesias.
  1. Los creyentes necesitan comunión
    Quizás la primera respuesta es obvia: los creyentes necesitamos comunión. Esto es una parte normal de la vida cristiana. Las escrituras específicamente desaprueban un cristianismo aislado. Por eso encontramos exhortaciones como la de Hebreos 10:25: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca.” Además, estar juntos es necesario para poder cumplir las obligaciones que tenemos mutuamente los unos con los otros. Por ejemplo, “estimularnos al amor y a las buenas obras” (v. 24).
     
  2. La vida nueva es comunitaria
    Un cristianismo solitario no encaja con la realidad comunitaria de la vida nueva. Al ser regenerado, Cristo “nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). El concepto de un reino es un concepto social. Creyentes aislados no pueden reflejar esta realidad social. ¿Cómo puede manifestarse, por lo tanto, el reino en la tierra sin una comunidad? Simplemente no puede.
    Además, si consideramos todas las imágenes de la vida cristiana en el Nuevo Testamento, veremos que son comunitarias. Los creyentes forman parte de un cuerpo (I Corintios 12:12-31). Son miembros de una casa (Efesios 2:19, I Tim. 3:15). Son piedras en un edificio (I Pedro 2:5). La iglesia está descrita con la misma terminología que el antiguo Israel – es “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios (I Pedro 2:9). Estas son descripciones corporativas. Por eso, el intento de vivir la vida cristiana en solitario es vivir en un estado de autoengaño. No se puede tener el evangelio sin la comunidad que nace de ese evangelio. Howard Snyder resume este hecho con una lógica irresistible al afirmar que “Si la iglesia es el cuerpo de Cristo...entonces la iglesia es una parte indispensable del evangelio.”
     
  3. Las iglesias locales encarnan a Cristo de una manera única
    Cuando Dios quiso dar su palabra definitiva a la humanidad envió a su Hijo (Hebreos 1:2) . En su venida, ese Verbo “se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:14). La segunda persona de la Trinidad literalmente “montó su tienda” entre nosotros. Existe un sentido de arraigo y permanencia en la visita divina.
    De una manera similar, una iglesia localiza y arraiga la presencia de Dios en una comunidad. Steve Spaulding ha observado que “una iglesia, en contraste con la mayoría de nuestros esfuerzos no eclesiales, es una colonia visible y permanente del reino. Jesús no está de paso. El no desaparece sin dejar rastro.
    Viene a quedarse; a ser vivido; a ser accesible; palpado, visto, oído, entendido.” Una iglesia encarna a Cristo en una comunidad. Pablo informa a los Corintios que “vosotros” (en conjunto) sois el cuerpo de Cristo (I Corintios 12:27), que “vosotros” (en conjunto) sois el templo del Espíritu Santo (I Corintios 3:16-17, ver también Efesios 2:21-22). Dios está presente en su pueblo, y a través de su pueblo, está presente en la comunidad. “Jesucristo, mientras promete habitar en el creyente individual, no encuentra plena manifestación en un ‘cuerpo’ sin “El Cuerpo” de Cristo, el conjunto reunido de los creyentes, la iglesia, su esposa, visible, accesible, con todos los dones del Espíritu en funcionamiento.”
    Esto se convierte en un testimonio poderoso. Como El Verbo hecho carne permitió a la humanidad “ver” la gloria de Dios (Juan 1:14), así también una congregación local hace visible a Cristo. Lesslie Newbigin afirma lo mismo cuando plantea y luego responde a la siguiente pregunta: “¿Cómo es posible que el evangelio sea creíble, que las personas lleguen a creer que el poder que tiene la última palabra en lo que concierne a la humanidad está representado por un hombre colgado en una cruz? Sugiero que la única respuesta, la única hermenéutica del evangelio, es una congregación de hombres y mujeres que lo creen y lo viven.”
  4. Los dones encuentran plena expresión en la iglesia
    Es en la comunidad de la iglesia donde los dones del Espíritu Santo encuentran expresión más completa y estratégica. En nuestra tendencia a pensar horizontalmente sobre la expansión de la iglesia, no debemos olvidar que es el Espíritu Santo quien capacita y potencia a la iglesia para esta misión.
    Consecuentemente, si las comunidades del reino son esenciales en la vida del reino, es de esperar que encontremos dones dados a la iglesia para su mantenimiento, crecimiento y multiplicación. Y esto es precisamente lo que encontramos.
    Si consideramos los diversos dones espirituales dados a la iglesia (Romanos 12, I Corintios 12-14, Efesios 4), vemos dones para la edificación de los santos (profeta, pastor, maestro, liderazgo), dones para servir dentro de la iglesia y fuera de ella (servicio, exhortación, generosidad, misericordia, etc.), y dones para hacer misión (apóstol, evangelista). Todos estos dones destacan la importancia de la comunidad en la vida del reino. Es más, destacan el hecho de que estas comunidades no sólo deben de ser fuertes, sino también que sirven, crecen y reproducen. Todos los dones son necesarios (y por lo tanto, cada creyente es necesario) para la misión total de una iglesia. Howard Snyder ha escrito: “No sólo el don de Howard Snyder ha escrito: “No sólo el don de evangelista, sino todos los dones espirituales son relevantes para el evangelismo de una manera u otra,” porque “el funcionamiento general de una comunidad cristiana es en sí una demostración de la verdad del evangelio y así un testimonio en el mundo y para el mundo.”6 El resultado es un organismo carismáticamente dotado que crece y se reproduce naturalmente.
    Pero además de estas consideraciones teológicas relacionadas con la misma naturaleza de la iglesia, las escrituras nos dan otras razones para iniciar comunidades del reino. Pasemos, pues, al estudio de la historia de la fundación de la iglesia.

