miércoles, 2 de septiembre de 2015

Ustedes se hicieron imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo; de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los creyentes

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 










Estudiemos para construir nuestros sermones
1 Tesalonicenses
1:1-9

1 Pablo, Silas  y Timoteo; a la iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia a vosotros y paz.

Gracias por un testimonio ejemplar
2 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones. 
3 Nos acordamos sin cesar, delante del Dios y Padre nuestro, de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de la perseverancia de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 
4 Porque hemos conocido, hermanos amados de Dios, vuestra elección; 5 por cuanto nuestro evangelio no llegó a vosotros sólo en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo, y en plena convicción. Vosotros sabéis de qué manera actuamos entre vosotros a vuestro favor. 
6 También os hicisteis imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo; 7 de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los creyentes en Macedonia y en Acaya. 
8 Porque la palabra del Señor ha resonado desde vosotros, no sólo en Macedonia y en Acaya, sino que también vuestra fe en Dios se ha extendido a todo lugar, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada. 
9 Pues ellos mismos cuentan de nosotros la buena recepción que tuvimos por parte de vosotros, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero 10 y para esperar de los cielos a su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. 

1 TESALONICENSES

TEXTO, EXPOSICIÓN Y AYUDAS PRÁCTICAS

I. SALUTACIÓN, 1:1

Inicialmente aparecen tres nombres en la primera carta enviada a los tesalonicenses: Pablo, Silas y Timoteo. El nombre de Pablo aparece primero, lo que nos hace pensar que es el líder. Sin embargo, nos preguntamos: ¿Por qué aparecen los nombres de Silas y Timoteo en esa carta? La respuesta es que posiblemente se deba a que ellos tenían una relación muy especial con los tesalonicenses. Recordamos que ellos fueron a Tesalónica por instrucciones de Pablo; y luego regresaron al Apóstol dándole información de los problemas y la situación en aquella iglesia. 

La carta es entonces la reacción de Pablo para corregir, animar y enseñar a los creyentes en Tesalónica. La inclusión de estos dos compañeros de Pablo tiene como propósito hacer más personal la carta, ya que los tesalonicenses podían darse cuenta de que las palabras de Pablo estaban basadas en la información personal de sus dos emisarios.

Sin embargo, en varias partes de la carta (vea 2:18; 3:5 y 5:27) aparece el uso de la primera persona, dando así la autenticidad al nombre de Pablo y la autoridad como el apóstol a los gentiles y siervo de Jesucristo.

La carta es dirigida a la congregación o a la asamblea de creyentes que reconocen a Dios como Padre y a Jesucristo como Señor, de allí que ellos están en el Padre y en Jesús.

Después de los nombres de los autores y los destinatarios sigue el saludo tradicional cristiano de esa época: Gracia a vosotros y paz. El saludo tenía origen en el saludo común entre la gente no judía, pero con un pequeño y significativo cambio. En lugar de usar la apalabra clásica: cairein5463, que significa “saludo” o literalmente “regocíjate”, usa caris5485, traducido como “gracia” y que significa antes que nada los actos de Dios que se han materializado en el don de Cristo. 

La palabra paz destaca la armonía integral que Dios ofrece a los que disfrutan de la fe cristiana, y es la traducción griega (eirene1515) al saludo común entre los judíos (shalom7999). De esta manera, dos palabras sencillas tocadas por el Espíritu son transformadas en una bendición del Padre y del Hijo al pueblo escogido.

II. GRATITUD A DIOS, 1:2–10

1. Acción de gracias, 1:2–4
La carta de Pablo sigue el modelo de las cartas contemporáneas de su época, en donde, por lo general, se incluía una nota en la que se indicaba que el destinatario era recordado en las plegarias a los dioses comunes.

Es un deber cristiano ser agradecidos por bienes y bendiciones personales recibidos del Señor, pero es más noble y generoso dar gracias a Dios por el bien de otras personas. Destaca el énfasis que hace Pablo en la persistencia de las oraciones al usar las palabras siempre y sin cesar. Destaca también el sentido comunitario (Pablo y sus compañeros) de la oración en función de una comunidad (los tesalonicenses).

 Paso trascendental
 En Hechos 15:36 Pablo sugiere a Bernabé que regresen a visitar a los hermanos que conocieron en el primer viaje misionero, es decir, el área de Asia Menor. Así intentaron ir a Bitinia pero el Espíritu los detuvo (Hechos 16:7). Según Hechos 16:9, Pablo tiene una visión de un varón macedonio dirigiendo a Pablo y Bernabé en dirección opuesta. 

