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miércoles, 11 de marzo de 2015

¡Cuando no hay obediencia absoluta a Dios, existe el peligro de perderlo todo!

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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El ocaso del rey David
1 Reyes 1:1–2:9
Nunca es agradable recordar o hablar de las tragedias de nuestra vida. Esto se debe a que a veces son desesperantes, tristes, dolorosas o vergonzosas.
Los libros de 1 y 2 de Reyes no son la excepción, ya que narran la división y ruina de una gran nación, Israel. Estos libros forman parte del Antiguo Testamento y de la Biblia. Por lo tanto, aunque contienen dolorosos recuerdos para el pueblo de Dios, es necesario estudiarlos para aprender cuáles fueron los errores que ellos cometieron y para ayudarnos a evitarlos. Pero si no acatamos el mensaje claro y cristalino de Dios a Salomón: “…si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado…” (1 Reyes 9:4a), no es difícil que caigamos en la misma situación, pues compartimos la misma naturaleza que ellos y continuaremos bajo la sombra del pecado hasta que Cristo venga por su iglesia. Este es el mensaje de estos libros.
Dios desea que su pueblo madure espiritualmente, pero este relato, junto con el de 1 y 2 de Crónicas, nos declaran que sucedió precisamente lo contrario. ¡Cuando no hay obediencia absoluta a Dios, existe el peligro de perderlo todo!
Estos libros nos hablan a nosotros como individuos, familias o naciones y nos recuerdan la terrible tragedia que el pecado acarrea cuando nos olvidamos de nuestro rey y Señor. Aunque no lo creamos, una desgracia, ya sea que ocurra por voluntad divina o por culpa propia, nos da tremendas lecciones que pueden contribuir a solidificar nuestra madurez. Viene a la mente el pasaje: “…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:2–3).
Querido lector, prepárese para recibir consejo y sabiduría de la palabra de Dios y acate con todo su corazón lo que él dice para ponerlo por obra en su diario caminar con Jesús.
TRASFONDO HISTÓRICO
Para aprovechar mejor este estudio, es necesario conocer el trasfondo histórico del pueblo de Dios. Para ello, lo dividimos en cuatro períodos bien definidos:
ENTRENAMIENTO
ENTRADA
ESPLENDOR
ESCLAVITUD
La etapa de entrenamiento se extiende desde el llamamiento de Abraham hasta la entrada a Canaán y duró 660 años. El relato se encuentra en el Pentateuco.
El segundo período se extiende desde la entrada a Canaán bajo las órdenes del caudillo Josué hasta la coronación de Saúl como primer rey de Israel y duró 360 años. El relato está en Josué, Jueces y Rut.
El período del esplendor se extendió desde Saúl hasta la cautividad Babilónica y duró 460 años. El relato está en los 6 libros de Samuel, Reyes y Crónicas.
El período de la esclavitud se extendió desde el regreso después de la cautividad en Babilonia hasta fines del Antiguo Testamento y duró 160 años. El relato se encuentra en Esdras, Nehemías y Ester.
Composición y autor
El período que veremos en 1 y 2 de Reyes empezó en el año 970 a.C., y terminó en el 586 a.C., aproximadamente 384 años. Se notará que en medio del relato existe una “luz” que se ve al final del túnel: Entre más pecados cometía Israel, más resaltaban y brillaban los profetas que Dios puso para concientizar y restaurar a su pueblo. En este caso, veremos la prominencia que tuvieron Elías y Eliseo.
Todos estamos de acuerdo en que el título de Reyes es muy adecuado, ya que en la Septuaginta se consideraban un solo libro al que se llamaba “Los Reinos”, porque cubren la “carrera” de los reyes de Israel desde David hasta el último, Sedequías. Dada su continuidad, tenemos que admitir que los libros fueron escritos por un solo autor. Posiblemente por el profeta Jeremías en el año 562 a.C., aunque la mayoría de los eruditos prefieren el punto de vista de que lo hizo un desconocido que se encontraba cautivo en Babilonia.
INTRODUCCIÓN GENERAL
Contenido
David trató de conformar al pueblo escogido a la voluntad divina, pero debido a que no lo logró, la nación tuvo que pagar las terribles consecuencias de la desobediencia. Fue una nación que pasó de la riqueza y prosperidad a la pobreza y esclavitud, simplemente porque rechazó a Dios como rey. Más bien, pidió al profeta Samuel que intercediera para que Dios les permitiera elegir reyes que los gobernaran, porque deseaban imitar a los sistemas terrenales y no ser diferentes. Estos libros se caracterizan por el número 2.
DOS DIRECCIONES
DOS REINOS
DOS CLASES DE PROFETAS
Dos direcciones. La intención de Dios era crear y mantener un teocracia donde él dirigiera como rey eterno y no una monarquía dirigida por hombres.
Dos tipos de reino. En el estudio será muy visible el reino terrenal, pero al final veremos el control absoluto de Dios al poner y quitar a cada uno de los reyes y al enjuiciar y castigar el pecado.
Dos profetas. Veremos las dos clases de profetas tal como hoy en día existen dos clases de predicadores. Los profetas verdaderos eran hombres que Dios levantó para dirigir, corregir y enderezar los caminos de su pueblo amado. Los profetas falsos eran hombres mentirosos que decían serlo y tener el mensaje de Dios. Ellos sólo predicaban lo que los reyes querían oír y no hablaban contra el pecado. Por el contrario, clamaban: “paz, paz”.
Propósito
Sencillamente expresado, el propósito primordial de estos libros es revelar el control de Dios en los asuntos de la historia hebrea a pesar de las intenciones desenfrenadas y perversas de cada rey. La frase clave es: “Hizo lo malo ante los ojos de Jehová” (14:22) y explica la tragedia que acarrea el pecado cuando quitamos a Cristo del trono de nuestro corazón.
