lunes, 30 de noviembre de 2015

¿Hasta cuándo, oh YHVH, clamaré por auxilio? Pero no, Tú no oirás. Gritaré ante ti: ¡Violencia! Pero no, Tú no salvarás. ¿Por qué me haces ver la iniquidad, y me constriñes a mirar la opresión? La violencia y la destrucción me confrontan; surgen contiendas y se levantan pleitos.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6






Nos preparamos para enseñar en la congregación
Habacuc 1:1-11
1      Carga que tuvo en visión el profeta Habacuc.

Diálogo de protesta

2      ¿Hasta cuándo, oh YHVH, clamaré por auxilio? Pero no, Tú no oirás. Gritaré ante ti: ¡Violencia! Pero no, Tú no salvarás.
3      ¿Por qué me haces ver la iniquidad, y me constriñes a mirar la opresión? La violencia y la destrucción me confrontan; surgen contiendas y se levantan pleitos.
4      Por eso la Ley ha perdido su poder y el derecho no sale vencedor, porque los impíos han cercado al justo, y la justicia resulta pervertida.
5      Mirad a las naciones, contemplad y asombraos, porque Yo haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contara, no la creeríais.
6      He aquí levanto a los caldeos, pueblo cruel e impetuoso que marcha por la anchura de la tierra conquistando poblaciones ajenas.
7      Terribles y temibles, de ellos mismos procede su juicio y majestad.
8      Sus caballos son más veloces que leopardos y más feroces que lobos nocturnos. Su caballería se despliega, y sus jinetes vienen de lejos, vuelan como el águila cuando se precipita sobre la presa.
9      Todos ellos vienen en son de violencia. Sus rostros están fijos hacia el viento del oriente, y recogen cautivos como arena.
10      Se burlan de los reyes, y los príncipes son motivo de su mofa: se ríen de todas las plazas fuertes, pues levantan terraplenes y las conquistan.
11      Pero luego mudará su espíritu y se enfurecerá, y pecará, por cuanto ha hecho de su poder su dios.

Un Gran Mensaje Pesado


  I.      TÍTULO, Habacuc 1:1

Como ya se mencionó, la Biblia no ofrece datos concretos tocantes a la persona y al ministerio del profeta Habacuc. Él solo dejó por escrito esta profecía que recibió del Señor. La palabra profecía (massa4853) muy bien puede traducirse lit. como “carga”, porque casi siempre se refiere a un mensaje “pesado” que amonesta o anuncia juicio (ver por ej., Isa. 13:1; Nah. 1:1; Mal. 1:1).

Predice el juicio y la destrucción tanto de Judá como del imperio de Babilonia. Habacuc vio esta profecía, es decir, ella vino por revelación divina. Más adelante, Jehovah le da una visión del futuro (2:2) y el profeta presenta un cuadro impresionante de Dios que ve en la oración que clausura su obra (3:7 ss.).


  II.      DIÁLOGO ENTRE HABACUC Y JEHOVAH: EL PROBLEMA DE LA JUSTICIA DIVINA,  Habacuc 1:2–2:20


  1.      Lamento inicial de Habacuc, 1:2-4
La inquietud que anima al profeta a que inicie un diálogo con Jehovah tiene que ver con la justicia divina: ¿Cómo es posible que un Dios justo permita que haya injusticia en su pueblo? Las palabras de Habacuc están en forma de lamento y expresan dos angustiosas preguntas: 
- ¿Hasta cuándo? (comp. Sal. 13:1, 2) y 
- ¿Por qué? (comp. Sal. 22:1). 

Estas preguntas dan la impresión de que ya había estado orando a Jehovah por mucho tiempo y la falta de respuesta lo tiene perplejo y frustrado. En el pasado Dios sí había respondido al clamor de su pueblo (por ej., Éxo. 2:23–25; Jue. 3:9; Sal. 145:19), pero ahora aparentemente se mantiene mudo ante la súplica de los justos (comp. Job 19:7).

El profeta hace énfasis en la gravedad de la situación de varias maneras. Por un lado, en el v. 3, él elabora el concepto de la violencia mencionada en el v. 2, al presentar tres pares de abusos. 

Usa también una gran variedad de términos: iniquidad/aflicción, pleitos/contiendas, destrucción/violencia. Vocablos similares en otros pasajes dan a entender que Habacuc está describiendo el sistema de injusticia y opresión sancionado por las autoridades de la nación (Job 15:35; Jer. 6:6, 7, 15:10; Amós 3:10). 

Él describe poéticamente la situación perversa, utilizando la forma literaria llamada quiasmo, que es una estructura en forma de espejo (a b / b’ a’). Esta estructura tiene como uno de sus propósitos subrayar los elementos que se encuentran en el centro de esa estructura o, por lo menos, hacer que el lector ponga su atención en ello. La estructura hebrea de la frase es así: “¿Por qué me muestras (verbo) la iniquidad (objeto) y la aflicción (objeto) me haces ver (verbo)?”. 

