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lunes, 15 de febrero de 2016

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
A SU NOMBRE ¡¡¡GLORIA!!!




EL SERMÓN EXPOSITIVO

¿QUÉ ES EL SERMÓN EXPOSITIVO?

La primera vez que escuché un verdadero sermón expositivo quedé admirado. No llegaba a comprender de dónde surgía el atractivo y el poder que el sermón me había transmitido. Intenté analizar al predicador (que era pastor de una gran iglesia muy evangelizadora y con centenares de miembros), pero me di cuenta de que necesitaba tener su perspectiva. De manera que fui a hablar con él, y él compartió conmigo su “secreto”.

1) Cuando el predicador expone la Palabra, experimenta de una manera inexplicable la promesa … y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca (Jer. 15:19). Martín Lutero siempre identificaba al sermón con la misma voz de Dios, y lo hacía de tal manera que al referirse al sermón lo llamaba, precisamente, “la palabra de Dios”.

2) La emoción de predicar un sermón expositivo reside en el “sentido de autoridad” que emana de la exposición de la Escritura, no de una estructura ingeniosamente planificada. Por otro lado, la predicación expositiva permite que el mensaje penetre con convicción en los corazones (He. 4:12). ¿Quién podrá argumentar con Dios?

3) Asimismo, durante la predicación expositiva los asuntos “delicados” se tratan con naturalidad y sin ofensa. No estoy dando mis puntos de vista ni mi posición sino que hago resaltar lo que ya dijo Dios mismo.

4) Aunque el expositivo es el método de predicación por excelencia, no por ello ha de usarse en forma exclusiva ya que no es necesario ni conveniente. La exposición debe ser la espina dorsal del ministerio, lo que sostiene a todo lo demás en su lugar.
Nehemías describe la tarea del predicador: Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura (8:8). Los oyentes necesitan tomar conciencia de la veracidad y actualidad de los pasajes bíblicos; y es privilegio y deber del predicador ser administrador de los misterios de Dios, presentando en forma sencilla las verdades divinas que han sido reveladas.

No conozco una definición plenamente satisfactoria de sermón expositivo, y es bueno ya que de otra manera sería algo exacto, matemático y mecánico. Todos los métodos de predicación tienen ciertos rasgos similares puesto que todos tienen el mismo libro de texto, y el mismo Dios a quien proclamar. No obstante, es aconsejable distinguir las diferencias.

Primeramente demos un vistazo, por vía de contraste, a lo que no es y a lo que sí es un sermón expositivo.


    A.      LO QUE NO ES UN SERMÓN EXPOSITIVO


1. No es un estudio bíblico.

(a) No es estudio bíblico por cuanto éste trae a colación otros pasajes. Quien dirige o predica un estudio bíblico conduce a los oyentes en una “cacería espiritual”, por así decirlo, donde se examina, compara y contrasta texto con texto, doctrina con doctrina.

(b) No es estudio bíblico por cuanto éste entra en detalles menores de cada pasaje y se detiene en una palabra para examinarla microscópicamente, desmenuzarla y saborearla. No así el sermón expositivo.

(c) No es estudio bíblico por cuanto éste, en términos generales, no es un mensaje—por más que se saquen conclusiones y se señalen exhortaciones—sino un análisis.

(d) El estudio bíblico, por otra parte, es el proceso que culminará en exposición.

2. No es un sermón temático
En el sermón temático el predicador examina un tema específico a través de la Escritura, por ejemplo “el amor de Dios”. Aunque tales temas son útiles y beneficiosos tanto en la evangelización como en la edificación de los nuevos cristianos, el sermón expositivo es más que eso.

3. No es un estudio doctrinal
La “sana doctrina” que Pablo tanto enfatiza (1 Ti 1:10; 4:6, 16; Tito 2:1) es imprescindible para la vida cristiana ya que sin ella no habría cristianismo sano. Si bien el sermón expositivo contiene doctrinas (así como el oxígeno siempre está presente en el agua), no es un estudio específico de la doctrina del pasaje o de cierta doctrina bíblica.

4. No es evangelismo en el sentido estricto de la palabra
No se dirige al inconverso en la congregación sino a todos los oyentes, en especial a los ya cristianos. A pesar de ello, el predicador expositivo descubrirá que aunque sus mensajes no son de neto corte evangelístico, continuamente se convierte gente en su iglesia porque la fe es resultado de oír la Palabra de Dios (Ro. 10:17).

5. No es un comentario corrido. 
No es tomar un pasaje, ir leyendo versículos, hacer algún comentario apropiado, luego leer otro versículo, comentar, etc. Tampoco es leer un comentario de nuestra biblioteca para entonces repetir a la congregación las ideas del escritor.

6. No es idear un bosquejo dentro del pasaje
Este es el error más común en el concepto de mensaje expositivo. No hay predicación expositiva cuando el predicador cree descubrir una palabra que se repite varias veces en el pasaje, y comienza a divagar, creando un sermón que prácticamente se desvía del pasaje y de su enseñanza central. Como resultado, el oyente con discernimiento se dice: “El predicador está usando el pasaje como excusa. Lo escucharé, pero que no trate de hacerme creer que está exponiendo el pasaje.”

7. No es un sermón textual. 
Cuando se realizan de manera correcta, tanto el sermón expositivo como el textual presentan grandes similitudes. La diferencia es que el sermón textual por lo general se basa en un versículo.


