lunes, 7 de septiembre de 2015

...Resentidos de que enseñasen al pueblo y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Les echaron mano y los pusieron en la cárcel

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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Información 


Abramos La Palabra y Estudiémosla para enseñar
Hechos 4: 1-4
Pedro y Juan son encarcelados
4 Mientras ellos estaban hablando al pueblo, llegaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y los saduceos, 2 resentidos de que enseñasen al pueblo y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. 
3 Les echaron mano y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque ya era tarde. 4 Pero muchos de los que habían oído la palabra creyeron, y el número de los hombres llegó a ser como cinco mil. 



 Pedro y Juan encarcelados
Hechos 4:1-4
En el libro de Los Hechos se presentan varias persecuciones de los cristianos, y es importante notar que cada grupo perseguidor poseía sus propios motivos para resistir el evangelio. Los saduceos, los fariseos, los herodianos y varios grupos paganos se oponían al movimiento cristiano, cada uno por diferentes razones. Más adelante de nuevo volveremos a considerar estos grupos dentro de su propio contexto.

Se nota que la primera persecución del movimiento cristiano fue iniciada por los saduceos y no de parte de un grupo gentil ni por el gobierno romano. Los primeros impedimentos o barreras en contra de la misión de la iglesia primitiva eran de origen religioso interno y no de fuera. Los saduceos constituían una minoría, sin embargo eran una aristocracia rica y de gran influencia tanto en el templo como en el gobierno. 

El milagro los molestó mucho por varias razones: en primer lugar, los saduceos resentían que los discípulos estaban enseñando como si fueran rabíes; en segundo lugar, no creían en la resurrección, que era uno de los énfasis en el mensaje de Pedro; en tercer lugar, y probablemente la causa principal de su intervención, trataban de mantener relaciones amistosas con los romanos para poder conservar sus riquezas, comodidad, prestigio y poder. 

El concepto de la resurrección significaba más para los judíos del primer siglo que para los cristianos de hoy. Para los judíos de aquel entonces significaba una catástrofe inminente y mundial, en la cual serían destruidos los poderes aquí en este mundo y el establecimiento milagroso de un nuevo orden.

Entonces, por eso, la palabra resurrección sugería revolución a los que favorecían el orden romano. Los saduceos no deseaban en absoluto que se perturbara el orden ya establecido. El gobierno romano era muy tolerante, pero actuaba sin misericordia ante los desórdenes públicos. 

Los saduceos concluyeron que si se permitía seguir adelante a los discípulos sin estorbarlos, habría caos y tumultos en la calle, con resultados desastrosos para su grupo. Por eso, decidieron terminar con esta propaganda inflamatoria antes de que creciera; y fue por esto que se arrestó tan rápidamente a Pedro y Juan. Este es uno de los grandes ejemplos de cómo un grupo de hombres, para mantener sus intereses creados, puede negarse a escuchar la verdad o a dejar que otros la escuchen.

En su primer sermón, en el día de Pentecostés, Pedro acusó a los judíos de haber matado a Jesús y declaró que Este había resucitado (2:23–24). Milagrosamente, quizá por el resultado de la respuesta a su sermón: 3.000 conversiones, Pedro escapó de la persecución. Pero cuando sanó a un lisiado bien conocido, y cuando en su segundo sermón denunció a los judíos por el asesinato del Mesías aún con más énfasis, éstos decidieron que era demasiado. Se desató la primera persecución. Pedro y Juan fueron arrestados y encarcelados.

Los oficiales se allegaron a Pedro mientras predicaba. El griego dice “mientras ellos predicaban”. En Hechos leemos varias veces de un predicador que se ve interrumpido (cf. 7:54; 10:44; 17:32; 22:22).

Vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo—“El comando de la guardia del templo” (Weymouth)—y los saduceos (1). Todos pertenecían al partido saduceo. Generalmente los sacerdotes eran reconocidos como saduceos. El jefe de la guardia del templo era un sacerdote. Schuerer escribe: “A este funcionario le estaba confiada la tarea de la superintendencia de arreglos para preservar el orden dentro del templo y en sus alrededores.” Ocupaba el “segundo puesto sólo después del sumo sacerdote”.

Los saduceos son mencionados sólo 14 veces en el Nuevo Testamento—7 veces en Mateo, 1 en Marcos, otra en Lucas y 5 ocasiones en Los Hechos. A los fariseos se les menciona en 100 circunstancias—90 en los evangelios, 9 en Los Hechos y una vez en Filipenses 3:5.

Resentidos (2) sería traducido con más exactitud “exasperados” (NEB), “sumamente perturbados” (NASB). El verbo griego (usado solamente aquí y en 16:18) significa “abrumado, indignado”. Moulton y Milligan traducen de un papiro “fuera de sí”.

Lo que ocasionó la violencia de los saduceos era que los apóstoles estaban enseñando y “proclamando” (o mejor que anunciasen) en Jesús—literalmente “en el caso de Jesús” (Weymouth)—la resurrección de entre los muertos. Es decir, en caso que la resurrección de Jesús hubiera sucedido.

Leemos en los evangelios que los fariseos eran los principales opositores de Cristo. Pero cuando El limpió el templo, suscitó la ira de los saduceos por ser una amenaza a sus prestigios y a sus bolsillos. Desde entonces se transformaron en los principales instigadores de su muerte (véanse los comentarios sobre Mt. 21:15).

Ahora había un segundo factor que aclara por qué los saduceos tomaron la delantera en la persecución de los apóstoles. Ese grupo particularmente era el que negaba la enseñanza de la resurrección (cf. 23:8). Permitir que los discípulos proclamaran la doctrina de la resurrección de entre los muertos y comprobándola con el caso de la resurrección de Jesús, “los airó por completo” (Phillips).

De modo que arrestaron a Pedro y a Juan y los pusieron en la cárcel por la noche. Era demasiado tarde para hacer algo más ese día.

A pesar de la oposición de los saduceos, muchos de los que habían oído la palabra, creyeron (4). Es decir, que ellos aceptaban la verdad del mesianismo de Jesús y su resurrección.

Algunos han inferido de la declaración de la segunda mitad de este verso que en esa ocasión fueron añadidos más de 5:000 convertidos. Pero el griego no indica esto. Era literalmente es “llegaron a ser”. El número total de creyentes hasta ese punto llegó a 5:000 personas, lo que quiere decir que estaban incluidos los 3:000 convertidos en Pentecostés.

LO QUE ESTÁ PASANDO HOY


Qué es la persecución

Persecución es todo trato injusto sufrido por los cristianos como consecuencia de su fe. No se trata sólo de la violación del derecho a elegir su religión, sino de toda discriminación o trato vejatorio.
La persecución contra los cristianos existe alrededor de todo el mundo, pero Puertas Abiertas se centra en las situaciones más graves, ofreciendo apoyo moral y ayuda humanitaria a aquellos que viven indefensos en medio de un ambiente hostil y sin libertad.
Una característica de la persecución es que no surge por casualidad, sino que es premeditada y organizada. Otra característica es que tiene distintos niveles, que van desde la opresión hasta la violación de los derechos fundamentales, como negar el acceso a la educación y al trabajo. A largo plazo puede desembocar en una severa persecución, para terminar tratando a los cristianos como ciudadanos de segunda clase a quienes no se les respeta ni los derechos más básicos.

Los cristianos están entre los grupos religiosos más perseguidos del mundo

Más de 150 millones de cristianos sufren alguna discriminación o son víctimas de la violencia, ya sea a mano de miembros de otras religiones o bajo regímenes totalitarios.
Los más débiles son aquellos que no pueden hablar. .
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