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martes, 24 de noviembre de 2015

¡Dios! ¡Por favor, no nos dejes morir por matar a un hombre inocente! No nos culpes de su muerte, pues eres tú, Dios mío, quien ha querido hacer todo esto...reconocieron al Dios de Israel como su Dios

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





Estudiamos para enseñar en la Congregación
  Jonás desobedece a Dios
Jonás 1:1-17
1 Cierto día, un hombre llamado Jonás hijo de Amitai recibió un mensaje de parte de Dios: 2 «¡Levántate, ve a la gran ciudad de Nínive y diles que ya he visto lo malvados que son!» 
3 Pero en vez de ir a Nínive, Jonás decidió irse lo más lejos posible, a un lugar donde Dios no pudiera encontrarlo. Llegó al puerto de Jope y encontró un barco que estaba a punto de salir. Pagó su pasaje y se embarcó, contento de irse lo más lejos posible de Dios. 
4 Cuando ya estaban en alta mar, Dios mandó un viento muy fuerte que pronto se convirtió en una terrible tempestad. El barco estaba a punto de romperse en pedazos. 
5 Cada uno de los marineros, temblando de miedo, llamaba a gritos a su dios. Ya desesperados, arrojaron al mar toda la carga del barco para quitarle peso. Mientras tanto, Jonás dormía plácidamente en la bodega del barco. 
6 El capitán se le acercó y le dijo: 

—¡Qué haces aquí, dormilón! ¡Levántate y pide ayuda a tu dios! ¡Tal vez nos salve al ver que estamos en peligro! 

7 Al mismo tiempo, los marineros decían: 

—Echemos suertes para saber quién tiene la culpa de nuestra desgracia. 

Echaron suertes, y Jonás resultó culpable. 8 Entonces, los marineros preguntaron a Jonás: 

—¡Dinos ya por qué estamos sufriendo todo esto! ¿En qué trabajas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué nacionalidad eres? 

9 Jonás respondió: 

—Soy hebreo y adoro a nuestro Dios, soberano y creador de todas las cosas. Lo que está pasando es culpa mía, pues estoy huyendo de él. 

10-11 Los marineros, llenos de terror, le dijeron: 

—¿Por qué has hecho esto? ¿Qué podemos hacer contigo? ¡El agua se nos viene encima y la tormenta se está poniendo más violenta! 

12 —Échenme al mar, y el mar se calmará —contestó Jonás—. Esta terrible tempestad cayó sobre ustedes por mi culpa. 

13 Los marineros comenzaron a remar con todas sus fuerzas, tratando de acercar el barco a tierra; pero no pudieron. Las olas eran cada vez más altas, y la tormenta casi los destruía. 14 Desesperados, los marineros gritaron: «¡Dios! ¡Por favor, no nos dejes morir por matar a un hombre inocente! No nos culpes de su muerte, pues eres tú, Dios mío, quien ha querido hacer todo esto». 
15 Entonces los marineros tomaron a Jonás y lo tiraron al mar. De inmediato el mar se calmó. 16 Al ver lo sucedido, los marineros reconocieron al Dios de Israel como su Dios, le presentaron una ofrenda y prometieron seguir adorándolo. 17 (2.1) Entonces Dios mandó un pez enorme, que se tragó a Jonás. Y Jonás estuvo dentro del pez tres días y tres noches. 

JONÁS DESOBEDECE A DIOS









EL PRIMER LLAMADO DE JEHOVÁ Y EL RECHAZO DE JONÁS
Jonás 1:1–16


Jehová llama a Jonás ( Jonás 1:1–2 )

Jonás 1:1–2. Jonás comienza su libro de manera directa, va directo al llamado que le hizo el Señor, Jehová, el Dios del pacto con Israel. Es importante notar la manera como fue llamado, directamente por el mismo Señor. Eso también les sucedió a otros profetas en el Antiguo Testamento y a los apóstoles en el Nuevo. Se dice que ese llamado es un llamado inmediato, hecho directamente por Jehová en persona sin utilizar un medio humano. Hoy Jehová llama a pastores, maestros, y misioneros, a su servicio de forma mediata, es decir, por medio de su iglesia que actúa en su nombre.
En cualquier caso, el llamamiento siempre está relacionado con la palabra de Jehová, que le da su autoridad al llamado. Sólo Jehová sabe: a quién quiere llamar, qué va a hacer la persona, y dónde va a servir.

El llamamiento de Jonás fue: “Ve a Nínive, aquella gran ciudad”. Una de las ciudades más antiguas del mundo, Nínive fue fundada por Nimrod el bisnieto de Noé poco después del Diluvio (Génesis 10:11, 12). Estaba localizada en la ladera del río Tigris unos 350 km al norte y un poco al oeste de Bagdad en la actualidad Iraq. Durante 500 años, hasta el año 616 a.C., fue una de las ciudades capitales del poderoso imperio asirio.

Jonás fue enviado a Nínive “a clamar contra ella; porque su maldad ha subido” hasta Jehová. Hasta el rey de Nínive tuvo que admitir que las cosas estaban mal cuando exhortó a los ninivitas a convertirse “de su mal camino, de la violencia que [había] en sus manos” (3:8). Asiria fue especialmente famosa por su violencia y su crueldad insensible. 

El profeta Nahúm dice que Nínive es “ciudad sanguinaria”, donde la gente tropezaba con los innumerables cadáveres amontonados en las calles (3:3). Se decía que el rey Asurbanipal se deleitaba grandemente con el gran montón de cabezas humanas que apilaba después de sus victorias. Los asirios también tomaron esclavos en las batallas y deportaron poblaciones enteras a tierras distantes (2 Reyes 15:29).

Asiria estuvo orgullosa de sus conquistas militares (Isaías 10:12–19). Pero su principal maldad a los ojos de Dios tuvo que ser su abominable idolatría: se entregó a la adoración licenciosa de dioses como: Asur, Anu, Bel, Istar. Su continuo rechazo al Señor junto con su maldad subieron hasta él, como platos sucios que se amontonan en el lavaplatos, hasta que su paciencia se agotó. Nahúm lo describe muy bien: “Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable” (1:3).

