domingo, 5 de abril de 2015

Dios sacó de Egipto a Israel con el fin de que le reconocieran como su Señor y le sirvieran: Dios te ha liberado para que lo reconozcas como tu Señor y le sirvas

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


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                            Un Compromiso Serio

Exodo 19–20

Dios redimió a Su pueblo cautivo en Egipto. Esta redención se basó en la sangre con que fueron marcadas las puertas de las casas de los israelitas. La idea de redención se remonta al mercado de esclavos. La “redención” se efectuaba a través de la compra de un esclavo. De igual manera, Dios, mediante este acto les libró de la esclavitud en Egipto. Sin embargo, los sacó de Egipto con el fin de que le reconocieran como su Señor y le sirvieran.
Como pertenencia de Jehová, los israelitas tuvieron que ir conociendo a su nuevo Señor y aprender lo que El demandaba de ellos. Dios tiene normas para quienes viven bajo Su autoridad. Su pueblo tenía que aprender estas normas. Por haber pagado el precio de su liberación, Dios tenía el derecho de demandar cualquier cosa de ellos.
Después de relatar la historia de la redención del pueblo de Dios (1–13:16). Moisés hace un recuento de los sucesos ocurridos a lo largo del camino a Sinaí (13:17–18:22). Dios aprovechó las pruebas a que se enfrentaron en este viaje para darles las lecciones más fundamentales de lo que El exige de Su pueblo. Esencialmente Dios demandaba que confíaran en El y que le obedecieran.

DIOS EXIGE FE Y OBEDIENCIA

La primera parte del Exodo contiene principalmente la historia del éxodo del pueblo de Israel. La segunda parte del libro presenta la revelación de Dios. Esta revelación posee dos elementos principales: la ley y el tabernáculo. Al enseñarles la ley, Dios les hizo saber las normas de conducta que El exige (19–24). Mediante la revelación del tabernáculo, les mostró las normas para la adoración para que pudieran adorarle adecuadamente y gozar de la comunión con El.

UN PACTO ESTABLECIDO

La Biblia describe las relaciones que se han establecido entre Dios y los hombres, o entre Dios y un pueblo. Tal relación es presentada mediante un pacto. Un pacto es una relación de común acuerdo, un convenio entre dos o más personas o pueblos. A veces se presentan pactos unilaterales. Este tipo de pactos pueden ser impuestos después de alguna conquista por los vencedores, o puede tratarse más bien de una promesa que alguien se compromete a cumplir.

La Relación de los Dos Pactos
La historia de Israel gira alrededor de dos pactos que Dios estableció con Su pueblo: el Pacto Abrámico y el Pacto Mosaico. Hay mucha confusión en cuanto a estos dos pactos y su relación entre sí. Es prácticamente imposible entender el Antiguo Testamento sin comprender el significado de estos dos pactos y la relación que existe entre ambos.
El Pacto Abrámico es de carácter unilateral. Se basa en la fe original de Abraham respecto a la Palabra de Dios; no impone ninguna otra condición. Se manifiesta como una promesa de Dios; la promesa que Dios hace a Abraham de que su descendencia será grande, la promesa de concederles una tierra donde habrán de habitar y la promesa de Su bendición (Génesis 12:1–3). Esta promesa es eterna e incondicional.
Sin embargo, después de más de cuatrocientos años, Dios estableció un nuevo pacto bilateral con Moisés; esto ha confundido a muchos. Este nuevo pacto parece contradecir el pacto con Abraham debido a que presenta ciertas condiciones que Dios exige a fin de bendecir al pueblo de Israel. Elapóstol Pablo señaló que es imposible que este pacto contravenga o anule el pacto anterior que Dios contrajo con Abraham (Gálatas 3:17–18).
El pacto Mosaico se presenta inicialmente en Exodo 19–24. Se manifiesta el carácter bilateral de este pacto. Dios demanda la fe y la obediencia de Su pueblo. A cambio de esa fe y obediencia, Dios promete bendecirles. Esta condición no anula la promesa hecha a Abraham. Israel ya tiene derecho a la herencia que Dios le prometió: la descendencia, la tierra y la bendición.
Deuteronomio 28–30 explica que la ley de Moisés describe las condiciones necesarias para gozar de las bendiciones que Dios les ha prometido. El Pacto Abrámico garantiza el cumplimiento de las condiciones que Israel llevará a cabo para poder aprovechar la herencia que ya está a su nombre.
A través de la historia de Israel podemos observar cómo estos pactos han servido como base para comprender la obra de Dios de una manera global. Cuando el pueblo de Israel cumple con las condiciones divinas de fe y obediencia absoluta en Jehová, ellos gozan de las bendiciones de Dios. Cuando dejan de coafiar en El y le desobedecen, tienen que padecer amargos sufrimientos. Sin embargo, a pesar de todo, no pierden la herencia. Siguen siendo el pueblo escogido de Dios; las promesas siguen en pie.