    B.      LO QUE SI ES UN SERMON EXPOSITIVO

Exponer es declarar, interpretar, explicar el sentido genuino de una palabra, texto o doctrina que puede tener varios o es difícil de entender. Expositivo, entonces, es aquello que explica, declara o interpreta.

Estas definiciones son incompletas en lo que a exposición bíblica se refiere. Exponer la Biblia es abrir las Escrituras, desarrollar y explicar un pasaje. La exégesis descubre el significado del texto, y la exposición presenta ese significado de una manera lógica, apropiada y eficaz.

Podemos comparar el sermón expositivo a una rueda. El tema principal representa el eje, y los pensamientos que emanan de él son los rayos. El sermón expositivo debe ser una unidad completa: una rueda. Consideremos algunas características.

1. Es procedimiento lógico. 
Es lógico porque hace un estudio de la Biblia en la manera y orden en que fue escrita, y explica y aplica la Escritura en el orden que Dios desea. La exposición considera un pasaje párrafo por párrafo, o verdad por verdad, en vez de hacerlo versículo por versículo. Por ser un procedimiento lógico y normal, no debiera intimidar sino animar a que muchos lo practiquen.

2. Es caminata. 
Predicar expositivamente es caminar dentro del pasaje junto con los personajes que protagonizaron el incidente o hicieron historia con sus dichos y acciones. Por ejemplo, si es una epístola paulina, caminamos con Pablo y con la gente a quien él se dirigió.

3. Es descubrimiento. 
Es descubrir el universo de conceptos, emociones, imágenes y realidades que encierra el pasaje.

4. Es cofre. 
Hay que hallar la llave y la clave del pasaje, extraer el contenido del cofre divino y exponer las joyas a la mirada del pueblo. Jesús dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas (Mt. 13:52). 

El Señor Jesús hace una comparación grandiosa en cuanto a guardar en la mente y en el corazón la profundidad de las verdades de Dios. Hay que ser docto en el conocimiento de la Palabra, como así también en experiencias, lecciones de la historia de la iglesia, y todo lo que pueda enriquecer a un maestro de la Biblia. Como resultado, cuando llegue el momento de enseñar fluirán desde el corazón tesoros de cosas nuevas y antiguas.

5. Es exposición
Es exponer al pueblo a la Palabra de Dios (Sal. 119:130). Los oyentes deben estar ante la Biblia a cara descubierta, sin máscaras ni disfraces (2 Co. 3:18). Además, es exposición de la Palabra ante el pueblo. Que en ella y por ella el pueblo vea al Dios viviente (Hch. 10:36; He. 2:12).

Nehemías 8:3–8 es una descripción de lo que sucede cuando se predica un mensaje expositivo: Leyeron del libro de la ley, Esdras hizo claro el significado (interpretación) y la gente entendió lo que se leía (aplicación).

6. Es explicación. 
El mensaje expositivo trata y explica el asunto central, básico y primordial del pasaje. No incluye los aspectos periféricos o demasiado detallados de una cuestión. Por lo general, la porción a predicar consiste en un párrafo o varios versículos que se combinan para presentar un pensamiento completo. El sermón expositivo primero descubre y declara ese pensamiento central, y luego procura exponer y aplicarlo a la luz de ese pasaje en particular.

7. Es sermón. 
La palabra sermón tiene su origen en una voz latina que significa “estocada”. Esto indica su propósito bien definido, herir al oyente en su alma con la espada del espíritu (Ef. 6:17).

El Dr. Austin Phelps dijo: “Un sermón es un discurso dirigido a la mente popular, sobre verdades contenidas en la Biblia, elaborado cuidadosamente, procurando persuadir a los oyentes.” Y como sermón, la predicación expositiva tiene todas sus características naturales: estructura, organización, ilustraciones, introducción, conclusión.

8. Es variedad. 
No cansa pues ofrece tanta variedad como la Palabra de Dios misma, que es fuente inagotable. Este tipo de predicación suministra al predicador suficiente material para toda una vida de predicación. El predicador nunca llegará al fondo del barril sino que siempre habrá material para otros sermones, y habrá “abundancia de pan” tanto para él como para el oyente.

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miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿Que provecho tiene el ser humano de toda su labor con que se afana debajo del sol?

RECUERDAEl que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6

                                                                                                             

                                                                                                                                                        
¿YA PREPARASTE TU ESTUDIO BÍBLICO? Pues aquí tienes uno
LA RUEDA DE LA FUTILIDAD
Eclesiastés    1:1-11 
1      Las palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalem.
    2      Vanidad de vanidades, dice Cohélet.
    Vanidad de vanidades, todo es vanidad.
    3      ¿Que provecho tiene el ser humano de toda su labor con que se afana debajo del sol?
    4      Generación va y generación viene,
    Pero la tierra sigue siempre igual.
    5      Sale el sol, y se va el sol,
    Jadeando hasta su lugar,
    Y desde allí vuelve a salir.
    6      El viento sopla de tramontana,
    Y gira del mediodía,
    Y girando sin cesar,
    Vuelve de nuevo a sus giros el viento.
    7      Todos los ríos van al mar,
    Y el mar nunca se llena.
    Al lugar de donde vinieron los ríos,
    Allí vuelven, para correr de nuevo.
    8      Todas las cosas son fatigosas,
    Más de lo que el hombre puede expresar.
    El ojo nunca se sacia de ver,
    Ni el oído se harta de oír.
    9      ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será.
    ¿Qué es lo hecho? Lo mismo que se hará.
    No hay nada nuevo debajo del sol.
    10      ¿Hay cosa de la que se diga: He aquí, esto es nuevo?
    Ya existía en los siglos que nos precedieron.
    11      No hay memoria de lo primero,
    Ni tampoco de lo postrero habrá memoria,
    Entre los que vendrán después.

