lunes, 27 de junio de 2011

Hacia una teología Bíblica sobre la Multiplicación de Iglesias: ¿Es lo Mismo que Multiplicar Denominaciones?


Hacia una teología bíblica sobre la multiplicación de iglesias ¿Qué multiplicó Pablo? ¿Número de convertidos, iglesias  o denominaciones (sectas)

Por  Jonatán Haley

Fundar nuevas iglesias es una labor loable que muchas iglesias fomentan por todo el mundo, principalmente por medio de sus misioneros. Pero de este trabajo surge naturalmente una pregunta que muchas veces pasa desapercibida: ¿No deberían estas iglesias, que promueven la implantación de iglesias alrededor del planeta con tanto vigor, iniciar también iglesias en su misma localidad? ¿No deberían nuestras iglesias tener el mismo celo para la multiplicación de congregaciones “en casa”, como en el extranjero? ¿Por congregaciones “en casa”, como en el extranjero? ¿Por qué no fundar una nueva iglesia en nuestra misma ciudad, incluso, en nuestra misma zona de la ciudad?
En sus formas más básicas, me parece que sólo existen tres posibles respuestas a estas preguntas.
Respuesta 1: Es una buena idea entre muchas otras buenas ideas.
Quien responda así, quizás piense: “Es sólo otra manera más a través de la cual una iglesia puede ser fiel a la Gran Comisión. Es algo que nos alegra el corazón cuando lo vemos ocurrir, pero somos igual de fieles al último mandato del Señor si emprendemos otros esfuerzos evangelísticos, como por ejemplo, empezar un programa una vez al mes dirigido a gente sin trasfondo religioso.”

Respuesta 2: Es una mala idea.
Aquel que responda así quizás piense: “Quitaría energía, gente, y recursos de una iglesia que ya tiene suficientes dificultades con sólo mantener los programas existentes. ¡Dar nuestras mejores personas al inicio y mantenimiento de una nueva obra podría retrasar años el avance de nuestra iglesia en sus esfuerzos de crecer y alcanzar a la ciudad para Cristo!”

Respuesta 3: Es una idea imprescindible.
Los que responden de esta forma pensarán: “No sólo tiene apoyo bíblico, sino que llevado a cabo con sabiduría, probablemente representa la mejor manera de ser fiel al mandamiento del Señor de hacer discípulos no sólo en todas las naciones, sino también en casa. La multiplicación de congregaciones locales es clave para el cumplimiento de la Gran Comisión. No es simplemente una idea más entre otras. Es la estrategia por la cual todas otras estrategias han de ser juzgadas, y a la que todas las demás deben eventualmente apoyar.”
Es mi convencimiento que la respuesta 3 es la que mejor encaja con la evidencia bíblica. ¿Por qué? Por tres razones básicas.

domingo, 26 de junio de 2011

La Oración: ¿Qué tiempo emplear en hablar con Dios?


 
El Sindrome de los 5 Minutos al hablar con Dios
                 
Oracion
Oracion
¿Cuándo fue la última vez que tú y Dios se juntaron para celebrar un culto de adoración sin coro, ni piano, ni orden de culto?
Muchas veces no oramos porque no sabemos orar, pero no sabemos orar porque no oramos y es entonces cuando caemos en el síndrome de los cinco minutos, no podemos estar cinco minutos en la presencia de Dios porque nos distraemos, nos aburrimos o ya no sabemos qué decir.
Orar es entrar en comunión con Dios. La palabra dice: “Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos”. (Salmo 95:2) Que mejor forma de entrar en comunión con Dios que con la alabanza. Comenzar alabando y cantando a Su nombre y verás que pronto habrán pasado 2, 3, 5 minutos y tu en una dulce comunión con Dios.
Una prioridad en la oración es la adoración, adorar es rendirse totalmente en su presencia. Orar y adorar es entrar en comunión con Dios rindiéndose totalmente en Su presencia. “A él clamé con mi boca, y fue exaltado con mi lengua” (Salmo 66:17). El salmista clamó a Dios en la alabanza. Y luego su oración fue escuchada por Dios. “Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica” (Salmo 66:19).

