lunes, 18 de junio de 2012

Una Congregacion Cristiana Ejemplar: parte 2

biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
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Vive en santidad y humildad
1 Timoteo 2:8–15
La iglesia en Éfeso no sólo tenía problemas de doctrina, también los tenía de conducta. ¿Cómo hubiera sido visitar una congregación en la provincia de Asia en el primer siglo? ¿Cómo se conducirían los miembros y los líderes? ¿Qué aspectos de su conducta debían cambiar? ¿Qué papeles tenían los hombres y las mujeres en las reuniones de los cristianos?
Este pasaje enseña que la iglesia saludable tiene miembros cuyo carácter y comportamiento manifiestan la humildad y la unidad. Entre los cristianos efesios había algunos cuya conducta perjudicaba la unidad de la congregación. Había problemas de relaciones entre los creyentes y de desorden en las reuniones. En este pasaje, el apóstol se dirige primero a la necesidad de los varones y después a la de las mujeres para tratar asuntos relativos a la conducta de los que no manifestaban humildad.
En el estudio anterior, Pablo exhorta a la iglesia a orar, y especialmente, a orar por todos. Por la frase “en todo lugar” que usa en el v. 8, creemos que enfocaba especialmente la oración en el culto de la iglesia. Muchos siglos antes, el profeta Isaías señaló lo que estorba las oraciones del pueblo de Dios: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oir; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oir” (Isaías 59:1–2).
¡PENSEMOS!
Tanto las mujeres como los hombres oraban en los cultos, pero ¿cuál de los dos grupos recibe el énfasis en el v. 8? En su opinión, ¿qué significa “manos santas”? ¿Qué indican las palabras “sin ira ni contienda” en cuanto a las relaciones interpersonales de los que oran en el servicio?
LA IRA Y CONTIENDA DE LOS HOMBRES 2:8
1 Corintios 11:4–5 indica que tanto mujeres como hombres oraban en las reuniones. Sin embargo, Pablo dirige este versículo específicamente a los varones. Era más común que los hombres oraran en las reuniones generales de la iglesia.
Levantar las manos cuando oraban era una postura usada por los cristianos del primer siglo. Las Escrituras muestran que el pueblo de Dios, a través de los siglos ha usado muchas posturas distintas: parado con los brazos extendidos (1 Reyes 8:22), arrodillado (Dan. 6:10), de pie (Lucas 18:11), sentado (2 Samuel 7:18), con la cabeza inclinada (Génesis 24:26), levantando la vista (Juan 17:1), postrado en el suelo (Génesis 17:3). Lo importante no es la posición del cuerpo, sino la conducta de la persona y la condición del corazón. De esto es de lo que Pablo habla en este versículo.
Las manos son instrumentos para hacer el bien o el mal y aquí simbolizan la conducta de la persona; deben ser santas. Es decir, el cristiano que guía a la congregación en oración debe estar consagrado y ser obediente a Dios. En 2 Samuel 22:21 y Salmos 24:4, las manos limpias simbolizaban una vida irreprensible. Esta es la enseñanza del v. 8. La oración es aceptable solamente cuando el creyente tiene una vida consagrada y limpia.
“Sin ira ni contienda” describe la actitud y conducta de la persona en su relación con otros. La persona que constantemente tiene problemas interpersonales muestra un defecto en su carácter y espiritualidad. La primera palabra describe la actitud del corazón: molestia y enojo. La segunda señala que la persona tiene disputas con otros. Tanto la mujer como el hombre tienen que hacer la voluntad de Dios en estas áreas de su vida y pedir que el Espíritu Santo gobierne sus reacciones y relaciones. En el cuerpo de Cristo, hemos de manifestar paciencia, longanimidad, amor y paz.
MAS EL FRUTO DEL ESPÍRITU ES AMOR,
GOZO, PAZ, PACIENCIA, BENIGNIDAD,
BONDAD, FE, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA
(Gálatas 5:22–23)
El v. 8 debe hacernos examinar nuestra vida. El privilegio de orar es grande y especialmente cuando se hace en los servicios de la iglesia y la persona guía a toda la congregación en su devoción y petición a Dios. No todo cristiano está calificado para hacerlo.
¡PENSEMOS!
Al leer los vv. 9–15, ¿puede imaginar las actitudes y conducta de las reuniones de la iglesia de Éfeso que preocupaban a Pablo? En los vv. 9–10, ¿cuáles son las cualidades positivas que la mujer cristiana debe manifestar? ¿Opina usted que Pablo prohibe el uso de oro y perlas? ¿Por qué? O, ¿por qué no? ¿Qué clase de ropa debe usar la mujer cristiana? ¿Cómo debe ser su conducta? Lea 1 Pedro 3:1–6. ¿Qué enseñanzas de Pedro pueden agregarse a las de Pablo?
Los varios pasajes acerca del comportamiento de las mujeres en la iglesia de Éfeso muestran que había algunas que no manifestaban un corazón y conducta que honrara al Señor (1 Timoteo 2:9–15; 5:9–15; 3:11). Es probable que los maestros de doctrina falsa influyeran en ellas y fomentaran un espíritu de soberbia, independencia o rebeldía. Era necesario que Pablo hablara de las actitudes y conducta de la mujer. Como en los versículos anteriores, Pablo enfoca especialmente la conducta en los cultos de la iglesia. Veremos esta enseñanza en tres partes. Los vv. 9 y 10 tocan el vestido y el carácter femeninos. Los vv. 11 y 12 hablan de su conducta en las reuniones. Finalmente, en los vv. 13–15, Pablo apoya su enseñanza con ejemplos bíblicos.
LA PRUDENCIA DE LA MUJER CRISTIANA 2:9–10
Pablo enfatiza los valores positivos: “ropa decorosa, con pudor y modestia… piedad”. El apóstol Pedro también señaló las actitudes del corazón que son la belleza de la mujer cristiana: “el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (comp. 1 Pedro 3:1–6).
Las palabras “atavíen” y “decorosa” provienen de la misma raíz. El verbo significa “ordenarse” o “arreglarse” y assume que la mujer ha de velar por su aspecto personal. Sin embargo, el arreglo de la creyente tendrá características especiales. La frase ropa decorosa se refiere a ropa bien ordenada y de buen gusto. Pudor significa discreción, el tener cuidado de no traspasar los límites de la reserva y la decencia femeninas.
La tercera característica es modestia, que describe el dominio interno de sí mismo, el control de las emociones y de los anhelos, y el uso del buen juicio en el vestido y adorno. La modestia se manifiesta en la manera de vestir, porque ella evitará llamar la atención a su cuerpo y el uso de lo que es provocativo.
En el v. 9, Pablo habla del aspecto negativo y dice no con, o sea, “no por medio de…” Es evidente aquí y en 1 Pedro que los apóstoles no prohibían que la mujer cuidara su aspecto personal, sino que evitara confiar en vestidos lujosos, prendas costosas y peinados extravagantes para ser atractiva.
En la sociedad de los efesios, los peinados ostentosos y el adorno de joyas señalaban la posición de la mujer. Las mujeres competían las unas con las otras. La mujer cristiana tal vez se sintiera tentada a imitar esas costumbres. Pablo enseña que el atractivo de la mujer cristiana proviene de las cualidades internas que se desarrollan por medio del Espíritu Santo. La cristiana madura se dedica a cultivar las cualidades internas que se manifiestan en las relaciones y en buenas obras de amor. Su aspecto externo debe reflejar la modestia, la piedad y la prudencia que vienen del corazón.
Según el apóstol Pedro, esta es una manera en que la mujer cristiana puede ganar para Cristo a su esposo inconverso. La sumisión, la buena conducta, la modestia, la amistad, la calma y la santidad atraen al esposo a Cristo, sin que ella esté insistiendo con palabras y argumentos (1 Pedro 3:1–6).
LA HUMILDAD DE LA MUJER CRISTIANA 2:11–12
El segundo tema acerca de la mujer trata de su actitud y comportamiento durante la enseñanza o predicación en la iglesia.
¡PENSEMOS!
Lea los vv. 10–15. En su opinion, ¿cómo podría este tema relacionarse con las doctrinas falsas del capitulo 1? ¿Cómo resume usted la enseñanza del apóstol Pablo en los vv. 11 y 12? ¿Cuál es la práctica de su iglesia tocante a la participación de la mujer en la enseñanza? ¿Cuáles son las razones para esta costumbre?
Los vv. 11 y 12 ayudan a entender el problema que habiá surgido en Éfeso. Pablo manda dos cosas: tranquilidad y sujeción. Después, explica: “no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre”. Esta cláusula ha causado controversia, porque pone algunas limitaciones a la participación de la mujer en la congregación.
Algunos han afirmado que esta limitación solo se aplica a Éfeso. Sin embargo, la manera categórica en que Pablo expresa la norma que él impone y los argumentos basados en la creación y el primer pecado, muestran que es un principio general que él enuncia. Es importante entender lo que el apóstol quiso decir y lo que no dijo.
Aparentemente, algunas mujeres no guardaban tranquilidad en las reunions, sino que interrumpían al maestro con actitud incrédula o rebelde. En vez de estar en la reunión para aprender con humildad, algunas cuestionaban la enseñanza de los líderes varones. 1 Corintios 14:33–35 revela que había un problema similar en Corinto. Sin duda, Timoteo mismo era el maestro principal en la congregación en Éfeso. Por lo tanto, el apóstol le mandó que fuera más activo en este ministerio (4:6, 11, 13–16; 2 Timoteo 1:6; 2:2, 15, 24–26; 4:2–5). Otros líderes de la iglesia también participaban en la enseñanza (3:2, 5:17–18).
Pablo escribió que no permitía que ellas enseñaran porque, de alguna manera, ellas querían hacerlo, rebatiendo la enseñanza de los hombres o pidiendo la oportunidad de exponer sus puntos de vista. El apóstol afirma que tienen que respetar el orden establecido: los líderes varones impartirán la enseñanza. Él relaciona la enseñanza con “ejercer dominio sobre el hombre” porque la persona que imparte la enseñanza comunica las interpretaciones, doctrinas y normas que la congregación creerá y seguirá. Entonces, esa persona ejerce autoridad sobre los miembros por medio de la exposición y aplicación de la palabra santa. Pablo afirma que el papel de autoridad pertenece a los varones, como se verá en el capítulo 3 cuando habla de los obispos (ancianos y pastores). El autor no está declarando que todo hombre tiene autoridad sobre toda mujer. Los que enseñan la palabra de Dios en la iglesia son principalmente los hombres que la congregación ha reconocido como ancianos y pastores.
Es probable que la conducta de las hermanas tenga relación con el problema doctrinal que hemos visto en la carta. Algunos maestros estaban impulsando enseñanzas falsas en la congregación. Quizá hayan convencido a algunas mujeres y ellas se oponían a la doctrina sana que Timoteo y otros enseñaban. En vez de aceptar la enseñanza con humildad, ellas discutían con los maestros. Posiblemente algunas ambicionaban enseñar a la congregación. Pablo contesta que están fuera de orden, porque la autoridad de enseñar y aplicar la palabra es de los líderes varones y ellas han de respetar el orden que Dios ha establecido.