NADA NUEVO DEBAJO DEL SOL
El supuesto o concreto compilador es el que habla. Las palabras del Predicador. Algunas versiones católicas prefieren dejar sin traducir el término hebreo Qohélet . Hijo de David, rey en Jerusalén. Como era costumbre hacerlo en esa época, la paternidad del libro se atribuye a un rey notable por su sabiduría (1 Rey. 4:29–31).
2.     El tema de la vanidad de la vida,  Eclesiastés 1:2
Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Una suerte de superlativo. Podría traducirse: “vanidad suma”, como Cantar de los Cantares es igual a “el cantar por excelencia”, “santo de los santos” (Exo. 30:10, en hebreo; nuestra versión es muy sagrado), etc.
Título: Eclesiastés 
(Qohélet)
El principio del libro (Ecl 1:1) atribuye la obra al "predicador, hijo de David, rey en Jerusalén". El término hebreo que aquí se traduce por predicador es Qohélet , una forma derivada del hebreo qahal, que significa "asamblea" o "congregación". Aún y cuando el sentido exacto de Qohélet es incierto, los más entendidos en la materia, dada su etimología, dan como significado: "el que preside una asamblea" o "el que habla" ante ella. El término indica que se trata de alguien vinculado a, y que ejerce un ministerio en, la asamblea, probablemente el de maestro.
En la Septuaginta (LXX) se traduce Qohélet como "Eclesiastés", término a su vez derivado de ekklesía de donde viene nuestra palabra "iglesia". Es en esa versión griega de la Biblia donde se le dio al libro el nombre de Eclesiastés. Ese nombre pasó también al latín y de ahí a muchas más lenguas, entre ellas el castellano. Tradicionalmente este libro es conocido como "Eclesiastés". La traducción de Qohélet como Predicador en Ecl 1:1 se debe a Lutero quien en su Biblia tradujo el término como Prediger (Predicador). Desde entonces es bastante común encontrar este uso en numerosas traducciones.
3.     El ciclo monótono de la vida, Eclesiastés 1:3-11
¿Qué provecho...? El término hebreo para provecho, yitrown , es favorito del Predicador. Significa “ganancia” o “excelencia”, y aparece unas diez veces en el texto de Eclesiastés. Es una pregunta retórica cuya respuesta es: “¡Ningún provecho!” Debajo del sol es una expresión característica del libro y aparece unas treinta veces. De uso generalizado en las culturas antiguas, entre ellas la griega, podríamos traducirla como “en este mundo”. Es nuestra versión esta expresión alterna con “debajo del cielo” (Eclesiastés 1:13; 3:1).

Generación va y generación (dor ) viene. Se suceden las generaciones: una generación muere; otra nace, pero el mundo natural (la tierra, ‘erets ) siempre permanece idéntico. Se compara la estabilidad del mundo físico con las mudanzas en las generaciones humanas y se sugiere la fragilidad de la vida humana: el sol... el viento... los ríos, tres figuras tomadas de la naturaleza que se muestra idéntica a sí misma en un constante movimiento. Es más una figura poética que ciencia física: el caso del sol no es el mismo que el de los vientos y los ríos, pero en apariencia, por lo que se ve, el poeta tiene razón. Volviendo a su figura, pareciera que el sol, el viento y los ríos, repiten continuamente sus movimientos.

Fatigosas (v. 8). En el sentido de que su comprensión “fatiga” al hombre. Algunos prefieren traducir: “Todo trabaja más de cuanto el hombre pueda ponderar...” (Nacar-Colunga). El hombre no alcanza a comprender ese incesante movimiento. Las cosas en su movimiento desafían la comprensión humana que no se cansa de oír y ver ese incesante fluir. ¿Hay algo de lo que se pueda decir...? Del mundo de la naturaleza se pasa al mundo del hombre. También aquí hay mucho movimiento pero poca variación, en realidad ninguna. La historia se repite.

No hay memoria... (v. 11). No sólo que las generaciones humanas son pasajeras sino que no habrá memoria de su existencia y de los hechos. Si le preguntáramos al Predicador: ¿qué sucede entonces con la historia?, es probable que nos diría que la historia registra sólo los hechos de los notables y que son incontables los que han vivido en el pasado y de los cuales nada sabemos.
Debajo del sol
La expresión debajo del sol que aparece por primera vez en Ecl 1:9 no está presente en ningún otro libro de la Biblia a excepción de Eclesiastés, donde ocurre 29 veces en el original hebreo.

En algunas traducciones se dan expresiones equivalentes en castellano tales como: "en este mundo"; "sobre la tierra"; "durante la vida". En la RVA se alterna con la equivalente debajo del cielo.

