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lunes, 23 de mayo de 2016

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida... Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Dios confronta al necio


Se entregaron a la inmoralidad, son insaciables

...y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. Efe. 4:19 LBLA
 ____________________________________________________

Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes. Efe. 4:19 NVI

“Toda clase de impurezas” se refiere a la amplia diversidad de pecados sexuales que representan tentaciones en la vida del hombre. Desafortunadamente, algunos de ellos son
motivo de atracción y tentación también para los siervos de Dios. En este capítulo veremos algunas de las formas en las que el pecado sexual se presenta, con el fin de conocer las características de cada una y de ver cómo nosotros, como creyentes en Cristo, podemos repeler sus influencias destructivas.

Fornicación.
El vocablo griego porneia, deriva de porne (prostituta). Bíblicamente, es un término general que abarca toda clase de conducta sexual inmoral incluyendo:

  • relaciones sexuales prematrimoniales, 
  • homosexualidad, 
  • prostitución (de hombres o mujeres), 
  • pornografía, 
  • incesto, 
  • adulterio, 
  • lascivia, etc.

La palabra fornicación también se usa comúnmente para referirse a las relaciones sexuales entre solteros.

Se practica por no contener las pasiones antes de su matrimonio o, como en algunos casos, por puro placer y “diversión”.

Esto refleja el espíritu de este siglo, llamado “la nueva moralidad”, o “revolución sexual”. Este concepto de sexualidad rechaza como anticuada toda ley moral en cuanto a la vida sexual, y demanda total libertad para participar en todo tipo de acto sexual, libre y sin restricción.

El fruto ha sido miles de jóvenes embarazadas, bebés nacidos fuera del matrimonio (muchos sin padre), vidas quebrantadas y confundidas, enfermedades sexuales transmitidas, y la proliferación del aborto.

El resultado incluye a muchos jóvenes varones que engendran hijos, pero no saben ser padres responsables.

Un nuevo hogar, formado sobre el “fundamento” de la inmoralidad, tiene poca probabilidad de ser un hogar estable y duradero.

Jóvenes que practican la inmoralidad durante su vida de solteros están más propensos a ser infieles a su cónyuge una vez que se casan. En un sentido, la inmoralidad es infidelidad a la futura cónyuge.

Las “aventuras”.
Antes de exponer las distintas clases de aventuras, es importante ver algunos hechos fundamentales acerca de ellas y las relaciones indebidas que se presentan.

Una aventura ocurre cuando hay una relación o lazo emocional o físico entre dos personas, y cuando por lo menos una de ellas es casada. La relación es ilícita porque involucra la infidelidad al, o a la cónyuge.

Adulterio es la violación de votos y promesas de fidelidad y exclusividad. Significa infidelidad o deslealtad al, o a la cónyuge, traicionar los votos hechos al iniciar la vida matrimonial.

Al tener relaciones sexuales extramaritales, uno es infiel a sus promesas de proteger, cuidar y amar exclusivamente a su cónyuge.

El término también se usa en La Biblia en sentido espiritual para referirse a la infidelidad a Dios por parte de su pueblo.

Por ejemplo, Santiago 4:4 dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.

Aunque la mayoría de los casos de adulterio ocurre entre hombres casados y mujeres solteras, el adulterio puede suceder en una diversidad de situaciones.

La Biblia describe el adulterio como traición al pacto de matrimonio que un varón hace con su mujer.
Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto... Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” (Malaquías 2:14–15).

Véase también Proverbios 2:16–17, donde, en este caso, es la mujer quien viola el pacto matrimonial que hizo con su marido.

En Jeremías 29:21–23, el adulterio era una de las causas de la cautividad en Babilonia: “...porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus
prójimos...” (v.23).

Éxodo 20:14 revela que la prohibición del adulterio constituye uno de los Diez Mandamientos
de Dios, dados al principio de la vida de Israel como nación.