El apóstol no está en contra de la mujer ni desea quitarle su dignidad. En Tito 2:3–5, instruye a las mujeres a enseñar a otras mujeres. En otros pasajes, Pablo elogia a las mujeres y muestra su respeto y aprecio por ellas. (Por ejemplo, en Romanos 16:1–3, 6, 12, 15) Lucas, compañero de Pablo, se ha destacado por comunicar a la iglesia el papel que tuvieron las mujeres en el ministerio de Jesucristo y en los primeros años de la iglesia (Lucas 8:1–3; Dorcas en Hechos 9:36–38; Lidia en Hechos 16:14ss; Priscila en Hechos 18:1–3; mujeres piadosas en Hechos 17:4, 12). El cristianismo otorgó a la mujer privilegios y valor que otras culturas y religiones no le daban. En su relación con Dios y su posición en el cuerpo de Cristo, disfrutaban de las mismas bendiciones que el hombre, incluyendo los dones espirituales y el privilegio de servir a Dios y ministrar a los demás. Pablo enseñó: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; proque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. (Gálatas 3:26–28)
Sin embargo, es evidente que ser cristiano no niega la nacionalidad de las personas, ni su sexo, ni da libertad a los que son esclavos. También, aunque eran iguales en lo espiritual, los cristianos no eran idénticos en sus dones, habilidades y actividades. Por ejemplo, 1 Timoteo 3 enseña que los cristianos necesitan ciertas cualidades para ser anciano (obispo, pastor) de la iglesia. Uno de estos requisitos es que sea varón.
Los detalles del párrafo derraman más luz sobre este tema. El vocablo que se traduce aquí silencio significa que la mujer debe estar quieta, calmada, tranquila. Este vocablo sugiere que había desorden en las reuniones porque algunas mujeres se molestaban y rebatían la enseñanza de los maestros. Sin embargo, mientras esta palabra manda mantener las tranquilidad y aceptar la enseñanza de los maestros, el vocablo no exige guardar silencio absoluto ni prohibe la participación en el servicio de otra forma. Pablo se preocupaba por la sana doctrina, la autoridad, la humildad y la unidad en la congregación.
La sujeción significa ocupar un rango abajo. En términos militares, el ser clasificado debajo de un oficial no significa inferioridad como persona, tener menos valor o ser menos inteligente o capaz. El rango tiene que ver con orden, responsabilidad y autoridad. En el hogar y en la iglesia, Dios ha puesto al varón en el liderazgo. Los cristianos han de entender que esto no humilla a la mujer y no le quita el privilegio de tener ministerios dentro y fuera de la iglesia, incluso el ministerio de la enseñanza en muchas circunstancias cuando no ejerce dominio sobre el hombre.
Aprendemos mucho sobre este principio cuando recordamos que Jesucristo es sumiso al Padre Celestial (1 Corintios 11:3). Jesucristo no es inferior, ni tiene menos poder, ni es menos Dios que el Padre. Aun las personas de la Santa Trinidad observan el orden cuando el Hijo obedece al Padre y el Espíritu Santo obedece al Padre y al Hijo. En todos los atributos de Dios, ellos son iguales, pero cada uno acepta que existe un orden de autoridad. ¡Qué maravilloso este ejemplo para enseñar al varón y a la mujer a aceptar con humildad su rango de sujeción debajo de otros humanos y debajo de Dios mismo! Pablo enseñó que Dios recompensará la sumisión de Jesús al Padre (Filipenses 2:5–11). Asimismo, recompensará a la mujer y al hombre que se someten al orden divino en las relaciones con otros (1 Pedro 5:6–7).
EL MINISTERIO ESPECIAL DE LA MUJER 2:13–15
El autor de la carta concluye dando las razones para el liderazgo de los varones en la iglesia. La primera se encuentra en el v. 13 y se basa en la creación: el hombre fue creado primero. Este argumento podría significar sólo que el orden cronológico de la creación indica el orden de responsabilidad y liderazgo. Sin embargo, también el argumento podría incluir el hecho de que la mujer fue creada después de él para ser ayuda idónea para el hombre.
El concepto de la ayuda idónea enseña que una función de la mujer es complementar al hombre. Es importante notar que no por eso el hombre es superior, sino que estaba incompleto. El hombre no tiene las características y cualidades que llenan todas las funciones de la humanidad. La mujer contribuye con elementos imprescindibles por medio de su naturaleza, personalidad y valores. Ella suple lo que el varón no está preparado para hacer. Este concepto dignifica a la mujer y señala su papel imprescindible en el orden divino.
BASES DE LA ENSEÑANZA
ACERCA DE LA MUJER
1. La creación de Adán y Eva v. 13
2. El pecado de Adán y Eva v. 14
3. El ministerio especial v. 15
El v. 14 contiene otro argumento que también se remonta al libro de Génesis, esta vez al primer pecado de la humanidad. Pablo dice que Adán no fue engañado mientras que Eva si lo fue. Algunos sugieren que el punto principal es que Eva fue más susceptible a las mentiras de Satanás. Sin embargo, en este pasaje, Pablo está interesado en demostrar que el hombre y la mujer no deben cambiar los roles que Dios ha ordenado. Adán entendió la seriedad de la tentación y el pecado, pero, contraviniendo el orden divino, siguió a su esposa y se rebeló contra Dios. Adán tuvo mayor culpa y llevó a la humanidad al pecado. Pablo dice que este cambio de roles no debe ocurrir en la iglesia.
Una explicación más se encuentra en el v. 15. Existen varias interpretaciones de este versículo, pero la mejor explicación es la siguiente: La mujer encontrará su mayor realización y ministerio como madre en el hogar si continúa viviendo en fe, amor, santidad y modestia.
Se salvará. En este versículo no se refiere a la salvación eterna. Significa “se realizará”. Si no juega el rol de maestra y autoridad en la congregación, entonces ¿cuál es su papel principal? Asumiendo que la mayoría de las cristianas se casan y tienen hijos, se realizará plenamente edificando a su familia y a la iglesia al criar a sus hijos en los caminos de Dios.
Los otros pasajes sobre las actividades de la mujer en el Nuevo Testamento muestran que su ministerio no se limita al hogar. En las mismas epístolas pastorales, Pablo menciona que la mujer puede enseñar a sus hijos y a otras mujeres (2 Timoteo 1:5, 3:15; Tito 2:3–4). En Hechos 18:26, Priscila, junto con Aquila, instruyó a Apolos. Muchas tienen el don de la enseñanza y existen amplias oportunidades para ejercerlo en el hogar, en las clases dominicales, en los grupos de mujeres cristianas y en los ministerios para las que todavía no conocen al Señor.
Ejercer los dones espirituales no requiere que una persona tenga un puesto oficial en la iglesia. La mujer puede tener el don de pastor. El Señor la usa para apacentar la grey que está cerca de ella y conducirla a reflejar la imagen de Cristo. Otras ejercen el don de exhortación (consolación, ánimo) a través de la consejería. Cada don espiritual conlleva muchas oportunidades para las cuales Dios ha escogido al individuo, para realizar un ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo. Dios ha bendecido a las mujeres cristianas con sensibilidad especial, con amor y compasión, con talentos musicales y artísticos, con habilidades administrativas, con preparación especial en distintos campos académicos y con liderazgo. Son infinitas las oportunidades que tiene la mujer cristiana.
¡PENSEMOS!
Basado en este capítulo, ¿cuáles podrían ser las preocupaciones del apóstol Pablo tocante a los cultos en la iglesia donde usted asiste? Como hombre o mujer, ¿está usted calificado espiritualmente para tener liderazgo espiritual? ¿Cuál es la lección que usted, sea mujer o varón, debe aprender acerca de su atractivo personal? ¿sobre la humildad y sumisión?
Elabore una amplia lista de ministerios que la mujer puede realizar dentro y fuera de la iglesia. Si usted es mujer, ¿qué debe hacer para prepararse mejor para ejercer su don espiritual para el bien de su familia, iglesia y comunidad?
¿Cuáles son las habilidades y dones espirituales que el Espíritu Santo ha dado a su esposa? ¿Cómo puede apoyarla y animarla para que encuentre su lugar de ministerio en el cuerpo de Cristo? Como líder cristiano, ¿está usted ayudando a las hermanas de la congregación a encontrar el ministerio adecuado para que utilicen sus dones espirituales, experiencia, preparación y talentos?
6
Tiene líderes calificados
1 Timoteo 3:1–13
Para que la vida de una iglesia sea saludable, es necesario que tenga líderes saludables espiritualmente. Los dirigentes de una iglesia cristiana muestran el camino para que los miembros hagan la voluntad de Dios, amen a los que no conocen a Cristo, discipulen y edifiquen a los demás miembros y sigan creciendo en su vida espiritual. Los que tienen la responsabilidad principal son el grupo de hombres que el Nuevo Testamento llama “obispos”, “ancianos” o “pastores”. Los tres nombres se refieren al mismo grupo de líderes.
En este capítulo Pablo instruye a Timoteo acerca de algunos requisitos que los ancianos deben llenar. Asimismo, le da la enseñanza tocante a los diáconos y algunas mujeres líderes que probablemente eran las diaconisas.
¡PENSEMOS!
En 3:1, Pablo se refiere a los obispos. En Tito 1:5–7, ¿qué otro nombre usa para el mismo líder de la congregación? En Efesios 4:11 (comp. Hechos 20:28) ¿cuál es el tercer título que se da a éstos? En Hechos 20:17 y Tito 1:5, Filipenses 1:1 y Santiago 5:14–15, ¿tenía cada iglesia un sólo anciano-pastor-obispo, o varios?
LOS ANCIANOS DEBEN SER IRREPRENSIBLES 3:1–7
Cristo es la única cabeza y Señor de la iglesia y ha confiado la administración y el pastorado de cada congregación a un grupo de hombres de Dios (Efesios 1:22–23; 1 Pedro 1:5). Según el Nuevo Testamento, no sólo una persona administra la iglesia, sino un grupo de líderes. Es el plan de Dios que ellos compartan el ministerio. Cada miembro del grupo de ancianos-pastores complementa a los demás, porque tienen distintos caracteres, dones espirituales, experiencia y habilidades. La pluralidad de liderazgo promueve la humildad, la hermandad, el espíritu de servicio y la unidad entre los pastores, y su ejemplo enseña a los miembros a servir en armonía también.
El ministerio de los ancianos
Los tres nombres, “anciano”, “obispo” y “pastor” nos enseñan mucho (Hechos 20:17, 28; Tito 1:5, 7). En estos pasajes bíblicos los nombres anciano y obispo se refieren al mismo grupo de líderes de la congregación y su responsabilidad es “apacentar” el rebaño, “la iglesia del Señor”. En Efesios 4:11, el apóstol Pablo escribe acerca del don de pastor.
OFICIO: OBISPO = ANCIANO = PASTOR
ORIGEN: GENTIL JUDÍO CAMPO
El vocablo anciano tiene trasfondo judío. Cada sinagoga judía era dirigida por un grupo de ancianos. Este nombre se usa con más frecuencia en el Nuevo Testamento y es muy conocido en las iglesias evangélicas. El nombre señala que el líder de la iglesia es una persona con madurez y experiencia que debe tener sabiduría y conocimiento.
Obispo, que Pablo usa en 1 Timoteo 3:1, era la palabra más conocida por los griegos. Entonces el apóstol la usa más que “anciano” debido a su ministerio en las ciudades gentiles. Se refiere a uno que vela, vigila y supervisa. Los líderes de la congregación tienen que velar por el crecimiento espiritual de los creyentes y por la buena marcha de la iglesia.