El Señor llamó a Jonás para que pregonara contra esa malvada ciudad este mensaje desolador: “Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida” (3:4). ¡Arrepiéntanse o les irá mal! Cuarenta días fue misericordia de parte de Jehová. Y eso no le gustó a Jonás.

Es bueno tener en mente que Jonás había sido llamado como profeta al pueblo de Israel; no se debe pasar por alto el hecho de que Dios lo llamó repentinamente fuera de su ministerio al pueblo del pacto. Sin embargo, en la época de Jonás (y de Elías y Eliseo) la nación de la alianza violaba el pacto de Dios, una actividad que siempre trae juicio de Dios. Como respuesta a la rebeldía de Israel, Dios llamó a Jonás para ministrar a la nación Asiria, la nación que iba a ser el instrumento de Dios para derramar su ira sobre Israel. Entonces, la llamada misma a Jonás tiene implicaciones de juicio sobre Israel, así como implicaciones de amor salvador de Dios para Asiria.


Jonás huye de Jehová ( Jonás 1:3)


Jonás 1:3
¿Es eso posible? ¿Es posible que un servidor llamado por Jehová huya de él? ¿Por qué huyó Jonás? Se han sugerido diferentes razones. Algunos sugieren que Jonás huyó porque tenía miedo de ir personalmente a proclamarles el juicio de Dios a los crueles y violentos ninivitas. Pero Jonás no era un hombre de temor; ni la tormenta en el mar ni la posibilidad de ser lanzado fuera de la borda para ahogarse le dieron pánico.

Otros dicen que Jonás era un profeta orgulloso; según este punto de vista, huyó porque quería evitar que le oyeran predecir la destrucción de Nínive sólo para ver cómo la misericordia de Dios perdonaba a la ciudad. Para que un profeta sea creíble, ¿no es necesario que se cumplan todas las predicciones que hace? No obstante, Jonás de ninguna manera aparece en la narración de manera orgullosa.

Otra explicación pone a Jonás en una posición más favorable. Deseaba tanto ver que los israelitas descarriados se arrepintieran, que pensó que sólo el juicio severo e inmisericorde de Dios sobre Nínive los llevaría al arrepentimiento. Pero Jonás no mencionó esa razón cuando criticó a Dios por su clemencia con los ninivitas, en 4:2: “Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque yo sabía que tu eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de gran misericordia y que te arrepientes del mal”.

La renuencia de Jonás a ir a Nínive parece reflejar este pensamiento sesgado: “Señor, no le voy a predicar el arrepentimiento a la malvada ciudad de Nínive que no sirve para nada, porque si se arrepienten tú los vas a perdonar. ¡Eso no es justo! Nosotros somos tu pueblo escogido, somos los creyentes; los extraños no tienen ningún derecho a tus bendiciones de amor y misericordia; esas bendiciones son nuestras, ¿recuerdas? Además, Asiria es nuestro peor enemigo. Perdónalos y ellos descenderán con dureza contra nosotros”.

Moisés, Isaías, y Jeremías, trataron de evitar la proclamación del mensaje de Jehová porque se sintieron incapaces; pero Jonás huyó de Jehová porque su corazón y su mente no estaban en armonía con los de Jehová; Jonás mostró una justicia propia exclusiva, consideró las bendiciones divinas de perdón y amor en el Mesías como algo reservado exclusivamente para él y sus compañeros israelitas. También fue evidente en él la cobardía de la fe descarriada, que se negaba a hacer la voluntad de Dios por temor a las consecuencias.

Aquí hay una lección para nosotros. ¿Qué pasa con el Jonás intolerante y prejuiciado que está en nosotros cuando se trata de compartir el evangelio con otros “que no pertenecen” o “que no lo merecen”, y se niega a seguir al Señor por miedo a las consecuencias? Esa es una de las trampas favoritas de Satanás. Es mejor seguir al Señor en todo, plenamente convencidos de que él sabe lo que está haciendo y que las consecuencias están bajo su control.

Así que Jonás “descendió a Jope”, hoy Jaifa, unos cincuenta kilómetros al noroeste de Jerusalén y el único puerto natural en la costa sur de Israel sobre el Mediterráneo. Le pudo haber tomado dos o tres días recorrer los cien kilómetros desde su ciudad de residencia Gat-héfer hasta Jope, así que su decisión de huir de Jehová no fue apresurada.

Jonás se negó a ir mil kilómetros al nordeste, a Nínive, y a cambio optó por abordar un barco de carga fenicio que también transportaba pasajeros y se dirigía al oeste, a Tarsis, a más de 3200 kilómetros de distancia. La mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que Tarsis es otra manera de escribir la palabra Tartessus, la antigua colonia fenicia en la costa suroeste de España. En otras partes de la Escritura se dice que realizaba comercio marítimo, particularmente de plata, con la ciudad de Tiro en Fenicia. (Véase Isaías 23:1; Jeremías 10:9, Ezequiel 27:25).

Para la mayoría de la gente Tarsis era la ciudad más lejana conocida del mundo antiguo, localizada en el extremo oeste del valle del Mediterráneo; en otras palabras, Tarsis era el fin del camino, y eso era exactamente lo que Jonás buscaba. Quiso “huir de Jehová” tan lejos como pudiera, para evitar servirle como su mensajero en Nínive.
La versión en hebreo, como la tenemos en la Reina–Valera, lo dice muy claramente: Él quiso huir “de la presencia de Jehová”; pero Jehová está presente en todas partes.

      ¿Soy yo acaso Dios de cerca solamente, dice Jehová.
      Y no Dios de lejos?
      ¿Se ocultará alguno, dice Jehová,
      en escondrijos donde yo no lo vea?
      ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra
                                                                                (Jeremías 23:23, 24).

Jonás sabía eso, confesó al Señor como “Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra” (1:9). En la oración del capítulo 2 con gratitud reconoció que Jehová estaba con él en su tumba acuática. Jonás sabía eso, y sin embargo lo habían cegado la fiera lealtad a su nación judía y el temor a los odiados asirios. Lutero compara la presencia de Jehová como el lugar donde está: su palabra, la fe, el Espíritu, y el conocimiento de Dios. Y esto también es correcto. Por supuesto Jonás estaba huyendo de la presencia espiritual del amor y la palabra salvadora de Dios.