Es interesante que el predicador recurra una y otra vez a esta frase. Su intención es clara. Con la expresión debajo del sol se da valor de universalidad a las frases que acompaña; nada se escapa al área que circunscribe esta expresión, excepto el cielo (mundo superior) y el Seol (mundo inferior, país de los muertos).
Al terminar en este versículo la primera división de nuestro texto obtenemos el siguiente resultado: No sólo que el hombre es un ser transitorio (1:4) sino que además está condenado al olvido (Ecl 1:11) por lo que sólo puede contar con el presente. Esta es una idea clave del Predicador. Antes que Horacio, el poeta latino, (Odas I, ll. 8) el Predicador afirma: Carpe diem, “aprovecha el presente”. No es sabio vivir para un hipotético futuro, que desconocemos cómo será.
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miércoles, 9 de diciembre de 2015

En la mucha sabiduría hay mucha frustración, y el que aumenta conocimiento, aumenta su aflicción.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




La Perspectiva de El Predicador


 Teología de Eclesiastés
Primera Parte
Las suposiciones son puestas en duda

La perspectiva del Predicador acerca del mundo, de conocer a Dios y de la justicia divina.

Los autores de la literatura sapiencial hacen una serie de suposiciones acerca de Dios y del mundo que Él creó, y luego basan sus reflexiones en estas suposiciones. Alan Jenks identifica tres pre suposiciones teológicas que proveen la perspectiva ortodoxa presente en Proverbios:

    1.      El mundo sigue un orden, dirigido por Dios, su sabio Creador.
    2.      Es posible entender ese orden si buscamos la sabiduría.
  3.    Por tanto, el sabio que sigue el orden divino experimentará buenas cosas, mientras que el insensato sufrirá por su necedad. (1985, 44)

¿En qué manera difiere la perspectiva del Predicador acerca del orden de Dios en la creación con la de la mayoría de los autores bíblicos?

El autor de Eclesiastés pone en duda estas suposiciones, asumiendo una perspectiva distinta en cada una de ellas. La mayoría del resto de la Biblia considera que el orden de Dios en este mundo es parte de su plan lineal que será cumplido sólo al final de los tiempos. Aún así el Predicador se enfoca en la naturaleza cíclica del mundo (una característica común entre los escritores sapienciales) —los patrones repetitivos— y descubre que “no hay nada nuevo bajo el sol.” 

La vida no es caótica y todo puede ser asignado a un tiempo y una hora específica, pero no siempre las personas pueden saber cuándo es ese momento. Eclesiastés cuestiona la utilidad del orden divino de la creación para planear nuestra vida si no podemos identificar ese orden.

Otra de las perspectivas del Predicador es que parece ser imposible conocer a Dios. En esta vida, Dios es misterioso y está escondido. La muerte termina cualquier esfuerzo de aprender acerca de Él, y el Predicador no sabe qué pasa después de la muerte.

Mientras que Job cuestiona la justicia de Dios en relación a su caso en particular, el Predicador duda de la justicia divina en general. Él ha visto a “justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obra de justos” (Eclesiastés 8:14). Aunque la causa de la injusticia puede atribuirse al pecado, éste no determina con exactitud la experiencia humana. Los que pecan no siempre experimentan lo malo, así como los que hacen el bien no siempre experimentan lo bueno. La justicia de Dios simplemente no funciona como una ley mecánica en la que ciertas acciones siempre tienen ciertos resultados. Aunque el Predicador no rechaza la suposición de Proverbios, sí la califica.


La vida: un soplo de aire

¿Cómo usó el Predicador la palabra vanidad para describir la vida?

La perspectiva de que todo es vanidad es prevalente en todo lo que dice el Predicador en Eclesiastés. La palabra hebrea hebel es traducida “vanidad” en la versión Reina Valera y es “absurdo” en la Nueva Versión Internacional. Esta palabra literalmente significa “un soplo de aire”, “un respiro” o “un vapor”. También puede referirse a la naturaleza transitoria de la vida humana (Proverbios 31:30) y a la idea de que algo es falso o engañoso (Job 21:34). En Eclesiastés, es frecuentemente combinada con la palabra hebrea que se traduce como “espíritu”, “respiro”, o “viento”. Por tanto, hebel es como “ir tras del viento” (Eclesiastés 1:14; 2:11, 17, 26). Significa algo inseguro o poco confiable. El Predicador piensa que el orden que ofrece la sabiduría y la seguridad prometida siempre se mantienen más allá de nuestro alcance, desapareciendo cuando son examinados muy de cerca.


El problema de la muerte

La perspectiva en el Antiguo Testamento de la vida después de la muerte.

¿En qué se diferencia la perspectiva del Nuevo Testamento de la vida después de la muerte de la del Antiguo Testamento?

Cuando leemos la Biblia, es importante que no supongamos que los autores entendieron el mundo de la misma manera que nosotros lo entendemos, o que todos tenían la misma comprensión del plan y de los propósitos de Dios. Por ejemplo, el Antiguo Testamento presenta un concepto de la vida después de la muerte no totalmente desarrollado. La vida y la muerte estaban en extremos opuestos en una línea continua entre las cuales las personas podían moverse libremente. 