FRASE CLAVE:
¡HIZO LO MALO ANTE LOS OJOS DE JEHOVÁ!
BOSQUEJO BREVE
El enfoque del autor es biográfico-histórico; narra la vida de varios personajes principales en detalle y a la vez sigue el linaje de los reyes de Israel:
BOSQUEJO
1. EL REINO EN PELIGRO
1:1–2:11
2. EL REINO RESTAURADO
2:12–46
3. EL REINO DE ORO
3:1–10:29
4. EL REINO EN CRISIS
11:1–43
5. EL REINO DIVIDIDO
12:12 Reyes 16:20
6. EL REINO ESCLAVIZADO
2 Reyes 17:1–25:30
DAVID: CRÓNICA FINAL 1:1–2:11
Vivimos en tiempos espiritualmente similares a los de los reyes, donde los líderes poderosos miden el éxito de sus actividades con base en la sabiduría humana, en las riquezas acumuladas y en el poder de su nación. Sin embargo, siempre ha existido una minoría que claramente puede ver el error de sus líderes porque tiene una perspectiva bíblica y espiritual. Entienden que es Dios quien sostiene a las naciones y el pecado el que las destruye. La gloria de una nación sólo se alcanza con la obediencia total a Dios.
Vejez del rey 1:1
Hace ya más de 3,000 años, antes que los imperios romano y babilónico existieran, vivió un hombre humilde llamado David. Desde su juventud, en las horas que pasaba en vela en el campo cuidando de las ovejas de su padre, comprendió con la misma claridad que observaba las noches estrelladas, que la existencia, el propósito, la prosperidad y el éxito de todo ser humano sólo vienen de Dios. Después de haber luchado denodadamente y alcanzado el trono de Israel, ahora se encontraba “avanzado en días”. El anciano monarca se confrontó a su última prueba expectante, sabiendo que sólo la mano de Dios podía salvar su dinastía.
Su debilidad 1:2–4
Vencido ya por el peso de sus casi 70 años (2 Samuel 5:4–5), agobiado por su debilidad física (tanto así que le ofrecieron el calor y cuidados de una joven virgen porque padecía de escalofríos), nunca dejó de buscar a Dios antes de tomar decisiones. Este pasaje expresa un detalle muy significativo: el viejo rey ya no tenía el vigor físico y mental necesarios para reinar y la impotencia sexual con la bella virgen era uno de los síntomas de esa debilidad.
Además, tenía muchos enemigos que deseaban destronarlo. En este caso, fue su hijo mayor, Adonías, quien trató de apoderarse del trono de su “débil” padre.
¡PENSEMOS!
Analizando la situación de David y Adonías, entendemos que aunque David era débil física y mentalmente y Adonías era joven y fuerte, es un hecho que no siempre la superioridad física o externa garantiza el éxito. El secreto de David era su dependencia de Dios, no de sí mismo. ¿En qué lugar está usted? ¿En el de David? ¿Se siente totalmente dependiente de su Creador? ¿O en el de Adonías, creyendo que tiene la facilidad de usar de la fuerza o privilegios que Dios le ha encomendado? Recuerde que el Señor también obra a través de nuestras debilidades. Lea y medite en Romanos 8:26–27; y en 2 Corintios 11:30 y 12:9–10.
UNA REVOLUCIÓN INTERNA 1:5–53
Rebelión de Adonías 1:5–10
El pasaje claramente nos dice que Adonías “se rebeló”. Esto implica que sabía que no le correspondía decidir quién sucedería a su padre al frente del reino, aunque él fuera el mayor. Lleno de avaricia, egoísmo y orgullo porque era de “buen parecer”, aprovechó la debilidad de su padre para autonombrarse rey de Israel. Su mala intención se pone de manifiesto en que hizo una fiesta para celebrar su amotinamiento, pero sin invitar a aquéllos a quienes sabía que no lo apoyarían. El hecho de no invitarlos tenía serias implicaciones, ya que en aquellos días el invitado a una celebración de un príncipe recibía la protección del mismo. Esta era una tradición oriental que señalaba la intención de asesinar a Betsabé y a Salomón tan pronto se apoderara del trono.
LOS PECADOS SECRETOS SALEN A LA LUZ
La intervención de Natán y Betsabé 1:11–27
Fue el profeta Natán quien entró en acción, proponiendo un plan cuidadoso y delicado. Estos pasajes son un excelente ejemplo del control que Dios tiene sobre la historia humana. El relato no dice si el Señor habló al profeta personalmente o si el profeta se dio cuenta por sí mismo de que necesitaba actuar. El plan de Natán incluía a Betsabé la madre de Salomón, porque sólo ella podía acercarse al rey y porque claramente él la favorecía sobre todas sus esposas. Hay un pasaje en 2 Samuel 12:24–25 que da la idea de que Salomón gozaba del favor de Dios por sobre los otros hijos de David.
La acción decisiva de David 1:28–31
David, movido por la intervención de Betsabé y Natán y porque la ceremonia de coronación de Adonías estaba en proceso, entró en acción. Aunque débil físicamente, el rey mostró que tenía fuerza mental y voluntad. Por su parte, Adonías, que era fuerte, mostró falta de sabiduría al cometer el grave error de presuponer la decisión de su padre sin primero consultar la autoridad máxima del reino. Esta acción canceló todos sus privilegios.
Todos los días tomamos decisiones; muchas veces nos encontramos en la encrucijada de tomar alguna decisión seria que puede afectar todo nuestró futuro. A veces confiamos más en nuestra inteligencia en vez de consultar primero a Dios y las Escrituras, arriesgando así nuestro futuro.
DEJE QUE DIOS SEA SU CONSEJERO
La claridad de pensamiento y sabiduría de David se mostraron en su determinación de cumplir una promesa previa que había hecho a Betsabé.