O por lo menos trataba de huir, de la misma manera que Caín intentó huir de la presencia de Jehová (Génesis 4:16). Caín huía en incredulidad y desesperación de su única fuente de consuelo y esperanza, Jehová; no obstante Jehová todavía estaba presente con su gracia y misericordia, siempre listo a recibir a Caín en perdón si él se arrepentía; lo mismo ocurrió con Jonás. Tratar de huir de la presencia misericordiosa de Dios fue un suicidio espiritual, pero el amor compasivo de Dios no se acabó para él, como lo confirma el resto de la narración.

Jehová corrige a Jonás ( Jonás 1:4–6 )

Jonás 1:4–6
En el mar Mediterráneo no son raras las tormentas violentas, pero esta fue una tormenta especial: “Jehová hizo soplar [literalmente, arrojó] un gran viento en el mar”. El viento vino del claro cielo azul sin advertencia. El Señor que “hace a los vientos sus mensajeros” (Salmo 104:4), tuvo un propósito al crear esta violenta tormenta, un propósito para los marineros y para Jonás.

Los marineros estaban aterrorizados ante la amenaza de que se partiera la nave, creían supersticiosamente que la tormenta había venido de uno de uno de sus dioses enfurecido. Así que clamaron a sus dioses fenicios, dioses como: Baal el dios de la lluvia y los truenos, Melcarth el dios del mar, Esmún el dios de los barcos y la navegación, además también trataron de ayudarle a sus dioses echando al mar carga, de manera muy parecida a lo que hicieron los marinos en el barco que llevaba a Pablo en su tempestuoso viaje a Roma (Hechos 27:18, 19).


Jonás duerme

Pero no para provecho. El capitán quiso probar un último recurso; tal vez el pasajero Jonás conocía un dios a quien todavía no se le había clamado. “Levántate y clama a tu Dios; quizás tenga compasión de nosotros y no perezcamos”. No pasemos por alto las palabras iniciales del capitán: “¿Qué tienes, dormilón?” Tuvo que bajar a la bodega, debajo de la cubierta, para despertar al Jonás dormilón.


Barco de carga fenicio

¡Durmiendo durante una tormenta furiosa y ruidosa, con las olas golpeando y rompiéndose contra el sacudido barco! ¿Cómo pudo hacer eso Jonás? Aparentemente se había ido a dormir muy poco después de que el barco comenzó a navegar, antes de la tormenta. Puede ser que el apresurado viaje de cien kilómetros desde Gat-héfer a Jope lo hubiera dejado exhausto; pero también pudo ser la agonía mental y espiritual que sobrellevó por la determinación de resistirse al llamado de Jehová. 

Así que cansado y exhausto Jonás había ido bajo cubierta a dormir sin ser perturbado. ¿Decidió también dormir allá esperando pasar inadvertido, esperando que nadie le fuera a recordar su desobediencia pecaminosa? Es muy posible, y el hecho de que pudiera dormir durante la tormenta parece indicar que también tenía la conciencia dormida.

No podemos dejar de pensar en un evento similar ocurrido en la vida de Jesús, cuándo él también durmió durante una tormenta en el lago de Galilea (Mateo 8:23–27; Marcos 4:35–41; Lucas 8:22–25). Jesús durmió no para esconderse en temor sino porque no tenía miedo de la violenta tormenta que hacía chocar las olas contra su barca. Él durmió el sueño tranquilo de todos los que confían en el amor y la fidelidad del Padre celestial para plena protección: en tierra, mar, o aire. Además, Jesús mismo tenía poder sobre los elementos de la naturaleza, de tal manera que ellos “le obedecen”, como sus temerosos discípulos lo admitieron con gratitud.

¡Qué ironía! El capitán de un barco pagano debe llamar a un profeta de Dios para que se despierte y ore, cuando Jonás debía haber sido el primero en estar alerta para orar. ¡Él estaba actuando más paganamente que el capitán y sus marineros! No se nos dice si entonces Jonás oró; de todas maneras, por el momento la situación estaba empeorando para él y para los marineros. Por lo tanto se debía intentar otro método.


Echar suertes ( Jonás 1:7–9 )

Jonás 1:7–9. 
Hasta los paganos, como estos atemorizados marineros, tienen suficiente de la ley moral de Dios escrita en sus corazones para reconocer que el pecado atrae el castigo divino; por eso echaron suertes los marineros. Las suertes eran: piedras, guijarros, esferas pequeñas, o pedazos de madera de diferentes: colores, tamaños, y formas. 

Cuando se echaban al azar en un círculo en el piso o dentro de un recipiente, o se sacaban de un recipiente, se podía hacer una selección contando las suertes similares a favor o en contra. Echar suertes era una práctica común entre los paganos, para buscar la guía o la decisión de algún poder más alto. También era una costumbre practicada por los israelitas, más frecuentemente en el Antiguo Testamento que en el Nuevo.

En el Antiguo Testamento Jehová ordenó echar suertes solamente en asuntos de gran importancia: escoger una víctima propiciatoria (Levítico 16:8), distribuir la tierra prometida entre las tribus de Israel (Números 26:53ss), señalar la culpabilidad de Acán (Josué 7:13ss). 

En ocasiones, para evitar confusión y disputas, los israelitas por su parte optaron por echar suertes en asuntos menores, como para escoger el orden en que los sacerdotes y los levitas debían servir (1 Crónicas 24:1–10). Una ocasión notable en el Nuevo Testamento fue cuando los apóstoles echaron suertes para escoger a Matías como sucesor de Judas, lo cual no fue hecho por mandato expreso del Señor. Sin embargo, él estuvo directamente involucrado ya que los apóstoles con súplica invocaron su ayuda antes de echar suertes (Hechos 1:21–26).

