sábado, 16 de junio de 2012

Teologia Sistematica: Dios se revela al hombre




biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
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 Los escritores bíblicos enseñan explícitamente y presumen continuamente que el ser de Dios es eterno, tanto en cuanto al pasado como en cuanto al futuro. Dios siempre ha existido y siempre existirá: él nunca empezó a ser, nunca cesará de ser.A. «Necesidad lógica» Será necesario empezar con dos consideraciones negativas para mostrar afirmativamente lo que
entendemos por el ser eterno de Dios. Primero, tenemos que rechazar la idea de un ser lógicamentenecesario en el sentido de Kant. Los pensadores anteriores a Kant desde Anselmo a Leibnitz trabajaroncon la idea de un Ser Supremo que existe por necesidad lógica. Había un esfuerzo persistente por «demostrar» la existencia de Dios, en el sentido en que los estudiantes de geometría demuestran que lostres ángulos de un triángulo igualan dos ángulos rectos. ¡Si solamente pudiéramos encontrar algúnproceso lógico que nos diera la conclusión «Dios existe», y encarar el mundo con un Q.E.D. (lo quequeda demostrado), nuestra posición sería inexpugnable!
Fue especialmente fuerte, y todavía lo es, esta idea entre los idealistas racionalistas. Ahora, puestoque la única necesidad conocida a la lógica es la ley negativa de contradicciones, la definición de «sernecesario» en el sentido lógico de la expresión es, «un ser, la negación de cuya existencia sería unaautocontradicción» (o una palpable y evidente contradicción). Al explicar el argumento cosmológico,Kant muestra que «… sea cual fuere el concepto que yo suponga de una cosa, encuentro que nuncapodré representarme su existencia como absolutamente necesaria, … no puedo empero pensar como necesaria en sí una sola cosa.».1 Sobre este punto el argumento de Kant es concluyente. Decir que Dios no existe es una mentira, pero no es una contradicción manifiesta. La existencia de Dios es un hecho del cual tenemos buena y suficiente evidencia en sus obras, pero basar su existencia en las leyes abstractas de la lógica es un error. La lógica abstracta no puede establecer la existencia de ninguna entidad sustantiva.
En una conferencia reciente de profesores y estudiantes cristianos de filosofía, se admitió que no hay base para el uso del término «ser necesario» en el sentido kantiano de la necesidad lógica; pero, sin embargo, había una tendencia fuerte de parte de varios componentes teólogos filosóficos de asirse a la expresión «ser necesario». «Necesidad cósmica» sustituyó a «necesidad lógica» en varios lugares de la discusión.
Aunque tengo mucha simpatía por la seriedad de los que se adhieren a la expresión «ser necesario», debo testificar que para mí, necesidad cósmica, como la usan por los que defienden el concepto de necesidad, no es nada más que necesidad a posteriori. El modelo del argumento es: «Si B, C, y D existen, existen necesariamente como efectos de que A es la causa.» En otras palabras, el argumento de necesidad cósmica en realidad es un argumento de efecto a causa. Si la expresión «ser necesario» tiene valor en este sentido, muy bien; pero se debe entender que esto no es el sentido histórico de la frase.
Decir en lenguaje popular que Dios no es un ser necesario llevaría una impresión falsa a la mente popular. En lenguaje popular «necesario» significa «necesario para»; Dios es necesario para la salvación de mi alma. El es necesario para nuestro entendimiento del proceso cósmico, etc. Debe entenderse que mi rechazo a la frase «ser necesario» se limita estrictamente a la objeción al concepto de necesidad lógica. 
B. «Aseidad» 
Otra palabra que evitaría es «aseidad», que significa «existir por sí mismo» o «causado por si mismo». Muchos de los mejores teólogos han aplicado esta frase y sus equivalentes a la existencia de Dios; y sin excepción en los casos que yo conozco, no hay ninguna intención de enseñar que hay causa alguna para la existencia de Dios. Decir que el existir de Dios es causado por sí mismo es, creo yo, una mera expresión retórica que no se puede analizar. La aserción indica sencillamente que el existir de
Dios es sin causa. Dios es; Dios siempre ha sido; Dios siempre será. Su existir no es de alguna cosa. Su existir es un hecho bruto. C. Un Ser sin causaEs difícil para nuestras mentes, por razón de nuestro fondo cultural, concebir un eterno Ser sin causa. Estamos tan acostumbrados a estudiar objetos finitos y relaciones en sus conexiones causales, y proposiciones en sus implicantes relaciones lógicas, que la idea de un Ser eterno sin causa parece extraña. No obstante, este no debe ser el caso. Al explicar el argumento cosmológico para la existencia de Dios, mostraremos que todos los pensadores sistemáticos se ven obligados a postular algún ser eterno sin causa. Si algo existe ahora, entonces algo tiene que ser eterno, a no ser que algo venga de la nada. Los materialistas en general sostienen que el sistema cósmico material es en sí mismo eterno como sistema, y como una cadena de causalidad. Los panteístas idealistas tienen que sostener que algo mental, algún Elan Vital, o Voluntad Inconsciente, es eterno. Puesto que tenemos que creer que algo es eterno, a menos que algo venga de la nada, encontraremos que la creencia más racional en un ser eterno es creer en un Dios eterno. D. CoincidenciaparcialLa discusión de la eternidad de Dios necesariamente coincide en parte con la discusión de su inmutabilidad y su omnisciencia. Mucho del material presentado en las próximas páginas es definitivamente esencial a estos otros dos temas, y mucho de lo que tenemos bajo esos temas es pertinente aquí. E. Referencias bíblicasEn muchos pasajes de la Biblia se declara vívidamente el ser eterno de Dios. «Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios» (Sal 90:1, 2). «Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; … Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como una vestidura, y como un vestido los envolverás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán» (Heb 1:8–12; cf. Sal 45:6, 7; 102:25–27). «Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios» (Is 44:6; cf. Ap 1:8, 11; 21:6; 22:13).F. La eternidad no es intemporalDespués de la magnífica declaración, «Así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad…» (Is 57:15), Dios añade inmediatamente «[habito] con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados». Nada podía estar más lejos de la enseñanza bíblica que la idea de que la eternidad de Dios significa que él está totalmente desconectado de los eventos finitos en tiempo; sin embargo, esta idea ha persistido desde tiempos antiguos y prevalece en la teología filosófica actual.
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