“Viva mi señor el rey David para siempre” fue la exclamación de Betsabé (no necesariamente deseando su salud eterna porque ella sabía que estaba muy débil y enfermo), sino que la fuerza política de la dinastía davídica continuara para siempre.
En la vida y cultura de cualquier persona existen varios “patrones” de pensamiento que son los que la motivan a tomar decisiones. El cristiano que conoce bien la palabra de Dios, tiene la libertad y el privilegio de usarla para tomar sus decisiones.
¿CUÁL ES EL PATRÓN DE SUS
PENSAMIENTOS?
¡PENSEMOS!
¿Se acuerda de algunas decisiones importantes que ha tomado? ¿Quién o qué fue el patrón que las motivó? ¿Fue la palabra de Dios o su propia astucia? Analice las tres decisiones más importantes y recuerde cuál fue la razón de ellas y los resultados que tuvo. ¿Recibió bendición en ellas o no? En nuestras iglesias hay un gran porcentaje de jóvenes que optan por elegir su “carrera” pensando que no han sido llamados a algún ministerio. ¿Piensa usted que la vocación de una carrera NO es un ministerio, o que Dios no puede usarlo en la profesión que ha elegido? ¿No ha pensado en entregar todo su futuro a Dios? ¿O será que él no se mete en esa área? Medite en los siguientes pasajes: Mateo 3:12; Lucas 14:11 y 18:14, y ¡abra su corazón a la voluntad de Dios!
La solución de David 1:32–40
Notamos que David tenía una relación especial con Dios al ver la destreza que mostró al dar instrucciones a tres personas claves de su reino: El levita principal, el general de su armada y al único profeta de su día que quedaba (vv. 32–37). Les instruyó para que pusieran a Salomón sobre la cabalgadura real para que todos lo vieran. El rey garantizó el éxito en la proclamación de Salomón como rey con la presencia del levita Sadoc como líder religioso, el general Benaía como jefe militar y al profeta Natán como representante de Dios.
¡EL PERDÓN ES MÁS NOBLE QUE LA
VENGANZA!
Humillación de Adonías 1:41–53
Aunque Adonías tramó el atentado en secreto, fue descubierto en público ante toda la nación. De esta forma, su humillación fue completa y se vio obligado a aferrarse a los cuernos del altar del templo para pedir misericordia por su vida. El nuevo rey Salomón tenía el poder de destruir a sus adversarios, algo que Adonías hubiera hecho si hubiera llegado al poder. Pero Salomón mostró su poder y control al perdonarlo. A veces el perdón requiere más fuerza que la venganza misma.
LOS CONSEJOS DE UN REY SALIENTE 2:1–9
El consejo espiritual 2:1–4
David tuvo consejeros sabios durante su reinado; y se preocupó de que Salomón también entendiera claramente el secreto de su éxito. ¡Qué mejor consejero que el padre de uno mismo! (v.4) “Para que prosperes…” decía David, “esfuérzate y sé hombre…” Todo esto implicaba la necesidad urgente de asegurar que las leyes de Dios fueran el centro del nuevo gobierno de Salomón, ya que era la única forma de garantizar el éxito y permanencia de su dinastía. ¡Dios no se hace del rogar! Salomón entendió con toda claridad que la única garantía que tenía de conservar el trono y de mantener un reino de paz y prosperidad dependía de la obediencia a Dios. Afortunadamente, Salomón recibió suficiente instrucción y guianza espiritual de su padre y tuvo interés en aplicar sus mandatos al inicio de su reino.
¡DIOS NO SE HACE DEL ROGAR!
El consejo político 2:5–9
David puso sobre su hijo una carga bastante difícil pero necesaria para defender su reino terrenal en contra de los enemigos que ya existían. En los vv. 5–6 hace mención de Joab, comandante de las fuerzas armadas de Israel que en muchas ocasiones había servido bien a David, pero que había asesinado a dos generales del ejército de Israel (2 Samuel 3:22–27; 20:4–10). También había matado a su hijo Absalón y había estado involucrado en la revolución de Adonías.
Asimismo mencionó a Simei, el que maldijo a David, (v.8). Ahora ellos debían recibir castigo por lo que habían hecho. Ellos representaban a los hombres violentos que no tenían escrúpulos con tal de alcanzar sus propias metas. David aclaró que la sangre de los inocentes clamaba justicia. El derramamiento de sangre debía ser neutralizado por el nuevo rey para que los juicios de aquellos pecados no cayeran sobre el pueblo de Israel. Salomón necesitaba sabiduría para saber lo que debía hacer para ajusticiarlos.
El consejo de justicia 2:7
David también mostró un corazón compasivo al pedir protección para los hijos de Barzilai que lo habían ayudado cuando huía de su hijo Absalón (2 Samuel 16:5–14). En fin, David pidió a su hijo que fuera un rey justo y equitativo, insistiendo en que era necesario obedecer las leyes de Dios para que sobreviviera su dinastía y el reino mismo. Con razón Salomón pidió sabiduría a Dios; esto lo veremos en los siguientes capítulos.
¡RAZONEMOS!
A través de este estudio usted podrá notar con qué regularidad y agresividad pecaba el pueblo de Dios. Lo asombroso es que a pesar de la capacidad que tenemos para hacer el mal y arruinar la belleza y simplicidad de la vida, Dios nunca pierde el control de las cosas.
¿Qué de su vida espiritual? Medite en sus luchas y tentaciones diarias, y pregúntese: ¿Vale la pena pagar tan alto precio por tan poco placer? ¿Está dispuesto a poner su vida, familia, ministerio, o negocio en peligro? Dios es aún más grande y soberano que todas las maldades juntas y dirige la historia. Aunque a veces pensemos que hemos arruinado algún área de nuestra vida, el Señor está presente para perdonarla y restaurarla. Le reto para que ponga todo lo que hace en manos de Dios. Ore también por su nación.