Hacia una teología Bíblica sobre la Multiplicación de Iglesias: ¿Es lo Mismo que Multiplicar Denominaciones?


Hacia una teología bíblica sobre la multiplicación de iglesias ¿Qué multiplicó Pablo? ¿Número de convertidos, iglesias  o denominaciones (sectas)

Por  Jonatán Haley

Fundar nuevas iglesias es una labor loable que muchas iglesias fomentan por todo el mundo, principalmente por medio de sus misioneros. Pero de este trabajo surge naturalmente una pregunta que muchas veces pasa desapercibida: ¿No deberían estas iglesias, que promueven la implantación de iglesias alrededor del planeta con tanto vigor, iniciar también iglesias en su misma localidad? ¿No deberían nuestras iglesias tener el mismo celo para la multiplicación de congregaciones “en casa”, como en el extranjero? ¿Por congregaciones “en casa”, como en el extranjero? ¿Por qué no fundar una nueva iglesia en nuestra misma ciudad, incluso, en nuestra misma zona de la ciudad?
En sus formas más básicas, me parece que sólo existen tres posibles respuestas a estas preguntas.
Respuesta 1: Es una buena idea entre muchas otras buenas ideas.
Quien responda así, quizás piense: “Es sólo otra manera más a través de la cual una iglesia puede ser fiel a la Gran Comisión. Es algo que nos alegra el corazón cuando lo vemos ocurrir, pero somos igual de fieles al último mandato del Señor si emprendemos otros esfuerzos evangelísticos, como por ejemplo, empezar un programa una vez al mes dirigido a gente sin trasfondo religioso.”

Respuesta 2: Es una mala idea.
Aquel que responda así quizás piense: “Quitaría energía, gente, y recursos de una iglesia que ya tiene suficientes dificultades con sólo mantener los programas existentes. ¡Dar nuestras mejores personas al inicio y mantenimiento de una nueva obra podría retrasar años el avance de nuestra iglesia en sus esfuerzos de crecer y alcanzar a la ciudad para Cristo!”

Respuesta 3: Es una idea imprescindible.
Los que responden de esta forma pensarán: “No sólo tiene apoyo bíblico, sino que llevado a cabo con sabiduría, probablemente representa la mejor manera de ser fiel al mandamiento del Señor de hacer discípulos no sólo en todas las naciones, sino también en casa. La multiplicación de congregaciones locales es clave para el cumplimiento de la Gran Comisión. No es simplemente una idea más entre otras. Es la estrategia por la cual todas otras estrategias han de ser juzgadas, y a la que todas las demás deben eventualmente apoyar.”
Es mi convencimiento que la respuesta 3 es la que mejor encaja con la evidencia bíblica. ¿Por qué? Por tres razones básicas.

domingo, 26 de junio de 2011

La Oración: ¿Qué tiempo emplear en hablar con Dios?


 
El Sindrome de los 5 Minutos al hablar con Dios
                 
Oracion
Oracion
¿Cuándo fue la última vez que tú y Dios se juntaron para celebrar un culto de adoración sin coro, ni piano, ni orden de culto?
Muchas veces no oramos porque no sabemos orar, pero no sabemos orar porque no oramos y es entonces cuando caemos en el síndrome de los cinco minutos, no podemos estar cinco minutos en la presencia de Dios porque nos distraemos, nos aburrimos o ya no sabemos qué decir.
Orar es entrar en comunión con Dios. La palabra dice: “Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos”. (Salmo 95:2) Que mejor forma de entrar en comunión con Dios que con la alabanza. Comenzar alabando y cantando a Su nombre y verás que pronto habrán pasado 2, 3, 5 minutos y tu en una dulce comunión con Dios.
Una prioridad en la oración es la adoración, adorar es rendirse totalmente en su presencia. Orar y adorar es entrar en comunión con Dios rindiéndose totalmente en Su presencia. “A él clamé con mi boca, y fue exaltado con mi lengua” (Salmo 66:17). El salmista clamó a Dios en la alabanza. Y luego su oración fue escuchada por Dios. “Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica” (Salmo 66:19).