¿QUE ES INTERCEDER?
Es colocarse en el lugar de otra persona delante de Dios, es la forma más profunda, amorosa y poderosa de orar conforme la palabra de Dios.
¿QUE ES UN INTERCESOR?
Es el cristiano que guiado por el amor y la misericordia se coloca en el lugar de otros para suplicar o defender la causa de éstos.
El mayor ejemplo de un intercesor lo encontramos en Jesús, que tomó el lugar de nosotros para expiar nuestros pecados en la cruz a fín de que fuéramos perdonados por el Padre. (Lucas 23:34)
¿QUE DIFERENCIA HAY ENTRE ORAR E INTERCEDER?
Muchas veces confundimos el interceder con orar; la diferencia es que la intercesión siempre es a favor de otro y la oración a favor nuestro.
El plan del enemigo es remover la vida de oración del creyente. Si el enemigo cumple su tarea, el arma clave para una vida cristiana de éxito está perdida.
A menudo escuchamos comentarios con relación a la oración y la intercesión: “yo no soy para eso”, “no es mi ministerio”. Cuidado con esos muros que se levantan contra la oración e intercesión. Han existido algunos estereotipos que han tratado de enmarcar a los intercesores: personas entradas en edad o ministros retirados.
La iglesia está llamada a orar, en 1a. de Timoteo 2:1 dice que la iglesia debe orar e interceder por todos los hombres.
La intercesión no es exclusividad de unos pocos, es la función de cada creyente. Todo intercesor (cada cristiano) debe creer que su oración impulsa el avance del Reino de Dios en su propia vida y en la de aquellos por los que ora.
Es difícil orar y quejarse de alguien o de algo al mismo tiempo, la gente que ora unida, permanece unida, creando interdependencia de unos a otros.
Cuando el liderazgo solicita oración de los intercesores (todo creyente), se provee el combustible, para encender la llama de la unción, un ejemplo de esta acción es Pablo en su carta a los Colosenses 4:2-4 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el ministerio de Cristo…”


La Mayordomía: Un Tema que debe Estudiarse y enseñar


 
La palabra mayordomía, ha sido definida como “cargo de mayordomo” y la de mayordomo como “el criado principal a cuyo cargo está el gobierno de una casa o hacienda” (Diccionario moderno, New York, wolf’s Lane, Peljam, 1961).
El su libro la mayordomía cristiana, un concepto integral, el pastor Víctor Toranzo define la Mayordomía Cristiana como: “La administración correcta y completa de todo cuanto Dios nos ha concedido al darnos la vida: El tiempo de nuestra existencia en la tierra, los talentos y los recursos económicos”.
Compete a todos los seres humanos, y particularmente a los que nos llamamos Iglesia de Jesucristo, reconocer que Dios como Creador y Sustentador del universo es el único propietario de todo.
Así lo expresa el salmista David: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en el habitan” (Salmo 24:1), añadiendo en el primer libro de Crónicas: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas, y tu eres excelso sobre todo. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. ……..Porque ¿Quién soy yo y quien es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (2 Crónicas 29:11-14).
Desde los orígenes de los cielos y la tierra, Dios otorgó al ser humano, representado en Adán, la facultad de señorear sobre todo lo creado. En otras palabras, le hizo un administrador o mayordomo de su creación (Génesis 1 y 2), haciéndole responsable de la misma.
Cuando miramos la creación, debemos reconocer los efectos negativos que el pecado del hombre y su falta de responsabilidad ha ocasionado sobre los recursos naturales. Los desastres naturales, los cuales nos han cobrado miles de vidas son provocados por el abandono de la responsabilidad que Dios puso en nuestras manos.
Como hijos de Dios, redimidos por la sangre de Jesucristo, tenemos que tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos de volver al diseño divino, y de la necesidad de practicar una mayordomía que refleje la forma integral en que concebimos la vida.
He aquí algunos conceptos esenciales que nos pueden ayudar a practicar una mayordomía conforme a las enseñanzas de las Escrituras:
  1. Dios es el Creador y Sustentador de todo cuanto existe. El es el único propietario de todo. Génesis 1 y 2; Salmo 24:1; Apocalipsis 4:11.
  2. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios; y fue puesto como mayordomo de la creación. Génesis 2:7-20
  3. Toda la creación fue sometida a esclavitud debido al pecado del hombre Génesis 3; Romanos 8:19-21.
  4. Todo ser humano redimido, ha sido comprado con la sangre de Jesús, y pertenece a Dios por derecho de creación y redención. Siendo así debemos reconocer que daremos cuenta a nuestro Creador y Redentor. Efesios 1:3-10; 1 Corintios 6:20; Apocalipsis 4:11.
  5. La mayordomía que Dios ordena para cada uno de sus hijos, debe responder de tal manera que se haga la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida, de tal manera que el reino de Dios sea establecido dondequiera que el envía a uno de sus embajadores. Col. 3:17; 1 Pedro 4:10. 
Que Dios nos de su sabiduría y de su gracia para responder, eficientemente, al alto grado de confianza que ha depositado en nosotros como su pueblo para administrar todos los recursos que ha puesto en nuestras manos.