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sábado, 4 de octubre de 2014

El Holocausto Hebreo: El primero y más importante sacrificio ofrecido por el pueblo hebreo

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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La Ofrenda Encendida u Holocausto

El primero y más importante sacrificio ofrecido por el pueblo hebreo, es el holocausto. 
Los animales requeridos en esta ofrenda y el uso del mismo se recalcarán las enseñanzas fundamentales y espirituales que había de enseñar el holocausto al pueblo hebreo. Pertenecía a la categoría de sacrificios llamados de “olor grato”, y por lo tanto era fundamentalmente una ofrenda de adoración.
 
  I. DEFINICIÓN: ÔLÂ, ASCENDER

  ÔLÂ, quiere decir “lo que se eleva”, y se traduce al griego con la palabra “holocautoma”. Parecería que debemos considerar el holocausto como el sacrificio típicamente hebreo.

       • Holocausto quiere decir “destrucción total”.
       • Ola, da la idea, de, “ofrenda totalmente quemada”.
       • Ola, es “hacer arder”.
       • Literalmente es “lo que asciende”.

  Tiene también el sentido de “ascender”, porque la ofrenda era levantada hasta el altar, y porque el humo se elevaba como olor grato a Dios. Este aspecto de ofrenda “totalmente quemada” da un carácter singular al holocausto.

  La categoría por lo tanto de esta ofrenda es llamada “Sabor dulce” u “Olor Grato”, lo que indica que era una ofrenda de adoración.

  Se trasladaba a Dios en los cielos en una columna de fuego. Era el sacrificio más directo que iba a Dios y se deba completamente para su placer.  Levítico 1:9 “…y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Es un holocausto, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor.”

  Esta ofrenda es la consagración total de la persona, en este sacrificio el judío dice a Dios: “Así como este animal ha sido dado a ti, y ha sido consumido para agradarte, así quiero darte mi vida para agradarte”.

  Los holocaustos eran los primeros e importantes sacrificios hebreos. No solamente porque aparece en primer lugar en Levítico, sino también porque era una de las formas de adoración más pura y comprensiva dada a Dios, por eso perteneció a los sacrificios de olor suave. Mientras el fuego ascendía a los cielos, el adorador espiritualmente, podía imaginarse que Dios tomaba una respiración profunda de aquel sacrificio. Es como si estuviera diciendo, Dios: “Esto huele muy bien”. Este sacrificio viene a ser el derecho que Dios tiene de la más alta devoción del hombre.
 