¿QUE ES INTERCEDER?
Es colocarse en el lugar de otra persona delante de Dios, es la forma más profunda, amorosa y poderosa de orar conforme la palabra de Dios.
¿QUE ES UN INTERCESOR?
Es el cristiano que guiado por el amor y la misericordia se coloca en el lugar de otros para suplicar o defender la causa de éstos.
El mayor ejemplo de un intercesor lo encontramos en Jesús, que tomó el lugar de nosotros para expiar nuestros pecados en la cruz a fín de que fuéramos perdonados por el Padre. (Lucas 23:34)
¿QUE DIFERENCIA HAY ENTRE ORAR E INTERCEDER?
Muchas veces confundimos el interceder con orar; la diferencia es que la intercesión siempre es a favor de otro y la oración a favor nuestro.
El plan del enemigo es remover la vida de oración del creyente. Si el enemigo cumple su tarea, el arma clave para una vida cristiana de éxito está perdida.
A menudo escuchamos comentarios con relación a la oración y la intercesión: “yo no soy para eso”, “no es mi ministerio”. Cuidado con esos muros que se levantan contra la oración e intercesión. Han existido algunos estereotipos que han tratado de enmarcar a los intercesores: personas entradas en edad o ministros retirados.
La iglesia está llamada a orar, en 1a. de Timoteo 2:1 dice que la iglesia debe orar e interceder por todos los hombres.
La intercesión no es exclusividad de unos pocos, es la función de cada creyente. Todo intercesor (cada cristiano) debe creer que su oración impulsa el avance del Reino de Dios en su propia vida y en la de aquellos por los que ora.
Es difícil orar y quejarse de alguien o de algo al mismo tiempo, la gente que ora unida, permanece unida, creando interdependencia de unos a otros.
Cuando el liderazgo solicita oración de los intercesores (todo creyente), se provee el combustible, para encender la llama de la unción, un ejemplo de esta acción es Pablo en su carta a los Colosenses 4:2-4 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el ministerio de Cristo…”


La Mayordomía: Un Tema que debe Estudiarse y enseñar


 
La palabra mayordomía, ha sido definida como “cargo de mayordomo” y la de mayordomo como “el criado principal a cuyo cargo está el gobierno de una casa o hacienda” (Diccionario moderno, New York, wolf’s Lane, Peljam, 1961).
El su libro la mayordomía cristiana, un concepto integral, el pastor Víctor Toranzo define la Mayordomía Cristiana como: “La administración correcta y completa de todo cuanto Dios nos ha concedido al darnos la vida: El tiempo de nuestra existencia en la tierra, los talentos y los recursos económicos”.
Compete a todos los seres humanos, y particularmente a los que nos llamamos Iglesia de Jesucristo, reconocer que Dios como Creador y Sustentador del universo es el único propietario de todo.
Así lo expresa el salmista David: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en el habitan” (Salmo 24:1), añadiendo en el primer libro de Crónicas: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas, y tu eres excelso sobre todo. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. ……..Porque ¿Quién soy yo y quien es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (2 Crónicas 29:11-14).
Desde los orígenes de los cielos y la tierra, Dios otorgó al ser humano, representado en Adán, la facultad de señorear sobre todo lo creado. En otras palabras, le hizo un administrador o mayordomo de su creación (Génesis 1 y 2), haciéndole responsable de la misma.
Cuando miramos la creación, debemos reconocer los efectos negativos que el pecado del hombre y su falta de responsabilidad ha ocasionado sobre los recursos naturales. Los desastres naturales, los cuales nos han cobrado miles de vidas son provocados por el abandono de la responsabilidad que Dios puso en nuestras manos.
Como hijos de Dios, redimidos por la sangre de Jesucristo, tenemos que tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos de volver al diseño divino, y de la necesidad de practicar una mayordomía que refleje la forma integral en que concebimos la vida.
He aquí algunos conceptos esenciales que nos pueden ayudar a practicar una mayordomía conforme a las enseñanzas de las Escrituras:
  1. Dios es el Creador y Sustentador de todo cuanto existe. El es el único propietario de todo. Génesis 1 y 2; Salmo 24:1; Apocalipsis 4:11.
  2. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios; y fue puesto como mayordomo de la creación. Génesis 2:7-20
  3. Toda la creación fue sometida a esclavitud debido al pecado del hombre Génesis 3; Romanos 8:19-21.
  4. Todo ser humano redimido, ha sido comprado con la sangre de Jesús, y pertenece a Dios por derecho de creación y redención. Siendo así debemos reconocer que daremos cuenta a nuestro Creador y Redentor. Efesios 1:3-10; 1 Corintios 6:20; Apocalipsis 4:11.
  5. La mayordomía que Dios ordena para cada uno de sus hijos, debe responder de tal manera que se haga la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida, de tal manera que el reino de Dios sea establecido dondequiera que el envía a uno de sus embajadores. Col. 3:17; 1 Pedro 4:10. 
Que Dios nos de su sabiduría y de su gracia para responder, eficientemente, al alto grado de confianza que ha depositado en nosotros como su pueblo para administrar todos los recursos que ha puesto en nuestras manos.

