domingo, 23 de febrero de 2014

Bosquejos de predicaciones sobre el Apocalipsis: Ayuda ministerial - Predicadores itinerantes

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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Bosquejos de predicaciones sobre el Apocalipsis


Aquí presentamos algunos esquemas para que usted los elabore. En general, el Apocalipsis está lleno de material homilético, como se puede notar de nuestra exposición sobre los sietes.

1. Grandes señales
En su libro Heroes and Hero-Worship (Los héroes y el culto al héroe), Carlyle usa la impresionante frase “La adoración es el asombro trascendente”. Sin embargo, no hay mucha adoración relacionada con los objetos de asombro en el Apocalipsis. En las primeras tres referencias, la palabra “señal” es la que presenta estos motivos de asombro, en consonancia con el término “manifestar” de Apocalipsis 1:1.
          •      La señal de la existencia y conservación de Israel (12:1).
          •      La señal de la persona y el poder del diablo (12:3).
          •      La señal de los hechos milagrosos del falso profeta (13:13).
En las siguientes referencias se usa una palabra griega que significa “maravilla”. Esta es una palabra que expresa asombro o perplejidad.
          •      La maravilla de la resurrección de la bestia (13:3).
          •      La maravilla de la destrucción de la ramera eclesiástica (17:6).
          •      La maravilla del final trágico del poder mundial gentil (17:8).

2. Pruebas y tribulaciones
Hay que tener mucho cuidado en distinguir entre las tribulaciones y la gran Tribulación. Jesús dijo que todos sus santos están sujetos a las pruebas y tribulaciones mientras luchan en este mundo tan lleno de dificultades. Pablo, quien sufrió muchas tribulaciones, se gloriaba en ello (Romanos 5:3) y experimentaba la consolación divina en lo que había sufrido (2 Corintios 1:4). También se regocijaba en todo ello (2 Corintios 7:4). Pero, si bien las tribulaciones han aquejado a los justos, la gran Tribulación es un período profético específico (Mateo 24:15, 21, 29), cuyos terribles acontecimientos cubren tres años y medio (Daniel 7:25; 9:25–27) y afectarán tanto a judíos como a gentiles.
          •      La tribulación de Juan y los santos de su tiempo bajo Nerón (1:9).
          •      La tribulación de la iglesia de Esmirna bajo la Roma pagana (2:9, 10).
          •      La tribulación extrema sufrida por los apóstatas de Tiatira (2:22).
          •      La gran Tribulación, el período de sufrimientos nunca vistos predichos por los profetas y por Jesús como “el tiempo de congoja de Jacob” (Jeremías 30:7; Apocalipsis 7:14; 11:2, 3).

3. Una lista de cosas eternas
La mente finita del hombre no puede entender a plenitud todo lo que significa la eternidad. El hombre considera todas las cosas como temporales, porque él es mortal. No obstante, como existirá más allá de la tumba, debería vivir bajo la impresión de las realidades eternas. La expresión “por los siglos de los siglos” significa “por siempre”, “por todas las edades”, y traduce una expresión hebrea: “de eternidad a eternidad” (1 Corintios 16:36).
          •      El poder y la gloria eterna de Dios (1:6; 7:12).
          •      La existencia eterna de Dios (4:9, 10; 10:6; 15:7).
          •      La adoración eterna del Cordero (5:13, 14).
          •      El reino eterno de Dios (11:5).
          •      El Evangelio eterno (14:6).
          •      El tormento eterno de los condenados (14:11; 19:3; 20:14; Judas 6:14).
          •      La condenación eterna de la trinidad satánica (20:10).
          •      El reinado eterno de los redimidos (22:5).

4. El contraste entre varias cenas
Todos los verdaderos cristianos deben anhelar sentarse a la cena que instituyó el Señor en su “Ultima Cena”.
          •      La cena de comunión (3:20).
Uno de los preciosos aspectos de la fiesta de la cual habló Jesús aquí es que en este banquete íntimo con el creyente, El se presenta a la vez como visitante y como anfitrión.
  El es nuestro visitante: “Yo cenaré con él.”
  El es nuestro anfitrión: “El cenará conmigo.”
          •      La cena de bodas del Cordero (19:7).
Sólo aquellos que han sido llamados tendrán el privilegio de sentarse a comer de esta mesa (19:8).
          •      La cena del gran Dios (19:17, 18, 21).
A la cena de bodas son invitados todos los santos, pero a esta terrible cena del gran Dios, el Creador llama a todas las aves del cielo para alimentarse con la carne de los impíos, traspasados por su afilada espada (19:15). ¡Qué escena tan terriblemente sangrienta será ésta!