  II. LOS ANIMALES EN SUSTITUCIÓN DEL HOMBRE
  El animal llega a ser un reemplazo del adorador. Significa, que lo que sucede al animal sucedía al adorador en la imaginación. Como el animal se consagraba en totalidad a Dios y se trasladaba a Él, así el judío espiritual, con este sacrificio le decía a Dios:
  “Así como este animal es dado totalmente para tu placer y sólo para tu placer, yo quiero que mi vida te sea dada sólo para tu placer”.

  Todos los sacrificios de la Ley de Moisés involucraban el concepto de la sustitución y una representación vicaria a favor del ofrendante. En otras palabras, hay un reemplazo que toma el lugar del adorador y lo reemplaza.

  Por eso, lo que sucedía físicamente al animal debía ser una expresión espiritual del deseo del adorador: “Deseo que mi vida sea consumida totalmente para el agrado de Dios”.

  Nótese, al considerar la sustitución vicaria (que tipifica a Cristo en la cruz), que la expiación y la propiciación son términos correlativos. El pecador, o su culpa, es expiado; Dios o la justicia es propiciado. La culpa tiene que ser, por la naturaleza de Dios, purgada con castigo, el cual es la expresión del desagrado de Dios contra el pecado. La culpa es expiada, en la descripción escritural; cubierta.

  III. EL SACRIFICIO DE ABRAHAM, Génesis 22

     A. Abraham ofreció Isaac a Dios
     La historia de este episodio da mucha luz sobre la naturaleza del holocausto. En Gn. 22:2, Dios le dijo a Abraham: “Toma a tu hijo Isaac, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”.

     Abraham esperó por 50 años su hijo, Isaac; cuando este tenía 24 años Dios dijo a Abraham: “lleva al monte a tu hijo, te enseñaré y ofrecerás como holocausto, lo quemas hasta ceniza”, Abraham fue, llegó al monte Morian, lugar donde Salomón construyó el templo. Le dijo a sus criados esperen, nosotros subimos, A ADORAR A DIOS, ese fue su propósito, él sabía lo que iba hacer arriba, quemar a su hijo totalmente.

     ¿Qué quiere Dios que Abraham aprenda de esta experiencia? Dios fue exigente, “Dame al joven sin reserva”. (v.5) Que debía dar la totalidad de su hijo, “quiero que su vida sea gastada con mi propósito y mi alabanza”.

     Abraham sabe exactamente lo que va hacer: Ofrecer a Isaac como regalo a Dios. Pero él lo llama adoración. Abraham agrega algo interesante “adoraremos y volveremos a vosotros”. Abraham está expresando su fe que aunque ofrece a Isaac, está seguro que el muchacho sobrevivirá al sacrificio. El sabe muy bien que Dios le había hecho promesa (Gn. 12, 15, 22), en Isaac Abraham tendrá una gran descendencia, una gran nación nacerá de la simiente de su hijo Isaac. En la mente de Abraham ya había quemado a Isaac y su humo subió al cielo e iba a esperar la resurrección de su hijo.

     Por eso en Hebreos 11:19 el escritor explicó la fe de Abraham. Abraham ha levantado el cuchillo, y está listo para matar a su hijo… Pero Dios intervino y dijo “no extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada”. Había un carnero cerca trabado en un zarzal por sus cuernos. Abraham tomó este carnero y le ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Allí está la sustitución. El carnero llega a ser el sacrificio vicario en lugar de Isaac.

     B. La Perspectiva de Isaac
     La pregunta es: ¿Qué es lo que Dios quiere que Isaac vea en este acontecimiento?
     “Isaac, aquel carnero está tomando tu lugar, pero quiero que comprendas que todavía tienes tu responsabilidad. Deseo que seas mi sacrificio. Pero que seas un sacrificio vivo, que toda tu vida me esté dedicada y presentada a mí”.

     Isaac ahora comprende: “Aquel carnero SOY YO”. Esto es lo que quiere Dios – El quiere a Isaac, pero NO quiere que Isaac sea reducido a cenizas, sino quiere que un sacrificio sea reducido a cenizas. Más bien Dios quiere que sea un sacrificio vivo, presentándose constantemente a Él.

     Abraham nombró el lugar donde ofreció el carnero Jehová Jireh, que significa “Jehová provee”. Dios siempre ha estado proveyendo, El de la misma forma proveyó a Jesús.

     Esta es la razón por la cual el holocausto tenía tanto significado para los hebreos, porque les dio a entender: “Esta es su oportunidad para comprometerse, dedicarse, darse a sí mismo a Dios.

     En 2 Corintios 8:5 Los hermanos de Macedonia: “así mismos se dieron primeramente al Señor”. Es correcto pensar que Cristo hizo lo mismo completamente, sin reserva a Dios. Jesús fue el único Holocausto constante al que se refiere el Nuevo Testamento.