La Mayordomía Cristiana: ¿Qué Aspectos Involucra?

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La Mayordomía Cristiana: ¿Qué Aspectos Involucra?
 
La Mayordomía Cristiana

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

La mayordomía es una de las partes más importantes de la vida cristiana.

¿Qué significa la Mayordomía?

Mayordomo era el que manejaba o el que administraba la casa y los asuntos del otro, pero siempre tenia que rendir cuenta de su mayordomía al dueño; y mayordomía es el arte de administrar aquello que hemos recibido, tener responsabilidad con los bienes que Dios nos ha dejado, hasta que Él venga a pedirnos de lo que hemos hecho con ello. Un mayordomo cuida de los asuntos de una casa o hacienda, o administra las cuentas y la propiedad de otra persona. Somos administradores de lo que tenemos.

La Mayordomía Cristiana es ser responsable, administrando las cosas de Dios. La mayordomía significa la forma correcta de administrar las posesiones de Dios como siervos suyos.

Todo pertenece a Dios: este mundo, los recursos naturales, las riquezas, nuestros talentos, nuestro tiempo, nuestros propios cuerpos y almas. Dios nos ha entregado todo para administrarlo. En su nombre, en una forma responsable. Nosotros tenemos todo este mundo como una muestra de confianza para administrarlo en el nombre de Dios. Nosotros, como administradores de lo que nos ha sido entregado por Dios, tendremos que rendir cuenta a Dios por el uso que hacemos de estas cosas.

En el sentido bíblico, pues, el mayordomo administra los bienes de Dios. Dios es su patrón y él es administrador de los bienes de Dios. Dado que todo pertenece a Dios, todas las cosas deben ser administradas en nombre de Dios.

La mayordomía es un privilegio que Dios nos concede para ayudarnos a crecer en amor y obtener la victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo se regocija en las bendiciones que otros reciben como resultado de su fidelidad.

Los principios de la mayordomía se hallan a través del mensaje tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. Dios es el Dios de todas las cosas y recursos materiales y espirituales, no solo como Creador sino también como Redentor.

La buena mayordomía empieza con el reconocimiento de que Dios es el dueño de todas las cosas (1Cronicas 29:1-4; Lucas 12:42-48; Mateo 25:14-20; Lucas 19:12-27). No podemos “darle” a Dios la posesión de nuestros bienes materiales, El ya lo posee todo. A Él le pertenece todo. Solamente podemos reconocer y someternos a su dominio.

Jesús hablo de lo que puede reconocerse como el centro de interés en la vida de los seguidores de Cristo. “Donde esta vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt 6:21). Después de Pentecostés se noto un gran cambio en la actitud de los creyentes con respecto a sus posesiones. A partir de ese momento hubo una gran manifestación de amor hacia los pobres y necesitados.

Nuestra fuerza, la inteligencia, los talentos y las habilidades personales, así como nuestra capacidad de adquirir posesiones materiales; todo nos ha sido dado como un regalo de Dios. Como mayordomos de Dios, ahora tenemos la responsabilidad de decidir si hemos de desarrollar nuestra vida y nuestros talentos, o si los derrocharemos con actos imprudentes. Si el Señor nos colmo de todas estas bendiciones es porque esta seguro de que podremos administrarlas como es debido.

La iglesia debe interesarse por ganar almas, mas que por recaudad fondos. Una persona que ha sido ganada verdaderamente para el Señor pondrá inmediatamente a los pies de Cristo todo lo que posee. Pablo se sentía responsable de cumplir con la comisión que le había sido encomendada (1 Corintios 9:17). Así, cuando decimos que el cristiano es un mayordomo de Dios, simplemente queremos decir que: EL CRISTIANO ADMINISTRA LA PROPIEDAD DE DIOS.
1. Su propiedad es de Dios. Todo lo que tengo y todo lo que soy pertenece a Dios.

“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan” Salmo 24:1

“Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Conozco a toda las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud” Salmo 50:10-12

“mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8

2. Su cuerpo es de Dios.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no soy vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales, son de Dios” 1 Corintios 6:19-20

3. Su alma es de Dios.

“En su mano esta el alma de todo viviente; y el halito de todo el genero humano” Job 12:10

En Conclusión: “porque ninguno de vosotros vive para si, y ninguno muere para si. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” Romanos 14:7-8

Todo Cristiano es un mayordomo de Dios

Todo creyente es un mayordomo de lo que Dios le ha confiado.

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

“A uno dio cinco talentos, y a tros dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos” Mateo 25:15

Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Rom 12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
Rom 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Rom 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como el quiere” 1Corintios 12:11

Todo creyente tiene algo que puede usar para Dios. Mateo 25:14-30 enseña que cada uno de nosotros debe dar cuenta de cómo hemos usado lo que Dios nos ha dado.