Hay varios tipos de “aventuras”:
  • La aventura prolongada o continua. Puede durar semanas, meses o, en casos raros, años. Se forman lazos más allá de lo emocional, e incluyen relaciones íntimas como si fueran varón y esposa.
  • La aventura de “una sola noche”. Ocurre en un  momento de tentación con una persona, y las pasiones no controladas dan lugar a un encuentro sexual. Sea que lo busque el varón, o sea seducido, el resultado es el mismo: una caída en el abismo del pecado sexual. A veces ocurre en una sola ocasión. En otros casos, la aventura de una sola noche se repite muchas veces, con diferentes personas. Se ha dicho que hay personas “adictas” a las aventuras de una sola noche. Un hombre que practicaba este estilo de vida “disfrutó” de otra noche de placer sexual con una mujer que recién había conocido. Cuando despertó a la mañana siguiente, descubrió que su “amante” se había ido. En el espejo, escritas con pintura de labios, encontró las palabras: “Bienvenido al mundo del SIDA”.
  • Adulterio emocional o mental. Se parece a las fantasías porque se trata de algo que sucede en la mente de una persona, no en el mundo físico. Se disfrutade una relación ilícita con una persona en la imaginación. Se piensa mucho en la persona, se imaginan escenas románticas con ella, incluyendo relaciones sexuales. Cristo habló de esto en Mateo 5:28 cuando dijo: “Yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Por eso La Biblia hace mucho énfasis en la necesidad de controlar nuestros pensamientos: “... derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento (Palabra) de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor. 10:5). Hay personas que no están dispuestas a cruzar la línea e ir “tan lejos”, o sus circunstancias les impiden practicar el adulterio físico. Sin embargo, lo cometen en el corazón, quizá porque piensan que “no habrá consecuencias” (como cuando es físico). O bien aceptan que es la única forma en la cual pueden disfrutar la relación romántica deseada en su corazón. Puede vivirla un soltero con una mujer casada, o un hombre casado con otra mujer, soltera o casada. El adulterio emocional o mental: 

  1. demuestra que el matrimonio de la persona (si está casada) no es saludable. Algo anda mal en su relación con su cónyuge. Fantasear con una relación ilícita no arregla el problema. Es sólo fantasía que provee un escape del aburrimiento u otros problemas en su matrimonio.
  2. indica que algo está mal en el propio corazón. Si deseamos algo que Dios prohíbe, es indicio de un espíritu de rebelión puesto de manifiesto en nosotros. Llegamos a creer que el estado en el que Dios nos permite vivir (soltería, matrimonio, etc.) no es de nuestro agrado, y buscamos algo más allá de lo que él nos concede. Este fue el engaño que la serpiente le vendió a Eva en el Edén: “Dios no te dio lo que mereces, él te ha defraudado, lo que tienes no es lo que podrías y debes tener; la esposa (o el esposo) que tienes no es lo que tú necesitas; tú mereces más”. De pronto creemos esta mentira, pensando que lo que tenemos (matrimonio, cónyuge, etc.) no es ni apropiado ni suficiente. Pensamos que hemos sido “defraudados”, por lo tanto buscamos algo más, lo que realmente “merecemos”. Y, como Eva, caemos en la trampa. El adulterio emocional o mental, entonces, no es ni más ni menos que la búsqueda de algo no dado por Dios, pero que codiciamos. La lista de los Diez Mandamientos prohíbe primero el adulterio (7º mandamiento), y luego prohíbe el deseo por la mujer de otro hombre: “No codiciarás... la mujer de tu prójimo” (10º mandamiento). El deseo de tener algo más allá de lo que Dios nos ha dado como cónyuge, matrimonio, etc., es una señal de la rebeldía del hombre hacia Dios: el deseo de seguir el propio camino, decidir lo que es mejor para uno y, en fin, vivir una vida independiente de Dios.
  3. El adulterio emocional o mental puede ocurrir en las amistades surgidas entre un varón y una mujer. Cuando alcanzan cierto nivel, la cercanía creada por su amistad da lugar a un ambiente de confianza en el que uno comparte problemas y asuntos personales con el otro. Esto da lugar a una intimidad emocional, la cual, como dijimos antes, está a un paso de la intimidad física. Se trata de una intimidad falsa y preocupante, porque reemplaza la intimidad emocional que uno debe experimentar únicamente con su cónyuge. Una relación de amistad con una persona del sexo opuesto no es necesariamente inapropiada, pero sí debemos actuar con mucha cautela y precaución para evitar que se pase de la raya y se convierta en una relación indebida. Esto ha ocurrido en miles de casos.
  4. Una aventura mental puede abrir la puerta y preparar el camino para el adulterio físico. Existe la ley de rendimientos decrecientes. Cuando el cigarrillo ya no satisface, la persona busca la marijuana. Cuando ésta ya no produce el éxtasis de antes, se busca algo más fuerte, por ejemplo, la cocaína. Cuando la cerveza no deleita como antes, uno busca una bebida alcohólica más fuerte para lograr el mismo efecto. Lo mismo sucede en la relación entre un hombre y una mujer que ha dejado de ser una simple amistad. Las conversaciones y sentimientos se convierten en contactos más serios: la amistad llega a ser cariño, el cariño se convierte en caricias, y las caricias en acto sexual. El pecado sexual requiere “dosis” cada vez más fuertes, y siempre nos lleva más allá de donde pensábamos llegar. La pureza moral que Dios espera de nosotros empieza en el corazón. No sólo el área de lo físico debe mantenerse pura y “el lecho sin mancilla” (Heb. 13:4), sino también la arena de los pensamientos debe ser guardada como terreno sagrado e inviolable. A veces el adulterio emocional o mental incluye “conversaciones inocentes” con la persona que atrae nuestro corazón. Pensamos que si no hay contacto físico o sexual con la persona, no cometemos ninguna falta. Sin embargo, si en la mente damos lugar a pensamientos impropios o experimentamos emociones indebidas o compartimos cosas íntimas que se deben reservar única y exclusivamente para nuestro cónyuge, violamos los límites que protegen el matrimonio. Jesús confirma que es posible cometer adulterio en nuestro corazón. Por eso La Biblia nos amonesta en Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida”. Sabio es el que guarda su corazón de ésta y toda expresión de inmoralidad. 
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viernes, 2 de octubre de 2015

¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, Generación de perversos, hijos depravados! Abandonaron a YHVH, despreciaron al Santo de Israel y se volvieron atrás.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
Nadine y sus jugadas - Baja aprobación de Ollanta Humala





PREPARÁNDONOS PARA CONFECCIONAR NUESTRO SERMÓN
ISAÍAS 1:1-9
Acerca de Israel

    1      Visión de Isaías ben Amoz, que vio sobre Judá y Jerusalem en días de Uzías,                       de Jotam, de Acaz y de Ezequías, reyes de Judá.
    2      ¡Oíd, cielos, y tú, tierra, escucha, que habla YHVH!
            Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí.
    3      El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor,
            Pero Israel no me conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.
    4      ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad,
            Generación de perversos, hijos depravados!
            Abandonaron a YHVH, despreciaron al Santo de Israel y se volvieron atrás.
    5      ¿Dónde seguiros hiriendo si os seguís rebelando?
            Toda la cabeza está enferma, y el corazón, agotado.
    6      Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay nada sano,
            Solo llaga, contusión, y heridas supurantes,
            No drenadas ni vendadas, ni aliviadas con ungüento.
    7      Vuestra tierra está asolada, vuestras ciudades incendiadas,
            Vuestro país, devorado ante vosotros mismos;
            Desolado, como la desolación que causan los extraños.
    8      La hija de Sión ha quedado como cobertizo de viñedo,
            Como choza de melonar, como ciudad sitiada.
    9      Si YHVH Sebaot no nos hubiera dejado un pequeño remanente,
            Habríamos llegado a ser como Sodoma, semejantes a Gomorra.

Torpeza moral ( Isaías 1:2–9 )

Aquí el Dios eterno clama ante el universo entero contra su pueblo torpe y desobediente. Los cielos y la tierra (2) son convocados a escuchar la divina acusación. El pecado tiene significación cósmica; y debido a él la naturaleza está bajo maldición. Por lo tanto, Isaías no es el primero en llamar a los cielos y tierra como testigos de la acusación de Dios a los pecadores (cf. Dt. 30:19; 32:1; Sal. 50:1–6; Mi. 1:2; 6:1–2).

Isaías describe a Dios como un padre cuyos hijos… se rebelaron contra su progenitor (2). Por otro lado, contrasta a Israel con las bestias de carga que al menos saben de dónde viene su alimento y el camino hacia el pesebre de sus amos. La falta de discernimiento del pueblo es tal que Dios se lamenta: Mi pueblo no tiene conocimiento (3).

