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miércoles, 5 de agosto de 2015

Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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La autoridad de Jesús
Mateo 8
¡SÍGUEME!

Mateo 8:22 Jesús le dijo:  Sígueme;  deja que  los  muertos entierren a  sus muertos.

Esta fue una de las primeras expresiones que impactaron mi vida cristiana, escuchar a Jesús decir imperativamente ¡Sígueme!. Obviamente es una orden. ¿Pero de qué tipo?. Sabemos que Jesús es un Señor, y esto implica que lo que dijo fue más una demanda que una orden, algo que debemos hacer sin peros, sin cuestionar, sin discutir, sin argumentar.
“¡Sígueme!”. El modo imperativo de esta expresión, está indicando que la misma es una orden directa del Señor Jesús, tanto como lo dice un amo a sus esclavos o un patrón a sus empleados ¡Sígueme!, y no hay una explicación del porque, no se especifica un destino, sólo se le sigue, y llegado a destino se especifica lo que debe hacer.

Ahora  bien,  la  orden  ¡Sígueme!  no  acepta  contravenciones,  no importa lo que estés haciendo, nada hay más importante que llevar a cabo esa orden. Cuando Jesús dijo, “deja que los muertos entierren a sus muertos” está diciendo que no importan los sentimientos, no importa tu estado emocional, las costumbres, no importa nada, hay que dejar todo, absolutamente todo y Seguirle.

Mateo 9
9 Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.

Ahora una vez más, pero esta vez a un hombre que estaba trabajando normalmente.
Evidentemente al Señor no le importa lo que estés haciendo, si trabajando, si pasando por alguna situación sentimental, si alguna crisis o aún estando en tu mejor momento. Fíjense; Cuando le dio la orden a Mateo, este estaba trabajando, Jesús no espero hasta su salida, no hizo fila para llegar a su mesa, pasó le miró y dijo: ¡Sígueme!. Y Mateo no tiene muchas opciones, Jesús dio la orden y ya estaba partiendo, no se puso a esperar a Mateo, fue Mateo quien dejó todo y le siguió.

Lucas 5
28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
Imaginen la escena, Mateo se levanta y la gente que estaba haciendo fila para pagar sus impuestos comienzan a criticar y a pedirle a Mateo que no abandone su puesto de trabajo “¡Hey, volvé!”, y si hubiera estado algún pariente, quizás su esposa le estaría diciendo: “¡¿Qué estás haciendo?!, porqué abandonas tu trabajo?, con qué nos mantendremos?, con qué vas a pagar la escuela de tus hijos?, porqué sigues a ese hombre que no tiene ni donde reposar su cabeza?”

¡Sígueme!, esta orden se reitera muchas veces en las Escrituras: 

Juan 1
43 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.

Mateo 19
21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

Juan 21
19 Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.

Cuando el Señor llamó a sus discípulos les dijo a cada uno de ellos con autoridad ¡Sígueme!, era una orden, y así se debe predicar el Evangelio. Jesús nunca pero nunca pregunto si le querían seguir, nunca dijo “levante la mano el que quiera seguirme”, tampoco ofreció opciones o alternativas para que le sigan, tampoco les decía “el que me siga recibirá perdón, salvación, paz, prosperidad, vida eterna”; Nunca, pero nunca hizo promesas o propagandas para que le siguieran. Simplemente les miraba a los ojos y les decía
¡Sígueme!.

Cuando se presenta el Evangelio a una persona se le debe mostrar esta orden del Señor, Jesús te demanda ¡Síguele!, no hagas falsas promesas, no le prometas nada, dile que Él es el Señor y que en Él está la Vida, en Él está todo lo que uno necesita para servirle a Él.
Obviamente seguir a Jesús tiene costo, pero nada, absolutamente nada es mejor que seguir a Jesús.

Mateo 19
20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
¡SÍGUEME!, ante una orden así solo tienes dos alternativas, o le sigues o NO le sigues, cumples la orden o NO la cumples.