La mayordomía no es Opcional
Al aceptar a Cristo, usted se convirtió en mayordomo. No tiene que decidir si quiere ser mayordomo o no. Usted solamente decide que clase de mayordomo va a ser. Usted dará cuenta de su mayordomía en el Tribunal de Cristo.

Cinco cualidades de un buen mayordomo:

1- Un buen mayordomo es Fiel:

“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Co 4:2

Tiene la confianza del dueño. Hace exactamente lo que su patrón le dice. Podríamos decir que la fidelidad es el comportamiento correcto del mayordomo en relación con su amo. La fidelidad depende de una obediencia diaria a lo que Dios nos ha dicho que hagamos. La obediencia a los mandamientos de la Escritura, la persistencia en reclamar las promesas de la Palabra de Dios, la consagración diaria para andar en la luz y permanecer en Cristo, permitiendo que Su Palabra more en nosotros, son las cualidades de un mayordomo fiel. No administra su mayordomía basándose en sus gustos o caprichos, sino en el amor, la fidelidad y la obediencia a su Señor.

2- Un Mayordomo Fiel es Digno de Confianza:
La integridad es la conducta correcta del mayordomo en relación con otras personas. La virtud mas importante en la vida es la integridad. Como buenos mayordomos, nuestra reputación, nuestro carácter, la confianza que nos merecen los demás y nuestra integridad, deben estar por encima de todo interés personal. Si las personas pueden observar las buenas cosas que hacemos como mayordomos de Dios, probablemente alabaran al dueño (Mateo 5:16)

3- Un Buen Mayordomo es Sabio:

Sgo 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

No te engañes, Dios sabe cuando malgastamos sus posesiones, y cuando las usas para Su Gloria. Invite al Espíritu Santo a que le ayude a invertir su vida donde tenga los mejores resultados para Su gloria. Necesitamos mucha sabiduría para administrar correctamente. Podemos ser como José, que todo lo que hacia prosperaba.

4- Un Buen Mayordomo es Fructífero:
La medida de un buen mayordomo es el fruto de lleva (Mt 25:14-29). Un mayordomo fiel escudriña sus oportunidades e invertirá lo que Dios le ha dado, de tal manera que produzca los mejores resultados. Jesús dijo: los elegí a ustedes para que lleven fruto y vuestro fruto permanezca (Jn 15:16-9). recordemos que todo árbol que no da fruto es cortado.

5- Un Mayordomo es Piadoso:

Un buen mayordomo también se preocupa en vivir una vida piadosa. La santidad es el mas elevado y glorioso atributo de Dios. La piedad personal comienza con nuestro nacimiento dentro de la familia de Dios. Tenemos que saber que el mayordomo no solo administra los bienes, también representa a su amo delante de los demás.

Dios libera sus bienes en nuestra vida a medida que nosotros:

* Dedicamos diariamente un tiempo o estar en la presencia de Dios por medio del estudio Bíblico y de la oración.

* Le obedecemos en todas las cosas y evitamos todo aquello que deshonra al Señor.

*Mantenemos las cuentas claras con Dios.

*Sabemos valorar lo que tenemos, sea poco o mucho.

Para ser un buen administrador tenemos que ordenar nuestra propia vida. Todo nuestro estilo de vida debe reflejar el hecho de que somos responsables al Señor por el manejo de los recursos de toda índole que El haya puesto en nuestras manos.

Todos somos mayordomos. Somos administradores de las posesiones, los recursos naturales, el tiempo, los dones y nuestra vida. Dios nos ha entregado todo eso para ser administrado por nosotros de una manera responsable.

TODO CRISTIANO ES UN ADMINISTRADOR DE:
1- Su vida. Romanos 12:3-8. la vida es muy valiosa. Dios le dio al hombre el soplo de vida (Gn 2Secreto El es el dador de la vida, nosotros no somos quienes para adueñarnos y decidir cuando vivir y cuando morir, eso le pertenece a Dios que es el dueño de nuestra vida. El apóstol Pablo dijo: “si vivimos para el vivimos y si morimos para el morimos... del Señor somos” (Rom 14RollEyes
Vida cristiana significa la entrega de nosotros mismo y el aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador. Una vez que entregamos todo lo que somos y lo que tenemos a Dios, a quien todo le pertenece de todos modos, El lo acepta pero luego lo vuelve a entregar, haciéndonos mayordomos o cuidadores de todo lo que poseemos.

2- Los Talentos que Dios le ha dado. Mt 25: 14-30

Dios ha dado talentos (habilidades) para ser usados para el Señor. Dios espera que Su pueblo use lo que le ha dado para Su gloria. No usar o hacer mal uso de lo que Dios nos ha dado, significa ser un mal mayordomo. Los talentos, las habilidades, las virtudes, etc, debemos desarrollarlos con el propósito de darle la gloria a Dios. Cuantos creyentes hay, que han tenido en poco lo que Dios les ha dado y decidieron enterrar su talento. Recuerde que cada uno dará cuenta ante Dios de su mayordomía.