En este momento quizá no se dieron cuenta del paso tan trascendental pues solo se trasladaron de una provincia romana a otra. Pero esto hizo que Pablo llegara a ser el primer misionero cristiano conocido que predicó en Europa, e impulsó el desarrollo del cristianismo hacia el occidente. Como resultado, Tesalónica llegó a ser una de las ciudades que recibió el evangelio en el segundo viaje misionero.


La estructura gramatical de la oración en el original destaca que el verbo traducido como damos gracias tiene tres modificantes, que en el original son tres participios griegos: haciendo memoria …, nos acordamos … y hemos conocido vuestra elección.

Tesoro bíblico
 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones (1:2).


(1) Haciendo mención, 1:2. 
Pablo da gracias a Dios haciendo mención de los tesalonicenses en sus oraciones. Él hace el esfuerzo por recordar a los tesalonicenses, dejando varias posibilidades e ideas entre líneas. Lo cierto es que Pablo se acordaba de esta iglesia, y al acordarse daba gracias, sin duda por los buenos recuerdos que el trabajo con esta congregación le traía, y lógicamente que las pruebas y conflictos también llegaban a la mente de Pablo y sus compañeros. El hecho de que Pablo recordara a los tesalonicenses, así como lo declara, no es convencional o un simple “tengo que”. 

Esto no es un cumplido, más bien es para animar y despertar en sus lectores más confianza en Dios, a través de sus palabras afectuosas. Siempre anima a las personas cuando alguien le recuerda que ora por ellas sin cesar. Es decir, que en las ocasiones cuando oraba Pablo, los hermanos de Tesalónica estaban presentes en sus oraciones. Pablo los recordaba a ellos con dulzura y cariño. En la vida, hay cosas que no son placenteras y que mejor deseamos olvidarlas. Pero hay otros recuerdos, como los de Pablo, que son positivos, inspiradores, y nos animan cuando pensamos en personas cuyas vidas son productivas sirviendo a otros.

(2) Recordando, 1:3. 
Hay tres razones fundamentales y concretas por las que Pablo se acuerda de esta congregación. Estas están expresadas, por primera vez en las obras del Apóstol, por medio de tres palabras básicas en su teología (comp. 1 Cor. 13:13): fe, amor y esperanza, palabras ligadas intrínsecamente a la dependencia a Dios Padre y al Señor Jesucristo.

a. La obra de vuestra fe, 1:3a. 
La fe no es únicamente lo que decimos que tenemos o creemos; también es lo que hacemos. Hablar de la fe da testimonio de lo que pensamos; hacer la obra es darle convicción práctica a la fe. Ser hacedores de la palabra (Stg. 2:22) pone a prueba la fe. Si la fe es necesaria para la salvación, también es indispensable para la continuación de esa obra salvífica. La mejor demostración de la salvación son las buenas obras. Estas las hacemos no para ser salvos sino porque ya somos salvos; sin obras, la fe es muerta. Sin duda que la sociedad en la que vivimos agradecerá que nuestra fe sea algo más que conceptos y actitudes internas, y se convierta en actos concretos que son las señales del reino (comp. Mat. 11:4–6).

b. El trabajo de vuestro amor, 1:3b
El amor nos motiva para hacer el trabajo cristiano; el trabajo prueba la fuerza de nuestro amor. El amor está dispuesto a trabajar hasta la fatiga del creyente. La palabra usada para trabajo (kopos2873) significa no solo el trabajo como un acto de gasto de energía, sino el llegar hasta la fatiga por ese mismo trabajo realizado. 

Es un amor que se ve, no tanto que se habla. ¡Cuánta falta hace recuperar el verdadero significado de la palabra amor! Pero fue esto lo que hicieron los creyentes del primer siglo como los tesalonicenses: En primer lugar el amor no es palabrería sentimental, es mucho más que eso, se trata de una obra concreta en bien del otro, y también implica sacrificio y esfuerzo. Amar no es fácil, implica esfuerzo y negación.

c. Perseverancia en vuestra esperanza, 1:3c
Perseverar (hupomone5281) ha sido traducido en otras partes de la Biblia como “paciencia”, que debe ser bien entendida. Es decir, que no se trata de “aguantar todo lo que venga”. La paciencia es una virtud que implica fuerza, empuje y lucha por salir adelante. La esperanza, por otro lado no es un concepto que nos adormece y nos aleja de las realidades de este mundo, sino todo lo contrario. 

