sábado, 1 de mayo de 2010

Estrategias Para la Victoria en un Mundo de tentacion Sexual: Ayuda Pastoral


Estrategias Para la Victoria en un Mundo de tentacion Sexual: Ayuda Pastoral

Archivo: PDF | Tamaño: 1MB | Idioma: Spanish | Categoría: Ayuda Pastoral - Entrenamiento Ministerial
«La batalla de cada hombre joven hace la mejor labor que jamás he visto en el asunto de la tentación sexual. Hace algún tiempo vivíamos en un mundo que no hablaba de secretos, y ese mundo nos ha llevado al desastre en que estamos hoy en día. Los hombres jóvenes necesitan tener una sincera, directa y atrevida perspectiva cristiana de su sexualidad. Este libro salvará miles de futuros matrimonios».

PRIMERA PARTE: ¿Dónde estamos?
1 Cuando el fútbol era rey
2 La distancia de Dios
3 Ser uno con Dios
4 Nadie se escapa de la isla de la aventura

SEGUNDA PARTE Cómo llegamos aquí
5 Parada brusca
6 Solo por ser varón
TERCERA PARTE: 0pta por la auténtica hombría
7 Tú puedes elegir la verdadera hombría
8 ¿Qué vas a ser ?

CUARTA PARTE: La masturbación
9 La larga caída de Steve 110
10 Todo sobre la palabra con M
11 La vista desde arriba
12 ¿Qué reemplazas con la masturbación?
13 El sumo de tu impulso sexual

QUINTA PARTE: Establece tus defensas
14 Desarrolla tu plan de batalla
15 Tu espada y tu escudo
16 ¿Qué te puede retrasar?
17 Mantente enfocado en la meta
18 ¿Qué ganarás?
19 Tu mente de potro

SEXTA PARTE: El honor sexual
20 Amor por su padre
21 ¿Qué piensan las chicas
22 ¿Estás listo para el reto?

SEPTIMA PARTE: Una importante discusión adicional
23 Cuando tus sentimientos son por otros hombres

Como cualquier verdadero jugador de fútbol, sin embargo, tenía un interés más que pasajero en la sexualidad. Tenía una adicción por la página central de Playboy desde que encontré un montón de revistas debajo de la cama de mi papá cuando yo estaba en el primer grado de la escuela primaria. 
También descubrí ejemplares de Desde el sexo hasta los sesenta, una publicación llena de chistes obscenos e historietas cómicas sexuales. Cuando mi papá se divorció de mi mamá, se mudó a un apartamento de soltero, donde colgó en su sala un gigantesco cuadro de terciopelo de una mujer desnuda. 
Yo no podía evitar mirar ese cuadro como un mural cuando jugábamos cartas mientras lo visitaba los domingos por la tarde. En otras ocasiones, me daba una lista de tareas cuando pasaba a verlo. Una vez, mientras vaciaba la basura de su habitación, me encontré unas fotos de su amante desnuda. 
Todo esto causó que se despertaran sentimientos sexuales en lo más profundo de mi interior. las películas de Hollywood me llenaron de una curiosidad lujuriosa y una fogosa pasión. En una película, Diana Ross le vertió un cubo de hielo en el estómago a su jefe mientras él tenía un orgasmo, lo que parecía intensificar la experiencia. Quedé boquiabierto. ¿Qué era esto? Yo me pasaba los días dándoles vueltas a esas escenas en mi mente. 
En esas raras ocasiones en que salía con una chica cuando no era temporada de juegos, esos sentimientos profundos se revolvían y burbujeaban. Demasiado a menudo me extralimitaba con la chica mientras trataba de meter una mano debajo de su sostén.

jueves, 29 de abril de 2010

Matrimonio - Divorcio - Nuevo Matrimonio: Lo nuevo en el Siglo XXI

Gran Biblioteca Ministerial: Matrimonio - Divorcio - Nuevo Matrimonio: Lo nuevo en el Siglo XXI
Archivo: .RAR | Tamaño: 7.5MB | Idioma: Spanish | Categoría: Estudios Ministeriales 