3- Su Tiempo –Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.
Como fieles mayordomos, glorificamos a Dios al usar sabiamente nuestro tiempo (Col 3:23,24). Como Jesús debemos ocuparnos en los negocios de nuestro Padre (Lc 2:49). Por cuanto el tiempo es el don de Dios, cada momento es precioso. Cuando, en la creación, Dios nos concedió el tiempo, se reservo el séptimo día como un periodo sagrado para la comunión con el. Hoy los creyentes debemos saber administrar el tiempo que Dios nos da. Como dice una frase “El Tiempo es oro”, expresando el valor que este tiene.

La inversión mas sabia de nuestro tiempo es el que dedicamos a la oración, meditar en su Palabra, y asistir en las reuniones de la congregación. Pidamos al Espíritu Santo que el nos guíe para poder administrar correctamente las 24hs del día.

4- Su Dinero y posesiones
A- La naturaleza fugaz de las posesiones:
Prov. 23:4 No te afanes por hacerte rico;
Sé prudente, y desiste.
Prov. 23:5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
Porque se harán alas
Como alas de águila, y volarán al cielo.

Prov. 27:24 Porque las riquezas no duran para siempre;
¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

Dinero y posesiones
La Biblia trata con mucha frecuencia el tema del dinero y la posesión de propiedades. Dios sabe que este es un asunto de gran interés para todo ser humano. Por eso creemos que es de primordial importancia que el creyente sepa lo que la Palabra de Dios le puede enseñar en este sentido.

B- Lo Material es Pasajero.
No solo Salomón se refiere a la naturaleza efímera de las posesiones materiales. El apóstol Pablo amonesta a los cristianos a no sacrificarse por adquirir riquezas terrenales (1 Tim 6:5-10,17,18). Las riquezas no duran para siempre (Prov. 27:24). Esta declaración deberia ser considerada seriamente por los que solo piensan en lo material. Ni siquiera el ser hijo de un rey es garantia solida, porque ningún reino ni ninguna monarquía dura para siempre. Cuando dejemos esta vida no podremos llevarnos las cosas que poseemos. “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podemos sacar” (1 Tim 6)

Las bendiciones de la Mayordomía

Una bendición personal: una razón por la cual Dios nos pide que consagremos continuamente a Él nuestra vida entera, es con el fin de promover nuestro propio crecimiento espiritual y desarrollo del carácter. La mayordomía fiel también nos ayuda a obtener la victoria sobre la codicia y el egoísmo. La ley condena la codicia, uno de los peores enemigos de la humanidad. Jesús también la condeno (Lc 12:15). El ejercicio regular de la generosidad nos ayuda a desarraigar de nuestras vidas la avaricia y el egoísmo. (Mt 25:40)

Una bendición para nuestros semejantes: Los verdaderos mayordomos bendicen a todas las personas con quienes se ponen en contacto.

1Ti 6:18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
1Ti 6:19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

La mayordomía abarca el servicio a Dios y a los demás e implica nuestra disposición a compartir todo lo que Dios nos haya entregado en su misericordia, que puede ser de beneficio para otros. Pedro le dijo al paralítico: “...lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo levántate y anda” (Hechos 3)

Una bendición para la Iglesia: La buena y fiel mayordomía es indispensable para la iglesia. La participación continua de sus miembros en el acto de dar es como el ejercicio: fortalece el cuerpo de la iglesia, y le permite participar en compartir las bendiciones que Cristo le ha concedido, lista para responder a cualquier necesidad que se presente en la causa de Dios. Todos estamos invitados a ser mayordomos y colaboradores con Él. De este modo, el testimonio de la iglesia será una bendición para el mundo, y sus fieles administradores se regocijaran al ver que las bendiciones del Evangelio se extendieron a la vida de sus semejantes.

CRISTO COMO MAYORDOMO

Jn 5:30 “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”.

Jn 7:18 “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia”.

Lc 22:42 “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Jesucristo no vino a la tierra para hacer lo que quisiera, El vino con un propósito establecido por el Padre, nunca hablo palabras que no fueran del Padre. No busco su propia gloria sino la gloria del padre.

Cristo entrego no solo lo que tenia, sino también se entrego a sí mismo. En esto consiste la mayordomía.


¿Te quieres Librar de las Deudas?: Las deudas una trampa de satanás para alejarnos de Dios

¿Te quieres Librar de las Deudas?: Las deudas una trampa de satanás para alejarnos de Dios

¿Cómo librarse de las deudas?