El nombre pastor proviene de la figura de uno que apacienta las ovejas y describe mejor las actividades del líder espiritual. Pastorear involucra alimentar, proteger, guiar y cuidar. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes, reyes y profetas eran los pastores de Israel. En Efesios 4:11, Pablo combina el don de pastorear con el de enseñar.
El título de pastor es muy conocido en las iglesias evangélicas, pero generalmente se refiere a sólo uno o dos líderes destacados de ella. La iglesia puede tener un puesto que llamamos “el pastor”, pero según el Nuevo Testamento, todos los ancianos participan también en el ministerio pastoral. Cada anciano debe alimentar, cuidar, proteger y guiar a los miembros de la congregación, según los dones y experiencia que tienen. No fungen solamente como parte de la junta administrativa. Aun cuando la iglesia tiene un pastor de tiempo completo, cada anciano debe trabajar para llenar las necesidades espirituales de la grey de Dios. Trabajan en equipo, aunque es posible que algunos, como el que tiene el puesto de “pastor”, tengan preparación especial o dediquen más tiempo al ministerio. Para acordarnos de este concepto, a veces llamamos a los miembros de este equipo “ancianos-pastores”.
Se debe notar que los ministerios y actividades de los ancianos-pastores varían según los dones espirituales, el tiempo disponible, la experiencia y la preparación que Dios les ha dado, 1 Timoteo 5:17 menciona diferentes ancianos-pastores en la iglesia. Pablo dice que todos participan en una u otra forma en la administración de ella. También menciona que algunos predican y enseñan la palabra de Dios. Además se refiere a algunos que reciben sostén (“doble honor”) porque ellos cumplen bien su ministerio y han dejado sus otras ocupaciones para dedicarse en forma parcial o de tiempo completo a los ministerios de la iglesia. Así, aunque ministran en un nivel de igualdad y hermandad en la tarea de pastorear el rebaño de Dios, los distintos ancianos-pastores se complementan entre sí aportando diferentes cosas para el bien de la iglesia.
Al hablar de igualdad y hermandad, es importante observar también que es normal que haya un líder de los ancianos. A través de la Biblia, se nota que Dios prepara a ciertos individuos para que provean un liderazgo general. Recordamos en el Antiguo Testamento a José, Moisés, los jueces y profetas, Samuel y David. En los evangelios y Hechos, es notable el liderazgo que Pedro tenía entre los doce discípulos. Fue mencionado 189 veces contra 50 que mencionan a Juan y 18 que citan a Jacobo.
Pablo era el líder del equipo misionero compuesto de Bernabé, Marcos, Lucas, Timoteo, Tito y otros. Por su parte, Timoteo era líder en Éfeso y Tito, en Creta.
Entonces, es normal que los ancianos-pastores reconozcan a un líder. En la mayoría de las iglesias, él es llamado “pastor”. Destaca en el ministerio por su preparación, conocimientos y visión, por los dones de liderazgo o por su experiencia en los diversos ministerios. Esta persona no debe ser un líder autocrático ni tomar decisiones por su cuenta, sino que respetará el principio bíblico del liderazgo compartido. Su papel es aportar visión, motivación, enseñanza y coordinación a los esfuerzos que el grupo de ancianos-pastores lleva a cabo en conjunto.
Por ser de tanta importancia en la iglesia, los ancianos-pastores necesitan tener un alto nivel de integridad y espiritualidad. El líder espiritual (anciano-pastor) de la iglesia necesita cumplir con los requisitos bíblicos que se encuentran en 1 Timoteo 3:1–7 y Tito 1:5–9. En estos pasajes bíblicos, el apóstol Pablo menciona veintidós características de la persona que ha de ejercer liderazgo en la iglesia. Hay muchas cualidades personales y otras que tienen que ver con el hogar. Para Dios, es más importante el carácter y la madurez espiritual que las habilidades. Dios usa grandemente a personas con menos preparación y capacidad, si son en verdad entregados y obedientes a Dios.
¡PENSEMOS!
Al leer los vv. 1–7, ¿qué aprende sobre los ministerios del obispo (anciano, pastor)? ¿Qué otras responsabilidades encuentra en los siguientes pasajes: Hechos 20:29–31, 35; 1 Pedro 5:2–3; 1 Timoteo 5:17?
En los vv. 1–7, ¿cuáles son las cualidades personales del anciano? ¿Cómo le ayudan a ser un lider efectivo estas cualidades? ¿Qué requisitos tienen que ver con su hogar? ¿En qué maneras es la administración de una iglesia semejante a la de una familia? En los vv. 6–7, ¿cuáles son dos maneras en que un líder puede caer en tentación? ¿Tiene otros ejemplos de cómo los líderes experimentan batallas espirituales en su vida?
Cualidades de los ancianos.
A continuación se encuentra la lista de características del anciano. Estas cualidades pueden servir también para que cada creyente evalúe su nivel de madurez y se fije en aspectos de su vida en que necesita cambiar o fortalecer.
Irreprensible (comp. Tito 1:6) significa que no existe base para hacer alguna acusación contra esta persona: es intachable, íntegro. Esta característica inicia la lista de cualidades y posiblemente es el título que resume las otras características. Comp. Hechos 16:2–3; 6:3. La palabra indica que el candidato debe ser evaluado por otros y que es importante la opinión que otros tengan de él, así como su esposa, hijos, vecinos, los que trabajan con él y los líderes espirituales.
El segundo requisito es que sea marido de una sola mujer (comp. Tito 1:6) Se ha discutido mucho el significado exacto de esta frase. No es el propósito de Pablo descalificar al soltero. Él no tenía esposa cuando llevó a cabo su amplio ministerio misionero. Si se exige que el anciano sea casado, entonces, lógicamente tendría que tener hijos también por causa del requisito del v. 4. Pocos intérpretes creen que Pablo quiera eliminar al viudo por lo que enseña en Romanos 7:1–3, 1 Corintios 7:39 y 1 Timoteo 5:14. Por supuesto, este requisito descalifica al que tenga más de una esposa o que no sea fiel a ella.
Pablo no dice claramente que el hombre divorciado y casado otra vez quede descalificado. Sin embargo, la mayoría de iglesias evangélicas interpretan así esta frase. La iglesia necesita líderes que sean modelos para los demás, irreprensibles en todo aspecto de su vida.
La expresión en el griego no describe tanto el transfondo matrimonial del hombre, sino su carácter. Es un hombre dedicado a una mujer que es su esposa. Su matrimonio es estable y su relación con otras mujeres es intachable. Es leal a su esposa en palabra, hecho y pensamiento. Su vida sentimental está controlada por el Espíritu Santo.
Sobrio (comp. Tito 1:8) significa que es controlado, de buen juicio, templado y moderado. No está dominado por los deseos de la carne y está libre de toda forma de exceso. Es juicioso y medido con respecto al uso de la palabra; solícito con respecto a la administración del tiempo y su modo de vivir; estable. (Comp. 1 Tesalonicenses 5:2–6; 1 Pedro 4:7 y 5:8.)
Prudente (comp. Tito 1:8) quiere decir que es sincero, sabio, sano, humilde, juicioso, maduro, sensato y equilibrado. Compare las ideas de Tito 2:2, 4–6. No es orgulloso ni tampoco se subestima (Romanos 12:3). Más bien, tiene una perspectiva correcta de su lugar en la iglesia, sus dones y su ministerio. Provee para el futuro y considera las futuras consecuencias de sus acciones (Mateo 7:24, comp. 1 Pedro 4:7).
Decoroso literalmente significa “ordenado”, “atractivo”, “esmerado” y “arreglado”. Se aplica al arreglo personal, el orden de la casa, la oficina y la iglesia, la puntualidad, el cumplimiento de responsabilidades y la organización.
Las siguientes dos características sugieren aspectos del ministerio del anciano: Hospedador (comp. Tito 1:8), literalmente significa “el amor a forasteros, extraños”. La palabra describe a la persona que está dispuesta a compartir sus bendiciones, las comodidades de su casa y su mesa con los demás, aun cuando no sean sus amigos íntimos. (Comp. 1 Pedro 4:9; Romanos 12:13; Hebreos 13:12; Levítico 19:33 y 34 y 1 y 2 Juan.) Podemos también aplicar este espíritu a la preocupación y generosidad del cristiano que llena cualquier necesidad de otro, sea social, emocional o espiritual, y no sólo material. El cristiano es el que debe proyectarse hacia los demás.
Apto para enseñar describe la persona que tiene habilidad para enseñar y tiene conocimientos de las Escrituras y la doctrina. Está dispuesto a comunicar la verdad de Dios a otras personas. (Comp. 2 Timoteo 2:23–26.). Puede incluir la enseñanza en grupos o individual. Los vv. 4–5 sugieren que este ministerio de enseñanza debe comenzar en la familia. 2 Timoteo 2:23–26 indica que el maestro debe tener una personalidad amable, ser manso y no sentirse amenazado por los demás. (Comp. Tito 1:9.)
No dado al vino (comp. Tito 1:7) significa literalmente que el anciano no se detiene al lado del vino, o sea que no es un hombre viciado. Se debe aplicar al dominio propio en todas las áreas de la vida. No pendenciero (comp. Tito 1:7) dice que el anciano-pastor no debe ser propenso a la violencia, ni contencioso, ni arrogante, ni vivir a la defensiva. No piensa que siempre tiene la razón, no es egoísta. El abuso de otras personas puede ser verbal como cuando se insulta, critica o se repiten chismes ajenos.
Las siguientes dos palabras son el opuesto de pendenciero. La persona amable es gentil, suave, paciente con otros (comp. 2 Timoteo 2:23–25). Apacible describe a la persona pacífica, la que busca la armonía con otros. No toma una actitud negativa, que a menudo está en contra de los demás y sus ideas. No es egoísta, celoso, inseguro, amargado. La idea se encuentra también en Mateo 5:9; Romanos 12:16 y 18; 14:19; 15:5–6 y Efesios 4:1–3.
No codicioso (comp. Tito 1:7 y 1 Pedro 5:2.) significa que el anciano no ama el dinero; no vive motivado por la ganancia o el materialismo ni por las cosas que el dinero puede traer, como buena posición, poder e influencia. Contraste el problema de los falsos maestros en 6:5. Compare también las enseñanzas en 1 Timoteo 5:17; Filipenses 4:15–16; 1 Corintios 9:14, Mateo 6:33, 19, 20, 21; Deuteronomio 6:10–12; 8:11 y 17 y 2 Tesalonicenses 3:10–12.
El siguiente requisito tiene que ver con el hogar y es muy significativo. Pablo vio al hogar como un lugar de entrenamiento para ser buen líder en la iglesia, porque la iglesia también es una familia. En el hogar, el hombre crece espiritualmente así como en sus relaciones. Además, desarrolla su liderazgo espiritual, su enseñanza y su habilidad de administrar y coordinar. El hogar es también un campo de prueba en el que puede ser probado y evaluado si es idóneo para el liderazgo en la iglesia. (comp. Tito 1:6.)
No un neófito significa que no debe ser un recién convertido, sino uno que ha madurado en la fe para evitar los pecados que condenaron al diablo: la soberbia y la ambición. 1 Corintios 3:1–4 muestra algunas de las características de la falta de madurez.