La Mayordomía Cristiana: ¿Qué Aspectos Involucra?

Imagen
La Mayordomía Cristiana: ¿Qué Aspectos Involucra?
 
La Mayordomía Cristiana

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

La mayordomía es una de las partes más importantes de la vida cristiana.

¿Qué significa la Mayordomía?

Mayordomo era el que manejaba o el que administraba la casa y los asuntos del otro, pero siempre tenia que rendir cuenta de su mayordomía al dueño; y mayordomía es el arte de administrar aquello que hemos recibido, tener responsabilidad con los bienes que Dios nos ha dejado, hasta que Él venga a pedirnos de lo que hemos hecho con ello. Un mayordomo cuida de los asuntos de una casa o hacienda, o administra las cuentas y la propiedad de otra persona. Somos administradores de lo que tenemos.

La Mayordomía Cristiana es ser responsable, administrando las cosas de Dios. La mayordomía significa la forma correcta de administrar las posesiones de Dios como siervos suyos.

Todo pertenece a Dios: este mundo, los recursos naturales, las riquezas, nuestros talentos, nuestro tiempo, nuestros propios cuerpos y almas. Dios nos ha entregado todo para administrarlo. En su nombre, en una forma responsable. Nosotros tenemos todo este mundo como una muestra de confianza para administrarlo en el nombre de Dios. Nosotros, como administradores de lo que nos ha sido entregado por Dios, tendremos que rendir cuenta a Dios por el uso que hacemos de estas cosas.

En el sentido bíblico, pues, el mayordomo administra los bienes de Dios. Dios es su patrón y él es administrador de los bienes de Dios. Dado que todo pertenece a Dios, todas las cosas deben ser administradas en nombre de Dios.

La mayordomía es un privilegio que Dios nos concede para ayudarnos a crecer en amor y obtener la victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo se regocija en las bendiciones que otros reciben como resultado de su fidelidad.

Los principios de la mayordomía se hallan a través del mensaje tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. Dios es el Dios de todas las cosas y recursos materiales y espirituales, no solo como Creador sino también como Redentor.

La buena mayordomía empieza con el reconocimiento de que Dios es el dueño de todas las cosas (1Cronicas 29:1-4; Lucas 12:42-48; Mateo 25:14-20; Lucas 19:12-27). No podemos “darle” a Dios la posesión de nuestros bienes materiales, El ya lo posee todo. A Él le pertenece todo. Solamente podemos reconocer y someternos a su dominio.

Jesús hablo de lo que puede reconocerse como el centro de interés en la vida de los seguidores de Cristo. “Donde esta vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt 6:21). Después de Pentecostés se noto un gran cambio en la actitud de los creyentes con respecto a sus posesiones. A partir de ese momento hubo una gran manifestación de amor hacia los pobres y necesitados.

Nuestra fuerza, la inteligencia, los talentos y las habilidades personales, así como nuestra capacidad de adquirir posesiones materiales; todo nos ha sido dado como un regalo de Dios. Como mayordomos de Dios, ahora tenemos la responsabilidad de decidir si hemos de desarrollar nuestra vida y nuestros talentos, o si los derrocharemos con actos imprudentes. Si el Señor nos colmo de todas estas bendiciones es porque esta seguro de que podremos administrarlas como es debido.