Las Implicaciones de la Ley
La relación entre los dos pactos y el trasfondo histórico del libro del Exodo nos ayudan a comprender algunas implicaciones que reviste la ley de Moisés. La Biblia presenta por lo menos nueve de estas implicaciones:

    1.      La ley no salva. Israel ya era un pueblo redimido por sangre cuando Dios les dio la ley.
    2.      La ley no anula ni modifica el Pacto Abrámico (Gálatas 3:17–l8).
    3.      La ley provee normas de conducta mediante las cuales el pueblo de Dios puede vivir una vida santa.
    4.      La ley revela la santidad de Dios (1 Pedro 1:15).
    5.      La ley revela el pecado del hombre (Romanos 3:19–20).
    6.      La ley sirve como guía para el que aún no ha llegado a la madurez espiritual (Gálatas 3:24–26: 4:1–5).
    7.      La ley sirve como base para mantener la comunión con Dios.
    8.      La ley separa al pueblo de Dios del estilo de vida de las naciones paganas.
    9.      La ley le enseña a Israel cómo adorar a Dios correctamente.
Al meditar acerca de estas implicaciones de la ley, podremos reconocer la verdad que Pablo señala, afirmando que la ley era buena (Romanos 7:12). Aceptar esta ley no fue un error. No obstante, el pueblo se esforzaba por cumplirla mediante sus propios esfuerzos; estaban engañados por no conocer su debilidad. Sin embargo, la debilidad de los hombres no destruye el valor de lo que Dios reveló en Su ley (Romanos 7:13–16). La ley sirve para ayudar a cumplir la voluntad de Dios.

¡PENSEMOS!

 Revise la lista de implicaciones de la ley. A la luz de estas verdades haga una lista de los beneficios que le pueden aportar sus enseñanzas. A continuación medite: ¿Qué aplicaciones actuales tiene esta ley?

LA DEFINICION DEL PACTO 19–20

La Base del Pacto 19:1–6
Después de tres meses de viaje, Israel llegó a Sinaí, lugar donde Dios les reveló dos aspectos importantes de Su plan para con ellos: Ia ley y el tabernáculo (19–40). Después de sacar a los israelitas de Egipto y de establecerlos como Su pueblo, Dios les reveló la base de la conducta que esperaba de ellos (19–24). La base de su conducta es la relación con Dios definida brevemente en base a los pactos (19–20).
Dios los llamó a ser Su pueblo, les prodigó cuidados y los atrajo a Sí. Por eso, ellos debían responder adecuadamente a Su amor, sometiéndose a Su autoridad y obedeciendo Sus mandamientos. Esta conducta les distinguiría de las demás naciones paganas que les rodeaban. De vivir conforme a las enseñanzas y normas de Dios, El prometió darles protección y bendecirles.

La Respuesta al Pacto 19:7–8
Al enterarse de las condiciones básicas que Dios establecía para Su pueblo, ellos las aceptaron. Se comprometieron a obedecer Sus mandatos. En verdad era una respuesta de corazón, aunque tal vez un poco precipitada. No tenían idea de lo difícil que les sería poner en práctica estas instrucciones día tras día.

“TODO LO QUE JEHOVA HA DICHO, HAREMOS”

¡PENSEMOS!

 ¿Qué hubo de malo en la respuesta de Israel a Dios? ¿Podrían cumplir con lo que decían? ¿Podemos nosotros cumplir semejante compromiso? ¿Qué debieron haber contestado en ese momento?

El Establecimiento del Pacto 19:9–25
Después de enterarse de los elementos básicos del pacto, el pueblo se preparó para una ceremonia de inauguración; se establecía una nueva relación. Esta celebración fue algo serio. Era necesario hacer todo conforme a lo que Dios había ordenado. Sólo El definió las normas aceptables de esta relación con Su pueblo.
La revelación de la gloria y el poder de Dios fue temerosa; les sirvió como recordatorio de la solemnidad del suceso. Asimismo, la ceremonia fue aprovechada para designar a Moisés como mediador entre Dios y Su pueblo.