El Señor lo hizo y todavía puede, si lo decide, revelar su voluntad mediante el método de echar suertes, porque controla la manera como ellas caen, “las suertes se echan en el regazo; pero la decisión es de Jehová” (Proverbios 16:33). No sería pecado si cristianos particulares o una congregación utilizan la suerte para decidir detalles al ejecutar un proyecto en el cual están en general de acuerdo. En efecto, esa acción puede evitar una grave discusión. “Las suertes ponen fin a los pleitos, y deciden entre los poderosos” (Proverbios 18:18).

Como no tenemos una instrucción directa de Jehová para utilizar suertes, no podemos estar seguros de que el resultado revele su voluntad, aunque los resultados pueden ser buenos y honestos.

Sin embargo, cuando “la suerte cayó sobre Jonás”, reveló la voluntad de Jehová. Jonás era culpable, responsable de la tempestad. Los marineros rápidamente llenaron a Jonás de preguntas: ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? Jonás contestó las últimas tres preguntas al instante: “Soy hebreo”, el término usual por el cual los israelitas eran conocidos por los extranjeros. La respuesta a la primera pregunta fue una confesión de fe: “Temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra”.

Antes, tal vez cuando abordó el barco, Jonás les había dicho a los marineros que estaba huyendo de Jehová (versículo 10). Entonces, sin duda ellos consideraron al Dios de Jonás simplemente como otra deidad local, como una de la suyas, voluble y fácil para la ira y que por lo tanto debía ser temido. La respuesta de Jonás corrigió ese falso concepto. “Mi Dios es el verdadero Dios, el Gobernador del cielo y de la tierra, de todo el universo. Él es el Creador del mar y la tierra, y por lo tanto tiene el control de esta tempestad que ahora nos amenaza”.

Jonás no pudo haber tenido esa intención, pero Jehová pudo utilizar su confesión de fe para traer los marineros paganos al conocimiento salvador del verdadero Dios.


Jonás echado al mar ( Jonás1:10–12 )

Jonás 1:10–12. 
Ahora los marineros estaban aterrorizados, al saber que estaban tratando con el único Dios verdadero. “¿Por qué has hecho esto? Fue una pregunta retórica, queriendo decir: “¿Jonás, qué te pasa? ¡Te atreviste a desobedecer al Señor! ¿Cómo has traído todo este problema sobre nosotros y sobre ti mismo pensando que podías huir de Jehová que está en todas partes?” La respuesta de Jonás no se encuentra registrada. Sin duda no tenía ninguna, y sólo agachó la cabeza en señal de vergüenza.

Inicialmente, la respuesta de Jonás a la siguiente pregunta de los marineros los sorprende. “Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará”. ¿Estaba Jonás ofreciendo suicidarse por causa de los otros? ¿Estaba practicando fatalismo: “Si me ha llegado la hora, moriré; si no, no”?

El resto de la respuesta nos da la explicación. “Yo sé que por mi causa ha venido esta tempestad sobre vosotros”. De alguna manera, tal vez por los reproches de los marineros, Jehová despertó la conciencia dormida de Jonás y lo corrigió. Aquí está la primera señal de su arrepentimiento, el franco reconocimiento de su culpa. También supo que la muerte era un castigo adecuado a su desobediencia pecaminosa, pero sólo si era la voluntad de Jehová.

El profeta no saltó al agua, como sugirieron algunos comentaristas que debió hacer; sabía perfectamente que su vida no era de él. Lo que movió a Jonás a decir: “Echadme el mar”, no fue un deseo de muerte suicida, ni fatalismo, sino sólo la fe. Ya no estaba huyendo de Jehová; ahora deseaba entregarse totalmente, en cuerpo y alma, a la voluntad y al cuidado misericordioso de Jehová. Jonás deseaba sacrificarse por causa de otros.


La fe de los marineros ( Jonás1:13–16 )

Jonás 1:13–16. 
Al negarse a echar a Jonás al agua como él lo había ordenado, los marineros mostraron mayor compasión por la vida humana que cuando Jonás se negó a ir a predicarles arrepentimiento a los ninivitas. Pero cuando los valientes esfuerzos de remar hacia un lugar seguro, fueron inútiles y la tempestad se intensificó, los marineros se dieron cuenta de que su única seguridad estaba en las manos y en la voluntad de su recién hallado Dios.

En contraste con la previa oración frenética que elevaron a sus dioses falsos, ahora los marineros oraron al Señor con un grado notable de confianza y fe, diciendo efectivamente: “Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente” (v. 14, NVI). 

Aunque sabían que Jonás era culpable delante de Dios, ellos lo consideraban inocente porque sentían que no los había lastimado. Por naturaleza, la mayoría de las personas saben que el asesinato es malo, pero la conveniencia de escoger el menor de dos males, se utiliza corrientemente para justificar un asesinato, como el aborto. Pero no fue así con los marineros; su conocimiento natural de la ley fue ahora agudizado por su recién creada fe en Jehová. Echar a Jonás al agua era aborrecible e imposible a menos que Jehová los absolviera de toda culpa.

Cuando echaron a Jonás al agua, la violenta tempestad se detuvo tan repentinamente como había comenzado. ¿Un milagro de Jehová? ¡Desde luego! Este fue un caso de “el viento de tempestad que ejecuta su palabra” (Salmo 148:8). Los marineros lo reconocieron: “Y sintieron aquellos hombres gran temor por Jehová”. No fue el temor de un esclavo que se doblega en terror ante el látigo de un amo cruel, sino el temor reverente, el respeto reverente y profundo, de un niño agradecido delante de su padre amoroso. La palabra hebrea para “ellos temieron a Jehová” significa que ellos lo adoran en grata adoración por su misericordia al calmar la tempestad y salvar sus vidas.

Esos marineros fenicios inicialmente paganos estaban mostrando su nueva fe en el Señor, una fe que se dirige a él por su nombre del pacto de amor salvador y de misericordia, el Señor* Jehová, Yahveh; la fe que reconoce el poder soberano del Señor y que se somete a su voluntad. Y, en esa fe, ellos “le ofrecieron sacrificio” de acción de gracias a Jehová, utilizando cualquier cosa de valor que todavía tuvieran a bordo del barco, “y le hicieron votos” de adicional lealtad y servicio a su Señor.