  IV. PUNTOS A TENER EN CUENTA EN CUANTO A ESTE SACRIFICIO

       • El holocausto era el más común de todos los sacrificios hebreos. Era el que ocupaba la parte central en todas sus actividades de adoración:
           o Individual: Lo presentaba un hebreo en cualquier momento que deseara.
           o Ofrenda encendida continua: Esta era ofrecida a favor de la nación. Se ofrecía uno cada mañana, uno cada tarde, todos los días; para esto se requería que el fuego se “mantuviera ardiendo”, es decir no se apagaba. Levíticos 6:9,12. Porque si dejamos de consagrarnos a Dios nos vamos a consagrar a otros dioses. El fuego de nuestra consagración nunca deben terminar.
           o Era el acto central de adoración durante los días de fiesta y sábados.
       • Recordemos esto, era el sacrificio más profundo y concentrado en Dios. Es la más pura y más completa forma de adoración a Dios.
       • Este sacrificio nos enseña: La consagración es más importante que la expiación. La expiación implica que ha habido una interrupción entre el adorador y Dios. Expresa consagración, beneficio dirigido a Dios y a nadie más.
       • El propósito principal del altar es ofrecer este sacrificio. Altar es MIZBEAH en hebreo. Es traducido como el lugar de matanza.
       • Es la forma más antigua de adoración a Dios, unos ejemplos de ello mencionados en la Biblia son:
           o El sacrificio de Abel, ofrecido a Dios en las sombras del huerto del Edén, fue un holocausto (Gn. 4.4).
           o Noé, y su familia habían puesto el pie sobre una tierra nueva. Su primer acto fue edificar un altar y ofrecer sacrificios a Dios. Génesis 8:21, comentando sobre los sacrificios de Noé, dice: “Cuando el Señor percibió el grato aroma...” e hizo pacto con Noé y con sus descendientes. El pacto fue que “Nunca más las aguas se convertirán en un diluvio para destruir a todos los mortales” (9:15).
          
  V. LOS RITUALES DE ESTE SACRIFICIO
  Las distintas etapas del ritual, indican los movimientos de esos sacrificios, de un aspecto de su devoción a otro. Había rituales especiales que se requerían en cada sacrificio, es en el desarrollo de los rituales que nos movemos de una acción a la próxima, y aquellos movimientos son importantes. Cada acción que es parte de la ceremonia transmite mensajes espirituales profundos y tiene implicaciones religiosas que el hebreo había de aprender.
 
  VI. Etapas de la Ceremonia
  Son ocho etapas que completan la ceremonia, pero eso analizaremos en la próxima lección, he aquí solo una breve descripción de cada etapa.

     1. Etapa Uno: El adorador se presenta a sí mismo y a su sustituto sacrificial a Dios. Desde aquel momento el animal no pertenece al hombre, sino a Dios.
    2. Etapa Dos: El adorador pone sus manos en la cabeza de la víctima vicaria, significando con ello que el animal ha venido a ser su sustituto representante.
     3. Etapa Tres: El adorador mata a su víctima vicaria.
   4. Etapa Cuatro: El Sacerdote esparce la sangre de la víctima del modo correcto sobre el altar, como fue mandado por Dios.
     5. Etapa Cinco: Extirpación de la piel del animal.
    6. Etapa Seis: Se divide el cuerpo del animal en dos partes, esto de acuerdo a lo estipulado por Dios.
     7. Etapa Siete: Lavamiento de los intestinos y piernas.
     8. Etapa Ocho: Se quemaba el animal sacrificado sobre el altar, y llegaba a Dios como olor grato.
 