Un Sumario del Pacto 20:1–17
Con el propósito de dejar clara la ley y hacerla fácil de recordar, la ley se resume en diez mandamientos fundamentales que Su pueblo habrá de obedecer. Los mandamientos definen específicamente la relación indicada que deben mantener con El, su Dios (20:1–11). En resumen, deben amarle de todo corazón, sobre cualquier otro ser o cosa (Deuteronomio 6:5; Mateo 22:35–40). Además, definen su relación con sus semejantes (20:12–17). Deben amar a su prójimo como a sí mismos (Levítico 19:18).
Al considerar los detalles de los diez mandamientos, es posible enredarse tanto que no nos fijamos en el punto principal de los mismos. Lo más importante a saber es que Dios merece el primer lugar en nuestra vida. En segundo lugar, debemos tratar a los demás de una manera justa.
El Señor Jesucristo trató de comunicarse con los líderes del pueblo para que se percataran de que sa interpretación literal y legalista no era suficiente. Dios quería un amor sin reservas; una entrega absoluta, de corazón. Al no entender las implicaciones de esta verdad, ellos siempre le respondían que habían venido cumpliendo con estos requisitos desde su niñez.

¡PENSEMOS!

 Revise la lista de los diez mandamientos en Exodo 20:1–17. Con los dos puntos principales en mente, considere su propia vida. ¿Glorifica a Dios su manera de vivir? Si no es así, ¿qué es lo que le hace falta? ¿Qué cambio debe padirle a Dios que obre en su vida?

El Temor de Dios y el Pacto 20:18–21
La revelación de la gloria de Dios atemorizó al pueblo de Israel. Moisés utilizó esta reacción de temor como base de amonestación para los israelitas. El temor de Jehová debe servir para protegerlos del pecado. Un Dios tan grande debe ser tomado en serio; con Dios no se puede jugar.

   LA GLORIA DE DIOS SE MANIFESTO:
    PARA INFUNDIR RESPETO
    PARA QUE EVITARAN EL PECADO

¡PENSEMOS!

 ¿Sentimos los cristianos hoy día el temor de Dios? ¿Qué nos hace falta para experimentarlo? ¿Qué resultados produciría en su propia vida esta clase de respeto a las cosas de Dios?

Los Otros Dioses y el Pacto 20:22–23
La revelación de Dios desde los cielos, en forma invisible, fue para enseñarle a Su pueblo que no deben hacer ídolos para representarle. Dios no es como aquellos dioses de oro y de plata. Esta es la razón por la cual Su ley les indicaba que se abstuvieran de adorarle a través de imágenes.

“NO HAGAIS CONMIGO DIOSES …”

El Altar y el Pacto 20:24–26
Finalmente, Dios estableció las condiciones para la construcción del altar que serviría para adorarle. El altar debía ser sencillo; no un monumento inmenso y llamativo. Su secillez evitaría la tentación de adorar al altar mismo. El propósito del altar era adorer al gran Dios con Quien habían pactado. Tampoco debería haber nada que distrajera la atención en la adoración a Dios. La atención habría de ser dedicada a reconocer la autoridad y santidad de Jehová.
Nuevamente notamos que la ley y esta inauguración representan un recordatorio de que Dios es digno de toda la gloria; no la comparte con nadie. Por eso, Dios merece todo nuestro amor y toda nuestra adoración. Cuando le damos a Dios el lugar que merece, las demás áreas de nuestra vida se van conformando también a lo que El quiere que hagamos.

¡PENSEMOS!

 Considere las enseñanzas que en cuanto a la adoración a Dios se nos presentan en el culto de inauguración de la ley en los capítulos 19 y 20 del Exodo. A continuación, haga una lista de principios relacionados con la adoración conforme a lo visto en este pasaje.
 Dios exigió que al adorarle, toda la atención fuera dirigida hacia El. Debían reconocer Su grandeza y responder adecuadamente ante la revelación de Su gloria. No debían permitir distracciones que pudieran provocar la pérdida de este sentir. ¿Se observa en la actualidad una falta de respeto para con Dios en los cultos de la iglesia? ¿Cuál es la causa? ¿Qué medidas pueden tomarse para propiciar una actitud adecuada en los cultos de adoración?
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