Entre los milagros que se narran en la historia de Jonás, la conversión de los marineros debe estar en una posición muy alta. Ahí estaba Jonás huyendo de Jehová porque no quería compartir la misericordia de Dios con los ninivitas paganos, compartiendo esa misericordia con los marineros paganos. ¡Oh, la asombrosa gracia de Dios, que utiliza un profeta fugitivo para la evangelización! Después de todo también hay esperanza para nosotros, respecto a nuestros esfuerzos en ocasiones vacilantes, aún renuentes a dar testimonio de nuestra fe.

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viernes, 1 de noviembre de 2013

La desobediencia: Un pecado que arruinó nuestro estado virginal

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Desobediencia
Sinopsis
Rehusarse a obedecer a alguien, especialmente alguien en una posición de autoridad. Las Escrituras insisten en la necesidad de obedecer a Dios todo el tiempo.
La desobediencia entra en el corazón de las personas por varias razones
Desobediencia viene por la avaricia y la lujuria
Génesis 3.6 (RVA) — 6 Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió.
Génesis 3.11–12 (RVA) — 11 Le preguntó Dios: —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieses? 12 El hombre respondió: —La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.
Éxodo 16.19–20 (RVA) — 19 Y Moisés les dijo: —Ninguno guarde nada de ello hasta el día siguiente. 20 Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos.
Josué 7.20–21 (RVA) — 20 Acán respondió a Josué diciendo: —Verdaderamente yo he pecado contra Jehovah Dios de Israel, y he hecho así y así: 21 Vi entre el botín un manto babilónico muy bueno, 200 siclos de plata y un lingote de oro de 50 siclos de peso, lo cual codicié y tomé. Todo ello está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero está debajo de ello.
2º Samuel 11.2–4 (RVA) — 2 Y sucedió que al atardecer David se levantó de su cama y se paseaba por la azotea del palacio, cuando vio desde la azotea a una mujer que se estaba bañando. Y la mujer era muy bella. 3 David mandó preguntar por la mujer, y alguien le dijo: —¿No es ésta Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías el heteo? 4 David envió mensajeros y la tomó. Cuando ella vino a él, él se acostó con ella, que estaba purificándose de su impureza. Entonces ella regresó a su casa.
Desobediencia surge por la impaciencia
Éxodo 32.23 (RVA) — 23 Ellos me dijeron: "Haz para nosotros dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido."
Ver también Nm 20.10–11 ; 1 Sm 13.8–14
Números 20.10–11 (RVA) — 10 Luego Moisés y Aarón reunieron a la congregación delante de la roca, y él les dijo: —¡Escuchad, rebeldes! ¿Sacaremos para vosotros agua de esta roca? 11 Entonces Moisés levantó su mano y golpeó la roca con su vara dos veces. Y salió agua abundante, de modo que bebieron la congregación y su ganado.
1º Samuel 13.8–14 (RVA) — 8 El esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había señalado. Pero como Samuel no venía a Gilgal y el pueblo se le dispersaba, 9 Saúl dijo: —Traedme el holocausto y los sacrificios de paz. El ofreció el holocausto. 10 Y sucedió que al acabar de ofrecer el holocausto, he aquí que venía Samuel. Saúl le salió al encuentro para saludarle,11 y Samuel le preguntó: —¿Qué has hecho? Saúl respondió: —Cuando vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no venías en el plazo señalado y que los filisteos estaban reuniéndose en Micmas, 12 entonces pensé: "Los filisteos descenderán ahora a Gilgal contra mí, y yo no he implorado el favor de Jehovah." Por eso me vi forzado y ofrecí el holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: —Has actuado torpemente. No guardaste el mandamiento que Jehovah tu Dios te dio. ¡Pues ahora Jehovah hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre! 14 Pero ahora tu reino no será duradero. Jehovah se ha buscado un hombre según su corazón, a quien Jehovah ha designado como el soberano de su pueblo, porque tú no has guardado lo que Jehovah te mandó.
Desobediencia viene por el temor
Jeremías 43.2–7 (RVA) — 2 Azarías hijo de Osaías, Johanán hijo de Carea y todos los hombres arrogantes dijeron a Jeremías: —¡Dices mentiras! No te ha enviado Jehovah nuestro Dios, para decir: "No entréis a Egipto para residir allí"; 3 sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en mano de los caldeos, a fin de que nos maten o que nos lleven cautivos a Babilonia. 4 Así que Johanán hijo de Carea, todos los oficiales de los soldados y todo el pueblo no obedecieron la voz de Jehovah, para quedarse en la tierra de Judá. 5 Más bien, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados tomaron a todo el remanente de Judá (los que habían regresado, para residir en la tierra de Judá, de todas las naciones a donde habían sido echados), 6 a hombres, a mujeres, a niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nabuzaradán, el capitán de la guardia, había dejado con Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías. 7 Entraron en la tierra de Egipto, porque no obedecieron la voz de Jehovah; y llegaron hasta Tafnes.
Juan 7.13 (RVA) — 13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él, por miedo de los judíos.
Juan 12.42 (RVA) — 42 No obstante, aun de entre los dirigentes, muchos creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Gálatas 2.12 (RVA) — 12 Pues antes que viniesen ciertas personas de parte de Jacobo, él comía con los gentiles; pero cuando llegaron, se retraía y apartaba, temiendo a los de la circuncisión.
Desobediencia es el resultado del orgullo y la arrogancia
Levítico 10.1 (RVA) — 1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante de Jehovah fuego extraño que él no les había mandado.
Ver también Éx 5.2 ; 2 Cr 26.16
Éxodo 5.2 (RVA) — 2 Pero el faraón respondió: —¿Quién es Jehovah para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehovah, ni tampoco dejaré ir a Israel.
2º Crónicas 26.16 (RVA) — 16 Cuando Uzías se hizo fuerte, su corazón se enalteció hasta corromperse. El actuó con infidelidad contra Jehovah su Dios y entró en la casa de Jehovah para quemar incienso en el altar del incienso.
Incredulidad es desobediencia
Hebreos 3.12 (RVA) — 12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros un corazón malo de incredulidad que os aparte del Dios vivo.