La iglesia debe interesarse por ganar almas, mas que por recaudad fondos. Una persona que ha sido ganada verdaderamente para el Señor pondrá inmediatamente a los pies de Cristo todo lo que posee. Pablo se sentía responsable de cumplir con la comisión que le había sido encomendada (1 Corintios 9:17). Así, cuando decimos que el cristiano es un mayordomo de Dios, simplemente queremos decir que: EL CRISTIANO ADMINISTRA LA PROPIEDAD DE DIOS.
1. Su propiedad es de Dios. Todo lo que tengo y todo lo que soy pertenece a Dios.

“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan” Salmo 24:1

“Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Conozco a toda las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud” Salmo 50:10-12

“mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8

2. Su cuerpo es de Dios.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no soy vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales, son de Dios” 1 Corintios 6:19-20

3. Su alma es de Dios.

“En su mano esta el alma de todo viviente; y el halito de todo el genero humano” Job 12:10

En Conclusión: “porque ninguno de vosotros vive para si, y ninguno muere para si. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” Romanos 14:7-8

Todo Cristiano es un mayordomo de Dios

Todo creyente es un mayordomo de lo que Dios le ha confiado.

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

“A uno dio cinco talentos, y a tros dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos” Mateo 25:15

Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Rom 12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
Rom 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Rom 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como el quiere” 1Corintios 12:11

Todo creyente tiene algo que puede usar para Dios. Mateo 25:14-30 enseña que cada uno de nosotros debe dar cuenta de cómo hemos usado lo que Dios nos ha dado.

La mayordomía no es Opcional
Al aceptar a Cristo, usted se convirtió en mayordomo. No tiene que decidir si quiere ser mayordomo o no. Usted solamente decide que clase de mayordomo va a ser. Usted dará cuenta de su mayordomía en el Tribunal de Cristo.

Cinco cualidades de un buen mayordomo:

1- Un buen mayordomo es Fiel:

“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Co 4:2

Tiene la confianza del dueño. Hace exactamente lo que su patrón le dice. Podríamos decir que la fidelidad es el comportamiento correcto del mayordomo en relación con su amo. La fidelidad depende de una obediencia diaria a lo que Dios nos ha dicho que hagamos. La obediencia a los mandamientos de la Escritura, la persistencia en reclamar las promesas de la Palabra de Dios, la consagración diaria para andar en la luz y permanecer en Cristo, permitiendo que Su Palabra more en nosotros, son las cualidades de un mayordomo fiel. No administra su mayordomía basándose en sus gustos o caprichos, sino en el amor, la fidelidad y la obediencia a su Señor.

2- Un Mayordomo Fiel es Digno de Confianza:
La integridad es la conducta correcta del mayordomo en relación con otras personas. La virtud mas importante en la vida es la integridad. Como buenos mayordomos, nuestra reputación, nuestro carácter, la confianza que nos merecen los demás y nuestra integridad, deben estar por encima de todo interés personal. Si las personas pueden observar las buenas cosas que hacemos como mayordomos de Dios, probablemente alabaran al dueño (Mateo 5:16)

3- Un Buen Mayordomo es Sabio:

Sgo 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

No te engañes, Dios sabe cuando malgastamos sus posesiones, y cuando las usas para Su Gloria. Invite al Espíritu Santo a que le ayude a invertir su vida donde tenga los mejores resultados para Su gloria. Necesitamos mucha sabiduría para administrar correctamente. Podemos ser como José, que todo lo que hacia prosperaba.

4- Un Buen Mayordomo es Fructífero:
La medida de un buen mayordomo es el fruto de lleva (Mt 25:14-29). Un mayordomo fiel escudriña sus oportunidades e invertirá lo que Dios le ha dado, de tal manera que produzca los mejores resultados. Jesús dijo: los elegí a ustedes para que lleven fruto y vuestro fruto permanezca (Jn 15:16-9). recordemos que todo árbol que no da fruto es cortado.

5- Un Mayordomo es Piadoso:

Un buen mayordomo también se preocupa en vivir una vida piadosa. La santidad es el mas elevado y glorioso atributo de Dios. La piedad personal comienza con nuestro nacimiento dentro de la familia de Dios. Tenemos que saber que el mayordomo no solo administra los bienes, también representa a su amo delante de los demás.