martes, 8 de octubre de 2013

Lectura Diaria de la Biblia - Día 8: Génesis 24 - 25 RV Actualizada

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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 Rebeca llega a ser esposa de Isaac
24 Abraham era ya anciano y muy avanzado en años, y Jehovah había bendecido a Abraham en todo. 2 Entonces Abraham dijo a un siervo suyo, el más viejo de su casa y que administraba todo lo que tenía:
—Por favor, pon tu mano debajo de mi muslo, 3 y te haré jurar por Jehovah, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de las hijas de los cananeos entre los cuales habito. 4 Más bien, irás a mi tierra, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
5 Su siervo le respondió:
—Quizás la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿He de hacer volver a tu hijo a la tierra de donde saliste?
6 Abraham le dijo:
—Guárdate, no sea que hagas volver a mi hijo allá. 7 Jehovah, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró diciendo: "A tu descendencia daré esta tierra",  él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allí una mujer para mi hijo. 8 Pero si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás libre de este juramento mío. Solamente que no hagas volver allá a mi hijo.
9 Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto. 10 Y el siervo tomó diez de los camellos de su señor, y se fue llevando consigo toda clase de cosas preciadas de su señor. Partió y se fue a Siria mesopotámica, a la ciudad de Nacor, 11 e hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua. Era la hora del atardecer, cuando las jóvenes salían para sacar agua. 12 Y dijo:
—Oh Jehovah, Dios de mi señor Abraham, por favor, haz que hoy ocurra algo en mi presencia. Muestra bondad para mi señor Abraham. 13 He aquí que yo estoy junto al manantial de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad vendrán para sacar agua. 14 Sea, pues, que la joven a quien yo diga: "Por favor, baja tu cántaro para que yo beba", y ella responda: "Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos"; sea ella la que tú has destinado para tu siervo, para Isaac. En esto conoceré que has tenido misericordia de mi señor.
15 Y aconteció que cuando él aún no había acabado de hablar, he aquí que con su cántaro sobre el hombro, venía Rebeca, que le había nacido a Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham. 16 La joven era muy hermosa; era virgen, a quien ningún hombre había conocido.  Ella descendió al manantial, llenó su cántaro y subía. 17 Entonces el siervo corrió hacia ella y le dijo:
—Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro.
18 Y ella respondió:
—Bebe, señor mío.
Se apresuró a bajar su cántaro a su mano y le dio de beber. 19 Cuando acabó de darle de beber, agregó:
—También sacaré agua para tus camellos, hasta que acaben de beber.
20 Se dio prisa, vació su cántaro en el abrevadero y corrió otra vez al pozo para sacar agua. Y sacó para todos sus camellos. 21 El hombre la observaba en silencio para saber si Jehovah había dado éxito a su viaje o no. 22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le obsequió un pendiente de oro que pesaba medio siclo  y dos brazaletes de oro para sus brazos, que pesaban diez siclos.  23 Y le preguntó:
—¿De quién eres hija? Dime, por favor, ¿habrá lugar en la casa de tu padre donde podamos alojarnos?
24 Ella respondió:
—Yo soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. 25 -Y añadió-: También en nuestra casa hay paja y mucho forraje, y lugar para alojarse.
26 Entonces el hombre se inclinó y adoró a Jehovah 27 diciendo:
—¡Bendito sea Jehovah, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi señor su misericordia y su verdad!  En el camino Jehovah me guió hacia la casa de los hermanos de mi señor.
28 La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre. 29 Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, hacia el manantial. 30 Sucedió que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía: "Así me habló aquel hombre", vino a él, y he aquí que él estaba junto a los camellos, al lado del manantial. 31 Y le dijo:
—Ven, bendito de Jehovah. ¿Por qué estás ahí fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos.
32 Entonces el hombre fue a la casa. Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje. Luego trajo agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que venían con él. 33 También puso comida delante de él, pero él dijo:
—No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir.
Labán le dijo:
—Habla.
34 Entonces dijo:
—Yo soy siervo de Abraham. 35 Jehovah ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha enriquecido. Le ha dado ovejas, vacas, plata, oro, siervos, siervas, camellos y asnos. 36 Y Sara, mujer de mi señor, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo lo que tiene. 37 Y mi señor me hizo jurar diciendo: "No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuya tierra habito. 38 Más bien, irás a la casa de mi padre, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo." 39 Yo dije a mi señor: "Quizás la mujer no quiera venir conmigo." 40 Entonces me respondió: "Jehovah, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él dará éxito a tu viaje. Tú tomarás una mujer para mi hijo, de mi familia, de la casa de mi padre. 41 Entonces, cuando hayas llegado a mi familia, quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la den, también quedarás libre de mi juramento."
42 »Llegué, pues, hoy al manantial y dije: "Jehovah, Dios de mi señor Abraham, por favor, si has de dar éxito a mi viaje en el cual ando, 43 he aquí que yo estoy junto al manantial de agua. Que la joven que venga para sacar agua y a quien yo diga: ’Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro’, 44 y ella me responda: ’Bebe tú, y también sacaré agua para tus camellos’, que sea ella la mujer que Jehovah ha destinado para el hijo de mi señor." 45 Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí que Rebeca venía con su cántaro sobre su hombro. Luego descendió al manantial y sacó agua. Entonces le dije: "Por favor, dame de beber." 46 Y ella bajó rápidamente su cántaro de encima de su hombro y dijo: "Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos." Yo bebí, y ella también dio de beber a mis camellos. 47 Entonces le pregunté: "¿De quién eres hija?" Y ella respondió: "Soy hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca." Yo puse el pendiente en su nariz y los brazaletes en sus brazos. 48 Y me incliné y adoré a Jehovah. Bendije a Jehovah, Dios de mi señor Abraham, que me guió por el camino acertado para tomar la hija del hermano de mi señor, para su hijo. 49 Ahora pues, si vosotros vais a mostrar misericordia y verdad  para con mi señor, declarádmelo. Si no, declarádmelo también, y yo me iré a la derecha o a la izquierda.
50 Entonces Labán y Betuel respondieron diciendo:
—¡De Jehovah procede esto! No podemos decirte si es malo o si es bueno. 51 He aquí que Rebeca está delante de ti; tómala y vete. Sea ella la mujer del hijo de tu señor, como ha dicho Jehovah.
52 Y aconteció que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras, se postró a tierra delante de Jehovah. 53 Luego sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También dio obsequios preciosos a su hermano y a su madre. 54 Después comieron y bebieron él y los hombres que habían venido con él, y pasaron la noche. Y levantándose de mañana, dijo:
—Permitidme regresar a mi señor.
55 Entonces respondieron su hermano y su madre:
—Que la joven espere siquiera unos diez días más con nosotros, y después irá.
56 Pero él les dijo:
—No me hagáis demorar; ya que Jehovah ha dado éxito a mi viaje, dejadme ir para que vaya a mi señor.
57 Ellos le respondieron:
—Llamemos a la joven y preguntémosle lo que piensa.
58 Llamaron a Rebeca y le preguntaron:
—¿Irás tú con este hombre?
Ella les respondió:
—Sí, iré.
59 Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, a su nodriza, al siervo de Abraham y a sus hombres. 60 Y bendijeron a Rebeca diciéndole:
—Tú eres nuestra hermana. Que seas madre de millares de decenas de millares. Que tus descendientes posean las ciudades  de sus enemigos.
61 Entonces se levantaron Rebeca y sus criadas, subieron a los camellos y siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebeca y se fue.
62 Aconteció que Isaac venía del pozo Beer-lajai-roí,  porque habitaba en el Néguev. 63 Hacia el atardecer Isaac había salido al campo para meditar,  y alzando sus ojos miró, y he aquí unos camellos que venían. 64 También Rebeca alzó sus ojos, vio a Isaac y descendió del camello. 65 Porque había preguntado al siervo: "¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?", y el siervo había respondido: "El es mi señor." Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Luego Isaac la introdujo en la tienda de Sara, su madre, y tomó a Rebeca, que vino a ser su mujer; y él la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