Sabiendo que hay algo más adelante, esta esperanza nos debe jalonar para cambiar el mundo. Nos debe motivar para presentar una vida diferente. Con razón Pedro pide que demos razón de nuestra esperanza, haciendo a esta palabra casi un sinónimo de evangelio (1 Ped. 3:15).

(3) Conociendo, 1:4
La única razón por la que los tesalonicenses hacían lo que hacían era que se trataba de un pueblo elegido por Dios. No se trataba de gente que pretendía haber ganado la salvación por sus buenas obras y amor, sino que sencillamente hacían todo esto porque eran elegidos por Dios. 

La elección de Dios hacia ellos era algo que se podía ver. Nuevamente, la doctrina de la elección no es algo para discutir y argumentar, aunque eso puede tener su lugar, sino es una doctrina que se debe ilustrar en la vida de los creyentes, de quienes pretendemos decir a otros que somos los elegidos. Posiblemente la causa mayor por la acción de gracias de parte de Pablo es la confianza de que sus lectores han sido elegidos y llamados de Dios. La certeza de esa elección es una característica de la familia cristiana.

¡Qué motivos tan grandes para que Pablo pueda dar gracias a Dios!

 Del corazón de un pastor
 Este libro es nuestro primer documento de la vida de una comunidad cristiana. Es una carta que revela la conmovedora visión de Pablo como pastor. Para captar el corazón de Pablo debemos leerla en una sesión sin interrupción, no como un libro con versículos, capítulos y subdivisiones sino como una carta personal, sintiendo las emociones del autor regocijándose de las buenas noticias de Timoteo y preocupándose de los problemas de la iglesia.


2. Resultados del ministerio de Pablo, 1:5–10
Pablo enumera algunos elementos del llamamiento de los tesalonicenses y de su predicación inicial en Tesalónica.

(1) El evangelio predicado, 1:5. El versículo 5 es un pensamiento de transición e introduce la manera en que el evangelio alcanzó a los tesalonicenses. Evangelio (euaggelion2098) no se refiere al acto de predicar sino al contenido de la predicación bíblica y fiel: Las buenas noticias de salvación. En el libro Tesalonicenses: El Señor viene, el autor afirma que el evangelio tiene cuatro dimensiones diferentes: Cumplimiento, Jesús mismo, salvación y arrepentimiento y fe. Es decir que las buenas noticias no se relacionaban con eventos comunes en la historia del mundo, sino con la noticia divina de que Jesucristo es el Salvador, que busca dar vida eterna al pecador, demandando arrepentimiento y fe. 

El Apóstol observa que esas buenas noticias estaban presentadas con poder, no un poder humano basado solo en palabras, sino el poder que emana de una relación directa y personal con la persona del Espíritu Santo. El interés de Pablo no estaba tanto en la persona que predicó a los tesalonicenses, más bien sugiere el efecto, el cambio en la vida de los receptores. Hay que asegurarnos siempre de que el mensaje que predicamos sea la palabra de Dios y que el poder que lo lleva no sea humano sino divino: el Espíritu Santo.

Además, el mensaje fue predicado con convicción y recibido también por los oyentes con convicción. La palabra convicción (pleroforia4136) apela a que el evangelio no llegó como una predicación emotiva, sino que sobre todo demandaba un ejercicio mental sustentado en eventos históricos certísimos (así es traducida esta palabra en Lucas 1:1). No se puede desligar la manera como Dios usa su palabra: Poder y convicción, de ninguna manera palabrería humana. Los tesalonicenses fueron convencidos de que ese mensaje era la verdad de Dios.

Tesoro bíblico
 Por cuanto nuestro evangelio no llegó a vosotros solo en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo, y en plena convicción. Vosotros sabéis de qué manera actuamos entre vosotros a vuestro favor (1:5).


De qué manera actuamos también se relaciona con el evangelio, pues nuestras vidas también predican. Somos cartas vivas y piedras vivas; sea bueno o malo el testimonio, es observado y recibido por todo el mundo. Si somos la única Biblia que algunas gentes leen, debemos actuar para bien de otras personas, mayormente de las que no conocen a Jesucristo como Señor. El evangelio es más que una presentación, es una transformación.

(2) Imitación de Cristo, 1:6, 7
La persona que verdaderamente acepta el evangelio llega a ser imitador de Cristo y de aquellos cristianos que viven de acuerdo con el evangelio. En otra ocasión, Pablo sugirió que fuéramos imitadores de él como él lo es de Cristo (1 Cor. 11:1). 