5. Los sellos: rotos e intactos
Shakespeare, en Antonio y Cleopatra, habla del “sello real” y usa la frase “Sella entonces, y todo quedará hecho.” Aquí tenemos las ideas de seguridad, de algo definitivo y de prueba legal que sugiere el sello (2 Timoteo 2:19; 1 Corintios 9:2; Efesios 4:30).
          •      El libro de los siete sellos (5:1–7; 6:1–17; 8:1).
          •      Los santos sellados por Dios (7:2, 4–8). Todos los sellados por Dios pasan a ser propiedad suya especial.
          •      El ay de los no sellados (9:4). Así como los sellados son marcados para bendición y preservación, así los no sellados son separados para su justo castigo.
          •      Los truenos sellados (10:4).
          •      El abismo sellado (20:3). De la misma manera en que la tumba fue sellada indicando que Jesús no podría levantarse otra vez (Mateo 27:66), así también Satanás será sellado y no podrá salir del abismo por el termino de mil años (20:1–3).
          •      Las profecías no selladas del Apocalipsis (22:10).

6. Una galaxia de estrellas
Las luminarias, tanto las reales como las simbólicas, tienen un lugar prominente en este último libro de la Biblia.
          •      Las siete estrellas (1:16–20; 2:1; 3:1).
          •      La estrella de la mañana (2:28; 22:16).
          •      Las estrellas del cielo (6:13).
          •      La gran estrella (8:10, 11; 9:1).
          •      La tercera parte de las estrellas (8:12; 12:4).
          •      Las doce estrellas (12:1).

7. Las doxologías
Aunque la mayor parte del Apocalipsis está saturada de juicios, es sorprendente lo mucho que habla sobre la alabanza, los cantos y el regocijo. Entre los clamores de angustia surgen los aleluyas. La serie de cánticos del Apocalipsis puede servir para desarrollar una bella y valiosa meditación.
          •      La doxología que exalta el poder y el dominio del Cordero (5:11–14).
          •      La doxología del ejército del cielo por la salvación de Dios (7:10–12).
          •      La doxología por el dominio universal de Dios y de Cristo (11:15–18).
          •      La doxología por la victoria sobre Satanás (12:7–12).
          •      La doxología del cielo y la tierra ante la nueva canción (14:2–5).
          •      La doxología de los santos ante el Rey de los santos (15:3, 4).
          •      La doxología de los pequeños y los grandes ante la omnipotencia divina (19:1–6).

8. Un libro de tronos
Las palabras silla, asiento, trono y tronos son términos sinónimos y tienen un mismo equivalente griego, thronos, que significa “un trono”. En la mayoría de los casos esta palabra está asociada con el cielo e indica autoridad, poder y juicio divinos. También puede indicar dominio satánico.
          •      El trono de Satanás (2:13).
          •      El trono del Padre (3:21).
          •      El trono puesto en el cielo (4:1–11).
          •      El trono que debe ser temido (6:16).
          •      El trono de la bestia (13:2; 16:10).
          •      Los tronos de los redimidos (20:4).
          •      El gran trono blanco (20:11–15).
          •      El trono eterno (22:1).

9. El lago de fuego
Mientras que el hades es la morada presente de todas las almas perdidas, el lago de fuego será el depósito final de todo lo que sea ajeno al pensamiento y la voluntad de Dios. Los ocupantes de este terrible lugar son mencionados específicamente:
          •      La bestia (19:20; 20:10).
          •      El falso profeta (19:20; 20:10).
          •      El diablo (20:10).
          •      El último enemigo, la muerte (20:14).
          •      El hades (20:14).
          •      Todos los incrédulos (20:15; 21:8).
          •      Las naciones representadas por los cabritos (Mateo 25:31–46).
          •      Los ángeles del diablo (Mateo 25:41).

10. Una colección de libros
En el Apocalipsis se hace mención de varios libros y registros.
          •      El libro que escribió Juan (1:11, 19).
          •      El libro de los vencedores (3:5).
          •      El libro sellado con siete sellos (5:1–7).
          •      El librito (10:2, 8–11).
          •      El libro de la vida (20:12–15; 21:27).