Los discípulos le obedecieron, el joven rico no pudo; Puede que haya reconocido a Jesús, esperaba que este le justifique, “una cosa te falta para heredar la vida eterna”, pero no pudo soportar el pedido del Señor, el amor al dinero, las posesiones que el mundo le había dado, su estatus, su avaricia, su afán no le permitía renunciar por lo que tanto había luchado y se fue entristecido (Mr 10:17:31).

El Evangelio y Jesús mismo son una disyuntiva a nuestra vida y a nuestra personalidad, cuando Él habla su autoridad se manifiesta con su Palabra. Se pueden imaginar a Pedro, Jacobo, Natanael, Felipe, personas de carácter muy fuerte dominantes ante la orden de Jesús ¡Sígueme!. 

Es evidente que para que le siguieran tuvieron que quebrarse interiormente, preguntándose ¿Quién es éste para que le siga?, ¿Por qué me trata así?. Una cosa es cierta, ante la orden que se le ha dado solo tienen dos alternativas.

Mateo 11
12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

La violencia interior de una persona frente a la orden de Jesús, su lucha, su mirada, todo en cuanto puede pensar y en pocos segundos se define si es hijo de Dios o no, si puede ser esclavo de Cristo o seguir siendo esclavo del mundo.

Ahora bien, cuando le seguían Jesús les decía que nadie era digno de seguirle sin antes abandonar todo lo que tenía para estar a su servicio.

¿Qué significa y que costo tiene seguir al Señor Jesús?
Hacemos esta meditación, porque muchos que se dicen y afirman ser cristianos piensan que lo son por el solo hecho de haber “aceptado a Jesús en su corazón” a pesar de que siguen en los deseos de su corazón, o son cristianos porque han “hecho una oración de fe” aunque no viven por fe, sino que viven de la carne y para la carne.

A causa de las pésimas predicaciones de las religiones supuestamente cristianas (católicos, protestantes evangélicos, testigos, mormones, etc con sus denominaciones y derivados) se ha perdido el verdadero valor de lo que significa ser cristiano.

La mayoría piensa que uno es cristiano, porque tiene a Jesús de su parte, y piensan así porque estiman que Jesús vino para ayudarles con sus situaciones y problemas, estiman que Jesús nació en este mundo en un pesebre y sufrió muriendo humillado en una cruz, para ayudarles a cumplir sus metas mundanas (estudio, profesión, trabajo, bienes, propiedades, bienestar, prosperidad), esto es lo que predican las religiones actuales, todos esos seudos cristianos que solo hablan de dinero y prosperidad.

El Señor Jesús NO vino para ayudarnos con nuestras situaciones problemáticas, no vino para ayudarnos a conseguir metas humanas, mucho menos para obtener cosas o disfrutar del mundo, sino todo lo contrario, porque todo lo que es del mundo está gobernado por el maligno (1 Jn 5:19).

Lucas 14
33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

¿Porqué hay que renunciar a lo que poseemos?
Porque nada de lo que el mundo brinda es digno de Dios. Todo lo que el mundo ofrece está basado en la injusticia, en la mentira. La cultura del mundo es una mentira y una injusticia, los objetivos del mundo son mentiras e injusticias, el dinero y las riquezas son una mentira, una ilusión, una injusticia. Y toda injusticia sufrirá la ira de Dios y es por eso que debemos arrepentirnos de buscar cosas injustas que el mundo ofrece y debemos buscar la Verdad, seguir la Verdad, la cual es Cristo “Yo Soy el Camino la Verdad y la Vida” (Jn 14:6) y todo fuera de Él es pecado, es injusticia, es condenación; 

¿Se entiende entonces la incompatibilidad de las cosas del mundo frente al Reino de Dios?. Jesús siendo hombre no buscó lo que el mundo ofrecía sino buscó hacer la Voluntad del Padre.