Larry Burkett
Por Larry Burkett





Seguidamente les enseñamos algunos secretos que nos permitirán liberarnos de ellas:
A. Confeccione un “Plan para controlar sus gastos” (un presupuesto familiar básico)
Hacer un “Plan para controlar sus gastos” por escrito, es absolutamente necesario para cualquier individuo o familia que vive bajo la esclavitud financiera. Realice una lista de todos los gastos en orden de importancia.
Ubicarlos en ese orden es trascendental porque últimamente hemos perdido el punto de referencia entre lo que es una necesidad, un gusto y un deseo. Examinemos sus diferencias:
Necesidades. Son los gastos que hacemos para proveer las necesidades básicas como el alimento, la ropa, el trabajo, un lugar donde vivir y la salud, entre otras. “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8).
Gustos. Son aquellas cosas que satisfacen una necesidad básica en nuestras vidas, pero que son de una mejor calidad. Por ejemplo,usted necesita vestirse, de forma sencilla y habitual, pero algunas veces puede elegir comprar ropa de mejor calidad o de una marca reconocida. También puede elegir un filete en vez de carne molida, tomar un taxi en vez de caminar al trabajo, entre otras alternativas.
El apóstol Pedro en su primera carta nos da un punto de referencia importante con respecto a los gustos en la vida del cristiano: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:3-4).
Deseos. Son las cosas que nos gustaría tener pero no son necesidades básicas para nuestra subsistencia. De acuerdo con el plan de Dios, sólo pueden ser adquiridos con fondos excedentes después que todas las otras obligaciones se hayan cumplido. No está mal comprarlas, si tenemos el suficiente excedente de dinero, lo ideal es saber controlarlo. En la primera carta de San Juan, capítulo 2, leemos: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2: 15 -16).

B. Identifique cuáles son las cosas esenciales para la vida y cuáles no.
Una persona que está endeudada debe dejar de hacer gastos que no son absolutamente esenciales para vivir. Observe qué tareas de mantenimiento del hogar pueden realizarse sin pagar a otros; comience a adquirir habilidad e ingenio para desarrollar esas tareas. Mediante este plan puede empezar a disminuir algunos de los gastos que en realidad no son esenciales. Estudie, en este caso, el capítulo 21 del libro de Los Proverbios, verso 17, en el Antiguo Testamento.
Debe empezar a desarrollar una actitud de conservación.
Comience a eliminar todos los gastos que no sean de importancia real.
Cabe resaltar que muchos de los gastos que consideramos esenciales lo son porque la sociedad, en su concepto de consumismo, nos ha hecho creer que son así. Por ejemplo, un claro indicador de esto es la necesidad de adquirir una computadora para entrar en el sistema multimedia y mantener la armonía con el avance tecnológico de la sociedad. Pero, en realidad, ¿necesitamos la computadora?

C. Piense antes de gastar
Cada uno de nosotros debe pensar antes de hacer cada compra. Cada gasto debe de ser evaluado de la siguiente manera:
  • ¿Este gasto es una necesidad, un gusto o un deseo?
  • ¿Refleja este gasto mi ética cristiana? (Por ejemplo, la suscripción a una revista pornográfica no la reflejaría). ¿Puedo seguir comprando revistas, enciclopedias, libros o discos aún cuando debo dinero a otros?
  • ¿Es lo mejor que puedo obtener por este precio, o estoy gastando sólo porque se me hace fácil y me dan la facilidad de pagar con mi tarjeta de crédito?
  • ¿Es un artículo que se devalúa rápidamente? ¿Estoy comprando algo que se deprecia rápidamente? (las piscinas, las casas rodantes, las lanchas, las computadoras y los automóviles, por ejemplo, pertenecen a esta categoría).
  • ¿Es costoso el mantenimiento? (Debemos recordar que no sólo necesitamos dinero para comprar cosas como un automóvil, ropa o mandar a hacer una piscina, ¡también tenemos que tener dinero para mantenerlas!).
D. Deje de comprar a crédito
Una persona que está endeudada debe empezar a comprar sólo al contado, debe de evitar toda compra a crédito, uno de los motivos es por los interés altos que está pagando.
A menudo, una persona con deudas y que posee alguna cosa de valor que podría convertirla en efectivo se pregunta: “¿Sería mejor vender esto para pagar mis deudas?” Ese es un error normal y debemos de tener mucho cuidado al ponerla en práctica ya que si nos limitamos sólo al hecho de vender el bien, estamos tratando los síntomas en lugar de tratar el problema.
Recuerdo a una pareja que estaba muy apretada económicamente a causa de las deudas por las tarjetas de crédito. Debían más de 20.000 dólares, y pagaban más de 4.000 dólares anuales sólo en intereses. Ante esta situación optamos por preparar un plan alternativo. Me pareció razonable que vendieran su casa y utilizaran el dinero para cubrir todas sus deudas porque esa cantidad de dinero era suficiente para hacerlo. Así lo hicieron, pero en menos de un año estaban endeudados otra vez, con 6 mil dólares de cuenta en sus tarjetas de crédito y esta vez no tenían un lugar para vivir.
¿Qué sucedió? Se había tratado un síntoma en vez del problema. El problema era su actitud hacia las tarjetas de crédito. Me habían asegurado que no las utilizarían, pero como no hubo un plan alternativo para dejar de usarlas, cayeron de nuevo en la misma trampa. En cuanto algo les hacía falta y no tenían efectivo para comprarlo, sacaban las tarjetas, y continuaban con el círculo de deudas.
El principio a observar es el siguiente: Si usted está endeudado por el mal uso de las tarjetas de crédito, deje de usarlas. Y déjelas en forma total. Aquellos que tienen problemas en controlar el uso de sus tarjetas de crédito deberían comprometerse a pagar cada mes el total de las compras que han hecho con la tarjeta. Para el primer mes en el que no pueda cumplir con la promesa, aquí va una receta popular:
  • Caliente el horno a unos 170°C (350°F)
  • Unte con aceite una de sus bandejas.
  • Coloque sus tarjetas en la bandeja y la bandeja en el horno.
  • Hornee hasta que se derritan.
Luego, devuelva las tarjetas a las compañías que se las otorgaron, solicitándoles que no se las envíen más. Incluya en su carta un plan para pagar la deuda de esa tarjeta de crédito, y después comprométase a comprar sólo con dinero en efectivo.
Una vez que haya desarrollado buenos hábitos económicos, haya roto ataduras financieras producidas por el mal uso de los préstamos y las tarjetas de crédito y haya cambiado su comportamiento con respecto al dinero, entonces evalúe la posibilidad de vender algunas cosas de valor para poder liquidar sus deudas. De esa manera, no se estarán tratando sólo los síntomas sino el problema principal.