Habacuc quiere que el lector se fije en las palabras “iniquidad” y “aflicción”. Lo que le es aun más inexplicable es que Dios hace que él vea toda esta injusticia.

Como resultado de la extensa iniquidad (1:4), ahora no rige un estado de derecho justo en Judá (2 Rey. 24:4; Jer. 22:13–17). Los fallos de las cortes salen manipulados y no siguen las exigencias de la Ley de Jehovah. El justo no puede escaparse de los ataques y del maltrato de los impíos que controlan el sistema y se benefician de la injusticia. 

En el Pacto Mosaico Dios había advertido que el pecado traería consecuencias graves. Ahora, ante la inactividad de Jehovah, su palabra podría perder su impacto y, los llamados proféticos al arrepentimiento, su credibilidad.

¿Quiénes son las víctimas de esta injusticia? Probablemente los seguidores de Jehovah son los que se esfuerzan por mantener una vida recta y fiel a la voluntad divina. Es posible que el mismo Habacuc se encuentre entre los acosados, así como su contemporáneo Jeremías. También, el justo puede ser una referencia a individuos inocentes que pierden sus casos en el sistema legal corrupto.

Esta porción introductoria pinta un cuadro bastante negativo de la situación interna del país. Habacuc muestra su angustia e inconformidad a través de un enfático lamento. En estos versículos también aparecen por primera vez ciertos términos que tendrán importancia en el desarrollo de su obra: violencia (1:9; 2:8, 17), “observar” “mirar” y ver (1:5, 13), justicia (1:4, 7). 

Quedan planteadas las interrogantes del profeta: 
¿Hasta cuándo? 
¿Por qué? 
Ahora le corresponde a Jehovah dar una respuesta a su siervo.


PRÁCTICA homilética
Dios responde a las inquietudes de su profeta
Habacuc 1:12–2:4
Introducción: 
Todos los siervos del Señor tienen tiempos cuando hay grandes preguntas e inquietudes. En tales tiempos, es necesario expresar las inquietudes, y evaluar de nuevo nuestra fe.

        I.      El profeta expresa sus inquietudes delante de Dios.
               1.      El problema de la oración no contestada ( Habacuc 1:2).      
                        El profeta sufrió confusión, porque sintió que Dios no lo oyó, ni le                                   contestó.
               2.      Los pecados de la sociedad están delante de él ( Habacuc 1:3). El                                 profeta sufre porque él ve toda esta maldad.
                3.     La razón de tanta iniquidad, y sus resultados ( Habacuc 1:4).
                         (1)      Falta de respeto.
                         (2)      El derecho no prevalece.

        II.      Los eventos históricos contribuyen a las inquietudes.
                 1.      Él cree que Dios es inmortal, santo, y personal ( Habacuc 1:12, 13).
                 2.      Dios levanta a los caldeos; ellos destruyen al más justo que ellos                                   ( Habacuc 1:6–17).
                         (1)      Es nación cruel.
                         (2)      Posee las moradas ajenas.
                         (3)      Destruyen como águilas que se apresuran para devorar.
                         (4)      Pasa como el huracán y luego lo atribuye a su dios.

        III.      El profeta se acerca a Dios con sus inquietudes ( Habacuc 2:1b).
                  1.      Tomó su posición sobre su guardia.
                  2.      Subió la torre espiritual para ver de lejos.
                  3.      Hizo su acercamiento a Dios con el fin de escuchar.

        IV.      Dios responde a las inquietudes.
                  1.      Primero, Dios dijo al profeta: “escribe la visión y grábala claramente                              en tablas” ( Habacuc 2:2b).
                  2.      La respuesta de Dios vino en forma de una visión.
                  3.      Es importante la paciencia ( Habacuc 2:3).
                  4.      He aquí la respuesta. “He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro                              de sí está envanecido, pero el justo por su fe vivirá” ( Habacuc 2:4). 




  2.      Respuesta inicial de Jehovah, Habacuc 1:5-11
En estos versículos Jehovah responde a las inquietudes del profeta. Esta sección se divide en dos partes. Primera, Jehovah anuncia que pronto enviará a los caldeos como su instrumento de juicio (1:5, 6), y luego pasa a describir el carácter de estos invasores ( Habacuc 1:7–11).

(1) El anuncio del juicio, Habacuc 1:5, 6. 
El mensaje divino que corresponde al lamento de Habacuc se dirige no solo al profeta, sino a la nación entera (nótese el cambio al plural en Habacuc 1:5). Todo el pueblo debe darse cuenta de la obra de Dios. Las palabras que inician esta porción (observad, mirad) en heb. son las mismas del v. 3 (¿Por qué me muestras… y me haces ver?). 