Romanos 2
5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;

Jesús siendo hombre, no buscó bienes terrenales, ni beneficios, rechazó todo lo que satanás le ofreció Jesús dijo “¡Vete satanás!” (Mt 4:10), significa, “no me interesa tu mundo”, “no te necesito para vivir”. “Les enseñaré a vivir sin las cosas del mundo, les enseñaré a vivir por la Fe en Dios”; 
“mas buscad el Reino de Dios y su justicia” (Mt 6:32-33).

Lucas 9:
57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 
58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del      Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

Con esta expresión de Jesús queda más que claro que seguir a Jesús no tiene garantías carnales, no le seguimos para conseguir cosas materiales o beneficios carnales o mundanos, no le seguimos para autosatisfacernos, le seguimos porque queremos los beneficios Espirituales y eso solo lo entienden lo que buscan Vida Eterna, los que buscan inmortalidad, pero los que quieren vivir en este mundo no entenderán jamás el Evangelio y en muchos casos solo vivirán una vida religiosa justificando una vida pecaminosa para terminar lamentablemente en condenación.

Entonces, ser cristiano NO se trata de nuestros logros, no se trata de alcanzar metas impuestas por el mundo, se trata de seguir a Jesús, de hacer lo que Él hizo, de hacer la Voluntad del Padre (Mt 12:50; 7:21; Lc 11:2).

Seguir a alguien, es andar por el camino del que guía, ¿para qué?, para llegar a donde el Guía quiere llevar. Seguir a Jesús implica que me dispongo a recorrer el Camino de Jesús para alcanzar lo que Jesús alcanzó. Los discípulos de Jesús así lo entendían:
1 Juan 2:6      El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Pedro 2:21  Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por                                      nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

Miren sus vidas, ¿están siguiendo a Jesús? o ¿están siguiendo sus propios caminos?.

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miércoles, 22 de abril de 2015

Dios bendice más al que da que al que recibe

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Vivimos en la Biblia

Texto de estudio: Hechos 20:32-36
Versículo clave: Hechos 20:35b Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: “Dios bendice más al que da que al que recibe”
Panorama bíblico
En el libro de Hechos encontramos varios relatos y enseñanzas. Una de esas enseñanzas es la que vamos a ver el día de hoy. Pablo era un gran perseguidor de los cristianos, nos enseña por medio de la Palabra, que Dios tiene algo precioso para cada uno de nosotros si obedecemos sus mandamientos, El cumplirá su promesa porque nos eligió ser su pueblo, no que nosotros le elegimos, Dios nos llamó a cada uno de nosotros para darnos vida eterna por medio de la muerte de su hijo Jesucristo.
Nosotros tenemos que vivir como dice nuestro lema Viviendo en la Biblia, de hacer las cosas por y para Dios, en el V 33 nos dice Pablo que él no quería ni dinero ni ropa de otras personas, porque él podía trabajar y sustentar sus gastos. Nosotros para crecer cada día más como personas elegidas por Dios no debemos esperar a que todo nos venga en la mano sino que podamos esforzarnos a conseguir las cosas que queremos, no codiciando todas las cosas que vemos porque es un pecado que a Dios no le gusta.
También nos habla que Dios tiene un amor tan grande para nosotros y eso podemos demostrar ayudando a las personas que necesitan más que nosotros, no sacándole a esas personas o no ayudarles, Dios nos provee de muchas cosas y así también nosotros debemos estar ayudando cuando vemos a algún hermano, vecino, familiar sin esperar a que nos de algo por lo que hemos hecho por dicha persona, de eso se encarga nuestro gran Papá, de darnos la recompensa más grande en el cielo.
Así como dice el versículo es mejor dar que recibir. Eso es lo que Dios nos enseña por medio de su palabra en el día de hoy, aprendamos a vivir en la Biblia y cómo lograremos eso? Leyendo cada día y aplicando en nuestra vida.
Estudio bíblico
Pablo era una persona que perseguía a los cristianos, los encerraba en la cárcel y hasta mataba a las personas que creían en Jesús, camino a Damasco se le apareció a Jesús y desde ese momento cambió totalmente su vida. Tambien podemos ver que nosotros no le elegimos a Dios sino que Él primero nos eligió a nosotros para ayudarnos y darnos vida eterna. Él nos eligió para que seamos cada día mejores, y también para cumplir su promesa.
Vivir en la Biblia como dice nuestro lema nos enseña a dar antes que recibir, como está escrito en el V35 Dios bendice más cuando das. Todos tenemos el llamado de servir a Dios y eso lo demostramos cuando ayudamos a las personas que necesitan no sacándole algo o esperando que nos paguen, Pablo no pedía dinero ni ropa, si necesitaba una de esas cosas el trabajaba y esto podemos sacar como aplicación para nuestra vida de dar más antes que recibir y no solo dinero sino que podemos dar algo que ya no usamos a una persona que necesita, o hacer algún servicio como limpiarle la casa a alguien que está enfermo, de estas maneras estamos dando sin esperar nada a cambio, Dios se encargará de nuestro pago.
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jueves, 12 de marzo de 2015