Los que no conocen al Señor también deben reconocer la integridad del anciano. El lazo del diablo es la vergüenza, el desánimo, y la pérdida de confianza de la persona que cae en tentación o que pierde el respeto de los demás. La idea se encuentra en 1 Tesalonicenses 4:11–12; Colosenses 4:5–6; 1 Corintios 10:31–33; 1 Pedro 2:12; Filipenses 2:14–16 y Efesios 6:5–9.
Tito 1:7–9 incluye algunas cualidades más que son semejantes a las que hemos visto. En Tito 1:9, retenedor de la palabra fiel significa que el anciano es un hombre de convicción tocante a la enseñanza bíblica. En otras palabras, es estable en su fe.
Se nota que la palabra de Dios enseña una norma muy alta para que una persona sea líder de una congregación cristiana. Antes de proponerle para este ministerio, el cuerpo de ancianos de una iglesia necesita orar mucho por la dirección del Señor y evaluar al candidato con cuidado, a través de un período de prueba. Para asegurarse que la persona tenga estas cualidades, los ancianos tendrán que observar su carácter personal, sus relaciones interpersonales, su matrimonio, sus hijos, su relación con los no creyentes y los ministerios en la iglesia. Un anciano-pastor debe ser escogido sólo después que los líderes maduros lo evalúen según los requisitos bíblicos.
LOS ANCIANOS DEBEN SER:
IRREPRENSIBLES
NO PENDENCIEROS
MARIDOS DE UNA
NO CODICIOSOS
SOLA MUJER
AMABLES
SOBRIOS
APACIBLES
PRUDENTES
NO AVAROS
DECOROSOS
QUE GOBIERNEN
HOSPEDADORES
BIEN SU CASA
APTOS PARA
NO NEÓFITOS
ENSEÑAR
DE BUEN
NO DADOS AL VINO
TESTIMONIO
REQUISITOS DE LOS DIÁCONOS 3:8–13
El Nuevo Testamento no provee mucha información sobre los diáconos. El vocablo diácono indica que su función es servir, ministrar y atender a las necesidades de los creyentes. Algunas iglesias, como la de Filipos, tenían diáconos pero es posible que no todas las congregaciones los tuvieran (Filipenses 1:1).
¡PENSEMOS!
Lea Hechos 6:1–7, donde se da el origen de los diáconos. ¿Cómo diferían los deberes de los apóstoles con los de ellos? Según Hechos 6, ¿cuáles eran los requisitos para ser diácono? ¿Cuál fue el resultado del nombramiento de los diáconos para ayudar a los apóstoles?
Hechos 6 dice que los diáconos fueron nombrados para ayudar a los apóstoles, para que éstos pudieran dedicar su tiempo a la oración y la predicación de la palabra de Dios. Ese pasaje sugiere que los líderes principales de la iglesia (los ancianos-obispos-pastores) pueden delegar en los diáconos los ministerios como de finanzas, edificios, equipo, visitación, ayuda social, etc.
Pablo incluye algunos requisitos para los diáconos que no mencionó para los ancianos. Honesto quiere decir digno de respeto y serio, de pensamiento y carácter. Sin doblez significa que el diácono dice la verdad, es sincere y no engaña. No dados a mucho vino (semejante al requisito del v. 3) advierte contra el peligro de tomar vino en exceso. Como los ancianos, el diácono tenía que evitar el amor al dinero.
Guarden el misterio de la fe con limpia conciencia significa que ellos deben estar convencidos de la enseñanza apostólica y que estas creencias han de acompañarse con una vida consecuente. Los falsos maestros en Éfeso habían dejado la doctrina sana y la buena conciencia (1:5–6, 19–20).
Sometidos a prueba primero indica que los diáconos también tienen que pasar por una evaluación de sus vidas y su servicio al Señor. La forma del verbo indica que esta evaluación requiere un período de prueba y no sólo un examen.
Irreprensibles se refiere a una persona que no puede ser acusada de ninguna falta. El sentido es sinónimo al requisito del anciano en 3:2 y es el mismo vocablo que se encuentra en Tito 2:7. En estos pasajes, Pablo lo colocó primero en la lista como un título. Aquí irreprensible aparece al último como un resumen de todos los demás.
Pablo interrumpe la lista de requisitos de los diáconos para hacer referencia a las cualidades de las mujeres. ¿Quiénes eran estas mujeres? Algunos creen que se refiere a las esposas de los diáconos, pero surge la pregunta de por qué no hizo mención de las esposas de los ancianos que eran los líderes principales de la congregación. Es mejor entender que estas mujeres son otro grupo que tenían responsabilidades de servicio en la iglesia, o sea, diaconisas, como Febe en Romanos 16:1.
Las características de ellas son semejantes a las de los diáconos: honestas, no calumniadoras (comp. Tito 2:3), sobrias (Vea v. 2), fieles en todo. Debemos contrastar estas cualidades con el mal testimonio de algunas mujeres de Éfeso (5:11–15 y 2 Timoteo 3:6–7).
Ahora Pablo vuelve a los requisitos para los diáconos, incluyendo también la calidad cristiana de sus hogares. Maridos de una sola mujer la misma expresión de 3:2. Gobiernen bien a sus hijos y sus casas es semejante al v. 4.
Ganan para sí un grado honroso enseña que el candidato a ser diácono, a través de su vida y su fiel servicio, está consiguiendo una reputación de respeto en la iglesia.
LOS DIÁCONOS DEBEN SER:
HONESTOS,
SIN DOBLEZ,
NO DADOS A MUCHO VINO,
NO CODICIOSOS,
DE LIMPIA CONCIENCIA,
IRREPRENSIBLES,
MARIDOS DE UNA SOLA MUJER,
QUE GOBIERNEN BIEN A SUS HIJOS
Y A SU CASA.
Al terminar la lista de los requisitos de ancianos y diáconos, es interesante observar que la lista no habla de preparación académica, experiencia en los negocios o una profesión, o de tener cierto nivel socioeconómico. Se debe notar también que, si una persona llena estos requisitos, será agradable para los miembros de la iglesia relacionarse con él, seguir su ejemplo y respetar su liderazgo. Este pasaje enfatiza la reputación, la ética personal, la moralidad, el temperamento, los hábitos y la madurez, sin mencionar mucho acerca de las atribuciones y funciones. Es más importante para Dios la calidad del carácter y la madurez espiritual que las capacidades y talentos.
También nos damos cuenta que Pablo sólo seleccionó las características que más hacían falta en Éfeso cuando él escribió la carta. El líder cristiano necesita manifestar las cualidades de todo buen cristiano, como entregar su vida al dominio de Dios (Romanos 12:1–2), dejar que el Espíritu Santo controle su vida (Efesios 5:18), confesar sus pecados (1 Juan 1:9) y manifestar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22–23).
¡PENSEMOS!
Repase la lista de cualidades personales que aparecen en este capítulo. Note los puntos que afectan las relaciones interpersonales. Observe las caracteristicas familiares. ¿Cuál es la calificación personal que usted recibe en este examen? ¿95%? ¿80%? o ¿40? ¿Piensa que está preparado para tener más responsabilidades en su iglesia? Apunte las áreas de su vida que necesitan fortalecerse. ¿Qué debe hacer para que su carácter y comportamiento sean moldeados a la imagen de Jesucristo? Reflexione en cada cualidad de este capitulo y piense en una persona de su iglesia que practica esa actitud o conducta. ¿Cómo contribuye cada característica para que el líder sea más efectivo? Hoy día, ¿cuáles son las tentaciones mayores en la vida de un lider espiritual? Si usted es líder en su congregación, ¿está dando buen ejemplo a los demás? Cuando escogen nuevos ancianos, diáconos o maestros, ¿los evalúan según estos requisitos?
Aparte unos momentos para orar por los líderes de su iglesia.
7
Defiende la verdad
1 Timoteo 3:14–4:5
La iglesia saludable cuida de su enseñanza y sus normas. La enseñanza fiel produce fruto en la santidad personal, la buena conducta y el impacto de la congregación en el mundo. En este estudio nos basamos en algunos versículos que se encuentran al final del capítulo 3 y otros al inicio del capítulo 4, porque estos pasajes enfocan la importancia de la doctrina que es correcta porque es bíblica.
EL MISTERIO DE LA PIEDAD 3:14–16
En estos versículos, Pablo revela el propósito de lo que ha venido enseñando en esta epístola. También explica por qué son tan importantes estas enseñanzas acerca de la iglesia.
¡PENSEMOS!
Según los vv. 14 y 15, ¿cuál es el propósito de esta carta? ¿Qué verdades tocante a la iglesia aprendemos en el v. 15? ¿A quién enfoca el v. 16? Leyendo detenidamente las líneas del v. 16, ¿qué significado tiene cada una para usted?
Pablo ha venido advirtiendo a los cristianos acerca de las falsas doctrinas, la oración en la iglesia y el comportamiento de los hombres y las mujeres que asisten y participan en los cultos. En el capítulo 3, habló de los líderes de la iglesia y las características personales y espirituales que deben tener. Ahora, explica por qué son tan necesarios estos temas y los demás que se van a tratar en la carta.
En primer lugar, era necesario escribir estas enseñanzas porque era posible que Pablo tardara en su llegada a Éfeso y les hacía falta conocer estos temas. El apóstol era un misionero itinerante que viajaba incansablemente para fortalecer las iglesias e iniciar nuevas congregaciones. Pero sólo podía estar en un lugar a la vez y esta iglesia en Éfeso tendría que esperar un poco o tal vez mucho tiempo, para que él llegara a ayudarles a resolver sus problemas.
LA ENSEÑANZA DE ESTA CARTA ES
IMPORTANTE PORQUE:
1. Pablo podría tardar todavía en llegar a Éfeso (vv. 14–15).
2. La congregación es la morada de Dios (v. 15).
3. La iglesia sostiene en alto las verdades de Dios (v. 15).
4. La doctrina que produce espiritualidad es grande (v. 16).
En segundo lugar, Pablo dice a Timoteo que lo que escribe en esta carta lo dice para que el discípulo cumpla cabalmente con su ministerio en la casa de Dios y enseñe todo lo que la iglesia necesita para resolver sus problemas doctrinales y de comportamiento. La casa de Dios no es el edificio en el cual se reúne la iglesia. En esa época no había templos cristianos. Se reunían en las casas de los miembros o, a veces en otro edificio como una escuela. La casa de Dios es el hogar o familia espiritual, la congregación, “la iglesia del Dios viviente”. Es el grupo de creyentes en el cual mora Dios a través del Espíritu Santo. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” escribió Pablo a los Corintios (1 Corintios 3:16).
El apóstol no dirige sus enseñanzas a cualquier casa, a cualquier grupo de personas. Esta es la casa de Dios, la iglesia del único y verdadero Dios. Entonces, es imprescindible que Timoteo haga bien su ministerio y que la congregación no caiga en doctrinas falsas ni en conducta que perjudique su testimonio en el mundo. Recordemos la importancia del tabernáculo y el templo de los judíos en el Antiguo Testamento. Era la morada de Dios y un lugar santo. Lo que hicieran en ese lugar tenía que reflejar fielmente las características de Jehová: santidad, limpieza, unidad, justicia, gracia, misericordia y mucho más.