Nuestra imitación de una persona debe ser en la medida en que esa persona imita a Jesús. Pero cuando la persona no vive como Cristo, entonces imitemos al Señor, quien es un modelo para imitar garantizado. Ser un imitador verdaderamente comprometido con el reino no es fácil. Pablo notó que para que los tesalonicenses llegaran a ser imitadores de Cristo tuvieron que hacer un gran sacrificio. 

El que sigue a Cristo tiene una cruz que llevar (vea Mar. 8:34; Gál. 2:20, etc.), una vida de negación, pero también una vida de triunfo. Mientras que la palabra “imitar” puede sugerir para nosotros una sustitución por lo genuino o solo ser algo secundario, para los griegos tenía un rico y honorable sentido. Sugería una íntima relación del discípulo con el maestro. Como cristianos alcanzamos esa relación cuando nos ligamos en espíritu fielmente a Jesucristo y su bendita causa, pues esto implica una manera diferente de vivir.

Tal relación de imitación produce gozo, aunque este seguimiento se realice en medio de tribulación. La única manera de lograr esto es por medio de una vida de completa dependencia del Espíritu Santo, quien es la persona que nos ayuda a producir esa relación de imitación al Salvador. Se debe recordar que este gozo en medio de los problemas se hace solo factible como fruto del Espíritu (Gál. 5:22). 

No es un gozo farandulero, sino un gozo producto de la relación íntima con el Espíritu. Pablo, estando prisionero en Filipos, escribió a los cristianos (Fil. 4:4) animándolos a que siempre se gozaran en el Señor. Ese gozo, que no es el del mundo puede ser nuestro también. Por otro lado, se debe destacar que el gozo en medio de la tribulación se da en la manera de recibir la palabra. 

Sin duda, cuando el recibimiento de la palabra se hace prioritario aunque haya problemas, es en medio de esos problemas que la palabra y el Espíritu se conjugan para dar gozo. Es importante notar en esta sección que por segunda vez Pablo menciona el ministerio del Espíritu Santo, ya que sin su presencia es imposible hacer lo que nos demanda el Señor.

La cadena de ser ejemplo, comenzada por Jesús para luego pasar a Pablo no termina allí, ahora los tesalonicenses son ejemplo, ellos son el nuevo eslabón. El hecho de recibir de todo corazón el evangelio produjo en los tesalonicenses un resultado tremendo: Animó la fe de otros creyentes. Su testimonio fue tal que se reflejaba en ellos la presencia del Espíritu Santo y la persona de Jesucristo. Lo que hacían, hablaban y creían iba de acuerdo con la enseñanza de Cristo. La persona que es verdaderamente cristiana, no se porta ni habla, ni dice cosas contrarias a la fe en Cristo.

Todo lo que somos y decimos como también lo que creemos es ejemplo a otros, ya sea bueno o malo. Recordemos que algún día todos compadeceremos ante el trono de Cristo para ser juzgados de nuestras obras, para vida eterna o muerte eterna (2 Cor. 5:10).

Pablo escribe que el buen testimonio de los tesalonicenses se extendió hasta Macedonia y Acaya. Estas dos regiones contiguas de lo que es ahora Grecia en parte, eran sitios concretos de personas que tenían sus problemas, de culturas que traían sus propios valores negativos y positivos, y es allí donde esta iglesia logra su impacto multiplicador. Nuestro ejemplo también se multiplica en otros lugares.

(3) Una palabra que resuena, 1:8–10. 
Cuando corre la fama de un buen ejemplo es positivo, pero cuando es imitado y ayuda a establecer nuevas congregaciones es mejor. La fe de los tesalonicenses fue más allá de Macedonia y Acaya, fue a todo lugar.

El mensaje del evangelio resuena gracias a la reputación y al buen nombre de la iglesia de los tesalonicenses. Pablo hace énfasis en que no resuena el nombre de la iglesia, sino lo que se transmite a otras personas es la palabra del Señor desde los tesalonicenses (comp. Hech. 13:49). Es interesante destacar el uso que se da a la frase palabra del Señor, pues solamente Pablo la usa en las cartas a los tesalonicenses (comp. 1 Tes. 4:15—aquí la construcción gramatical es poco diferente—; 2 Tes. 3:1). 