¡Oh gente pecadora! (4). Como bestias de carga (el pueblo) está cargado de maldad y se ha convertido en una verdadera “esperma de perversidad”. Destinado a ser una simiente santa, no sólo se han tornado en hijos depravados, sino en corruptores de otros. Dejaron a Jehová, lo trataron con desprecio, y se alienaron completamente. En su declinación hacia el mal, los hombres primero olvidan, luego menosprecian y finalmente apostatan de la verdad.

Bajo el sistema mosaico, al que quebrantaba la ley le esperaban azotes, pero aquí se describe una persona que ya no tiene lugar en su cuerpo para más azotes (5), tantos así son sus pecados. Lleno de herida e hinchazón (6), no tiene un lugar para un azote más. Sin embargo, continúa su rebelión.

Isaías ve el castigo del pecado que eventualmente vendrá sobre Judá. Vuestra tierra está destruida (7) debido a las invasiones extranjeras, vuestras ciudades puestas a fuego y sus campos asolados delante de vosotros. La ciudad permanente sería reducida a una morada transitoria, como enramada en viña (8) o una cabaña en melonar. Si no fuera porque el Dios de las rutilantes huestes angelicales ha mantenido vivos a unos pocos sobrevivientes (9), su suerte hubiera sido la destrucción total como Sodoma y Gomorra. Significativamente este resto pequeño constituye la magnífica minoría de Dios y se convierte en la semilla de un nuevo comienzo (cf. la Introducción: “Su Mensaje”).

En esta sección el profeta expone la difícil relación del pueblo de Israel con su Dios. La referencia al hecho de haberlos engrandecido (v.2) puede referirse a los momentos más brillantes de la historia de Israel en tiempos anteriores a Isaías, aunque bien puede aludir a los días de grandeza, poderío y riqueza en tiempos del rey Uzías (comp.2 Crón. 26:6–15).

Por otro lado, la alusión a la ruina (vv. 8 y 9) puede ser una alusión al estado en que quedó Judá tras la invasión de Senaquerib: Vuestra tierra es desolada, vuestras ciudades son incendiadas; vuestro suelo es devorado por extraños ante vuestra misma presencia… La hija de Sion [es decir, Jerusalén] ha quedado como una cabaña en un viña, como una choza en un melonar, como una ciudad sitiada (vv. 7, 8). Otros opinan que esta situación pudo ser resultado de la guerra con Siria en los días de Acaz (ver 2 Crón. 28:17, 18.)

El profeta empieza su libro expresando una dura exclamación: Oíd, cielos; y escucha, tierra, porque habla Jehovah; “Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mi” (v. 2). El propósito de Dios para con su pueblo es grande; débilmente lo puede expresar la analogía de todo lo bueno que quiere un padre para sus hijos. Pero estos hijos son duros y empecinados en hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, despreciando al Santo de Israel (v. 4). El castigo ya ha llegado a estar de más: ¿Para qué habréis de ser golpeados aún? Pues todavía persistiréis en rebelaros… (vv. 5, 6).
En el v. 9 Isaías introduce, por primera vez, y muy a tiempo, un concepto que llegó a ser clave para él: el concepto del “remanente”, aunque por ahora no lo indica por el término clave sheerit 7611, sino por la palabra sarid kim’at 8300, que RVA traduce unos pocos sobrevivientes.

Esta sección incluye todos los elementos clave en la profecía de Isaías hijo de Amoz, inclusive la referencia a Israel como amí 5971, “mi pueblo”, a pesar de toda su rebeldía.

“Hijos he criado y educado, pero ellos mismos se han sublevado contra mí” (Isaías 1:2b). Este es el sentir de Abba Padre hacia sus Hijos rebeldes que se han sublevado contra él. Los hijos rebeldes que se hace referencia aquí son al pueblo de Judá y el Padre herido de sentimientos sin duda es nuestro Padre Abba, jehová Dios. 


Como todo buen Padre, le dio buenos dones a sus hijos. Durante muchos años no le faltó ropa, alimento ni cobijo. Como todo Padre justo, los disciplinó cuando hizo falta, pero nunca fue el castigo en grado “desmedido”. El profeta Ezequiel dijo de la bendición de Dios que tuvo Israel: “Pasé a vestirte con una prenda de vestir bordada y a calzarte con piel de foca y a envolverte en lino fino y a cubrirte con género costoso”, les recuerda más tarde por medio del profeta Ezequiel (Ezequiel 16:10). 