Métodos equivocados de uso común en la interpretación: El método correcto se ha determinado eliminando los que son falsos

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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El método correcto
Debe ser evidente que la interpretación correcta depende de varios elementos. No basta tener el espíritu correcto al comenzar el estudio; será necesario también usar un método correcto.
Aunque el intérprete tenga la sinceridad, la humildad, la reverencia y el espíritu de oración, no podrá llegar a conclusiones adecuadas si no procede usando el método correcto. Conceptos equivocados respecto al propósito del escritor, la validez de sus declaraciones doctrinales, la exactitud de los hechos históricos que relata, y el origen divino del texto, llevarán muchas veces a conclusiones falsas.
Cuando afirmamos que existe un método correcto, no lo hacemos pretensiosamente. El método correcto se ha determinado eliminando los que son falsos, de acuerdo con la conciencia cristiana universal. Los métodos falsos fueron eliminados después de observar las conclusiones falsas que resultaron por el uso de ellos.
Hay tres métodos equivocados de uso común, y los hemos de examinar aquí. Cada uno tiene algo en su favor. Pero cuando se aplican rígidamente, el error de cada uno se hace evidente.
1. El método racionalista consiste en sujetar toda la Escritura al juicio humano para saber si son válidas o no sus declaraciones. Presupone que lo sobrenatural no existe, y que todo texto se puede entender por medio de la razón humana. Pretende ser el método científico porque elimina lo sobrenatural, según la llamada actitud científica que predomina en el laboratorio y en la mayor parte de los centros educativos.
Pero al proceder así, este método viola el verdadero método científico, que no permite al investigador comenzar con prejuicios; no debe juzgar de antemano lo que investiga, antes de reunir todos los datos necesarios. Los que usan el método racionalista muchas veces comienzan rechazando una de las pretensiones fundamentales de la Biblia: que Dios interviene en los asuntos humanos. Los racionalistas entonces comienzan a interpretar la Biblia usando su prejuicio como punto de partida. El resultado es que sacan conclusiones satisfactorias para sí mismos, que son muy diferentes de lo que las Escrituras enseñan claramente.
Este método estaba en boga especialmente durante el siglo XIX, y todavía está en uso. Sin embargo, ha perdido mucho terreno en tiempos recientes aun entre los teólogos más liberales.
El racionalista considera que los milagros de la Biblia—así como todos los eventos sobrenaturales—no eran sino sucesos naturales que se pueden explicar por las leyes naturales que ahora entendemos; o quizá con hechos que los escritores ignoraron o no mencionaron. Afirman que los evangelistas no pensaron engañar a sus lectores, sino que escribieron convencidos de que decían la verdad.
El racionalista resuelve el caso de la alimentación de los cinco mil, por ejemplo, y de los cuatro mil, suponiendo en el primer caso que la generosidad del muchacho estimuló a todos los demás a compartir su alimento con los que no tenían nada. En el segundo caso, suponen la generosidad de los discípulos del Señor. No ven en este suceso nada milagroso; bien que agregan este comentario: que hubo un milagro moral en la generosidad espontánea del pueblo.