Muchas veces los salmistas hablaron de bajar al sepulcro cuando estaban enfermos o de cómo el Señor los rescató de la tumba, restaurándolos a salud y seguridad (Salmos 30:3; 107:17–19). Los autores bíblicos del Antiguo Testamento tuvieron poco que decir acerca de la resurrección, una creencia que fue poco común hasta el período intertestamentario (los cuatrocientos años entre el final del Antiguo Testamento y el tiempo de Cristo). Aún en los días de Jesús, continuaba un gran debate acerca de la resurrección. Pablo se valió de esto como un punto de contención en su juicio ante el Sanedrín en Jerusalén (Hechos 23:6–8), y fue la razón por la cual muchos en Atenas rechazaron el evangelio (Elesiastés 17:31–32).

Partes del Antiguo Testamento muestran que la creencia era que una persona moría y descendía al Seol, una “tumba” o “sepulcro” en común. Esto era considerado un lugar de olvido, no de castigo ni de recompensa. Por esta razón, la vida presente era sumamente importante. La gente en los tiempos del Antiguo Testamento pensaba que, si Dios era justo, Él pondría en equilibrio la balanza de justicia en nuestra vida antes de que muriéramos. En el seol no había memoria, ni alabanza, ni comunión con Dios.

No obstante, algunos pasajes del Antiguo Testamento hablan de la resurrección y de la vida después de la muerte. La enseñanza más clara y más completa se encuentra en Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.” Isaías 26:19 habla de la resurrección de los muertos, pero no en específico de la vida después de la muerte: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! Porque todo rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.” Salmos 16:9–11; 49:15; 73:24; y Job 19:25–27 son algunos pasajes que sugieren la idea de la resurección sin describir claramente lo que ocurre después de la vida. Derek Kidner sugiere que tanto Job como Proverbios esperaban justicia para el justo y un revestimiento de lo malo después de la muerte (Proverbios 11:7; 12:28; 14:32; Kidner 1985, 118–119). La idea de la vida después de la muerte se desarrolla lentamente y bastante tarde en el Antiguo Testamento.

El Predicador, aunque posiblemente sabía de la creencia en la resurrección y la vida después de la muerte, no estaba seguro de lo que pasaría después de la muerte. Su problema principal es su falta de conocimiento acerca de lo que habría después de la muerte (Eclesiastés 2:16, 21–22; 3:11, 14, 21; 4:7–8; 5:15–16; 6:6, 12; 8:6–7, 17; 9:4, 6, 10; 11:5; 12:7). Para él la muerte limitaba todos los logros y la satisfacción que éstos producían por lo que pierden su significado (Eclesiastés 3:19–20; 4:3; 9:3–6, 10–12; 8:8; 11:8–12:7). Además, la muerte pone fin a cualquier oportunidad de reparar los errores cometidos y hacer justica.

Por tanto, el prospecto de la vida se convierte en una carga para el Predicador. “Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflcción de espíritu” (Eclesiastés 2:17). “Tal reflexión lanzó al Predicador a un rechazo radical de la bondad de la vida. Después de toda una vida de esfuerzos, nada queda, y la suma de las cosas se asemeja a un gran respiro” (Crenshaw 1981, 129). El Predicador prefiere el día de la muerte más que el día de nacimiento porque, cuando llega la muerte todas las ilusiones de la vida desaparecen y todos son iguales nuevamente (Eclesiastés 4:1–3; 6:1–6).

Al final, el Predicador es forzado a aceptar los límites que Dios impone a la revelación. “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También se ha visto que esto es de la mano de Dios” (Eclesiastés 2:24; 3:13; 5:18; 12:13–14).
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martes, 8 de diciembre de 2015

Todos los ríos van al mar, Y el mar nunca se llena. Al lugar de donde vinieron los ríos, Allí vuelven, para correr de nuevo.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Bendiciones que trae la Sabiduría

La contradicción de Eclesiastés.

Más que ningún otro autor bíblico, el Predicador explora ambos aspectos de las bendiciones que promete la sabiduría. Como en el libro de Job, el autor de Eclesiastés lucha por entender experiencias que parecen contradecir las enseñanzas de la sabiduría tradicional. Mientras que Job cuestiona la sabiduría convencional y sus amigos la defienden; el Predicador, sin embargo parece abogar por ambos lados del asunto.

¿De qué manera son distintos los argumentos del Predicador de la mayoría de los disputantes?

El trato de ambos lados de un argumento es una contradicción esencial en este libro. Por una parte, el Predicador concluye que la búsqueda de la sabiduría sólo produce tristeza y sufrimiento (Eclesiastés 1:12–18) y el arduo trabajo es doloroso y no permite el descanso (Eclesiastés 2:17–23). Por otra parte, afirma que la sabiduría “sobrepasa la necedad” (Eclesiastés 2:13), y que “no hay cosa mejor para un hombre… que su alma se alegre en su trabajo” (Eclesiastés 2:24). El autor parece no estar seguro si la búsqueda de sabiduría y al arduo trabajo tiene valor alguno para hacer la vida feliz y significativa.

El autor de Eclesiastés está en conflicto aun acerca de las bendiciones materiales que resultan de seguir las enseñanzas de la sabiduría. “Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia” (Eclesiastés 5:11–12).

La interpretación de Eclesiastés

Cuatro posibles interpretaciones de Eclesiastés.

Tradicionalmente ha sido extremadamente difícil interpretar y aplicar el libro de Eclesiastés. Michael Eaton ha estudiado varias interpretaciones distintas del libro (1983, 36–38), que incluyen las siguientes cuatro.