Éste no es un libro sobre el matrimonio en sentido primario, aunque he tenido que decir mu­cho sobre el matrimonio (para más detalles ver mi libro Vida cristiana en el hogar. No hay manera de hablar sobre el divorcio y el nuevo casamiento sin discutir primero el matrimonio.No quiero decir que hayamos de tratar el matrimonio de modo exhaustivo, pero hay necesidad de conside­rar los principios básicos. Sin esto como fondo, es difícil ver el punto de vista bíblico sobre el divor­cio y el nuevo casamiento.
Los temas tratados en este libro implican cuestiones de gran interés para la Iglesia. Si bien no todos los problemas pueden ser resueltos en estas páginas, espero que el lector estará de acuerdo en que se resuelven bastantes. 
Debido a que los asuntos del divorcio y el nuevo casamien­to han sido evitados en el pasado reciente, hay poco material sustantivo a  disposición.                                                                
Los  comentaristas lo discuten brevemente, de paso, cuando tocan los pasajes pertinentes en la Biblia. De vez en cuando se oye algún sermón que toca algunas de las cuestiones fáciles. Pero, de modo fundamental, la dirección de la Iglesia ha ido a la deriva, y los miembros la han seguido.
Cuando hace veinticinco años empecé oficial­mente mi ministerio como pastor de una iglesia en la sección occidental de Pennsylvania, los cris­tianos apenas hablaban del divorcio y el nuevo casamiento. No es que estas cuestiones fueran tabú; es que no parecía que fuera necesario. Apar­te del libro de John Murray, virtualmente nadie escribía sobre estas cuestiones. Hoy, naturalmen­te, los estantes de las librerías cristianas están atiborrados de libros sobre el matrimonio y el di­vorcio, aunque uno pierde las ganas de seguir le­yendo la mayoría de ellos una vez ha dado una ojeada a varias páginas. Pero en aquellos tiempos las cosas eran así. ¿Por qué?.

No veíamos la necesidad de discutir la familia por cierto número de razones. En primer lugar, estábamos liados en una lucha de vida o muerte con el modernismo o liberalismo, y estábamos perdiendo la mayoría de las batallas. Las institu­ciones cristianas a docenas caían en mano moder­nistas; los conservadores eran echados de sus igle­sias, en tanto que las denominaciones, una tras otra, pasaban bajo el control de líderes no creyen­tes. La radio (la TV religiosa estaba sólo en su co­mienzo) pertenecía a los modernistas. Los evolu­cionistas iban a la cabeza. Los conservadores es­taban sentados frente a sus iglesias, caídos y ven­dándose las heridas. La lucha era encarnizada por todas partes, y pocos los recursos o el personal. En realidad, en comparación con la abundancia de materiales de hoy, se publicaban muy pocos li­bros de cristianos. Las grandes editoriales las di­rigían los modernistas, y modernista era el perso­nal. Los editores conservadores eran pocos y pe­queños, y el mercado conservador era escaso. Los cristianos que creían en la Biblia eran una peque­ña minoría.
Los conservadores estaban a la última pregun­ta. Y en aquellos días, gran parte de ellos eran dispensacionalistas, del tipo de los que decían: «Pronto habrá llegado el fin. Ésta es la hora undé­cima. Si podemos resistir por un año o dos, el Se­ñor vendrá dentro de poco.» Esto significaba que se hacían muy pocos planes de largo alcance, y no había nadie a la ofensiva, activo, agresivo; había, pues, una preocupación mínima sobre las fami­lias.
Unido a estas actitudes estaba el hecho de que no quedaban muchos recursos, tiempo o energía para producir. Lo que quedaba se utilizaba en la defensa. Algunas cosas tenían que ser sacrifica­das. Por desgracia, lo que se procuraba cultivar eran cosas distintas de las que trata este libro.

viernes, 23 de abril de 2010

Gran Biblioteca Ministerial: Comentario del Evangelio San Marcos


Gran Biblioteca Ministerial: Comentario del Evangelio San Marcos 
Archivo: PFD | Tamaño: 5MB | Idioma: Spanish | Categoría: Estudios Ministeriales

