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viernes, 25 de octubre de 2019

¿Será verdad que el Padre está dispuesto a hacer lo que le pidamos?

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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Lograr que el cielo se alinee con nuestras peticiones nos ha sido concedido 

Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. 
Mateo 18.19–20

Debo confesar que, francamente, este versículo me incomoda. Contiene declaraciones que no cuadran con mi interpretación del evangelio, ni tampoco con lo que he visto dentro de la iglesia.
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Para empezar, comparte esta increíble afirmación: «si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre…» ¿Acaso Cristo se refería a que el Padre actuaría conforme a lo que nosotros acordamos en la tierra? ¡Esto mismo parecen decir las palabras del texto! Pero, ¿cómo puede ser esto? ¿De veras que el Padre está dispuesto a hacer lo que le pidamos?

Nuestra reacción inicial es la de calificar, explicar o dar vuelta el sentido de las palabras. Nuestros argumentos, no obstante, no harán que desaparezcan ni que las mismas dejen de incomodarnos. Este «poder» de lograr que el cielo se alinee con nuestras peticiones nos ha sido concedido. La manifestación de esta verdad, sin embargo, es rara. ¿Por qué? Porque depende de que dos o tres se pongan de acuerdo. ¡Es tan sencilla la declaración y tan difícil su realización! Nuestro incansable compromiso con nosotros mismos presenta un notable escollo en el camino a recorrer. Queremos ser los dueños de una idea, los que la engendran y controlan, los protagonistas en todo. Estas mismas actitudes son las que impiden que podamos ponernos de acuerdo, pues esto solamente es posible cuando lo nuestro muera.

Y ¿qué podemos decir de la segunda parte del versículo? ¿En cuántos lugares he oído la consabida proclama que Cristo está presente, porque hay dos o tres reunidos? ¿Será tan sencilla la cosa? ¿Dos o tres cristianos nos presentamos físicamente en el mismo lugar y el Señor, automáticamente, se hace presente? ¿Qué pasa cuando estos dos o tres no se hablan más que los domingos? ¿Cómo puede estar presente Cristo entre dos o tres cuyo único acuerdo es el de orar juntos, cómo si esto garantizara la unidad de espíritu?

La condición para la manifestación de Cristo en nuestro medio no es que seamos dos o tres, ni tampoco que estemos reunidos en un mismo lugar. Es, más bien, que todo esto sea en su nombre. Es decir, los tres presentes reconocemos que es necesaria una sumisión conjunta a su persona. Nuestra reunión, no obstante, no es la suma de mi sumisión, más la sumisión de mis hermanos. Como comunidad, nos rendimos a sus pies e, inevitablemente, ¡nos rendimos a los pies los unos de los otros! Solamente cuando estemos dispuestos a darle la misma honra a los que están con nosotros será posible que Cristo acompañe.


Para pensar:
¡Qué interesante la realidad señalada por Cristo! «Allí estoy yo en medio de ellos». No está identificado con ningún individuo, ni otorga preferencia a uno por encima del otro. Está en medio de ellos. Es el Dios de una comunidad de fe, igualmente accesible a todos, igualmente deseoso de bendecir a cada uno.

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viernes, 11 de noviembre de 2011

TP Mazembe utiliza la Biblia para ganar sus partidos

biblias y miles de comentarios
 
El fútbol africano, alcanzó el martes por primera vez la final del Mundial de Clubes inspirada en la Biblia, dijo el presidente del club congoleño del TP Mazembe.

“Creo que todo el equipo está jugando muy bien (…) Fui a hablar con ellos (en el descanso y les dije), ‘ahora esto no es Brasil (…) Ustedes pueden hacerlo mejor que ellos, al igual que en la Biblia, donde David mató a Goliat”, dijo el presidente del club, Moise Katumbi Chapwe.