En el caso cuando Jesús anduvo sobre el agua del mar de Galilea, los racionalistas ofrecen una resolución ingeniosa. Sugieren que después de remar toda la noche en la tormenta, los discípulos no se dieron cuenta de que estaban cerca de la orilla. Jesús llegó a ellos, no andando sobre el agua, sino sobre la orilla del mar. De noche esta aparición del Señor les pareció milagrosa. Los intérpretes racionalistas señalan la preposición “sobre” (epí) que puede traducirse “junto a”. Es decir, Jesús no andaba sobre el agua, sino por la orilla del mar, en la tierra. Y luego, cuando él entró en el barco, se encontraron en el lugar a donde querían llegar.
Siguiendo el mismo método, encuentran explicaciones para todos los eventos sobrenaturales de la Biblia. Y cuando esto no les es posible, dicen que el texto no es correcto, o que los escritores han engañado a sus lectores, contrario a su costumbre normal.
Debemos observar que estos intérpretes echan mano a cualquier detalle que les pueda servir y rechazan todo lo que milita contra sus conclusiones falsas.
Ha habido varias modificaciones del método racionalista que pueden ofrecernos algo de bueno para entender mejor la historia del evangelio y los textos de los evangelistas. A mediados del siglo XIX, J. C. K. von Hofman, de Erlangen, desarrolló la idea de la historia de la salvación (Heilsgeschichte) en las Escrituras.1 Para él, la cosa más importante no es el texto bíblico sino la historia misma. Según este método se le permite al intérprete criticar el texto sagrado siempre que no perjudique la historia. Aunque este método contribuye algo al estudio de la historia sagrada, el intérprete puede tomar muchas libertades con el texto, contrario a la convicción general de los intérpretes conservadores.
En 1919 apareció la obra de Martín Dibelius, “La Historia de Formas en los Evangelios” (Die Formesgeschichte des Evangeliums.)2 Esta clase de crítica literaria trata de determinar la forma oral de la tradición evangélica que existía detrás de la forma escrita de los Evangelios. Luego procura clasificar y examinar las varias formas que tienen las historias. Los que siguen este método clasifican las historias como declaraciones autoritarias, milagros, historias acerca de Jesús y varios dichos. Estos últimos se clasifican como sabiduría, proféticos y apocalípticos, leyes y reglas para la comunidad, dichos que comienzan con la palabra “Yo”, y parábolas.
Esta clase de análisis no afirma nada sobre la verdad original de la historia; solamente analiza su forma literaria. A veces las historias son llamadas “mitos” o “ ;leyendas”. Sin embargo, este método ayuda al estudio de los Evangelios en que nos da nuevas categorías para el material de los Evangelios. Además, ayuda a desmentir la teoría documental del origen de los Evangelios.
Rodolfo Bultmann fue mucho más allá en su crítica de la historia evangélica. En 1921 publicó su obra “La Historia de la Tradición Sinóptica” (Die Geschichte der Synoptischen Tradition). Entre otras cosas afirma Bultmann que no sabemos casi nada del Jesús histórico. Sin embargo, afirma que el acto de Dios en Cristo es el fundamento de la Iglesia y de la predicación (kērugma). Para él, la historia evangélica está compuesta, en gran parte, de mitos que siguen las formas judías y griegas. La tarea del intérprete es localizar estos mitos y buscar la predicación original a través de ellos, el kērugma. Este proceso lo llama “desmitologizar”; es decir, quitar del Nuevo Testamento sus mitos para descubrir la declaración evangélica original.3
 