También, la vida del cuerpo de Cristo, la morada de Dios, tiene que manifestar al mundo las virtudes divinas: su santidad, su unidad, su amor y su gracia. Cada detalle es importante: el peligro del legalismo, la oración, la conducta en los cultos, los líderes, las viudas, los siervos, porque afecta a la iglesia que pertenece a Dios, la casa donde él mora. Pero recordemos de nuevo que Pablo no está hablando del edificio de la iglesia, sino de las vidas y la congregación de los creyentes.
En tercer lugar, es imprescindible el contenido de la carta porque la iglesia es la columna y baluarte de la verdad. Pablo sigue usando la figura de un edificio para representar a la iglesia (como en 1 Corintios 3:9–17). Una columna es un apoyo principal de un edificio. “Baluarte” se refiere a los cimientos del edificio. Estos sostienen la verdad. Es decir, la iglesia es un cimiento y una columna que sostiene firmemente en alto la verdad de Dios. A su vez, ésta es el mensaje del evangelio y toda la doctrina correcta que los cristianos comunican en el mundo. Entonces, la buena marcha de la iglesia no es importante sólo porque Dios vive en ella, sino también porque tiene una tarea primordial: la de sostener en alto las verdades de Dios para que todo el mundo aprenda de él y de Jesucristo.
Cuando los cristianos tambalean en cuanto a la doctrina, cuando no muestran santidad en su vida, cuando tienen ira y contienda, cuando muestran un espíritu de rebeldía, cuando sus líderes no manifiestan el fruto del Espíritu y no administran con madurez y sabiduría, entonces la columna, que es la iglesia, se debilita y el mundo no ve a Dios con claridad y no escucha bien el mensaje del evangelio.
La última razón que explica la importancia de lo que Pablo enseña en esta carta se encuentra en el v. 16: “grande es el misterio de la piedad”. Un misterio es una verdad que estuvo oculta en el pasado, pero que ahora ha sido revelada. El “misterio de la piedad” es la enseñanza que produce la piedad. Se resume en seis líneas de un poema o himno que seguramente los cristianos en Éfeso habían oído muchas veces. Piedad se refiere, no sólo a actos de caridad hacia otras personas, sino a la consagración y devoción que el hombre debe a Dios, junto con la santa conducta que brota de su entrega al Señor.
¿Cuál es la enseñanza que produce la piedad? Ésta se enfoca en Jesucristo y se resume aquí en tres pares de enseñanzas. Nos fijamos en los pares por el contraste que hace el autor entre carne y espíritu, ángeles y hombres, mundo y gloria. Las primeras dos líneas enseñan la encarnación y la resurrección de Jesucristo. Cristo se hizo hombre cuando tomó un cuerpo de carne. Después, fue reivindicado (justificado) en su espíritu cuando resucitó de los muertos. Justificado significa que la resurrección comprobó que Cristo es Dios y que su muerte logró la salvación de los humanos.
Las siguientes dos líneas hablan de su proyección hacia dos grupos: los ángeles y los gentiles. Es decir, los seres espirituales y el mundo de lo humanos. Cristo fue acompañado por los ángeles en su nacimiento, en su tentación, en Getsemaní, en la resurrección y en la ascensión. Esto demuestra qué tan especial y único es él. Por su parte, Efesios 3:9–10 y 1 Pedro 1:12 enseñan que aún los ángeles aprendían de Dios al observar cómo se humillaba el Hijo de Dios hasta hacerse hombre y cómo moría por los pecadores. Pero Cristo no vino para dar salvación a los ángeles, sino a ser predicado al mundo de hombres pecadores, no sólo judíos, sino a todo el mundo de gentiles. ¡Qué maravilloso el plan divino y el impacto de Jesucristo en las esferas espirituales y terrenales!
Las últimas dos líneas se refieren a su aceptación en la tierra y en el cielo. Algunos humanos en el mundo creyeron en Jesucristo. Muchos lo siguieron cuando andaba en Palestina y multitudes creyeron desde el día de Pentecostés en adelante. También, cuando ascendió al Padre, fue aceptado en gloria para sentarse a la diestra de Dios. Imagine la recepción que tuvo al regresar victorioso sobre el pecado y sobre Satanás habiendo rescatado los reinos de la tierra para Dios el Rey Eterno.
Estas líneas son sublimes y potentes conceptos que resumen la doctrina y el evangelio: Cristo vino a la tierra como hombre y triunfó. Su obra impacta a los ángeles y a los humanos. Es aceptado por los hombres y por Dios. Pablo dice que este mensaje es el que transforma a las personas en hombres y mujeres piadosos, entregados a Dios y obedientes a él. Es la verdad que la iglesia tiene que apoyar y proclamar al mundo. Es la verdad divina en contraste con las doctrinas de demonios que estudiaremos en el capítulo 4.
LAS DOCTRINAS DE DEMONIOS 4:1–5
Pablo habló de las doctrinas falsas en el capítulo 1 y seguirá tocando este tema hasta llegar a la conclusión de la carta: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas”. En 3:16, el versículo anterior, vimos la sana doctrina. En contraste, en 4:1–5, Pablo habla de los que dejarían (apostatarán de) la verdad escuchando la enseñanza falsa. Después, en el resto del capítulo 4, Pablo instruye a Timoteo acerca de la forma de vida y de ministerio que debía tener para contrarrestar esos problemas.
¡PENSEMOS!
Al leer todo el pasaje de 3:14 a 4:5, note los conceptos bellos y sublimes en 3:15–16 y después, las ideas erróneas y peligrosas de 4:1–5. ¿Cuál es el origen de las enseñanzas que contradicen la palabra de Dios? ¿Cuáles fueron algunas normas de conducta que impusieron los maestros de falsedades? En su opinión, ¿por qué algunos cristianos quieren poner normas estrictas sobre asuntos que no perjudican en sí la vida espiritual? ¿Cuál es la respuesta de Pablo tocante a estos reglamentos (vv. 3–5)?
En el capítulo 1 aprendimos que algunos maestros de Éfeso enseñaban el legalismo. Aquí veremos más detalles acerca de estos errores. Notemos cuatro verdades que debemos saber sobre esta falsa doctrina.
Primero, Pablo dice que las falsas enseñanzas no deben sorprendernos. Toda la Biblia dice que Satanás es el autor de la mentira y que siempre habrá personas que crean sus mentiras, que rechacen la buena enseñanza y que enseñen sus errores a otros. No debemos pensar que los postreros tiempos sólo se refiere a algún futuro lejano. El Nuevo Testamento ve todo lo que pasará después de la muerte y resurrección de Jesucristo como los últimos tiempos. Este tiempo ha durado casi 2,000 años. Dios está culminando su plan de redención. Pero Satanás se opondrá hasta el último momento. No tenemos por qué sorprendernos.
LA FALSA DOCTRINA EN ÉFESO
1. La Biblia advertía que algunos dejarían la buena doctrina (4:1).
2. La doctrina falsa es un engaño de Satanás (4:1).
3. La falsa doctrina incluye el legalismo y reglas humanas (4:2–3).
4. Esta doctrina negaba que Dios es el Creador de todo (4:4–5)
En segundo lugar, el autor de la carta deja claro de dónde tienen su origen las doctrinas falsas. Bajo el control de Satanás, los demonios engañan a las personas con sus mentiras. Estos humanos pueden sentirse muy sinceros. Pero han creído mentiras y habiendo sido engañados, enseñan las mentiras a otras personas. Todas las sectas y religiones falsas son el medio que usa Satanás para desviar a los humanos a rechazar las verdades de Dios.
Tampoco escuchan su propia conciencia (cauterizada la conciencia, v. 2) porque la enseñanza falsa tergiversa lo que es correcto y lo hace malo. Quedan confundidos porque creen que lo que es malo es bueno y lo que realmente es bueno, creen que es malo.
Este hecho lo vemos en la tercera enseñanza de estos versículos. La falsa enseñanza en Éfeso producía legalismo o ascetismo: “prohibirán casarse y mandarán abstenerse de [algunos] alimentos”. El diablo tiene distintas maneras de atrapar a los humanos y alejarles de Dios y del camino bíblico. Engaña a algunos para que se entreguen a una vida de inmoralidad o se rebelen contra la sociedad cometiendo actos criminales. Pero con otros, él utiliza el temor, el sentido de culpabilidad y su deseo de ser aceptados por Dios, enseñándoles que Dios quiere que se sacrifiquen y que abusen de sí mismos para agradarle y para compensar sus pecados. La mentira de Satanás es que el hombre puede hacer cosas para llegar a ser santo y ganar su salvación. Los apóstoles tuvieron que combatir estas tendencias a través de su ministerio (comp. Tito 1:14–16; Romanos 14:1–23; 1 Corintios 10:23–33; Colosenses 2:16, 21)
En Éfeso, estos maestros enseñaban que la pureza espiritual debía lograrse a través de una dieta estricta y el celibato. Estaban influidos por la filosofía griega que decía que el cuerpo físico es temporal, indigno y pecaminoso y, entonces los apetitos tenían que negarse. Cristo dijo que no es lo que entra al hombre, sino lo que sale de su corazón pecaminoso lo que le contamina. El hombre siempre ha querido ponerse reglas sobre la comida pensando que esto lo hace más espiritual. También, en algunas religiones es común pensar que la persona que niega la sexualidad es más pura y santa que la persona que usa este don aún en el contexto del matrimonio como Dios lo planeó.
Ahora debemos entender la cuarta enseñanza sobre estos errores. Los maestros del error habían olvidado o no creían que Dios es el Creador de todo: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse”. Tanto la comida como el sexo y el cuerpo mismo, Dios los creó y nos los dio. Debemos recibir estas bendiciones como regalos divinos y agradecerle las bendiciones y el placer que nos traen. Tomar las cosas con acción de gracias es reconocer el origen de ellas, ser agradecidos y participar correctamente de la comida y del sexo con una conciencia limpia de culpa.
El v. 5 señala que la palabra de Dios nos enseña la verdad sobre la comida, el sexo y todas las cosas (Génesis 1:31; Marcos 7:7, 18–19). El evangelio había librado a todos de las prohibiciones y legalismos con respecto a la comida. La persona de oración, especialmente quien practica la acción de gracias, es la que gozará plenamente de los regalos divinos sin sentir ninguna culpa.
Ha sido la costumbre de los cristianos desde los tiempos de Cristo y los apóstoles dar gracias a Dios antes de cada comida. No debemos pensar que la acción de gracias en alguna forma hace más pura la comida, sino que así reconocemos delante de Dios que él es el autor de todo. Esto fue de mucho significado para los judíos y otros a quienes se les había prohibido consumir ciertos alimentos en siglos anteriores. Los cristianos casados deben también expresar su gratitud a Dios por el don de la intimidad sexual y el gozo, la unidad y los frutos que trae al matrimonio.
¡PENSEMOS!
¿Cómo puede una iglesia fortalecer a sus miembros para que no sean engañados por enseñanzas equivocadas como estas? ¿Ha pensado usted que es pecaminoso comer algunas cosas? ¿Ha sentido culpabilidad cuando participa del sexo con su cónyuge? ¿Qué debe hacer para que las verdades de la Biblia eliminen estos sentimientos? ¿Cuáles son las oportunidades que Dios le ha dado para aumentar sus concimientos de la Biblia y la buena doctrina? ¿Qué debe hacer para aprovechar mejor estas oportunidades?