“No fue un partido fácil, nadie nos daba una oportunidad, ellos pensaban que nosotros llegábamos para perder”, dijo a periodistas el empresario y político congoleño de 46 años, elegantemente vestido.

“He preparado este equipo (desde) hace mucho tiempo y ellos partieron a los 16 años, por lo que este es el resultado”, agregó.

El entrenador del equipo, el senegalés Lamine N’Diaye, dijo que el fútbol africano ha progresado de forma constante y que este resultado es el fruto de ese proceso.

Los jugadores del Mazembe mostraron su fe en este torneo, al ubicarse sobre la línea de uno de los arcos y orar abrazados antes del comienzo de cada partido y de la reanudación de las acciones.

El Mundial de Clubes, quizá no tiene el prestigio del torneo de selecciones que la FIFA, se organiza cada cuatro años, pero el campeón africano está saboreando igual los logros cosechados en el torneo.


martes, 21 de junio de 2011

Orar Como Respirar: Un Material para Enseñar a Orar

Orar Como Respirar: Un Material para Enseñar a Orar
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 1MB | Idioma: Spanish | Categoría: Guerra Espiritual
Información
 Índice ............................................................................................... 5
 Dedicatoria ....................................................................................... 7
 Prólogo ............................................................................................. 9
 Capítulo 1º:   ¿Qué es orar? ........................................................... 15
 Capítulo 2º:   ¿Por qué debemos orar? ........................................... 33
 Capítulo 3º:   ¿Cómo oraremos? .................................................... 45
 Capítulo 4º:   Orando sólo a Dios, con amor y gratitud ................. 63
 Capítulo 5º:   ¿Dónde, cómo y por quién hemos de orar? ............. 77
 Capítulo 6º:   Oración de contrición y confesión ........................... 95
 Capítulo 7º:   Oración humilde, paciente y gozosa ...................... 111
 Capítulo 8º:   Intercesión con lágrimas y gemidos ...................... 125
 Capítulo 9º:   Oración de lamentación, queja y desahogo ........... 135
 Capítulo 10º: La oración de peticiones ........................................ 149
 Capítulo 11º: Oración de clamor e invocación ............................ 183
 Capítulo 12º: Orando en las alturas: Oración de guerra .............. 205
 Epílogo ......................................................................................... 225

 Debería ser fácil descubrir que Jesucristo no enseñó a sus discípulos a predicar, ni a fundar iglesias o muchas otras cosas, a pesar de ser santas  e importantes, pero sí les dio repetidas enseñanzas sobre la oración, además de hacerlo dando testimonio personal, orando delante de ellos, en muchas circunstancias, y quedándose solo, apartado,   pasando noches enteras en los montes, para tener intimidad con el Padre, en ferviente  amor y devoción, en total obediencia, además de librar las batallas espirituales contra Satanás y los ejércitos malignos que le sirven, venciéndoles siempre, usando la autoridad de la unción manifestada por sus divinas palabras y oraciones, al mismo tiempo que intercedía por todos los discípulos, reconocidos como suyos, en favor de Israel y de toda la Humanidad.
En esta prioridad, del magisterio de Cristo, vemos la relevancia tan grande que le  concede a la oración, lo cual se refleja en todas las escrituras bíblicas, pues siempre antecede, a cualquier manifestación de gracia y bendición de Dios, el clamor de los reyes, jueces, profetas o del mismo pueblo, pidiéndole auxilio, después de sufrir las consecuencias de su rebelión y haber abandonado el abrigo del Omnipotente, al ir en pos de sus necias concupiscencias, cosechando los tormentos del diablo y del mundo.
También, es indispensable la oración para exaltar y aclamar a nuestro Padre Dios, por la grandeza de su santidad y poder, además de agradecerle su infinita misericordia y bondad, obteniendo, en todos los casos, su pronta respuesta, derramando  su Shekiná, con abundante lluvia de aguas vivas que, brotando por su boca, riegan a sus hijos y  a su nación escogida.                                  
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