Como se puede ver, todos estos métodos se deben considerar como variantes del método racionalista. Hay algo de valor en los métodos críticos de la historia de la salvación (Heilsgeschichte) y de formas literarias (Formesgeschichte). Pero en la desmitologización de Bultmann, no encontramos nada de utilidad.
En fin, no quisiéramos negar el uso de la razón: Dios le ha dado al hombre su inteligencia y espera que la use responsablemente. La inteligencia del hombre no le fue dada para hacerle tropezar; se debe ocupar en el estudio correcto de la revelación divina, iluminada por el Espíritu Santo. La fe y la razón no se oponen la una a la otra, especialmente cuando la razón de la persona existe en una mente sana, obediente a la revelación divina.
2. El método alegórico-místico es otra manera de interpretar la Biblia. Este considera que toda la Biblia fue escrita como una serie de alegorías. Insiste en que no es el significado natural y evidente el que da a la Biblia su importancia, sino el sentido “místico”. Para ellos, “místico” significa oculto o espiritual.
Este método fue inventado por los griegos antiguos que procuraban explicar para sí mismos sus mitos y leyendas. Algunos creyentes cristianos de Alejandría, incapaces de explicar ciertas dificultades bíblicas, adoptaron este método para recomendar las Escritaras y la fe cristiana a sus amigos educados. Aunque los líderes cristianos de Antioquía se oponían, este método siguió afectando toda la historia de la interpretación bíblica, aun hasta el tiempo presente. Era usado especialmente durante la Edad Media. Hoy, la Iglesia Católica Romana apoya algunas doctrinas que tuvieron su origen en este método. Aun entre los evangélicos, hay algunas creencias basadas en el método alegórico-místico.
Parece que una de las razones del porqué algunas sectas modernas usan este método es la misma que le dio origen entre los griegos antiguos; ayudar a desvanecer todo aquello que ellos creen ser contradicciones científicas. Porque cuando se hace a un lado el sentido literal del texto, ya no hay necesidad de preocuparse por su exactitud histórica.
Un ejemplo de la forma en que el método alegórico-místico se emplea, se ve en el trato dado a la experiencia de Daniel en el foso de los leones. Para los intérpretes que usan este método, Daniel nunca estuvo en el foso de los leones, sino que se encontró “preso” por las tentaciones y debilidades comunes entre los hombres. Estos son representados en la historia por los leones. Por medio de la fe Daniel salió ileso. Sus enemigos, sin embargo, cayeron víctimas de esas mismas tentaciones. La lección que encuentran en la historia es ésta: que sólo aquel que tiene fe en Dios puede salir triunfante sobre las dificultades de la vida.
Hay un sentido en que este y otros sucesos de la Biblia pueden ser alegorizados o espiritualizados correctamente. Los predicadores lo hacen con frecuencia en sus sermones que, en otros sentidos, son enteramente fieles al mensaje de la Biblia. Tales eventos pueden usarse como ejemplos o ilustraciones, pero solamente cuando el sentido literal e histórico del suceso es reconocido antes. De otra manera el resultado es una interpretación falsa del texto bíblico.
Otro ejemplo común es la historia de nuestros primeros padres en el Edén. El método alegórico-místico toma la parte de la historia que se refiere al árbol del conocimiento del bien y del mal, como una referencia a las relaciones sexuales. De ahí tenemos el uso popular de la manzana como símbolo del contacto sexual, aunque la Biblia misma no sugiere tal cosa. Para los que lo dudan se debe observar que la Biblia dice más tarde, cuando Adán tuvo contacto sexual con Eva, que “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín …” (Gn. 4:1). Aquí no habla alegóricamente.
Hay, sin embargo, algunas alegorías en la Biblia; se pueden reconocer por sus características que veremos más adelante. Véase, por ejemplo, Gálatas 4:24, donde la historia de Abraham, Sara y Agar es explicada como una alegoría. Pero este sentido le es dado como algo adicional; su sentido histórico no está puesto en duda. Aquí el Espíritu Santo ha dado el sentido alegórico solamente para señalar la diferencia entre los dos Testamentos. Otras alegorías serán identificadas en el capítulo 17 donde se tratan como un tipo especial de lenguaje figurado.