De acuerdo al título y a la tradición unánime, el nombre del escritor es Marcos. Por buenas razones, se supone que cada vez que se menciona este nombre en el Nuevo Testamento se refiere siempre a la misma persona. Se le llama Marcos en Hch. 15:39; Col. 4:10; Flm. 24; 2 Ti. 4:11; 1 P. 5:13. Para ser más exactos, este era su nombre en el mundo romano de habla griega. 
En griego se escribía Markos y en latín Marcus. Por supuesto que siendo judío (Col. 4:10, 11), Marcos era su sobrenombre, su “otro” nombre. Su nombre original o judío era Juan (Hch. 12:12, 25; 15:37).
El Nuevo Testamento no nos provee de una biografía completa de este hombre. La tradición contiene cosas de valor, pero lo que dice de él no es consistente en todos sus puntos. No nos da una respuesta definida y uniforme a preguntas tales como: Cuando Marcos escribió su Evangelio, ¿fue la influencia de Pedro tan decisiva y predominante, que Marcos vino a ser sólo un secretario del apóstol: “Pedro dictando, Marcos escribiendo”? ¿No sería mucho más razonable pensar que la influencia de Pedro fue moderada, siendo Marcos el verdadero escritor? En este caso Pedro sería la principal fuente de información de Marcos, pero de ningún modo la única. Otras interrogantes: ¿Terminó Marcos su libro mientras Pedro aún vivía o lo hizo después de su muerte? ¿Era Marcos el hombre que Jesús describió como llevando un cántaro de agua (Mr.14:13)? ¿Estuvo entre los setenta misioneros (Lc. 10:1)? ¿Era literalmente de “dedos cortos”, o tal descripción tiene que ver sólo con su Evangelio, el cual carece de una introducción y conclusión como las que encontramos en los otros Evangelios? ¿Fundó Marcos la iglesia de Alejandría? ¿Murió de muerte natural o sufrió martirio?
A continuación esbozaremos los hechos de la vida de Marcos de los cuales podemos estar seguros o que al menos poseen un elevado grado de probabilidad:
Aunque probable, no es del todo seguro identificar a Marcos con aquel “cierto joven” cuya interesante historia se relata en el Evangelio de Marcos (14:51, 52). Lo que se relata ocurrió la noche antes de la crucifixión. Jesús y sus discípulos salían del aposento alto. ¿Estaba este aposento en casa de María, madre de Marcos, donde también él vivía? De ser así, tenemos la siguiente situación: eran probablemente las 11 de la noche (véase CNT sobre Mt. 26:31) y este “cierto joven” estaba durmiendo. De pronto se despertó. ¿Habría ya rendido su corazón al Salvador? Quizá sintió el deseo de acompañar a Jesús. El hecho es que tomó una sábana, se envolvió en ella y salió corriendo detrás del Maestro. Cuando la guardia del templo lo detiene, logra escapar a costa de perder la la sábana que queda en poder de quienes intentaron capturarlo (cf. Gn. 39:12). Si esta reconstrucción no resulta muy atrevida, significaría que siendo Marcos todavía bastante joven, fue uno de los “seguidores” de Cristo, lo mismo que su madre. No perteneció al grupo de los Doce, ni conversó personalmente con Jesús. Al igual que muchos otros eruditos, fechamos el incidente de Mr. 14:51, 52 a principios de abril del año 30 d.C. Para mayores detalles véase sobre 14:51, 52.
 
Jesús pronto partiría de esta tierra al cielo, y se preocupó de no dejar a sus discípulos sin un líder. En un sentido muy real, dicho líder fue Pedro (véase CNT sobre Mt. 16:18). Después de que Cristo ascendió al cielo, en la fiesta de Pentecostés Dios usó el conmovedor mensaje de Pedro para reunir a no menos de tres mil “ovejas” en su redil (Hch. 2:41). ¿No es probable que la predicación de Pedro también ejerciera una poderosa influencia sobre Juan Marcos?