Interpretación espiritualizada

En primer lugar, los comentaristas judíos y los antiguos intérpretes cristianos usualmente optaron por la interpretación espiritualizada. Por ejemplo, el tárgum (una traducción parafraseada usada por los rabinos en la sinagoga) interpreta Eclesiastés 9:7 como una referencia a la recompensa de los justos por la caridad que dan a los pobres. El tárgum parafrasea el versículo de la siguiente manera:

  Salomón dijo por el espíritu de la profecía delante de Jehová: “El Señor del mundo dirá a los justos del mundo uno por uno, Anda y prueba con gozo el pan que se te ha dado a cuenta del pan que tú le has dado al pobre y al desafortunado que estaban hambrientos, y bebe con buen corazón tu vino, que está oculto para ti en el huerto del Edén, por el vino que tú has mezclado para el pobre y necesitado que estaban sedientos, porque tu buena obra ya ha sido agradable ante Jehová.”

Eclesiastés como un debate

Una segunda posible interpretación es entender el libro como un diálogo entre dos personas con puntos de vista opuestos. Conforme a esta interpretación, el libro toma la forma de debate entre dos sabios o entre un maestro y su pupilo. Michael V. Fox ve en Eclesiastés un desafío directo a la sabiduría convencional usando el estilo “Sí, pero” (Fox 1989, 19–28). Sin embargo, Fox no explica por qué un desafío como este sería incluido en el canon.


Propósito evangelístico

Una tercera sugerencia es que el pesimismo del Predicador tiene un propósito evangelístico. Cuando habla a personas que buscan los beneficios terrenales, el Predicador pregunta: “¿Cómo sería su vida si tuviera todo lo que el mundo ofrece?” El claro mensaje es la vanidad y falta de significado de las riquezas del mundo. En el siglo cuarto, Jerónimo escribió un comentario de Eclesiastés con el exclusivo propósito de convencer a una mujer romana rica que cambiara los placeres que el mundo ofrecía por la vida monástica. 

En una variación de este tema, el maestro de la Biblia Charles Swindoll (1985) ha sugerido que Eclesiastés es el diario de un hombre exitoso. Esto es, que el autor de Eclesiastés estaba en la posición de probar todas las buenas cosas de la vida, pero concluyó que todo era “vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 1:14). El descubrimiento del autor no fue que estas cosas eran malas o no provenían de Dios o que no producían placer, sino que no daban verdadero significado a la vida.

Generalmente los cristianos conservadores interpretan Eclesiastés de manera evangelística. Por su exploración de la sabiduría humana y de lo que brinda placer en la vida y un sentido de propósito, el autor concluyó que nada en este mundo tenía significado frente a la eternidad. La muerte limita todas las búsquedas terrenales. Ralph Wardlaw mantiene que Eclesiastés señala a la Cruz en anticipación de lo que trasciende esta vida presente. Conforme a esta perspectiva, el autor no es un escéptico sino alguien que comienza desde el punto de vista del mundo para señalar hacia algo de mayor significado.


Las limitaciones del razonamiento humano

¿Con cuál interpretación de Eclesiastés está de acuerdo usted?

La cuarta idea es que el libro presenta las limitaciones del razonamiento humano. Por ejemplo, la Biblia de Estudio Scofield introduce el libro de Eclesiastés declarando:

  Eclesiastés es el libro del hombre “bajo el sol” que piensa acerca de la vida. La filosofía que presenta, que no reclama ser revelación, pero que la inspiración registró para nuestra instrucción, nos muestra la cosmovisón de uno de los hombres más sabios quien sabe que hay un Dios santo y que juzgará todas las cosas.

Según esta perspectiva, el valor del libro es que muestra que nuestro entendimiento es limitado, por lo que somos llamados a confiar y a obedecer a Dios por la fe, aun cuando parezca que no está obrando en nuestra vida. La frase bajo del sol se refiere a la perspectiva puramente humana de la verdad. Sin embargo, aunque el libro sí nos habla de los límites que pone la muerte en nuestro entendimiento, el autor, en vez de promover la fe ciega, continúa buscando el significado de la vida.

Una de las preguntas fundamentales que plantea Eclesiastés es: “¿Qué función tienen la experiencia y la observación del mundo a nuestro alrededor en la formación de nuestra fe?” Sin que importe como finalmente entendamos esta tensión interna en Eclesiastés, podemos concluir que la vida bendecida es mucho más que simplemente aplicar la tradición sapiencial como si fuera una fórmula mágica. También, mientras el Predicador explora la aparente contradicción entre la fe y la experiencia, es importante notar que no compromete su fe ni está dispuesto a no ser sincero acerca de lo que observa a su alrededor. Quizá el aspecto más desafiante de Eclesiastés es que el autor no está dispuesto a darnos claras y simples respuestas.


¿Pesimista o Predicador de gozo?

Analizar el principio de buscar el gozo en la vida aunque todo parezca ser vanidad.