Ver también Jr 7.23–28 ; Ro 11.30–32 Ro 11:20 hace claro que la desobediencia de la que habla aquí es la incredulidad ; He 3.18–19 ; He 4.2 ; He 4.6
Jeremías 7.23–28 (RVA) — 23 Más bien, les mandé esto diciendo: ’Escuchad mi voz; y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Andad en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien.’24 Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante. 25 Desde el día en que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta este día, os envié todos mis siervos los profetas, persistentemente, día tras día. 26 Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; más bien, endurecieron su cerviz y actuaron peor que sus padres. 27 "Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás, pero no te responderán. 28 Por tanto, les dirás: ’Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehovah su Dios ni aceptó la corrección. La fidelidad se ha perdido; ha sido eliminada de sus bocas.’
Romanos 11.30–32 (RVA) — 30 De igual manera, vosotros en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos. 31 Asimismo, ellos han sido desobedientes en este tiempo, para que por la misericordia concedida a vosotros, también a ellos les sea ahora concedida misericordia. 32 Porque Dios encerró a todos bajo desobediencia, para tener misericordia de todos.
Hebreos 3.18–19 (RVA) — 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que no obedecieron? 19 Y vemos que ellos no pudieron entrar debido a su incredulidad.
Hebreos 4.2 (RVA) — 2 Porque también a nosotros, como a ellos, nos han sido anunciadas las buenas nuevas; pero a ellos de nada les aprovechó oír la palabra, porque no se identificaron por fe con los que la obedecieron.
Hebreos 4.6 (RVA) — 6 Puesto que falta que algunos entren en el reposo, ya que aquellos a quienes primero les fue anunciado no entraron a causa de la desobediencia,
Falta de amor es desobediencia
Juan 14.24 (RVA) — 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me envió.
Ver también 1 Jn 2.9 ; 1 Jn 3.15
1 Juan 2.9 (RVA) — 9 El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está en tinieblas todavía.
1 Juan 3.15 (RVA) — 15 Todo aquel que odia a su hermano es homicida, y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciendo en él.
Desobediencia a Dios lleva al castigo
Castigo se aplica a individuos
Génesis 3.17–19 (RVA) — 17 Y al hombre dijo: —Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: "No comas de él", sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.
Génesis 3.23–24 (RVA) — 23 Y Jehovah Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida.
Levítico 10.1–2 (RVA) — 1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante de Jehovah fuego extraño que él no les había mandado. 2 Entonces salió fuego de la presencia de Jehovah y los consumió. Y murieron delante de Jehovah.
Números 20.12 (RVA) — 12 Luego Jehovah dijo a Moisés y a Aarón: —Por cuanto no creísteis en mí, para tratarme como santo ante los ojos de los hijos de Israel, por eso vosotros no introduciréis esta congregación en la tierra que les he dado.
1º Samuel 28.18 (RVA) — 18 porque no obedeciste la voz de Jehovah ni ejecutaste el ardor de su ira contra Amalec. Por eso Jehovah te ha hecho esto hoy.
2º Samuel 12.14 (RVA) — 14 Pero como en este asunto has hecho blasfemar a los enemigos de Jehovah, el hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente.
Jonás 1.10–12 (RVA) — 10 Aquellos hombres temieron muchísimo y le preguntaron: —¿Por qué has hecho esto? Pues entendieron que huía de la presencia de Jehovah, ya que él se lo había declarado. 11 Y le preguntaron: —¿Qué haremos contigo para que el mar se nos calme? Porque el mar se embravecía más y más. 12 Y él respondió: —Levantadme y echadme al mar, y se os calmará; pues yo sé que por mi causa os ha sobrevenido esta gran tempestad.
Efesios 5.5–6 (RVA) — 5 Porque esto lo sabéis muy bien: que ningún inmoral ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con vanas palabras, porque a causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
Castigo por la desobediencia de la incredulidad
2 Tesalonicenses 1.8–9 (RVA) — 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no han conocido a Dios y a los que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús.9 Ellos serán castigados con eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
Ver también He 2.2–3
Hebreos 2.2–3 (RVA) — 2 Pues si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación, que al principio fue declarada por el Señor, nos fue confirmada por medio de los que oyeron,
Naciones que son castigadas
Génesis 15.14 (RVA) — 14 Pero yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después de esto saldrán con grandes riquezas.
Ver también Hch 7.7
Hechos de los Apóstoles 7.7 (RVA) — 7 "Pero yo juzgaré a la nación a la cual sirvan", dijo Dios, " y después de esto saldrán y me rendirán culto en este lugar."
Deuteronomio 11.26–28 (RVA) — 26 "Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27 la bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios que yo os mando hoy; 28 y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que yo os mando hoy, para ir en pos de otros dioses que no habéis conocido.
Ver también Éx 32.35 ; Dt 28.15 ; Is 13.11
Éxodo 32.35 (RVA) — 35 Y Jehovah hirió al pueblo con una plaga por lo que habían hecho con el becerro que Aarón formó.
Deuteronomio 28.15 (RVA) — 15 "Pero si no escuchas la voz de Jehovah tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:
Isaías 13.11 (RVA) — 11 "Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad. Haré que cese la arrogancia de los soberbios, y humillaré la altivez de los tiranos.
Desobediencia, como todos los pecados, puede ser perdonada
Romanos 5.19 (RVA) — 19 Porque como por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.
Ver también Ef 2.1–5
Efesios 2.1–5 (RVA) — 1 En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo y al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia. 3 En otro tiempo todos nosotros vivimos entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y por naturaleza éramos hijos de ira, como los demás. 4 Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!