Esta expresión es muy común en los libros proféticos del AT (puede aparecer allí la expresión “palabra de Jehovah”, que es su equivalente), en el libro de los Hechos y también se usa en 1 Pedro 1:25. Sin duda se desea hacer sobresalir que lo que ellos predicaban no eran palabras de hombres y su sabiduría, su mensaje se trataba del evangelio eterno.

La palabra resonado (exejetai1837) significa eco, como el son de una trompeta o de un trueno, o también la reverberación que produce el eco. La fe de los tesalonicenses se había extendido, dando un agradable espectáculo de lo que hace el poder de Dios en las vidas de aquellos que aceptan al Señor. 

Aunque el ministerio de Pablo fue de breve duración en Tesalónica, el poder del evangelio produjo cristianos de espíritu vibrante, cuya resonancia se escuchaba en lugares muy lejanos. El eco producido por el buen testimonio siempre es fuerte como los ecos de los truenos. La espiritualidad de esta iglesia produjo un buen informe a favor del poder de Jesucristo.

 Los héroes
 El teniente Abdón Calderón tenía 18 años cuando murió en Ecuador durante la Batalla del Pichincha, el 24 de mayo de 1822. Cuatro veces fue herido en batalla pero cada vez se levantó y animando a sus compañeros de armas seguía peleando. Sus últimas palabras fueron: “Ganamos la batalla, ahora puedo morir”. Los héroes en tiempo pasado y presente han sido personas como Simón Bolívar, José de San Martín, Juan Montalvo, Gabriela Mistral, José Martí, Oscar Arias, Rigoberta Menchú y otros, los que luchaban y luchan por el bien, la libertad y las virtudes. Los héroes de los jóvenes de hoy son más los músicos y deportistas, los símbolos de éxito material y fama y no por la lucha del bien.

 Pablo alaba a los tesalonicenses por ser ejemplos para todos por su éxito espiritual: su fe, amor y perseverancia en las tribulaciones. ¿Es nuestra vida tan ejemplar como para ser héroes ante los ojos de un creyente que está luchando en la vida cristiana?

Pablo declara que no tiene nada más que decir acerca de la manera como ellos estaban compartiendo el mensaje, tampoco algo contrario al buen reporte que se ha diseminado de los tesalonicenses. Si recordamos, según Hechos 17, el ministerio de Pablo y Silas en Tesalónica fue de corta duración, terminando en un alboroto. 

Allí fueron acusados de trastornar el mundo entero, sin duda con el propósito de desanimar el espíritu de los creyentes. Pero ocurrió todo lo contrario; la congregación cobró más ánimo, continuó con fe firme y un testimonio perseverante, los cuales resonaban por muchos lugares. Las pruebas nos hacen o nos deshacen; y a los tesalonicenses les dio fortaleza para seguir predicando la palabra del Señor.

En nuestros tiempos, la experiencia de los tesalonicenses nos puede servir como ejemplo cuando se oyen ecos dañinos y destructivos que pueden sembrar desánimo y falta de confianza. El enemigo es derrotado cuando somos fieles. ¿Hay un secreto especial que lanzó el nombre bueno de los tesalonicenses a los cuatro vientos?

En los vv. 9 y 10, Pablo describe en tres cortos pensamientos lo que aconteció en la vida de esos creyentes. Primero, se convirtieron de los ídolos a Dios. ¡Cuán fácil es leerlo, pero cuán difícil hacerlo! Para dejar los ídolos hay que hacer lo que hicieron los tesalonicenses. Los que ahora eran parte de la comunidad cristiana en Tesalónica, le dieron una buena, cortés y calurosa recepción a Pablo y Silas. Cooperaron para escuchar y recibir el evangelio. Sin tener un espíritu receptivo y positivo, difícilmente se recibe la Palabra. El resultado, de la divina y a la vez humana cooperación, fue que esas personas dejaron sus ídolos falsos.

 Bosquejo homilético
 La conversión
1Timoteo 1:9
 Introducción: 
Si una persona entra a un camino destruido, no puede avanzar porque está destruido, se arrepiente de haberlo tomado pero no da la vuelta para regresar, quedándose estática en el sitio donde no puede avanzar más, la llamamos tonta. Para experimentar una relación personal con Dios no es suficiente arrepentirse del pecado; hay que volverse a Dios.

         I.      Los tesalonicenses se convirtieron, una conversión de los ídolos a Dios, de politeísmo al monoteísmo.
     1.      La conversión involucra un cambio decisivo de dirección de la voluntad, es romper definitivamente con los hábitos que no agradan a Dios.
     2.      La conversión resulta en una orientación totalmente nueva en cuanto a la vida, un cambio hacia el Dios vivo y verdadero.