J. Stafford Wright sugirió que la clave para entender Eclesiastés es observar la introducción y la conclusión (1946, 18–34). Eclesiastés comienza declarando que todo es vanidad. Concluye diciendo: “Teme a Dios y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13). Además, hay varias afirmaciones que se repiten en varias partes del libro. Wright identifica dos de estas: Todo lo que se persigue en la vida es “vanidad”, y “No hay cosa mejor que el hombre coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo” (Eclesiastés 2:24; 3:12–13; 3:22; 5:18–19; 8:15; 9:7–9).

Si todo en la vida es vanidad, ¿por qué nos dice el Predicador que lo disfrutemos? Wright arguye que la búsqueda de las cosas del mundo no revela el plan escondido de Dios ni explica el significado de la vida. Ese misterio se encuentra en Dios. Sin embargo, son dones de Dios, y por tanto, deben ser disfrutados.

¿Cómo equilibra el Predicador la futilidad de la vida con el gozo en la vida?

R. N. Whybray señala que Eclesiastés no es un libro totalmente negativo. Al final del discurso en cuanto a la falta de significado de la vida hay siete exhortaciones a disfrutar la vida (Eclesiastés 2:24; 3:12; 3:22; 5:17; 8:15; 9:7–9; 11:7–12:1). Aun más, el llamado al gozo es más elaborado y exigente a medida que transcurre el libro (1982, 87–98). El primer llamado al gozo es un simple mandato: “No hay cosa mejor que el hombre coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo” (2:24). La expresión final y más elaborada pone en claro que, a pesar de que la vida está llena de vanidad, debemos gozarnos en las bendiciones de Dios:

  Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol; pero aunque un hombre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad (Eclesisastés 11:7–8, 10).

Aunque el Predicador está frustrado por su incapacidad de ver más allá de la muerte, la que limita los esfuerzos “bajo el sol”, la creación de Dios aún tiene mucho bueno que disfrutar.
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¿Que provecho tiene el ser humano de toda su labor con que se afana debajo del sol?

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




TODO ES VANIDADECLESIASTÉS - UN ESTUDIO DE TENER A DIOS PARA NO ESTAR VACÍO


¿Qué es lo correcto: la enseñanza contemporánea de que la vida siempre debe ser considerada una fuente de bendición y llena de significado o la enseñanza del autor de Eclesiastés que dice que todo es vanidad? Esta es una pregunta interesante que necesita ser respondida a la luz de todas las Escrituras.

El libro de Eclesiastés es único en su actitud hacia la vida. El autor ha intentado todo lo que las personas buscan en la esperanza de hallar satisfacción y felicidad. Sus experimentos lo han dejado vacío y frustrado. ¿Dónde puede hallarse el significado o la esperanza o la forma realista de obtener gozo en la vida? Todas estas preguntas son parte del estudio de este libro, pero las respuestas se extienden más allá de sus límites, aun a siglos más tarde en los cuales vivieron los autores del Nuevo Testamento.

Nuevamente, un autor de literatura sapiencial del Antiguo Testamento, prueba ser sincero, aunque limitado, en su búsqueda de respuestas acerca de la esencia de la vida de un ser humano. Sus elecciones en la vida, en cuanto a actitud y perspectiva, lo han vuelto cínico. Pero el alumno es invitado a estudiar el asunto más a profundidad, a la luz de toda la revelación de las Escrituras y el consejo de quienes conocieron a Jesús personalmente.

Propósito

De todos los libros sapienciales del Antiguo Testamento, Eclesiastés emprende la tarea más ambiciosa. Los autores de Proverbios tuvieron como propósito explorar y describir las maneras de encontrar y mantener conocimiento que asegurara la vida. El autor de Job provee un recurso para los que experimentan intenso sufrimiento. 

Tanto los autores de Proverbios como el de Job confían en 
(1) su relación con Dios (aunque Job es probado intensamente en esta área) y 
(2) la sabiduría humana y el entendimiento como medios de alcanzar el éxito en la vida (nuevamente, Job tiene esta perspectiva y, al final, es justificado).

¿Por qué fue escrito Eclesiastés?

Sin embargo, el escritor de Eclesiastés rechaza las ideas de que Dios pueda conocerse y que una persona puede confiar en la habilidad de la sabiduría humana para producir felicidad o sostener la vida. Él explora los límites de la sabiduría y la experiencia humana. Los tres autores están de acuerdo en que Dios domina todo lo que ocurre, pero para el autor de Eclesiastés, los caminos de Dios son misteriosos y escondidos.

Autor

El título Eclesiastés es el equivalente griego de la palabra hebrea Qoheleth. La palabra griega ekklesia y la palabra hebrea qahal significan “reunión” o “asamblea” y son las palabras que a veces traducimos como iglesia. Por lo que el título Eclesiastés literalmente significa “el que reúne” o “el que llama a la asamblea”. Jerónimo en el siglo cuarto y Martín Lutero en el siglo dieciséis simplemente tradujeron el título del libro como “el Predicador”.

¿Cuáles son las distintas perspectivas acerca del autor del Eclesiastés?

El autor de Eclesiastés no es identificado directamente. Conforme a la tradición rabínica, Salomón escribió el Cantar de los Cantares en su juventud, Proverbios en su mediana edad, y Eclesiastés en su vejez. Se nos dice que el Predicador es hijo de David (Ecl 1:1) y rey en Jerusalén (Ecl 1:12), pero no se nos indica cuál de los hijos de David. También sabemos que tenía más sabiduría (Ecl 1:16) y riqueza (Ecl 2:7, 9) que “todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.” Tal declaración es extraña proveniente de Salomón pues él fue sólo el tercer rey de Israel y el segundo en ocupar Jerusalén. Por otra parte, sería extraño que cualquier otro rey que sucediera a Salomón dijera que lo sobrepasaba en estas virtudes. Ciertamente las referencias a riquezas, edificios, sabiduría, y placer sexual señalan al reinado de Salomón y el autor parece, al menos, seguir el modelo de Salomón.