El gran error de este método es que los intérpretes hacen a un lado los hechos importantes de la historia bíblica y perjudican así el sentido claro de la Escritura.
3. El tercer método equivocado es el dogmático. Su nombre se deriva de la palabra griega dogma, que significa enseñanza. Propiamente hablando, toda doctrina cristiana es dogma, aunque desafortunadamente esta palabra lleva cierto sentido desagradable a la mente popular. Se debe a que las doctrinas cristianas se han enseñado muchas veces en un espíritu rígido o dogmático. Sin embargo, el método dogmático no se considera equivocado por ningún espíritu dogmático, sino porque interpreta de acuerdo con los dogmas de algún grupo. Sus enseñanzas son consideradas correctas porque proceden de aquel grupo, y no porque tengan mérito basado en algunos principios aceptados de la hermenéutica.
Por ejemplo, la Iglesia Católica Romana usa este método oficialmente aunque no lo llama por este nombre. Luis Macchi, que escribió con la aprobación eclesiástica, dice:
… el intérprete … debe tener siempre a la vista lo que la Iglesia determinó sobre la interpretación de los Sagrados Libros.4
Cita luego el señor Macchi el Concilio de Trento sobre este asunto:
… que ninguno … se atreva a interpretar … contra el sentido que le ha dado y da la Santa Madre Iglesia …
Otra vez cita el Concilio Vaticano:
… se debe tener por verdadero sentido de la Sagrada Escritura aquel que cree y enseña la Santa Madre Iglesia, a la que toca juzgar del verdadero sentido y de la interpretación de la Sagrada Escritura, por lo que a ninguno es permitido interpretarla contra este sentido o contra el unánime consentimiento de los Padres.
Así como la Iglesia Católica argumenta, parece ser razonable que no interpretemos nada sin darle el sentido que le da aquella iglesia. Pero en este caso será necesario que demuestren que aquella iglesia es la única y verdadera, la que fue encargada con la responsabilidad y capacitada para interpretar las Escrituras. Aún así, esta forma de entender la Biblia no es realmente un método de interpretarla, sino una prohibición de toda interpretación individual; impone la obligación de dejar su interpretación a los oficiales de aquella iglesia.
En una palabra, este método consiste en aceptar lo que la iglesia de uno haya declarado sobre alguna doctrina.
No es, sin embargo, solamente el católico romano el que usa este método; la gran mayoría de los creyentes evangélicos comúnmente interpretan ciertos pasajes bíblicos de acuerdo con las enseñanzas de sus propias iglesias sólo porque son enseñanzas oficiales, o porque son las enseñanzas más aceptadas. Pero de esta manera pueden llegar a ser fanáticos, porque quieren interpretar sin saber ni aplicar las reglas de la hermenéutica.
No es la intención de este escritor usar la Iglesia Católica Romana como “chivo expiatorio”. Sin embargo, algunas doctrinas de aquella iglesia ilustran los errores de que hablamos. Uno de los mejor conocidos es la manera de tratar el texto Mateo 16:18, 19. De allí sacan la enseñanza que afirma que Pedro fue el primer Papa y el fundador de la Iglesia.
Debe admitirse francamente que el pasaje es oscuro y que presenta dificultades para los que quieren interpretarla adecuadamente y sin prejuicios. Pero el examen imparcial no nos da ninguna base para enseñar que Jesús llamó a Pedro “la roca” sobre la que iba a edificar la iglesia. Pero esto no parece preocupar a los que lo creen; no están preparados para abandonar la enseñanza que les ha dado su iglesia. Lo han interpretado dogmáticamente.
Lo mismo sucede con otros textos, tales como Mateo 26:26–28. “Esto es mi cuerpo … esto es mi sangre.” La misa se encuentra en el centro mismo de la teología católica romana. De la misa depende la doctrina de la transubstanciación, 5 y ésta depende del texto sobre “la roca”. Si entendieran el sentido figurado de las palabras, desaparecería la doctrina de la transubstanciación. También en este caso se ve que la forma de interpretar el texto es dogmática y no descansa sobre el método correcto de interpretar las Escrituras.