8
Permanece en la palabra
1 Timoteo 4:6–16
En el capítulo 3, Pablo señaló las cualidades personales que alguien debe tener para calificar como líder en la iglesia. En el capítulo 4, Pablo dice lo que Timoteo y otros líderes deben hacer para cumplir efectivamente su ministerio en la iglesia. Podemos imaginar los temores e inseguridad de Timoteo después que Pablo ha enfocado en los capítulos 1 y 4 los problemas doctrinales y en el capítulo 2 las faltas en las reuniones de la iglesia de Éfeso. Dudaba de sus habilidades. ¿Cómo podría resolver estos problemas y trabajar para que la iglesia tuviera una enseñanza pura y los hermanos llevaran vidas obedientes?
Cuando Pablo identifica un problema que amenaza a la iglesia, como en 4:1–5, también instruye a la iglesia y a los cristianos acerca de cómo han de contrarrestarlo. Por ello, aquí enfoca dos soluciones: el líder ha de tener una vida correcta (vv. 7, 8, 10, 12, 15, 16) y debe enseñar fielmente la palabra de Dios (vv. 6, 7, 10, 11, 13, 14, 16).
La salud y progreso de una congregación depende de la vida y ministerio de sus líderes. Si el líder no hace lo que debe o si hace lo que no debe, la iglesia no disfrutará de buena salud. Si el líder falla como persona y en ser un modelo para los demás, la iglesia no marchará bien, se deteriorará espiritualmente y caerá en contenciones. O lo que es más triste, será una iglesia mediocre que no tendrá visión y no edificará a sus miembros. Esta iglesia no cumplirá su tarea de hacer discípulos y de enviar el evangelio a todo el mundo. ¿Cómo pueden los líderes cumplir bien su tarea?
¡PENSEMOS!
¿Qué debía enseñar Timoteo a los miembros de la iglesia? Si lo hacía, ¿qué clase de líder sería? ¿Ha tenido usted que entrenarse, con mucha disciplina personal, para algún trabajo o deporte? ¿Qué aprendió de esa experiencia? ¿Qué fue lo más dificil? ¿Valió la pena la disciplina? Haga una lista de lo que hace un buen ministro, según los vv. 6, 7a, 7b y 10. ¿Por qué es más provechoso el ejercicio espiritual que el corporal? ¿Qué motivó a Pablo en medio de su trabajo y sufrimiento (v. 10)?
UN HOMBRE CONSAGRADO 4:6–11
En estos versículos el autor señala tres elementos importantes en la vida del siervo de Dios:
El líder espiritual debe colocar un buen fundamento doctrinal (vv. 6–7)
En el v. 6, Pablo no ocupa la palabra común que significa “enseñar”, sino otro término que significa “colocar algo debajo de”. Timoteo debía poner un cimiento firme relacionado con los errores doctrinales de los vv. 1–5. Pablo había dado un ejemplo al señalar los errores legalistas en los vv. 1–3a. Después, enseña la verdad sobre lo que Dios había creado en los vv. 3b–5. Cuando este error y otros surgieran en la iglesia, Timoteo debía hacer lo mismo.
La buena doctrina será la respuesta a los errores que amenacen a una congregación. Si el líder cristiano advierte contra los errores y enseña la sana doctrina, él será buen ministro y dará evidencia de estar nutrido con las palabras de fe y de la buena enseñanza. Nutrido significa que el líder conoce la doctrina de Dios porque se alimenta constantemente con la palabra divina. Todos los ancianos-pastores tienen que ser aptos para enseñar (3:2). Entonces, deben ser estudiosos y conocedores de la palabra de Dios y capaces de orientar a otros.
Según el v. 7, al alimentarse con la palabra, también el líder ha de rechazar las enseñanzas equivocadas. Note que Pablo repite este mandato en 1:4, 19; 6:3, 4, 20; 2 Timoteo 2:14, 16, 23; 4:3–4. El líder debe vencer la tentación de buscar y enseñar novedades que no tienen base firme en la palabra de Dios. El maestro tiene una responsabilidad grande, porque lo que dice influye en las creencias y la vida de todos. Así comenzaron algunas sectas falsas, cuando sus líderes “descubrieron” enseñanzas que no eran bíblicas.
El líder espiritual debe ejercitarse para la devoción y la obediencia (vv. 7–8)
Aquí Pablo utiliza el vocabulario del deporte y el gimnasio. Los griegos admiraban la gracia de la forma humana y la habilidad y fuerza del deportista. El cristiano, como el atleta, necesita ejercitar una disciplina estricta y entrenarse a través de la dedicación y sacrificio.
Algunos en Éfeso impusieron reglamentos no bíblicos, como en 4:3. Ahora, Pablo dice “no quiero que piensen que el verdadero cristiano es indisciplinado”. La verdadera espiritualidad no viene por prohibirse el matrimonio o ciertas comidas, sino que es producto de la disciplina del corazón.
¿Cuál es el entrenamiento y disciplina que el creyente necesita ejercitar para crecer en amor a Dios y en su entrega a él? En primer lugar, el creyente debe nutrirse con la palabra de Dios y la buena doctrina para que no se equivoque de camino (v. 6). Según el v. 7, no hay que alimentarse con lo equivocado y lo profano. El cristiano tiene que seguir un plan para aumentar su conocimiento de Dios. Debe ser disciplinado para evitar las conversaciones, la lectura, los programas de televisión y las películas que le impactan con valores, ambiciones, propósitos y enseñanzas pecaminosos. Estas cosas le quitan el entusiasmo por el amor y la obediencia a Dios.
Pero esta carta de Pablo habla de otros elementos de disciplina y entrenamiento. En el capítulo 2 encontramos que el cristiano necesita llevar una vida de oración acompañada de la santidad, la comunión con los cristianos y la sumisión a los líderes de la iglesia. El cristiano debe trabajar para desarrollar las cualidades del líder según el capítulo 3: sobriedad, prudencia, orden, fidelidad a su cónyuge, contentamiento, amabilidad, un hogar ordenado, testimonio a los no creyentes, humildad y mucho más.
En el v. 12 encontramos otros motivos de disciplina personal: la forma de hablar que edifica, anima y estimula, la conducta que agrada a Dios, realizar actos de amor para los hermanos en Cristo, los familiares y los amigos, pensamientos y conducta puros. Los vv. 13–14 dicen que debemos disciplinarnos para edificar a otros con nuestro don espiritual.
Lo que Pablo quiere decirnos es que el creyente no crece y no llega a ser útil en las manos del Señor si permanece indiferente y ocioso. Más bien, debe vivir con propósitos firmes y un plan de acción. Ha de cumplir sus metas espirituales con la misma dedicación y sacrificio que un deportista.
El líder espiritual trabaja y sufre porque espera en Dios (vv. 9–11)
Disciplinarse requiere trabajo y sacrificio, pero el creyente lo hace porque está motivado por lo sobrenatural y eterno: “porque esperamos en el Dios viviente”. El cristiano quiere agradar a Dios, y a su Salvador. Sabe que trabajar por lo terrenal no ofrece seguridad ni satisfacción ni premio eterno. Pero si confía en Dios, recibirá sabiduría y fortaleza para persistir en la disciplina y la obediencia. El poder del Espíritu de Dios en su vida le hará crecer, servir y triunfar.
Esto manda y enseña. Estas instrucciones sobre la enseñanza de la verdad, el rechazar los errores, el ser disciplinado y el esperar en Dios son tan necesarias, que Timoteo y nosotros debemos exhortar a todos los cristianos a que vivan de esta manera.
El líder espiritual enseña a través de su ejemplo (v. 12)
Timoteo podía tener 35–39 años de edad, pero había líderes y miembros de la iglesia que tenían más años. Es posible que los que enseñaban los errores fueran más grandes y que fungieran como ancianos y diáconos de la iglesia. Los griegos, como también los judíos, veneraban la sabiduría de los hombres maduros. Sin embargo, Timoteo no debía sentirse acomplejado por ser más joven que ellos. El secreto para que le escucharan y le respetaran era tener una vida ejemplar. Los siguientes versículos hablarán del ministerio de la predicación y la enseñanza, pero Pablo quiere enfatizar que el carácter y conducta del líder enseñan también. Aprendemos que el líder espiritual no gana su autoridad por imponerse o reclamar su posición. Se gana el respeto y el liderazgo por ser un hombre de Dios que cumple la palabra de Dios.
En sus escritos, los apóstoles y especialmente Pablo, hacen hincapié en ser modelo para otros (1 Tesalonicenses 1:6; 2 Tesalonicenses 3:7, 9; 1 Corintios 4:6, 11:1; Filipenses 3:17, 4:9; 1 Pedro 5:3). Es probable que el que predica, enseña y discipula a otros cristianos ejerce mayor impacto a través de su vida. Asimismo, el modelo del cristiano que vive con una conducta sobrenatural delante de los que no conocen a Cristo es más convincente que sus palabras. Los padres también enseñan más a sus hijos a través de su ejemplo.
La responsabilidad de enseñar con nuestra vida concuerda con el propósito que Dios tiene para el cristiano: el ser conformado a la imagen de Cristo (Romanos 8:29; 2 Corintios 3:18; Gálatas 4:19; 1 Juan 3:1–3). Sólo en la medida que el creyente sea moldeado a la imagen de Cristo puede anunciar con su vida las virtudes de Dios. Como la nación de Israel en la antigüedad, los cristianos tienen la tarea de manifestar en el mundo a través de sus vidas y sus palabras, el carácter y gloria de Dios (comp. 1 Pedro 2:9, 11–12).
SÉ EJEMPLO DE LOS CREYENTES EN
PALABRA, CONDUCTA, AMOR,
ESPÍRITU, FE Y PUREZA (v. 12)
NO COMO TENIENDO SEÑORÍO SOBRE LOS
QUE ESTÁN A VUESTRO CUIDADO,
SINO SIENDO EJEMPLOS DE LA GREY
(1 Pedro 5:3)
¿Cuáles son algunos aspectos de la vida que enseñan a otros? Palabra se refiere al hablar, que revela el nivel de madurez, las actitudes y la vida espiritual del creyente. Según, 1:4 y 6:4 algunos en Éfeso disputaban y tenían pleitos y blasfemaban. El maestro tiene mayor responsabilidad que otros, porque tiene que hablar mucho y es difícil controlar lo que se dice. Santiago advirtió: “no os hagáis maestros muchos de vosotros”. También explicó la importancia de disciplinarnos en esta área: “si alguno no ofende en palabra, éste es un varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (Santiago 3:1–2).
Efesios 4:25–32 enseña lo que debemos decir y lo que no debemos decir. Hemos de hablar lo que edifica y da gracia a los oyentes. Lo que decimos debe ser oportuno, según la necesidad de los demás. Palabras que edifican son palabras de ánimo, estímulo, afecto, admiración, agradecimiento, compromiso, apoyo, entusiasmo. Son palabras que solicitan apoyo y consejo, las que piden perdón, las que sanan heridas, las que reconocen que cada uno es frágil, las que comparten alegrías, sueños y metas.
También en Efesios Pablo nos exhorta a que evitemos pronunciar “palabras corrompidas” (4:29), las que mienten, engañan, atacan, humillan, critican, culpan, burlan, amenazan, lastiman; el sarcasmo que hiere, la información que rompe amistades y el chisme que destruye reputaciones. Una buena regla es no decir cosas negativas tocante a otras personas. Si uno cree que tiene la responsabilidad de informar sobre algo que ha pasado, debe decirlo sólo a un líder que pueda hacer algo para solucionar la situación.