Aquí encontramos un cuadro muy bonito, la relación Padre-Hijo. Jesús nos reveló con su evangelio que todos somos Hijos de Dios por la fe de manera muy individual, no de manera de pueblo. Somos declarados Hijos de Dios por la fe, por lo tanto, podemos hacer nuestras las palabras del profeta Ezequiel citadas arriba de manera individual. Al mismo tiempo debemos de ir a la meditación: ¿Estamos agradecidos a nuestro Padre celestial por las cosas tan buenas que nos ha dado? ¿Estamos de verdad dispuestos a serle fiel hasta la misma muerte sin desobedecerle sin caer o en el abandono de todo pecado conocido? 

“Oigan, oh cielos, y presta oído, oh tierra, porque Jehová mismo ha hablado” (Isaías 1:2a). En sentido figurado, Dios hace una convocación a los cielos invisibles y a la tierra para que testifiquen en contra de la sublevación de Judá. (Recordemos que todo le pertenece a Dios, tanto los mismos cielos como la misma tierra). Siglo antes, en los tiempos de Moisés, sucedió lo mismo. Al pueblo de Israel se le dio advertencia en contra de todo pecado que traía desobediencia. “De veras tomo como testigos contra ustedes hoy los cielos y la tierra, de que positivamente perecerán de prisa de sobre la tierra hacia la cual van a cruzar el Jordán para tomarla en posesión” (Deuteronomio 4:26).

Vemos también en esta escena un “papel en cuanto como se presenta Dios ante su pueblo infiel. Además de presentarse como el dueño que ha comprado a su pueblo, se presenta en tal circunstancia como todo un Padre amoroso. ¿No nos recuerda este hecho la parábola del Hijo Prodigo enseñada por Jesús? De todas maneras, Jehová está a punto de exponer sus argumentos contra la nación.

De manera irónica, dos grupos de animales, el toro y el asno, resultan ser más inteligentes que el mismo pueblo de Israel al tener estos respectos como plena obediencia a sus dueños legítimos. Dice Isaías: “Un toro conoce bien a su comprador, y el asno el pesebre de su dueño; Israel mismo no ha conocido, mi propio pueblo no se ha portado con entendimiento” (Isaías 1:3). 

A este respecto, veamos lo que un investigador de la Biblia presenció al caer la tarde en una ciudad de Oriente Medio: “La manada empezó a dispersarse en cuanto se halló dentro de los muros de la ciudad. Todos los bueyes conocían a la perfección quiénes eran sus amos y el camino a su casa, y ni por un momento se desconcertaron en aquel laberinto de callejones angostos y sinuosos. En cuanto al asno, fue derecho a la puerta y luego al ‘pesebre de su amo’”. Ciertamente, la gente de Judá no puede negar que hasta esas simples bestias tienen un sentido de fidelidad, una clara noción de que pertenecen a un dueño.

El pueblo de Judá no demostró tener entendimiento alguno. Debió haber sido muy vergonzoso para ello haber oído de parte de Dios que los mismos animales eran más inteligentes porque realmente los animales poseen una coordinación fisiológica de la asociación del reconocimiento de los sensaciones y la memoria de éstas, pero ningún animal experimenta aquel reconocimiento de las sensaciones que discierne su significado ni muestra aquella asociación de estas experiencias físicas combinadas que ve su propósito, tal como se manifiesta en las conclusiones de las interpretaciones humanas inteligentes y reflexivas. Y este hecho de una existencia autoconsciente, asociado con la realidad de su subsecuente experiencia espiritual, constituye al hombre como un hijo potencial del universo y prefigura su alcance final de la Suprema Unidad del universo.

Qué este relato acerca del mal comportamiento sin entendimiento alguno de la nación de Judá olvidada de Dios Padre nos sirva de ejemplo en que nunca podemos olvidarnos de Dios, que nunca podemos escapar a la realidad divina. 