Los años 30 al 44 guardan silencio. Nada dice la Escritura sobre lo que sucedió con Juan Marcos, hasta que en Hechos 12:12–17 encontramos un incidente que pudo haber sido de gran importancia para él. Los hechos ocurren probablemente en el año 44 d.C. Se nos informa que Pedro es librado milagrosamente de la prisión, y que de inmediato se va “a casa de María, la madre de Juan, apodado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando” (v. 12). Esta María no es, por supuesto, la madre de Jesús, ni María Magdalena, ni María de Betania, ni María la madre de Santiago y de José. Se trata más bien de María, la adinerada madre de Marcos. Su casa tenía un corredor o vestíbulo y también un aposento alto lo bastante grande como para reunir a un buen número de personas. Tenía por lo menos una sirvienta, Rode. María no sólo era rica, sino también generosa. Se entregaba de todo corazón a la causa de Cristo y, por tanto, estaba dispuesta a prestar su casa cada vez que la comunidad cristiana la necesitase. Juan Marcos era hijo de una madre como esa. Aunque no podemos estar seguros de que en esa oportunidad Juan Marcos se hallaba en Jerusalén, parece que así era, ya que se dice definidamente que poco tiempo después Pablo y Bernabé tomaron consigo “a Juan, llamado también Marcos” (Hch. 12:25) y que partieron con él de Jerusalén a Antioquía. Suponiendo que Marcos estuvo en Jerusalén en la oportunidad descrita en Hch. 12:12–17, el joven debió haber quedado profundamente impresionado por la forma tan maravillosa en la que Pedro fue liberado de la prisión. Como el texto es claro en decir que “muchas personas” se habían reunido en casa de su madre “viuda”, podemos suponer con bastante certeza que Marcos conoció a varios de los primeros testigos de los hechos centrados en Jesús. Como ya lo indicamos, [p 5] no se sabe hasta qué punto Marcos había conocido a Jesús, y la tradición antigua no es de mucha ayuda en este punto. No existe evidencia sólida de que después del año 44 d.C. haya habido alguna relación estrecha entre Marcos y Pedro. La evidencia de una relación entre ambos sólo aparece al final de la vida de Pedro. Por tanto, dejemos a Marcos por un momento, más tarde volveremos a él.

Gran Biblioteca Ministerial: La Exégesis del Nuevo testamento

Gran Biblioteca Ministerial: La Exégesis del Nuevo testamento
Archivo:PDF | Tamaño: 8MB | Idioma: Spanish | Categoría: Estudios Ministeriales

Se emplea el término "exégesis" en este libro en un sentido limitado a propósito para hacer referencia a la investigación histórica del significado del texto bíblico. La exégesis, por lo tanto, responde a la pregunta: ¿Quéquiso decir el autor bíblico? Tiene que ver conloquedijo(el contenido mismo) y porqué lodijoen cualquier punto dado(el contexto literario). Además, primordialmente la exégesis tiene que ver con la intención: ¿Qué se propuso el autor que entendieran sus lectores originales?
Históricamente, la hermenéutica era el nombre más amplio para la ciencia de la interpretación, que abarcaba la exégesis. Pero como la hermenéutica se ha concentrado más enel significado como realidad existencial, es decir, lo que hoy significan esos antiguos textos sagrados, he optado por limitar todoempleodel término a su más estricto significado de"aplicación".
Este libro tiene que ver más con el proceso exegético.Así que el propósito inmediato del estudiante de la Biblia es comprender el texto bíblico. Sin embargo, la exégesis nodebe ser un fin en sí misma. Por lo general, los sermones exegéticas son secos, informativos tal vez, pero rara vez proféticos o inspiradores. Por lo tanto, el propósito final del estudiante dela Biblia es aplicar una comprensión exegética del texto ala iglesia yal mundo contemporáneos. En consecuencia, esta guía también incluye algunas sugerencias para trasladarse "del texto al sermón".
El procesodel análisis exegético, y de la redacción de un ensayo exegético, está determinado en parte por la razón o las razones para tratar un texto en particular. Hay fundamentalmente tres razones:
  1. Un estudio metódico a través de un libro completo de la Biblia.
  2. Un intento por resolver las dificultades de un enigma, o pasaje problemático, bien conocido(1Co7:14;15:29;etc.).
  3. La  preparación para el sermón o la lección del domingo siguiente, u otros intereses pastorales relacionados. Los profesores y los escritores de comentarios usualmente usan el texto por la primera razón. 
En el aula, los estudiantes también participan en ese proceso y con frecuencia escriben sus ensayos exegéticos "en el transcurso de las cosas 
  • Se espera que también cada vez más pastores aprendan ese método, no sólo para los fines inmediatos de enseñanza o predicación, sino también para crear una profunda reserva de datos bíblicos para moldear todo su ministerio.
  • También los estudiantes escriben muchos ensayos exegétícos por la segunda razón. Se espera que lo que se aprende tratando de resolver "pasajes problemáticos" se use para la razón 3 (predicación u otros intereses pastorales), la más común y urgente razón por la que los pastores estudian el texto bíblico. Debido a esto, se ha dedicado todo un capítulo para enseñar a hacer un análisis exegético "abreviado", para la preparación de sermones. 
  • Sin embargo, no puede apren­der a hacer bien el análisis "abreviado" el que antes no ha aprendido bien todoel proceso. .
Se han escrito los principios del capítulo 1 desde la perspectiva de la razón 2 (tratar pasajes problemáticos). También se incluyen (en el paso 1) ayudas adicionales para aquellos cuyo enfoque esla razón 1 (estudiar un libro completo).
Lo primero que debe observarse en cualquier texto bíblico es elemental, pero también el asunto crucial, pues determina mucho de lo restante. ¿Qué clase de literatura se está analizando en la exégesis?
El Nuevo Testamento se compone fundamentalmente de cuatro tipos (géneros):
  1. Las epístolas, en su mayor parte, están compuestas de párrafos de argumento o exhortación. Aquí el exégeta debe aprender, sobre todo,a seguir el flujo del argumento del escritor para entender cualquier oración o párrafo aislados.
  2. Los evangelios están compuestos de fragmentos, unidades de enseñanza o narrativa, que son de distintas clases, con diferentes características formales, puestas en sus presentes contextos por los evangelistas.
  3. Hechos es una serie de narraciones breves conectadas que forman una narración entera con discursos esparcidos.
  4. El libro de Apocalipsis es una serie de visiones construidas con cuidado y entretejidas para formar una narrativa apocalíptica completa.