Dios libera sus bienes en nuestra vida a medida que nosotros:

* Dedicamos diariamente un tiempo o estar en la presencia de Dios por medio del estudio Bíblico y de la oración.

* Le obedecemos en todas las cosas y evitamos todo aquello que deshonra al Señor.

*Mantenemos las cuentas claras con Dios.

*Sabemos valorar lo que tenemos, sea poco o mucho.

Para ser un buen administrador tenemos que ordenar nuestra propia vida. Todo nuestro estilo de vida debe reflejar el hecho de que somos responsables al Señor por el manejo de los recursos de toda índole que El haya puesto en nuestras manos.

Todos somos mayordomos. Somos administradores de las posesiones, los recursos naturales, el tiempo, los dones y nuestra vida. Dios nos ha entregado todo eso para ser administrado por nosotros de una manera responsable.

TODO CRISTIANO ES UN ADMINISTRADOR DE:
1- Su vida. Romanos 12:3-8. la vida es muy valiosa. Dios le dio al hombre el soplo de vida (Gn 2Secreto El es el dador de la vida, nosotros no somos quienes para adueñarnos y decidir cuando vivir y cuando morir, eso le pertenece a Dios que es el dueño de nuestra vida. El apóstol Pablo dijo: “si vivimos para el vivimos y si morimos para el morimos... del Señor somos” (Rom 14RollEyes
Vida cristiana significa la entrega de nosotros mismo y el aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador. Una vez que entregamos todo lo que somos y lo que tenemos a Dios, a quien todo le pertenece de todos modos, El lo acepta pero luego lo vuelve a entregar, haciéndonos mayordomos o cuidadores de todo lo que poseemos.

2- Los Talentos que Dios le ha dado. Mt 25: 14-30

Dios ha dado talentos (habilidades) para ser usados para el Señor. Dios espera que Su pueblo use lo que le ha dado para Su gloria. No usar o hacer mal uso de lo que Dios nos ha dado, significa ser un mal mayordomo. Los talentos, las habilidades, las virtudes, etc, debemos desarrollarlos con el propósito de darle la gloria a Dios. Cuantos creyentes hay, que han tenido en poco lo que Dios les ha dado y decidieron enterrar su talento. Recuerde que cada uno dará cuenta ante Dios de su mayordomía.

3- Su Tiempo –Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.
Como fieles mayordomos, glorificamos a Dios al usar sabiamente nuestro tiempo (Col 3:23,24). Como Jesús debemos ocuparnos en los negocios de nuestro Padre (Lc 2:49). Por cuanto el tiempo es el don de Dios, cada momento es precioso. Cuando, en la creación, Dios nos concedió el tiempo, se reservo el séptimo día como un periodo sagrado para la comunión con el. Hoy los creyentes debemos saber administrar el tiempo que Dios nos da. Como dice una frase “El Tiempo es oro”, expresando el valor que este tiene.

La inversión mas sabia de nuestro tiempo es el que dedicamos a la oración, meditar en su Palabra, y asistir en las reuniones de la congregación. Pidamos al Espíritu Santo que el nos guíe para poder administrar correctamente las 24hs del día.

4- Su Dinero y posesiones
A- La naturaleza fugaz de las posesiones:
Prov. 23:4 No te afanes por hacerte rico;
Sé prudente, y desiste.
Prov. 23:5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
Porque se harán alas
Como alas de águila, y volarán al cielo.

Prov. 27:24 Porque las riquezas no duran para siempre;
¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

Dinero y posesiones
La Biblia trata con mucha frecuencia el tema del dinero y la posesión de propiedades. Dios sabe que este es un asunto de gran interés para todo ser humano. Por eso creemos que es de primordial importancia que el creyente sepa lo que la Palabra de Dios le puede enseñar en este sentido.