Siempre recordemos todo lo que nuestro Abba ha hecho por nosotros. Recordemos que nos dio a su hijo Jesucristo siendo él una revelación misma de él. Si Jesús nos enseñó el amor al prójimo como a los enemigos, ¿Cuánto más amor no tendrá el Padre? Abba Padre nos dio la vida, junto con la vida, el camino de la eternidad. Abba es amor, nos dio su amor, como senda tenemos el amor que es un camino sin igual que Abba nos ha trazado que no tendrá final. Si Realmente valoramos su amor, lo amamos a él y a nuestro prójimo como a nosotros mismos un caudal de bendiciones sobre ti verás caer. Hagamos nuestras las palabras del salmista:

“Ciertamente te elogiaré, oh Jehová, con todo mi corazón; de veras declararé todas tus maravillosas obras” (Salmo 9:1)
Qué en el día a día crezcamos en el conocimiento divino, “el conocimiento del Santísimo es lo que el entendimiento es” (Proverbios 9:10). Las enseñanzas de Jesús bastan y sobran para crecer en el “Amor de Dios”. 

Algún día veremos sobre nosotros la misericordia divina que redunda en salvación eterna: “El que ofrece acción de gracias como su sacrificio —dice Jehová— es el que me glorifica; y en cuanto al que guarda un camino fijo, ciertamente le haré ver la salvación por Dios.” (Salmo 50:23.)

La nación Judá en sus tiempos de grande trasgresión estuvo en grado muy similar a los tiempos de “Sodoma y Gomorra” donde Jehová Dios calificó sus pecados “muy grave[s]. (Génesis 18:20). 
De manera similar, dice Abba Padre en cuanto a Judá: 
Isaías 1:4: Reina-Valera 1960 (RVR1960): ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 

Se dice que el pueblo está “cargado de error”, se les llama “pueblo cargado de maldad, generación de malignos”, de verdad ellos han seleccionado conscientemente ante Dios el camino del pecado y la iniquidad, muy bien dice el profeta “se volvieron atrás”. Podemos decir confiadamente que Judá fue un pueblo rebelde que fue tras sus deseos egoístas sin pensar en Dios. 

En este versículo Bíblico # 4 se usa una frase para referirse a Abba Padre: “El Santo de Israel”. Esta frase aparece veinticinco veces en el libro de Isaías denotando pureza, limpieza porque Abba Padre es santo en grado superlativo. Nuestra mente escaba a lo que realmente es la santidad de Dios. De Dios Padre, dice el libro apocalipsis: 

Apocalipsis 4:8:Reina-Valera 1960 (RVR1960): Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Esos pecadores crasos de la nación de Judá estaban violando la santidad de Abba. Ya en el pasado, Dios le había dicho:

Levítico 11:44:Reina-Valera 1960 (RVR1960): Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. 

Jesucristo nos reveló la santidad del “Santo de Israel”. Nos enseñó que debemos permitir la guía del Espíritu de Dios que mora en nosotros para purificar nuestro ser desde adentro hacia afuera, no desde afuera hacia adentro. Usó la típica expresión: “de la abundancia del corazón habla la boca”. 

Mateo 15:17-20: Reina-Valera 1960 (RVR1960)
¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? 
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. Los siervos de Dios de la actualidad deberán respetar la santidad del Santo de Israel en repudiar todo lo que es malo y que lleva a pecado. 

Salmos 97:10
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Los que amáis a Jehová, aborreced el mal;
El guarda las almas de sus santos;
De mano de los impíos los libra. El Apóstol Pedro, más tarde, nos dijo:
1 Pedro 1:15-16: Reina-Valera 1960 (RVR1960): sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 

Jesucristo nos dijo: “ser perfectos como vuestro Padre qué está en los cielos es perfecto”, (Mateo 5:48). No cabe duda hermanos, la fe en Dios Padre es el precio que pagamos por entrar en el reino, pero la fe trae consigo rectitud. No hay fe sin rectitud, ni rectitud sin fe. Jesucristo usó dos parábolas para ilustrar la felicidad que siente una persona y el esfuerzo sincero que haría esta por llegar a tener la aprobación divina porque tiene sed de Dios, él dijo:

«El reino del cielo también es como un tesoro escondido en un terreno, que un hombre descubre. En su regocijo va y vende todo lo que tiene para así poder comprar ese terreno».
«El reino del cielo es también como un comerciante que anda buscando perlas finas; y habiendo encontrado una perla de gran valor, va y vende todo lo que tiene para poder comprar esa perla extraordinaria».