Agradando a Dios: Un estudio muy importante para el cristiano

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Agradando a Dios
Sinopsis
Un aspecto esencial en la vida de los creyentes que es más que materia de observación externa, sino un compromiso total y sincero con Dios.
Agradar a Dios es un mandamiento
Romanos 12.1 (RVA) — 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2 Corintios 5.9 (RVA) — 9 Por lo tanto, estemos presentes o ausentes, nuestro anhelo es serle agradables.
Gálatas 6.8 (RVA) — 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
Colosenses 1.10 (RVA) — 10 para que andéis como es digno del Señor, a fin de agradarle en todo; de manera que produzcáis fruto en toda buena obra y que crezcáis en el conocimiento de Dios;
Colosenses 3.20 (RVA) — 20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto es agradable en el Señor.
1 Tesalonicenses 4.1 (RVA) — 1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que conforme aprendisteis de nosotros acerca de cómo os conviene andar y agradar a Dios, tal como estáis andando, así sigáis progresando cada vez más.
1 Timoteo 2.1–3 (RVA) — 1 Por esto exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y reposada en toda piedad y dignidad. 3 Esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador,
1 Timoteo 5.4 (RVA) — 4 Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, que aprendan primero a ser piadosos con los de su propia casa y a recompensar a sus padres, porque esto es aceptable delante de Dios.
Es más importante agradar a Dios que agradar a la gente
Gálatas 1.10 (RVA) — 10 ¿Busco ahora convencer a los hombres, o a Dios? ¿Será que busco agradar a los hombres? Si yo todavía tratara de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Gálatas 1.15–16 (RVA) — 15 Pero cuando Dios -quien me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia- tuvo a bien 16 revelar a su Hijo en mí para que yo lo anunciase entre los gentiles, no consulté de inmediato con ningún hombre
1 Tesalonicenses 2.4 (RVA) — 4 Más bien, según fuimos aprobados por Dios para ser encomendados con el evangelio, así hablamos; no como quienes buscan agradar a los hombres, sino a Dios quien examina nuestros corazones.
Agradar a Dios involucra actitudes internas, no simplemente observancia externa
1º Crónicas 29.17 (RVA) — 17 Yo sé, oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto. Y ahora he visto con alegría que tu pueblo que se encuentra aquí ha dado para ti espontáneamente.
Salmo 5.4 (RVA) — 4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la perversidad; la maldad no habitará junto a ti.
Salmo 69.30–31 (RVA) — 30 Alabaré con cánticos el nombre de Dios; lo exaltaré con acciones de gracias. 31 Esto agradará a Jehovah más que sacrificios de toros o de novillos que echan cuernos y pezuñas.
Salmo 147.10–11 (RVA) — 10 No se deleita en la fuerza del caballo, ni se complace en los músculos del hombre. 11 Jehovah se complace en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.
Salmo 149.4 (RVA) — 4 Porque Jehovah se agrada de su pueblo, a los humildes adornará con salvación.
Proverbios 11.20 (RVA) — 20 Abominación le son a Jehovah los perversos de corazón, pero los íntegros de camino le son agradables.
Proverbios 12.22 (RVA) — 22 Los labios mentirosos son abominación a Jehovah, pero le agradan los que actúan con verdad.
Proverbios 15.8 (RVA) — 8 El sacrificio de los impíos es una abominación a Jehovah, pero la oración de los rectos le agrada.
Eclesiastés 5.4 (RVA) — 4 Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo; porque él no se complace en los necios. Cumple lo que prometes.
Isaías 1.11–13 (RVA) — 11 Dice Jehovah: "¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos. 12 Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios? 13 No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Ezequiel 18.23 (RVA) — 23 ¿Acaso quiero yo la muerte del impío?, dice el Señor Jehovah. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos?
Ezequiel 33.11 (RVA) — 11 Diles: ¡Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva!, dice el Señor Jehovah. ¡Apartaos, apartaos de vuestros malos caminos! ¿Por qué moriréis, oh casa de Israel?
Hageo 1.7 (RVA) — 7 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "Reflexionad acerca de vuestros caminos.
Malaquías 2.13–14 (RVA) — 13 "Y esto habéis hecho de nuevo: Cubrís el altar de Jehovah con lágrimas, con llanto y con suspiros, porque ya no miro las ofrendas ni las acepto con gusto de vuestra mano. 14 Y decís: ’¿Por qué?’ Porque Jehovah ha sido testigo entre ti y la mujer de tu juventud, a la cual has traicionado, a pesar de ser ella tu compañera y la mujer de tu pacto.
Romanos 8.8 (RVA) — 8 Así que, los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Gálatas 1.10 (RVA) — 10 ¿Busco ahora convencer a los hombres, o a Dios? ¿Será que busco agradar a los hombres? Si yo todavía tratara de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
1 Tesalonicenses 2.4 (RVA) — 4 Más bien, según fuimos aprobados por Dios para ser encomendados con el evangelio, así hablamos; no como quienes buscan agradar a los hombres, sino a Dios quien examina nuestros corazones.
Hebreos 11.6 (RVA) — 6 Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.
Los sacrificios y deberes agradan a Dios cuando son llevados a cabo con actitud correcta
Éxodo 29.18 (RVA) — 18 Harás arder todo el carnero sobre el altar. Es holocausto de grato olor a Jehovah, ofrenda quemada a Jehovah.
Éxodo 29.25 (RVA) — 25 Después las tomarás de sus manos y las harás arder en el altar, sobre el holocausto, como grato olor delante de Jehovah. Es una ofrenda quemada a Jehovah.
Éxodo 29.41 (RVA) — 41 "Ofrecerás el otro cordero al atardecer. Con él presentarás una ofrenda vegetal como la de la mañana, y del mismo modo su libación, como grato olor. Es una ofrenda quemada a Jehovah.
Levítico 1.9 (RVA) — 9 Y el sacerdote lavará con agua las vísceras y las piernas, y las hará arder todas sobre el altar. Es un holocausto, una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.