B- Lo Material es Pasajero.
No solo Salomón se refiere a la naturaleza efímera de las posesiones materiales. El apóstol Pablo amonesta a los cristianos a no sacrificarse por adquirir riquezas terrenales (1 Tim 6:5-10,17,18). Las riquezas no duran para siempre (Prov. 27:24). Esta declaración deberia ser considerada seriamente por los que solo piensan en lo material. Ni siquiera el ser hijo de un rey es garantia solida, porque ningún reino ni ninguna monarquía dura para siempre. Cuando dejemos esta vida no podremos llevarnos las cosas que poseemos. “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podemos sacar” (1 Tim 6)

Las bendiciones de la Mayordomía

Una bendición personal: una razón por la cual Dios nos pide que consagremos continuamente a Él nuestra vida entera, es con el fin de promover nuestro propio crecimiento espiritual y desarrollo del carácter. La mayordomía fiel también nos ayuda a obtener la victoria sobre la codicia y el egoísmo. La ley condena la codicia, uno de los peores enemigos de la humanidad. Jesús también la condeno (Lc 12:15). El ejercicio regular de la generosidad nos ayuda a desarraigar de nuestras vidas la avaricia y el egoísmo. (Mt 25:40)

Una bendición para nuestros semejantes: Los verdaderos mayordomos bendicen a todas las personas con quienes se ponen en contacto.

1Ti 6:18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
1Ti 6:19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

La mayordomía abarca el servicio a Dios y a los demás e implica nuestra disposición a compartir todo lo que Dios nos haya entregado en su misericordia, que puede ser de beneficio para otros. Pedro le dijo al paralítico: “...lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo levántate y anda” (Hechos 3)

Una bendición para la Iglesia: La buena y fiel mayordomía es indispensable para la iglesia. La participación continua de sus miembros en el acto de dar es como el ejercicio: fortalece el cuerpo de la iglesia, y le permite participar en compartir las bendiciones que Cristo le ha concedido, lista para responder a cualquier necesidad que se presente en la causa de Dios. Todos estamos invitados a ser mayordomos y colaboradores con Él. De este modo, el testimonio de la iglesia será una bendición para el mundo, y sus fieles administradores se regocijaran al ver que las bendiciones del Evangelio se extendieron a la vida de sus semejantes.

CRISTO COMO MAYORDOMO

Jn 5:30 “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”.

Jn 7:18 “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia”.

Lc 22:42 “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Jesucristo no vino a la tierra para hacer lo que quisiera, El vino con un propósito establecido por el Padre, nunca hablo palabras que no fueran del Padre. No busco su propia gloria sino la gloria del padre.

Cristo entrego no solo lo que tenia, sino también se entrego a sí mismo. En esto consiste la mayordomía.


¿Te quieres Librar de las Deudas?: Las deudas una trampa de satanás para alejarnos de Dios

¿Te quieres Librar de las Deudas?: Las deudas una trampa de satanás para alejarnos de Dios

¿Cómo librarse de las deudas?

Larry Burkett
Por Larry Burkett





Seguidamente les enseñamos algunos secretos que nos permitirán liberarnos de ellas:
A. Confeccione un “Plan para controlar sus gastos” (un presupuesto familiar básico)
Hacer un “Plan para controlar sus gastos” por escrito, es absolutamente necesario para cualquier individuo o familia que vive bajo la esclavitud financiera. Realice una lista de todos los gastos en orden de importancia.
Ubicarlos en ese orden es trascendental porque últimamente hemos perdido el punto de referencia entre lo que es una necesidad, un gusto y un deseo. Examinemos sus diferencias:
Necesidades. Son los gastos que hacemos para proveer las necesidades básicas como el alimento, la ropa, el trabajo, un lugar donde vivir y la salud, entre otras. “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8).
Gustos. Son aquellas cosas que satisfacen una necesidad básica en nuestras vidas, pero que son de una mejor calidad. Por ejemplo,usted necesita vestirse, de forma sencilla y habitual, pero algunas veces puede elegir comprar ropa de mejor calidad o de una marca reconocida. También puede elegir un filete en vez de carne molida, tomar un taxi en vez de caminar al trabajo, entre otras alternativas.
El apóstol Pedro en su primera carta nos da un punto de referencia importante con respecto a los gustos en la vida del cristiano: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:3-4).
Deseos. Son las cosas que nos gustaría tener pero no son necesidades básicas para nuestra subsistencia. De acuerdo con el plan de Dios, sólo pueden ser adquiridos con fondos excedentes después que todas las otras obligaciones se hayan cumplido. No está mal comprarlas, si tenemos el suficiente excedente de dinero, lo ideal es saber controlarlo. En la primera carta de San Juan, capítulo 2, leemos: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2: 15 -16).