Jehovah había forzado a Habacuc a que viera la triste condición del pueblo; ahora exige que toda Judá se fije en lo que hará por el pecado nacional. Esto indica que Jehovah sí estaba consciente de los problemas que el profeta señalaba en sus oraciones. Habacuc pensaba que Dios estaba indiferente. 

Sin embargo, él veía la situación con más seriedad de la que creía el profeta. Por lo tanto, decide tomar la drástica medida de entregar a Judá en manos de un invasor poderoso y cruel.

¿Por qué estarían los judíos asombrados y atónitos? ¿Por qué razón no iban a creer lo que haría Jehovah? La idea de que Dios enviará naciones para juzgar a su pueblo era muy antigua: se menciona en las maldiciones de la legislación mosaica (Lev. 26:17, 18, 33, 36–39; Deut. 28:25, 26, 47–57) y los profetas en el siglo anterior también habían anunciado que un imperio (el asirio) sería la vara del juicio de Jehovah (por ej., Isa. 5:26–30, 10:5, 6; Amós 6:14). 

Entonces, posiblemente para los judíos habría dos realidades sorprendentes. Por un lado, en el pasado, por castigo divino, cuando Judá había sido invadida, Dios la había salvado una y otra vez. El pueblo seguramente conocía las historias de los jueces y de sus grandes reyes guerreros. Hacía 100 años que, durante el reinado de Ezequías cuando los asirios sitiaron a Jerusalén, el ángel de Jehovah había herido a gran parte del ejército enemigo para lograr una victoria inesperada (2 Rey. 18–19; Isa. 36–37). 

De acuerdo con tales acontecimientos y las tradiciones teológicas acerca de Sion y el Pacto Davídico (por ej., 2 Sam. 7; Sal. 2), muchos pensaban que la capital era inviolable. Concebir que la nación y en particular la santa ciudad de Jerusalén serían destruidas, habría sido considerado como blasfemia y una contradicción (ver la reacción al ministerio de Jeremías a nivel popular y oficial; por ej., Jer. 6–7, 28, 36–38). 

Por otro lado, el surgimiento de Babilonia como el imperio sin rival en el Medio Oriente fue sumamente acelerado. Entre el año 614 y el año 605 a. de J.C. destruyó al imperio asirio y derrotó a los egipcios. Nadie hubiera imaginado que los caldeos (otro nombre para referirse a los babilonios, por ej., 2 Rey. 24:2, 25:4, 5; Jer. 32:4, 5) alcanzaran tanto en tan poco tiempo. Su llegada a las puertas de Jerusalén sería en vuestros días, o sea en días no muy lejanos.

(2) El carácter del invasor,  Habacuc 1:7-11
En esta porción Jehovah describe y califica el carácter del ejército de Babilonia como temible y terrible. Lo compara con la ferocidad y rapidez de varios animales salvajes (comp. Deut. 28:49; Jer. 4:13). Es violento ( Habacuc 1:9), orgulloso y burlador ( Habacuc 1:10; comp. Isa. 10:8, 9, 13, 14).

Estos versículos también enseñan dos verdades centrales del libro. 

Primero, se recalca la ley del talión: el juicio corresponde al pecado. El pueblo judío (o por lo menos sus líderes) pervierten la justicia de Jehovah ( Habacuc 1:4); por lo tanto, tendrán que vivir según la justicia caldea ( Habacuc 1:7). 

La nación está llena de violencia ( Habacuc 1:2, 3); ahora sufrirá la violencia del opresor ( Habacuc 1:9). Los injustos cercan a los piadosos ( Habacuc 1:4); en un futuro cercano multitudes irán amarradas como cautivos ( Habacuc 1:9; comp. Lev. 26:33, 34; Deut. 28:36, 37, 63–68). 

Segundo, esta obra profética intenta presentar a Jehovah como el único, incomparable y Dios soberano. Los demás dioses son vanas creaciones humanas. El versículo 11 hace alusión a la idolatría babilónica. El imperio atribuye su éxito a sus dioses (comp. Habacuc 1:16), algo que más adelante es juzgado por Jehovah ( Habacuc 2:18, 19; comp. Isa. 40:18–20, 44:9–20, 46:1–7).


Cuando las cosas no salen bien
En su libro ¿Quién va allá? (Who goes there? ), Walter Hamilton dice: “Es un tonto el que dice que tiene la respuesta al problema del sufrimiento humano”. Usted puede estar de acuerdo o no con él, sin embargo, casi diariamente estamos enfrentados con problemas sin respuesta. Aunque no tenemos respuesta, nosotros nos preguntamos, ¿por qué?, ¿por qué pasa así conmigo?