Otros descendientes de Abraham
25 Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Quetura. 2 Ella le dio a luz a Zimrán, a Jocsán, a Medán, a Madián, a Isbac y a Súaj. 3 Jocsán engendró a Seba y a Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asureos, los letusitas y los leumitas. 4 Los hijos de Madián fueron: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Eldaa. Todos éstos fueron hijos de Quetura.
5 Abraham dio a Isaac todo lo que tenía, 6 pero a los hijos de sus concubinas les dio obsequios. Y mientras él vivía, los apartó de su hijo Isaac, enviándolos al este, a la tierra del oriente.

Abraham es sepultado en Macpela
7 Los años de la vida de Abraham fueron 175. 8 Y falleció  Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido a su pueblo. 9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo que perteneciera a Efrón hijo de Zojar el heteo, que está frente a Mamre, 10 campo que Abraham había comprado a los hijos de Het.  Allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer.
11 Sucedió después de la muerte de Abraham, que Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitaba Isaac junto al pozo de Beer-lajai-roí.

Descendientes de Ismael
12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, que le dio a luz Agar la egipcia, sierva de Sara. 13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres, según sus descendientes: El primogénito de Ismael fue Nebayot. Después nacieron Quedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Masá, 15 Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedema. 16 Estos fueron los hijos de Ismael y sus nombres según sus aldeas y campamentos: doce jefes según sus naciones.
17 Los años de la vida de Ismael fueron 137, y falleció  y fue reunido a su pueblo. 18 Y sus descendientes habitaron desde Havila hasta Shur, que está frente a Egipto, en dirección de Asur.
Se estableció, pues, frente a todos sus hermanos.

Nacimiento de Esaú y de Jacob
19 Esta es la historia de Isaac hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac. 20 Isaac tenía 40 años cuando tomó por mujer a Rebeca hija de Betuel el arameo, de Padan-aram, y hermana de Labán el arameo.
21 Isaac rogó a Jehovah por su mujer, que era estéril. Jehovah accedió a su ruego, y Rebeca su mujer concibió.
22 Como los hijos se empujaban dentro de ella, dijo:
—Si es así, ¿para qué he de vivir?
Ella fue a consultar a Jehovah, 23 y Jehovah le dijo:
—Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.
24 Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre. 25 Y salió el primero, rojizo y todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú.  26 Después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob.  Isaac tenía 60 años de edad cuando ella los dio a luz.
Jacob compra la primogenitura de Esaú
27 Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser experto en la caza, hombre del campo. Jacob, por su lado, era hombre tranquilo y solía permanecer en las tiendas. 28 Isaac prefería a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca prefería a Jacob.
29 Cierto día Jacob preparó un guisado. Y cuando Esaú volvía del campo, cansado, 30 dijo a Jacob:
—Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo,  pues estoy muy cansado.
Por eso fue llamado su nombre Edom.  31 Y Jacob respondió:
—Véndeme primero  tu primogenitura.
32 Entonces Esaú dijo:
—He aquí que yo me voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura?
33 Dijo Jacob:
—¡Júramelo ahora!
El se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, y levantándose, se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.


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