La conducta es el comportamiento en general. Incluye las relaciones con otras personas, el trato, la honradez, los hábitos personales, el amor y apoyo en el matrimonio y la crianza de los hijos. Romanos 12 menciona muchos aspectos de la buena conducta. El comportamiento revela las actitudes y los pensamientos del corazón. Entonces, para tener buena conducta se requiere que la mente sea renovada y transformada desde lo más profundo del corazón por medio del poder del Espíritu (comp. Romanos 12:1–2).
Amar es entregarnos, mostrar afecto, y buscar el bienestar de la otra persona, aun cuando esa persona no responda en la misma manera. Dios nos amó cuando éramos pecadores y enemigos (Romanos 5:8–10; Juan 3:16). Así hemos de aprender a amar a los demás. El amor da en vez de recibir. Este amor no es un sentimiento, sino la acción, obras sacrificiales para el bien de otros.
Algunas versiones no incluyen aquí el vocablo espíritu pero se refiere al entusiasmo y emoción del cristiano que sirve al Señor con gozo. Compare Romanos 12:11–12: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza”.
Fe es la total dependencia de Dios. Es lo opuesto de la soberbia que dice: “Yo soy capaz. Puedo hacerlo por mi cuenta”. Quizá el creyente no diga esto en voz alta, pero lo hace cuando no ora, cuando no estudia la palabra, cuando no busca el apoyo y ayuda de sus hermanos en Cristo, cuando decide que su propio camino es mejor que la obediencia a Dios. La fe hace posible ser fiel a Dios. La fe es contagiosa, porque otros la aprenden por medio del ejemplo.
La pureza se refiere a los pensamientos, la conversación y los deseos, no sólo a las acciones. El cristiano necesita cuidar lo que entra por los ojos y los oídos, por la lectura y los medios de comunicación. Tiene que dominar su manera de pensar y de hablar. Es necesario controlar sus gestos, sus ojos, sus manos y su manera de saludar. El cristiano no puede “jugar con fuego” convenciéndose de que no hace ningún daño. El testimonio de todo el cuerpo de Cristo puede mancharse. Asimismo, se amenaza la integridad del matrimonio; el futuro de nuestros hijos y discípulos está en peligro. El destino eterno de personas que necesitan recibir a Cristo esta en la balanza.
¡PENSEMOS!
En 1 Corintios 9:24–27, ¿cómo se compara la disciplina del deportista con la del hombre de Dios? ¿De qué debe abstenerse para crecer espiritualmente? Según Hebreos 12:1–3, ¿cuáles son algunos secretos para ganar la carrera espiritual? ¿Cuáles son algunos “pesos” que pueden cargarse? ¿Cuáles son algunas actividades que usted de be hacer para entrenarse y ser más entregado a Dios? ¿Qué hará para aumentar sus conocimientos de la palabra y de Dios? ¿Debe inscribirse en un plan de estudios bíblicos en su ciudad o su iglesia? ¿En cuáles de los requisitos del líder del capítulo 3 debe usted trabajar, tal vez una cualidad cada semana, hasta ser un modelo para otros?
En este pasaje ¿cuáles son algunas maneras de ser líder a través del ejemplo personal? ¿Encuentra aquí alguna relación entre liderear por el ejemplo y liderear por la enseñanza?
UN HOMBRE DE LA PALABRA DE DIOS 4:13–16
En el v. 6, Pablo comenzó la sección exhortando a Timoteo para que advirtiera de las enseñanzas falsas y enseñara “las palabras de la fe y de la buena doctrina”. Para terminar el párrafo, él vuelve a este tema importante, porque es de suma importancia para que una iglesia sea saludable y efectiva.
La ocupación principal del líder espiritual (v. 13)
El ministerio de Timoteo en la iglesia en Éfeso debía enfocarse en tres actividades: “la lectura, la exhortación y la enseñanza”. La lectura no se refiere a la lectura personal, sino a la lectura pública de las Escrituras en las reuniones de la iglesia. Los miembros de las iglesias no tenían su propia Biblia.
Las copias de las Escrituras se hacían a mano y por lo general, cada iglesia sólo tenía una copia. Antes de recibir esta carta, la congregación tenía la carta de Pablo a los Efesios. Posiblemente tenía secciones del Antiguo Testamento, algunas epístolas tempranas y documentos acerca de la vida de Jesús.
Una parte emocionante del culto era la lectura de un pasaje de las Escrituras y comentarios y explicaciones de la misma. La exhortación se basaba en la porción leída. Este ministerio incluía no solamente el instar a los cristianos sino también reprenderlos, consolarlos y animarlos (comp. 2 Timoteo 4:2). Esto era la aplicación de la palabra de Dios a las necesidades de los oyentes.
La enseñanza es la exposición y explicación de las verdades de la Biblia, incluyendo la doctrina cristiana. La exhortación moldea la voluntad y la conducta del cristiano, mientras la enseñanza forma los conocimientos y las convicciones.
Estas son las ocupaciones prioritarias de los líderes de una congregación cristiana. Por eso, Pablo escribió que el anciano-pastor necesita ser “apto para enseñar” (3:2). Enseñar la palabra de Dios correctamente y aplicarla a las necesidades de la congregación requiere dedicar mucho tiempo al estudio. Los miembros de una iglesia necesitan asegurar que sus pastores dispongan de muchas horas cada semana para la preparación de los mensajes y estudios.
La perseverancia del maestro (vv. 14–15)
El apóstol reconocía el peligro de descuidar la tarea de enseñar y aplicar la palabra. Le dijo a Timoteo: “No descuides el don que hay en ti”. Creemos que Timoteo tenía el don de la enseñanza, por el versículo anterior. Para motivar a su discípulo, Pablo le recuerda el inicio de su ministerio, como también en 2 Timoteo 1:6. Pablo se refiere a una ceremonia efectuada en Listra (Hechos 16:1–3). Dios dio una profecía a través de uno de los cristianos, quizas Pablo mismo. Posiblemente este mensaje de Dios decía que Timoteo sería misionero con Pablo y que tendría el don de enseñanza. Timoteo fue comisionado para este ministerio cuando Pablo y los ancianos de la iglesia (el presbiterio) impusieron sus manos sobre él. La imposición de manos significaba que los líderes escogieron a Timoteo para este ministerio.
Ocúpate en estas cosas. Esto significa meditar y practicar constantemente lo que Pablo le está instando. El apóstol le recuerda sus inicios en el ministerio para que no olvide cumplir fielmente su trabajo. Era difícil enseñar en Éfeso porque había otros maestros que no estaban de acuerdo con Timoteo. Pero éste debía recordar que Dios le había capacitado con el don de la enseñanza y que debía persistir en esa tarea. No era necesario ser contencioso. “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, que con mansedumbre corrija a los que se oponen…” (2 Timoteo 2:24–25)
COMO BUENOS SIERVOS, PREDICAMOS LA PALABRA;
COMO SIERVOS CONSAGRADOS, OBEDECEMOS LA PALABRA;
COMO SIERVOS EN DESARROLLO, CONFIAMOS EN LA PALABRA.
Las preocupaciones del líder espiritual (v. 16)
Nótese que Timoteo necesitaba tener cuidado de sí mismo, aun antes que de su ministerio de la enseñanza (comp. vv. 7, 10, 12, 14, 15 y 16). Las exhortaciones en este pasaje decían a Timoteo que tenía que cultivar su propia vida espiritual, proteger su propia conducta y relaciones, y desarrollar su capacidad de enseñar correctamente.
Después, tenía que enseñar la palabra fielmente y con valor. Si Timoteo hacía bien estas cosas, salvaría su propia vida y la de la congregación. En este versículo, salvarás no se refiere a la salvación eterna, sino a ser liberados de las falsas doctrinas, de la mala conducta y de la oposición de los falsos maestros. Estas eran las amenazas a la iglesia en Efeso.
Entonces, el líder espiritual en nuestros días también debe seguir estas instrucciones del apóstol. Debe disciplinarse para fortalecer su vida espiritual y su conducta, dedicarse al estudio de la palabra y la preparación de la enseñanza y dar prioridad a la exhortación y la enseñanza en la congregación.
¡PENSEMOS!
Imagínese que es Timoteo y acaba de leer lo que su amigo, Pablo, escribió. ¿Cuál es su reacción y respuesta a estos mandatos? ¿Quién le ha animado y guiado a usted en su desarrollo espiritual? ¿A quién está animando y guiando usted para que sea un hombre (o mujer) de Dios?
¿Cuáles son los factores en los vv. 12–16 que usted necesita mejorar en su liderazgo espiritual? ¿Sabe usted cuál es el don espiritual que el Señor le ha dado? ¿Diría Pablo que usted está descuidando ese don? o ¿que está ejerciéndolo fielmente? ¿Qué puede hacer para prepararse mejor para ejercer efectivamente su don espiritual? ¿Cuáles son sus planes personales para llegar a ser un hombre de Dios y de la palabra? ¿A quién debe usted estimular para que use mejor su don espiritual?
9
Es compasiva
1 Timoteo 5:1–16
En este pasaje, el apóstol instruye a Timoteo sobre cómo ministrar a las necesidades de varios grupos: las personas mayores, los jóvenes, las viudas y sus familiares. En el resto del capítulo 5 y en el 6, Pablo trata acerca de los líderes que sirven bien y los que fallan, los siervos, los maestros falsos y los ricos. Los pastores de una congregación tienen responsabilidad de velar por las necesidades de todos sus miembros. También necesita ajustar su trato, atenciones y exhortaciones a las necesidades de cada uno.
DISTINTOS GRUPOS EN LA IGLESIA
5:1–2
Los mayores y los jóvenes
5:3–16
Las viudas y sus familiares
5:17–25
Los ancianos
6:1–2
Los siervos
6:3–10
Los falsos maestros
6:11–16
Timoteo y otros líderes
6:17–19
Los ricos
Para tener una iglesia saludable, se necesitan ancianos-pastores con la sabiduría de lo alto, que conozcan y sigan los principios bíblicos. Cada líder en la iglesia encuentra en estos capítulos riquezas de sabiduría para ayudarle a cuidar el rebaño.
¡PENSEMOS!
Según los verbos en el v. 1, ¿cuál es una de las responsabilidades dificiles de un líder espiritual? Según Gálatas 6:1, ¿cómo debe hacerse esta importante ministerio? Según 5:1–2, ¿cuál es la norma general que guía las relaciones interpersonales en el cuerpo de Cristo? ¿Por qué es importante tratar a las personas de esta forma? ¿Cómo es el trato con nuestros padres y madres diferente del trato con otras personas? ¿Cómo es el trato que damos a nuestros hermanos y hermanas respecto a nuestra relación con otros?
CÓMO RELACIONARSE CON LOS MIEMBROS DE LA CONGREGACIÓN 5:1–2
Corregir a un miembro de la iglesia es una de las tareas más difíciles del líder cristiano. Es todavía más difícil cuando le toca al líder corregir a una persona mayor en edad y experiencia. La mención de los problemas en los versículos como 1:3–4; 2:8, 11–12; 3:3; 4:1–3; 5:20 y 6:3–4 sugiere que Timoteo tendría que exhortar a personas de todo tipo. Pero, a pesar de la desobediencia de ellos, Timoteo debía tener cuidado en cómo los trataba.