         II.      Servimos al Dios VIVO y VERDADERO.
     1.      ¡Cómo contrasta servir al Dios vivo que a los ídolos!
       (1)      Dios no solo existe sino que es vida y es activo.
       (2)      Los ídolos son totalmente incapaces, pues no tienen poder, no viven. Hay muchos ídolos, los elaborados a mano y cualquier cosa o persona que tome el lugar de Cristo en nuestro corazón y en nuestra vida.
     2.      Servimos al Dios VERDADERO, es decir a lo genuino; lo opuesto es falsificado, fingido.
       (1)      ¿Cómo podemos reconocer lo falso? El experto en diamantes se dedica a estudiar todas las características del diamante verdadero en lugar de pasar tiempo tratando de memorizar todos los errores de la imitación.
       (2)      Hay tantas maneras de falsificar la verdad que es mucho mejor conocer lo verdadero de manera profunda y absoluta, que memorizar el sin número de imitaciones.
       (3)      Debemos conocer tan íntimamente el corazón santo de nuestro Señor que cualquier cosa que no le agrade, nos choque como impureza.

 Conclusión: 
¡Nuestra conversión es el arrepentimiento del pecado al Dios vivo y verdadero, de lo impotente y falsificado a lo poderoso y genuino!


La conversión es un acto puntual. Literalmente la palabra usada (epistrefo1994) significa cambiar de rumbo. Este cambio de rumbo significa que ellos dejaban a los ídolos para volverse a Dios. La palabra ídolo significa, literalmente, sin valor, es decir que es un asunto que no tiene valor en comparación con lo que es Dios mismo. En nuestro día, los que siguen a Jesucristo necesitan dejar sus ídolos. 

Cierto es que quizá no están labrados en yeso, madera o metal, pero idolatría es todo aquello que nos separa de obedecer y servir a Dios. La prueba de un fervor verdaderamente religioso se manifiesta cuando estamos dispuestos a sacrificar las diferentes formas idolátricas para seguir a Cristo. Los ídolos del consumismo y del tener por tener, son sin duda los ídolos más comunes en la cultura occidental.

En segundo lugar, los tesalonicenses no solamente dejaron sus ídolos, sino que ellos decidieron servir. No se habla aquí de un servicio cúltico, sino de una entrega total a Dios en actitud de servicio; la palabra que se usa es douleuein1398, de la cual se deriva la palabra siervo. Significa servicio incondicional, total. Sugiere dar nuestro tiempo, talento y dinero. Envuelve la clase de amor cuyo espíritu es de dedicación total, sacrificio total y vida total.

La conversión no es solamente dejar de hacer ciertas cosas, en este caso dejar a los ídolos, sino hay que hacer algo, servir a Dios. Uno puede hacer penitencias, dejar un vicio por un tiempo, o “sacrificar” algo insignificante como prueba de sumisión; pero cambiar totalmente, dejarlo todo, dar las espaldas a la vida vieja para poner la vista solo en Cristo, solamente se puede hacer gracias a una auténtica conversión. Somos salvos para servir. Cuando le servimos en este mundo, podemos esperar la gloria del otro mundo, la mansión que Jesucristo preparó para los fieles.

En tercer lugar, esperaban de los cielos al Hijo de Dios. La conversión implica vivir en espera de la irrupción definitiva de Jesús. El verbo traducido esperar (anameno362) implica estar firme pero mirando hacia delante con paciencia y confianza. Pueden esperar a Dios con confianza los que se han convertido, han dejado sus ídolos y sirven fielmente al Salvador. La esperanza de ellos cambió de los ídolos muertos al Cristo vivo; es decir de muerte a vida eterna.

Los tesalonicenses vivían en medio de un pueblo pagano, pero de las tinieblas, ellos conocieron la luz del mundo, la esperanza de gloria y la vida eterna. En Jesús estaba la libertad y la seguridad de que no recibirían retribución de la ira venidera.

En nuestros días se ven pocos cristianos que posean esta consagración y dedicación total como los tesalonicenses. Quizá por esta razón ya no resuena la obra realizada por la iglesia como un eco agradable. El cuerpo de Cristo (los miembros) hace poco ruido agradable que resuene, que repercuta y que se oiga en lugares distantes como sucedió en la historia de la iglesia en Tesalónica. ¡Hay que arrepentirse! Se debe cambiar a una vida que resuene de manera agradable a Dios y a los demás.

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