Hay varios acontecimientos misteriosos y sufrimientos de la vida que no se pueden entender ni explicar. Aunque no hay explicación, tales hechos nos llevan a averiguar y preguntar. Alguien ha dicho que la esperanza de descubrir algo nuevo da vigor a la vida. Un filósofo dijo: “Si pudiera recoger toda verdad y todo conocimiento y contenerlos en mi mano como a un pájaro cautivo, los soltaría para poder experimentar el gozo de descubrirlos de nuevo”. 

Habacuc, el profeta del AT, se enfrentó con grandes problemas en su tiempo. La destrucción y la violencia lo rodeaba. La ley fue débil y no hubo justicia. Hombres malos conquistaban a los buenos. 

Habacuc tuvo dos preguntas: 
- ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás? ¿Hasta cuándo daré voces a ti diciendo: “¡Violencia!”, sin que tú libres? (Hab. 1:2). Y 
- ¿Por qué, pues, contemplas a los traidores y callas cuando el impío destruye al más justo que él? (Hab. 1:13b).

¿Cómo afrontamos nuestros problemas indecifrables? Habacuc decidió así: “En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para ver qué dirá y qué tiene que responder a mi queja”. El resultado fue que él ganó una nueva perspectiva. 

Él pudo ver el panorama, tuvo preguntas, tuvo problemas grandes; no le dio la espalda a Dios, sino que buscó a Dios con más fervor. Dios le mostró a él que iba a hacer una obra, y tal vez por el momento no entenderá, pero el “justo vivirá por la fe”. No hay nada malo en hacer preguntas, solamente recuerda que en medio de las preguntas debes buscar a Dios.

Si tienes preguntas sin respuestas recuerda que fue Jesús quien preguntó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mar. 15:34.)

No sé la respuesta a todas las preguntas que hace la humanidad. Solamente sé que Dios dice: “Pero los que esperan en Jehovah renovarán sus fuerzas” (Isa. 40:31a).


Dentro de esta porción se encuentran tres pasajes difíciles de traducir. 

El primero ( Habacuc 1:8) hace referencia a los jinetes de la caballería babilónica. 
En el Texto Masorético (TM) el término sus jinetes se repite y las dos palabras aparecen juntas. En contraste, el versículo en los Rollos del Mar Muerto (Rollos MM) tiene la forma verbal “se dispersarán” en vez del primer “sus jinetes”. La RVA  está de acuerdo con esta versión. La repetición de vocablos o de palabras derivadas de la misma raíz es muy común en Habacuc; por lo tanto, se puede mantener el texto de TM (comp. RVR-1960). 

El segundo, la frase todos sus rostros en el v. 9, ha causado problemas. 
RVR-1960, por ejemplo, traduce “el terror”. De acuerdo con la RVA, es mejor presuponer que el término viene de la raíz gamam (“ser abundante”, de allí, “todos”) y no de otras raíces, de las cuales las diferentes versiones basan sus traducciones. La frase todos sus rostros sería paralela a la anterior todo este pueblo. Así que el v. 9 describe el avance incontenible del invasor.

Por últimoHabacuc 1:11 ha sido muy discutido. 
Existen dos problemas principales. Primero es necesario tomar una decisión acerca de la palabra heb. ruaj7307 ó 7306. Este término se puede traducir como “espíritu” o como “viento”. La RVA toma la primera opción y la califica como el sujeto (su espíritu pasará). No obstante, se puede traducir como “viento” y asignarle la función de adverbio. La frase entonces se traduciría “pasará como el viento” (RVR-1960 y Dios Habla Hoy tienen: “como el huracán”). Tal vez sea mejor esta segunda opción. En este caso, el versículo sería la continuación de la descripción iniciada en 1:7 acerca de la invasión.

Tercero, algunos comentaristas y versiones cambian la forma verbal de la segunda oración del versículo de acuerdo con los Rollos MM. 
La forma propuesta es traducida por la RVA (ver su nota) devolverá; mientras que Dios Habla Hoy y RVR-1960 optan por la otra forma verbal. Gran parte de esta culpabilidad ante Dios es el orgullo egoísta del imperio que se asocia con sus dioses.

No reconocen que su éxito viene por la voluntad de Jehovah que utiliza al imperio según sus planes soberanos.

En resumen, Habacuc 1:7–11 presenta cómo ha de ser el juicio de Dios. 
Será una invasión llevada a cabo por el imperio caldeo. Este instrumento de Dios hará una campaña militar relámpago y devastadora. 

Habacuc quería que Jehovah juzgara la injusticia del pueblo. Dios responde que pronto lo castigará a través de un pueblo cruel e idólatra. Esta revelación hace que surjan nuevas inquietudes en la mente del profeta y lo lleva a continuar el diálogo con Jehovah.

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