Levítico 3.5 (RVA) — 5 Los hijos de Aarón los harán arder en el altar, sobre el holocausto que está encima de la leña, en el fuego. Es una ofrenda quemada de grato olor a Jehovah.
Números 15.3 (RVA) — 3 presentaréis una ofrenda quemada del ganado vacuno o del ganado ovino, como grato olor a Jehovah, en holocausto o sacrificio por un voto especial, o como sacrificio voluntario, o por vuestras festividades.
Números 29.2 (RVA) — 2 "Como holocausto de grato olor a Jehovah ofreceréis un novillo, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto.
Esdras 6.10 (RVA) — 10 para que ofrezcan sacrificios de grato olor al Dios de los cielos y oren por la vida del rey y de sus hijos.
Hebreos 13.16 (RVA) — 16 No os olvidéis de hacer el bien y de compartir lo que tenéis, porque tales sacrificios agradan a Dios.
Resultados de agradar a Dios
Salmo 37.23 (RVA) — 23 Por Jehovah son afirmados los pasos del hombre, y él se complacerá en su camino.
Ver también 1 Re 10.9 ; Job 33.26 ; Pr 16.7 ; Ec 2.26 ; Ec 7.26
1º Reyes 10.9 (RVA) — 9 ¡Bendito sea Jehovah tu Dios, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel! Por causa del eterno amor que Jehovah tiene por Israel, te ha constituido rey, a fin de que practiques el derecho y la justicia."
Job 33.26 (RVA) — 26 Oraría a Dios, y le sería favorable. Vería su rostro con gritos de júbilo, y Dios restituiría al hombre su justicia.
Proverbios 16.7 (RVA) — 7 Cuando los caminos del hombre le agradan a Jehovah, aun a sus enemigos reconciliará con él.
Eclesiastés 2.26 (RVA) — 26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, conocimiento y alegría; pero al pecador le da la tarea de acumular y amontonar, para que lo deje al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Eclesiastés 7.26 (RVA) — 26 Y yo he hallado más amarga que la muerte a la mujer que es una trampa, cuyo corazón es una red y cuyas manos son ataduras. El que agrada a Dios escapará de ella, pero el pecador quedará atrapado por ella.
Ejemplos de acciones que agradan a Dios
Oración
Proverbios 15.8 (RVA) — 8 El sacrificio de los impíos es una abominación a Jehovah, pero la oración de los rectos le agrada.
Hacer la voluntad de Dios
Hebreos 13.20–21 (RVA) — 20 Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, 21 os haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Ver también Mt 7.21 ; Ef 6.6 ; 1 Jn 2.17
Mateo 7.21 (RVA) — 21 "No todo el que me dice ’Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Efesios 6.6 (RVA) — 6 no sirviendo sólo cuando se os esté mirando, como los que quieren quedar bien con los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios con ánimo.
1 Juan 2.17 (RVA) — 17 Y el mundo está pasando, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Ejemplos de aquellos preocupados en agradar a Dios con sus acciones
Nehemías 5.19 (RVA) — 19 ¡Acuérdate de mí para bien, oh Dios mío, de todo lo que he hecho por este pueblo!
Éxodo 32.11 (RVA) — 11 Entonces Moisés imploró el favor de Jehovah su Dios, diciendo: —Oh Jehovah, ¿por qué se ha de encender tu furor contra tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto con gran fuerza y con mano poderosa?
Nehemías 13.31 (RVA) — 31 Dispuse lo necesario para la ofrenda de leña en los tiempos señalados y para las primicias. ¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para bien!
Salmo 90.17 (RVA) — 17 Sea sobre nosotros la gracia de Jehovah nuestro Dios. La obra de nuestras manos confirma entre nosotros; sí, confirma la obra de nuestras manos.
Salmo 104.34 (RVA) — 34 Que mi meditación le sea grata, y que yo me alegre en Jehovah.
Daniel 9.17 (RVA) — 17 Ahora pues, oh Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus ruegos, y por amor de ti mismo, oh Señor, haz que resplandezca tu rostro sobre tu santuario desolado.
Ejemplos de personas que agradan a Dios
El ejemplo de Jesús
Mateo 3.17 (RVA) — 17 Y he aquí, una voz de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia."
Ver también Mt 17.5 ; Jn 5.30 ; Jn 8.29 ; Col 1.19 ; 2 P 1.17
Mateo 17.5 (RVA) — 5 Mientras él aún hablaba, de pronto una nube brillante les hizo sombra, y he aquí salió una voz de la nube diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. A él oíd."
Juan 5.30 (RVA) — 30 Yo no puedo hacer nada de mí mismo. Como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco la voluntad mía, sino la voluntad del que me envió.
Juan 8.29 (RVA) — 29 Porque el que me envió, conmigo está. El Padre no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él.
Colosenses 1.19 (RVA) — 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
2 Pedro 1.17 (RVA) — 17 Porque al recibir de parte de Dios Padre honra y gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia."
Otros ejemplos
Gn 6.8 Noé
Génesis 6.8 (RVA) — 8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehovah.
Moisés:
Éxodo 33.12–13 (RVA) — 12 Moisés dijo a Jehovah: —Mira, tú me dices a mí: "Saca a este pueblo." Pero tú no me has dado a conocer a quién has de enviar conmigo. Sin embargo, dices: "Yo te he conocido por tu nombre y también has hallado gracia ante mis ojos." 13 Ahora, si he hallado gracia ante tus ojos, por favor muéstrame tu camino, para que te conozca y halle gracia ante tus ojos; considera también que esta gente es tu pueblo.
Éxodo 33.17 (RVA) — 17 Jehovah dijo a Moisés: —También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he conocido por tu nombre.
Dt 33.23 Neftalí; 1 Sm 2.26 Samuel; 1 Re 3.10 Salomón; Lc 1.30 María; He 11.5 Enoc
Deuteronomio 33.23 (RVA) — 23 Dijo acerca de Neftalí: "Neftalí, satisfecho con favores y lleno de las bendiciones de Jehovah, posee la región del mar y del sur."
1º Samuel 2.26 (RVA) — 26 Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
1º Reyes 3.10 (RVA) — 10 Pareció bien al Señor que Salomón pidiese esto.
Lucas 1.30 (RVA) — 30 Entonces el ángel le dijo: —¡No temas, María! Porque has hallado gracia ante Dios.
Hebreos 11.5 (RVA) — 5 Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte y no fue hallado, porque Dios le había trasladado. Antes de su traslado, recibió testimonio de haber agradado a Dios.


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