Entre los judíos es común entender el capítulo 53 de Isaías como refiriéndose a la nación de Israel y no al Mesías. Lo entienden así porque sus rabinos le han dado esta interpretación a través de los años.
Muchos evangélicos aceptan algún sistema escatológico6 sólo porque el doctor Fulano o Mengano así lo enseña, y no porque lo hayan estudiado ellos mismos.
Desgraciadamente muchos bautistas, miembros de la Iglesia de Cristo, los creyentes pentecostales, algunos metodistas y menonitas, y otros, creen que la inmersión es la manera correcta de bautizar porque “mi iglesia así lo enseña” y no porque lo hayan encontrado en la Biblia.
Todos estos son ejemplos de la interpretación dogmática. Pueden o no ser correctas tales interpretaciones. Pero la manera de llegar a la conclusión es incorrecta.
4. El método correcto se llama el gramático-histórico. Siempre requiere que el individuo interprete de acuerdo con las características del idioma, especialmente de aquel idioma en que la Biblia fue escrita, así como aquél a que fue traducida. Considera que la Biblia fue escrita como historia fidedigna; es decir, que su historia no es alegórica ni compuesta de fábulas, leyendas, mitos, tradiciones, engaños, etcétera, sino solamente donde las mismas Escrituras indiquen que algún pasaje debe entenderse en alguno de estos sentidos no literales.
Este método es, además, el más antiguo de todos. Se puede verificar su uso antes del segundo siglo después de Cristo. Mientras que los teólogos de Alejandría usaban el método alegórico para defender las Escrituras, los de Antioquía de Siria seguían usando el método literal. Allí el obispo Teófilo insistía en seguir la práctica antigua de los judíos.7
Más tarde, en el siglo IV, Jerónimo abandonó su método alegórico a favor del método literal. Sin embargo, Agustín nunca pudo estar de acuerdo con Jerónimo aunque avanzó hacia el método literal.
Fueron los reformadores Lutero y Calvino los que dieron el impulso principal al método correcto, por medio de su énfasis en los idiomas originales. Demostraron que el justo entendimiento de ellos aclaraba su sentido verdadero, que tenía que ser literal y no alegórico.
PARA EL ESTUDIANTE
1.     Mencione y describa brevemente los tres métodos equivocados de interpretación, y explique por qué son falsos.
2.     ¿Cuál es el método correcto, y por qué?
1 Bernard Ramm, Diccionario de Teología Contemporánea, (Casa Bautista de Publicaciones, Cuarta edición, 1984).
2 Baker’s Dictionary of Theology, editor: Everett F. Harrison (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1960), p. 227.
3 Ramm, op. cit., pp. 33, 34.
4 Luis Macchi, Nociones de Sagrada Hermenéutica (Buenos Aires: Sociedad Editora Internacional, 1943), p. 101.
5 La transubstanciación es la doctrina que afirma que la sustancia de los elementos, es decir el pan y el vino, se transforman en el cuerpo y sangre de Cristo cuando el sacerdote pronuncia las palabras de consagración.
6 La escatología es el estudio de lo que va a suceder en el fin de la presente edad, especialmente en conexión con la segunda venida de Cristo.
7 A. H. Newman, A Manual of Church History (Philadelphia: The American Baptist Publication Society), Vol. I, pp. 239, 248, 334. El método gramático-histórico era conocido en tiempos primitivos como literal. Este término no quiere decir que todo debe ser interpretado literalmente, sin reconocer la presencia de figuras literarias y modismos, sino que el sentido es literal aun cuando el lenguaje sea figurado. La interpretación literal comprende el uso de toda clase de lenguaje figurado en un contexto literal. Por otra parte, el literalismo comúnmente olvida el uso correcto de figuras literarias en el habla común.
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Lección 1 para la Escuela Dominical: Ayuda ministerial

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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