11. Las bienaventuranzas de los amados
Todos estamos familiarizados con las bienaventuranzas de Cristo en el sermón del monte (Mateo 5:1–12), pero muy pocos les prestan atención a las bienaventuranzas del Apocalipsis. Dispersas a través del libro hay bienaventuranzas y bendiciones que pueden muy bien ser agregadas a aquellas que el Maestro pronunció ante sus oyentes reunidos en torno a la montaña.
          •      La bienaventuranza de los que lean y obedezcan (1:3).
          •      La bienaventuranza de los justos muertos (14:13).
          •      La bienaventuranza del santo vigilante (16:15).
          •      La bienaventuranza de la esposa (19:9).
          •      La bienaventuranza de los resucitados (20:6).
          •      La bienaventuranza de los que aman las profecías (22:7).
          •      La bienaventuranza de la recompensa eterna (22:14).

12. Las cosas que no habrá en el cielo
Juan se dio cuenta de que el lenguaje humano era muy inadecuado para describir todo lo que había visto en el cielo. Las mejores palabras resultan inadecuadas cuando se trata de revelar la gloria de lo invisible. Para él era más fácil decir qué cosas no existían en el cielo en lugar de decir lo que encontraríamos en él.
          •      No habrá más hambre ni sed (7:16).
          •      No habrá más sol ni calor (7:16; 21:23; 22:5).
          •      No habrá más lágrimas ni llanto (7:17; 21:4).
          •      No habrá más mar (21:1).
          •      No habrá más muerte (21:4).
          •      No habrá más clamor (21:4).
          •      No habrá más dolor (21:4).
          •      No habrá más templo (21:22).
          •      No habrá más luna (21:23).
          •      No habrá más noche (21:25; 22:5).
          •      No habrá más pecado (21:27; 22:15).
          •      No habrá más maldición (22:3).
          •      No habrá más lámparas (22:5).

13. La frecuente exclamación “He aquí”
La frecuente exclamación bíblica “He aquí”, que significa que “hay que mirar intensamente y considerer”, aparece unas cuatrocientas veces en toda la Biblia y se usa en los tres tiempos: pasado, presente y futuro. Además aparece como anuncio de esperanza y también de horror. Esta expresión se encuentra unas treinta veces en el Apocalipsis. Estas son las principales:
          •      El “he aquí” de la majestad venidera (1:7).
          •      El “he aquí” de la inmortalidad (1:18).
          •      El “he aquí” de la oposición satánica (2:10).
          •      El “he aquí” de la gran Tribulación (2:22).
          •      El “he aquí” de la oportunidad (3:8).
          •      El “he aquí” de la adoración falsa (3:9).
          •      El “he aquí” de la pronta venida (3:11).
          •      El “he aquí” de la visita divina (3:20).
          •      El “he aquí” del acceso al cielo (4:1).
          •      El “he aquí” de la soberanía (4:2).
          •      El “he aquí” del triunfo (5:5).
          •      El “he aquí” del sacrificio (5:6).
          •      El “he aquí” de la adoración universal (5:11).
          •      El “he aquí” de la paz ficticia (6:2).
          •      El “he aquí” de la desolación (6:5).
          •      El “he aquí” de la muerte (6:8).
          •      El “he aquí” de la ira divina (6:12–17).
          •      El “he aquí” de la salvación (7:9).
          •      El “he aquí” de los ayes (8:13; 9:12; 11:14).
          •      El “he aquí” del odio satánico (12:3).
          •      El “he aquí” de las bestias (13:1, 11).
          •      El “he aquí” del Armagedón (14:14).
          •      El “he aquí” de la preparación (16:15).
          •      El “he aquí” del jinete glorioso (19:11–16).
          •      El “he aquí” de la nueva creación (21:5).

14. Los misterios revelados
Algunos expositores bíblicos interpretan la palabra “misterio” como algo que sólo entienden los iniciados. Todos los que han comenzado una vida según el Espíritu, pueden entender muchos de los misterios de las Escrituras (1 Corintios 13:9–12). Esta palabra se usa exclusivamente en el Nuevo Testamento (unas veintisiete veces), y Juan la usa en el Apocalipsis cuatro veces:
          •      El misterio de las siete estrellas (1:20).
          •      El misterio de Dios (10:7).
          •      El misterio de Babilonia la grande (17:5).
          •      El misterio de la mujer (17:7).


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