No debía reprender a los que fallaban, sino exhortarles. “Reprender” significa reprochar duramente o atacar, con el peligro de lastimar, desanimar o causar una reacción indebida. En cambio, “exhortar” quiere decir que el líder está del lado de la persona con el fin de corregir el problema pero también para edificarle, guiarle y animarle.
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1).
“Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad” (2 Timoteo 2:24–25)
La enseñanza principal del v. 1 se encuentra en la frase “como a padre” y “como a hermanos”. El modelo es el respetuoso y afectuoso trato que se espera de las relaciones familiares. A menudo, los problemas surgen por la actitud del líder hacia otros. Quizá los ve como una amenaza, como enemigos o como inferiores. Pablo dice que se debe ver a los miembros de la iglesia como si fueran miembros de nuestra propia familia.
Entonces, el líder tratará a los hombres más grandes con humildad y paciencia. Se puede tratar más directamente a los jóvenes, pero no como inferiores, sino dándoles la dignidad de iguales. Las mujeres maduras reciben el trato de madres, considerando su edad y su experiencia. El líder trata a las jóvenes “como a hermanas”, con toda pureza. Pablo señala la pureza porque reconoce las tentaciones que enfrenta el líder. Este no les hará nada ni hará nada con ellas que les lastime física, espiritual o emocionalmente.
Estos versículos nos hacen recordar dos principios importantes. En primer lugar, la manera en que pensamos y enfocamos la vida determina cómo nos comportamos. Pablo enseña que los cristianos hemos de pensar en Dios como nuestro Creador, Padre, Salvador y Señor. Hemos de pensar en los cristianos como hijos de él, como miembros de un cuerpo y hermanos nuestros. Esta perspectiva guía la manera en que nos relacionamos con Dios y nos comportamos con los demás cristianos.
En segundo lugar, Pablo nos recuerda que son de suma importancia las relaciones interpersonales en el ministerio. No muchos líderes fracasan por falta de conocimientos o capacidad, pero muchos fallan por no saber relacionarse con los demás. Muchas de las cualidades del anciano-pastor tienen que ver con las relaciones interpersonales: ser prudente, decoroso, hospedador, no pendenciero, amable, apacible, gobernar bien su casa, no envanecido, honesto y tener buen testimonio de los de afuera (3:1–8).
Un estudio cuidadoso de ministros que habían fracasado en el pastorado reveló varias fallas, entre ellas las siguientes.
1.     No delegaban las tareas a otros en forma apropiada.
2.     No podían fomentar la unanimidad de propósito y la lealtad entre los miembros.
3.     No sabían decir las cosas con claridad y conducirse consecuentemente con lo que decían.
4.     Requerían el constante apoyo emocional y la aprobación de otros.
5.     Se sentían amenazados cuando otros no pensaban ni se conducían en la misma forma que ellos.
6.     No podían amar y apoyar emocionalmente a los que tenían otra opinión.
7.     Culpaban a otros por sus problemas, en vez de aceptar la responsabilidad.
En fin, el líder cristiano necesita madurez emocional y espiritual para mantener relaciones sanas con otros líderes y con los miembros de su iglesia. Sólo así habrá una iglesia saludable.
CÓMO SOSTENER A LAS VIUDAS 5:3–8
El pasaje acerca de las viudas ocupa 14 versículos, lo que indica que el tema tenía mucha importancia para la iglesia en Éfeso. Aparentemente había falta de responsabilidad y una mala conducta entre algunos creyentes de esa iglesia. El pasaje es interesante porque informa sobre un aspecto de la sociedad y una de las necesidades en la comunidad cristiana del primer siglo.
Muchos pasajes del Antiguo Testamento, los evangelios y los Hechos muestran el cuidado especial que Dios tiene para las viudas (comp. Éxodo 19–21; Job 29:13; Hechos 6:1–6; 9:36, 39, 41; Santiago 1:27).
¡PENSEMOS!
En el v. 3, “honra” significa que la iglesia debe contribuir al sostén de las viudas. Según los vv. 3–5, ¿quiénes son las viudas “en verdad”? ¿Quiénes tienen mayor responsabilidad de cuidar a las viudas? En los vv. 5, 7 y 9–10, ¿cómo está condicionado el sostén de la iglesia para las viudas? ¿Qué dice Pablo de los familiares que no cuidan a una viuda?
Honra a las viudas incluye apoyarles económicamente. En los vv. 3–8 Pablo se preocupa por tres principios con relación a la ayuda a las viudas:
1) los familiares de las viudas tienen la mayor responsabilidad de ayudarles (vv. 4 y 7).
2) la iglesia tiene la responsabilidad de ayudar a algunas de las viudas (v. 3), y
3) la iglesia debe limitar su ayuda a las que realmente hayan quedado sin apoyo y que muestren evidencia de su caminar con el Señor (vv. 5–7).
La palabra viuda significa una persona solitaria y desamparada.
Habían mujeres viudas en realidad desamparadas y necesitadas de la ayuda de la congregación. Pero había otras que tenían familiares y otros que podían ayudarles. Pablo dice que estas no son “viudas en verdad”.
La exhortación para los familiares de las viudas es muy directa, especialmente en el versículo 8: “si alguno no provee para los suyos… ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. Pablo sabía que en Éfeso había familias que evitaban su responsabilidad y se aprovechaban de la bondad de la congregación. “Los suyos” indica una relación familiar pero no necesariamente cercana. “Los de su casa” se refiere a los de la familia más inmediata. Ser obediente a Dios en las responsabilidades familiares es un aspecto imprescindible del testimonio del cristiano ante la comunidad.
CÓMO DEBEN COMPORTARSE LAS MUJERES SOLAS 5:9–16
En este párrafo el apóstol enfoca el comportamiento de las viudas que reciben ayuda de la iglesia. “La lista” en el v. 9 puede referirse a la nómina de viudas que reciben sostén de la iglesia. Pero podría ser una lista de viudas que también tenían ministerios en la congregación. Sin embargo, el mensaje está claro: Las que reciben la ayuda constante de la congregación necesitan mantener una conducta ejemplar.
¡PENSEMOS!
¿Cuáles eran los requisitos para que una viuda estuviera en la lista? ¿Por qué no fueron incluidas las mujeres jóvenes? ¿Cuál era la mejor opción de ministerio para las viudas jóvenes?
En cuanto a la lista, es probable que en Éfeso hubiera un grupo selecto de mujeres que se habían comprometido con la iglesia para cumplir distintos ministerios. El requisito de su edad era importante por las vidas desordenadas de algunas mujeres jóvenes (vv. 11–13). “Esposa de un solo marido” es la misma frase que aparece en 3:2 como requisito para los ancianos. Requiere una vida de fidelidad a su esposo y probablemente descalifica a la mujer que se había casado de nuevo después de divorciarse.
El v. 10 describe una vida de servicio que manifiesta el compromiso, humildad y espiritualidad de las mujeres que merecen el honor especial de la congregación. Además de ser requisitos, es posible que estos son los servicios que las mujeres viudas de la lista prestaban en la congregación. En el mundo oriental antiguo, lavar los pies ere un acto de cortesía y humildad de parte del anfitrión cuando llegaban invitados a su casa. En este versículo, la frase puede significar cualquier forma de servicio humilde a favor de los santos.
Según el v. 11, algunas viudas jóvenes habían “quebrantado su primera fe”. Algunos creen que esto se refiere a un convenio con la iglesia de no casarse de nuevo sino entregarse totalmente a los ministerios. Otros opinan que se refiere a casarse con uno que no es cristiano (comp. la norma para viudas en 1 Corintios 7:39). Es difícil saber cuál era el arreglo con las viudas y los problemas específicos que habían surgido en la iglesia de Éfeso. Lo importante es recordar que la buena conducta y el cumplimiento de los compromisos son importantes. Condenación se refiere aquí a la crítica o censura de los cristianos y los no cristianos, no a la condenación eterna.
En el v. 13 el apóstol enfoca otras faltas de algunas viudas jóvenes de Éfeso. Por estas razones, Pablo deseaba que se casaran y dedicaran sus energías al hogar. Así evitarían la conducta que da lugar a las críticas (v. 14). Este versículo apoya la interpretación de 2:15, al decir que la esfera de mayor ministerio y realización de la mujer está en el hogar y en la crianza de sus hijos.
No se debe entender de este versículo que es la voluntad de Dios que toda mujer o toda viuda se case. Sin embargo en la sociedad antigua, como también en el día de hoy, este es el papel típico de la mujer. Se asume que hay excepciones. Notamos que la mala conducta de algunas viudas era muy seria, porque habían dejado la iglesia para seguir una vida desordenada (v. 15).
El v. 16 se refiere a una mujer cristiana que estaba cuidando a una o varias viudas. Podría ser familiar de ellas. Posiblemente Pablo sabía que esa persona estaba desanimada y quería que la iglesia se encargara de ellas. Pero ella debía seguir manteniéndolas. Ella había demostrado su habilidad y capacidad económica para hacerlo y estas viudas no deben llegar a ser carga para la iglesia. De nuevo aprendemos que la iglesia no puede y no tiene que sostener a todas las viudas de la congregación.
Debemos aprender varios principios:
1) Los hijos, nietos y otros familiares de una viuda tienen la primera resposabilidad de sostenerla. Ellos deben reconocer y cumplir fielmente con su responsabilidad.
2) Si la viuda está desamparada, la iglesia tiene la responsabilidad de hacerlo, manifestando comprensión y compasión.
3) Las personas que reciben la ayuda constante de la iglesia deben mantener una conducta ejemplar.
4) Las mujeres solas y avanzadas de edad son un recurso valioso en la congregación. Hay muchas maneras en las que pueden servir a Dios y a los miembros de ella. Los líderes de una iglesia deben motivarlas e involucrarlas en distintos ministerios (v. 10; comp. Tito 2:3–4).
5) Los creyentes deben estar ocupados. Si tienen mucho tiempo libre, existen muchas tentaciones por las cuales se puede dañar a la congregación y afectar la reputación de los cristianos delante de la comunidad (v. 13).
¡PENSEMOS!
¿Tiene usted un problema interpersonal con otro cristiano en su iglesia? ¿Qué ayuda encuentra en los vv. 1–2 para mejorar sus relaciones? ¿Cómo evitan problemas estas instrucciones?
En su congregación, ¿hay viudas u otras personas solas y necesitadas de la ayuda de la iglesia? ¿Están cumpliendo su responsabilidad los miembros de su iglesia para con sus familiares necesitados? ¿Tiene usted un familiar que necesita su apoyo? ¿Tiene usted la reputación de haber servido con humildad a los hermanos en Cristo? ¿Es posible que usted necesite evitar alguna de las faltas que se mencionan en el v. 13? ¿Qué debe usted hacer para cumplir con las instrucciones de Pablo en este pasaje? ¿Cuáles son algunas formas de servicio que una mujer mayor puede prestar en su iglesia?
LISTA DE COMPROBACIÓN
Si usted es una de estas personas, ¿qué debe aprender de este pasaje?
- Un líder que tiene que corregir la conducta de un miembro.
- Un hijo o familiar de una mujer sola.
- Una viuda que necesita el apoyo de la iglesia.
- Una mujer joven, no casada.
- Una persona con capacidad de apoyar a un creyente necesitado.
- Un líder que administra los ministerios de los miembros de la iglesia.

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