Es posible que el autor de Eclesiastés sea el rey Salomón, un rey de Israel que vino más tarde, o una combinación de autores cuyos escritos fueron recopilados más tarde y editados. Pero independientemente de quien haya sido el autor, la intención del Predicador es recordar al lector la sabiduría y la riqueza de Salomón.

Estructura

Los esfuerzos por identificar una estructura general en el libro de eclesiastés no han sido exitosas, aunque sí contiene un prólogo (Ecl 1:1–11) y un epílogo (Ecl 12:9–14). El prólogo establece el tono de Eclesiastés, presentando tres principios que son explorados en el libro:

    1.      En el fin, todo en la vida es vanidad y sin propósito.
    2.      Nada es nuevo bajo el sol.
    3.      Nada de lo que hagamos en la tierra perdurará o será recordado.

¿Es malo buscar entender los misterios de la vida? ¿Por qué sí o por qué no?

El epílogo pone en duda el esfuerzo de tratar de entender los misterios de la vida, y a causa de tal incertidumbre, llega a la conclusión de que nuestra mejor alternativa es “temer a Dios y seguir sus mandamientos.”

Kathleen Farmer ha sugerido que este libro puede ser aproximadamente dividido en dos secciones (1991, 151). 

Los capítulos 1–6 hacen la pregunta: “¿Qué hay bueno en la vida?” y luego intentan probar varias cosas que se piensa que traen contentamiento. 

Los capítulos 7–12 son más generales y examinan la pregunta del conocimiento humano. Farmer afirma que el mensaje de esta primera parte del libro es “El arduo trabajo y la sabiduría son buenos”, mientras que el de la segunda parte es “¿Quién puede conocer a Dios? ¡Nadie!” 

En la mitad del libro, se encuentra Eclesiastés 6:12 que sirve como transición entre las dos partes: “Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? 

Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?” Farmer señala que el patrón básico de Eclesiastés es un movimiento de los estudios específicos de lo que da significado a la vida a conclusiones más generales acerca de la vida.

La mayoría de los comentaristas contemporáneos han abandonado los esfuerzos de identificar un análisis detallado de la estructura del libro, y en lugar de esto han optado por un desarrollo de los temas presentes en el libro.

Contenido

¿Cuáles son los temas principales de Eclesiastés?

A pesar de que Eclesiastés no tiene una estructura específica, podemos identificar los elementos principales del estudio. 

La primera parte del libro considera todas las cosas que se piensa que traerán a la vida significado y alegría. El escritor explora las recompensas de la sabiduría (Ecl 1:12–18; Ecl 2:12–16), de la búsqueda de placer (Ecl 2:1–11), del arduo trabajo (Ecl 2:17–26), y de la riqueza (Ecl 5:8–6:11). 

El problema con estas búsquedas es que no producen el contentamiento y la satisfacción. No es que sean malas en sí mismas. Al contrario, el Predicador afirma que no podemos hacer nada mejor que disfrutarlas (Ecl 2:24; Ecl 5:18–19). Pero en sí mismas no dan sentido a la vida.

Un segundo tema tratado por el autor es el orden de la creación. Todo está en las manos de Dios. La vida está llena de los ritmos de la creación de Dios (Ecl 1:3–11), y todo tiene su tiempo y su hora (Ecl 3:1–17). 

A pesar de nuestras dudas acerca de su significado, la vida no es caótica ni sin propósito, pues Dios ordena todo lo que pasa. El problema es que desde nuestra perspectiva limitada muchas veces no podemos ver el plan de Dios ni entender sus propósitos. “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” (Ecl 3:11). Puede que haya un tiempo para todo pero no siempre es posible para las personas discernir esos tiempos.

Luego, comenzando en el capítulo 7, el autor cambia su enfoque para considerar el valor de la sabiduría (Ecl 7:1–8:17). Muchas de las cosas que escribe parecerían completamente naturales en el libro de los Proverbios. 

Pero finalmente, aun la búsqueda de sabiduría está limitada porque no siempre produce resultados. “Hay vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad” (Ecl 8:14).

La muerte es un cuarto tema en este libro. La muerte pone fin a la labor y a los propósitos de una persona. Todos mueren: el rico y el pobre, el sabio y el insensato, el bueno y el malo (Ecl 3:18–22; Ecl 9:1–12). Si la vida simplemente termina en la muerte, entonces es vana.

Ya hemos aludido a un quinto tema, el de hallar contentamiento en las actividades diarias. Puesto que el placer es temporal, los planes de Dios están escondidos, la sabiduría es limitada, y la muerte es el fin de todo, debemos disfrutar lo mejor que podamos lo que vemos y lo que se nos ha dado. Esto al menos es parte de la solución a la vanidad que el Predicador ve en la vida.


El Predicador concluye su estudio redirigiéndonos al Ilimitado: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ecl 12:13–14).
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