E. Evite el “palanqueo” y la “lotería” financiera
Cuando uno está endeudado, debe evitar el llamado “palanqueo” financiero, que consiste en la forma de inversión que permite comprar un activo o bien grande y caro, con una pequeña inversión de capital.
Recuerdo una pareja latinoamericana que vivía en Chicago. El hombre quería comenzar su propio taller de enderezado y pintura de autos. Luego de algún tiempo de búsqueda, los dos se entusiasmaron con un taller inmenso que costaba más de un millón y medio de dólares. Como no tenían esa cantidad tan grande de dinero, el marido le pidió a su suegra, que era viuda, si podía hipotecar su casa (por unos $ 100.000) y prestarles el dinero para comprar el taller. La suegra, actuando de forma prudente y sabia, afirmó que no hipotecaría todos los ahorros de su vida para invertirlos en ese negocio y la joven pareja me llamó para preguntarme qué hacer.
A pesar de poner en juego las relaciones familiares, aquella viuda pudo darse cuenta de lo que muchos jóvenes inexpertos no ven en estos días, que sumando el impulso y la inexperiencia dan como resultado una
catástrofe financiera.
La viuda pudo advertir la siguiente situación: El porcentaje de inversión inicial requerida para comprar el negocio ($100.000) era demasiado pequeño con respecto al monto total de la deuda en la que su hija y su yerno se iban a involucrar (menos del 10%). Esto es lo que se llama “palanqueo”. Es el movimiento de un gran capital con una pequeña inversión. El problema de “palanquear” es que si algo, aunque sea mínimo, no sale como se planeó, el tamaño y peso de la deuda puede caer sobre el individuo y pulverizar su vida financiera.
Lo que este joven debería haber hecho es iniciar el taller en su casa, quizá en su garaje, para luego, y en la medida que sus negocios obtuvieran un crecimiento, trasladarse a un lugar más cómodo, amplio y sofisticado.
Este contexto nos obliga a olvidarnos, de una vez por todas, de tratar de hacernos ricos “por la vía rápida”. No solamente ponemos en juego nuestros negocios, sino que estamos poniendo en peligro nuestra vida familiar.

F. Aprenda a ahorrar
Finalmente, para afianzar su vida financiera familiar en el proceso de pagar sus deudas, uno debería aprender a ahorrar dinero de manera regular, incluso aquellas personas que están endeudadas.
Aprenda a desarrollar la disciplina del ahorro. Una de las mejores costumbres que una familia puede desarrollar es la de ahorrar una pequeña cantidad de dinero en forma regular.
Todas las personas que viven por encima del nivel de extrema pobreza tienen la posibilidad de ahorrar dinero. Muchos no lo hacen porque creen que la cantidad que podrían ahorrar es tan insignificante que no vale la pena; decisión no acertada y que no contribuye en nada al desarrollo familiar.
Sin embargo, para poder salir de sus deudas, usted debe prevenir las “situaciones inesperadas” que le llevarán a gastar más allá de su presupuesto obligándolo a pedir prestado. Estas situaciones no serían tan “inesperadas” o no nos golpearían tan fuerte el plan de gastos familiar si tuviéramos algunos ahorritos que actuaran de “colchón”.
El sabio Salomón una vez dijo en su libro de Proverbios: “Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa” (Proverbios 21:20). Una gran verdad 3.000 años atrás y una gran verdad el día de hoy.
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