Por lo tanto, practicas inmundas como la inmoralidad sexual, la idolatría, la borrachera, corrompe la guía del espíritu divino lo que constituye que la persona vaya tras lo deseos de la carne. Esto constituye pecado. Así estaba la nación de Judá. Con el tiempo, a aquellos que de forma impenitente siguen un proceder de inmundicia no se les permitirá recibir las bendiciones del Reino de Dios. Se le hará la extinción completa de su personalidad. 

Tememos bien a pecho esto porque están surgiendo nuevas ideas pervertidas de nuevos grupos surgentes que declaran que son siervos de Dios con ideas pervertidas de un evangelio barato donde una persona puede vivir en inmoralidad que nada tiene ver ante Dios. Estos nuevos grupos exponen que en el mundo está habiendo un resurgimiento del paganismo según la ley del Pueblo. Nosotros, los siervos de Dios, entendemos que los principios divinos no se recortan a nuestro antojo y estamos advertidos de qué habrá una gran apostasía ante de la manifestación de Jesús donde muchas personas serán arrastradas antes estas doctrinas y evangelios baratos. 

Isaías invita a la reflexión al pueblo de Judá para señalarle lo insensato que será dejar recibir las consecuencias de su pecado. Él dice: Isaías 1:5-6:Reina-Valera 1960 (RVR1960): ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Isaías, para describir la situación de Judá, usa términos como: “cabeza” y “corazón”. Es de gran interés notar que en dichos lugares se encuentran las intenciones del alma que acercan o alejan al creador. 

La Biblia compara a la congregación de siervos de Dios como el cuerpo de Jesús. Isaías describe a Judá como un cuerpo entero enfermo de pie a cabeza. La realidad es que Judá se encuentra en un estado crítico, malsano y acabado. Enferma en sentido espiritual de pie a cabeza. Preguntémonos: ¿cómo se encuentra el cuerpo de siervos de Dios del presente en sentido espiritual? Ya Jehová le había advertido desde mucho tiempo atrás las consecuencias si escogían el camino deliberado y consciente del pecado. Abba Padre les dijo:“Jehová te herirá con un divieso maligno sobre ambas rodillas y ambas piernas, del cual no podrás ser sanado, desde la planta de tu pie hasta la coronilla de tu cabeza” (Deuteronomio 28:35).

Los sufrimientos del pecado deliberado de Judá no la hacen recapacitar, es rebelde, no parece tener la más mínima cura. Por eso dice Proverbios 29:1: “Un hombre censurado repetidas veces, pero que hace dura su cerviz, de repente será quebrado, y eso sin curación”. ¿No nos enseña estas verdades espirituales a oír del pecado y no hacernos personas de duras cerviz? 

Como Hijos individuales de nuestro amado Dios Padre, tenemos que evitar la “enfermedad espiritual” de la cual vivió Judá. ¿Cómo? Mediante la guía del Espíritu divino que mora en nosotros el cual nos lleva a los altos niveles donde no hay conflictos con las obras de la carne, él nos lleva a ‘aborrecer lo que es inicuo’ y ‘adherirnos a lo que es bueno’ (Romanos 12:9). Esforcémonos en el día a día por cultivar y manifestar los frutos del espíritu que constituyen la auténtica voluntad de Dios. (Gálatas 5:22, 23). De ese modo evitaremos estar como Judá: espiritualmente enfermos de pies a cabeza.

El estado de deterioro espiritual de Judá es tan grande, que ya Isaías pasa a hablar una analogía médica viendo en lo que terminará la ciudad: “La tierra de ustedes es una desolación, sus ciudades están quemadas con fuego; su suelo... directamente enfrente de ustedes, extraños se lo están comiendo, y la desolación es como un derribo por extraños” (Isaías 1:7). Isaías habla como si ya hubiese sucedido para garantizar que la profecía se cumplirá. Estas palabras debieron haberse escrito para el tiempo del reinado de Acaz tal como testifican algunos estudiosos. 

Las palabras del profeta, Isaías 1:7, 8, parecen cumplirse cuando los asirios asedian a Israel provocando su caída y a la misma vez causando devastación a Judá. La Biblia eficazmente deja registro de estas batallas. 



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