jueves, 22 de abril de 2010

Gran Biblioteca de Preparación Ministerial: Teología Sistemática

Gran Biblioteca de Preparación Ministerial: Teología Sistemática
Archivo: PDF | Tamaño: 5MB | Idioma: Spanish | Categoría: Libros de Preparación Ministerial 
Información_________________________________________________________
Con la doctrina de Dios comienzan generalmente los trabajos sobre Dogmática o Teología Sistemática. La opinión reinante siempre ha reconocido que  este es el procedimiento más lógico, y todavía apunta en la misma dirección. Abundan ejemplos en los que aun aquellos cuyos principios fundamentales parecen requerir otro arreglo, continúan la práctica tradicional. Si procedemos sobre la suposición de que  la teología es el conocimiento sistematizado de Dios, de quien y para quien son todas las cosas, habrá buenas razones para comenzar con la doctrina de Dios. En lugar de que nos sorprenda que la Dogmática comience con la doctrina de Dios, debemos esperar que sea en todas sus ramificaciones, desde el principio hasta el fin, un estudio detallado de Dios. En realidad, esto es lo que pretende ser, aunque sólo la primera parte se ocupa de Dios directamente, en tanto que las siguientes lo hacen indirectamente. Emprendemos el estudio de la teología con estas dos presuposiciones:  
  1.  Dios existeEl se ha revelado en su divina Palabra.
  2. Por esta razón no es imposible comenzar con el estudio de Dios. Consultamos su revelación para saber lo que El nos ha revelado de sí mismo, y para conocer la relación que guarda con sus criaturas. En el transcurso del tiempo se han hecho intentos para distribuir el material de la Dogmática en forma que manifieste claramente que es, no solamente en una parte, sino en su totalidad, un estudio de Dios. Se hizo esto aplicando el método trinitario que distribuye la materia de la Dogmática bajo tres encabezados: 
  • El Padre
  • El Hijo 
  • El Espíritu Santo.  
Este método se aplicó en algunas de las primeras producciones sistemáticas; volvió a la popularidad con Hegel, y aún puede verse en la obra de Martensen, Dogmática Cristiana.
 Hizo un intento semejante Breckenridge al dividir el material de la Dogmática en 
  1. El Conocimiento de Dios Considerado Objetivamente,  
  2. El Conocimiento de Dios Considerado Subjetivamente.   
Pero, en realidad, ninguno de los anteriores tuvo mucho éxito.
Hasta principios del Siglo XIX la práctica general fue comenzar el estudio de la Dogmática con la doctrina de Dios; pero sobrevino un cambio bajo la influencia de Schleiermacher, que procuró asegurar el carácter científico de la teología por medio de la introducción de un nuevo método. En lugar de la Palabra de Dios, se tomó la conciencia religiosa del hombre como fuente de la teología. Se desacreditó la fe en la Escritura considerada como revelación autorizada de Dios, convirtiendo la comprensión humana, basada en las emociones del hombre o en sus razonables temores, en la medida del pensamiento religioso. Gradualmente la religión tomó el lugar de Dios como objeto de la teología.
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