B. Identifique cuáles son las cosas esenciales para la vida y cuáles no.
Una persona que está endeudada debe dejar de hacer gastos que no son absolutamente esenciales para vivir. Observe qué tareas de mantenimiento del hogar pueden realizarse sin pagar a otros; comience a adquirir habilidad e ingenio para desarrollar esas tareas. Mediante este plan puede empezar a disminuir algunos de los gastos que en realidad no son esenciales. Estudie, en este caso, el capítulo 21 del libro de Los Proverbios, verso 17, en el Antiguo Testamento.
Debe empezar a desarrollar una actitud de conservación.
Comience a eliminar todos los gastos que no sean de importancia real.
Cabe resaltar que muchos de los gastos que consideramos esenciales lo son porque la sociedad, en su concepto de consumismo, nos ha hecho creer que son así. Por ejemplo, un claro indicador de esto es la necesidad de adquirir una computadora para entrar en el sistema multimedia y mantener la armonía con el avance tecnológico de la sociedad. Pero, en realidad, ¿necesitamos la computadora?

C. Piense antes de gastar
Cada uno de nosotros debe pensar antes de hacer cada compra. Cada gasto debe de ser evaluado de la siguiente manera:
  • ¿Este gasto es una necesidad, un gusto o un deseo?
  • ¿Refleja este gasto mi ética cristiana? (Por ejemplo, la suscripción a una revista pornográfica no la reflejaría). ¿Puedo seguir comprando revistas, enciclopedias, libros o discos aún cuando debo dinero a otros?
  • ¿Es lo mejor que puedo obtener por este precio, o estoy gastando sólo porque se me hace fácil y me dan la facilidad de pagar con mi tarjeta de crédito?
  • ¿Es un artículo que se devalúa rápidamente? ¿Estoy comprando algo que se deprecia rápidamente? (las piscinas, las casas rodantes, las lanchas, las computadoras y los automóviles, por ejemplo, pertenecen a esta categoría).
  • ¿Es costoso el mantenimiento? (Debemos recordar que no sólo necesitamos dinero para comprar cosas como un automóvil, ropa o mandar a hacer una piscina, ¡también tenemos que tener dinero para mantenerlas!).
D. Deje de comprar a crédito
Una persona que está endeudada debe empezar a comprar sólo al contado, debe de evitar toda compra a crédito, uno de los motivos es por los interés altos que está pagando.
A menudo, una persona con deudas y que posee alguna cosa de valor que podría convertirla en efectivo se pregunta: “¿Sería mejor vender esto para pagar mis deudas?” Ese es un error normal y debemos de tener mucho cuidado al ponerla en práctica ya que si nos limitamos sólo al hecho de vender el bien, estamos tratando los síntomas en lugar de tratar el problema.
Recuerdo a una pareja que estaba muy apretada económicamente a causa de las deudas por las tarjetas de crédito. Debían más de 20.000 dólares, y pagaban más de 4.000 dólares anuales sólo en intereses. Ante esta situación optamos por preparar un plan alternativo. Me pareció razonable que vendieran su casa y utilizaran el dinero para cubrir todas sus deudas porque esa cantidad de dinero era suficiente para hacerlo. Así lo hicieron, pero en menos de un año estaban endeudados otra vez, con 6 mil dólares de cuenta en sus tarjetas de crédito y esta vez no tenían un lugar para vivir.
¿Qué sucedió? Se había tratado un síntoma en vez del problema. El problema era su actitud hacia las tarjetas de crédito. Me habían asegurado que no las utilizarían, pero como no hubo un plan alternativo para dejar de usarlas, cayeron de nuevo en la misma trampa. En cuanto algo les hacía falta y no tenían efectivo para comprarlo, sacaban las tarjetas, y continuaban con el círculo de deudas.
El principio a observar es el siguiente: Si usted está endeudado por el mal uso de las tarjetas de crédito, deje de usarlas. Y déjelas en forma total. Aquellos que tienen problemas en controlar el uso de sus tarjetas de crédito deberían comprometerse a pagar cada mes el total de las compras que han hecho con la tarjeta. Para el primer mes en el que no pueda cumplir con la promesa, aquí va una receta popular:
  • Caliente el horno a unos 170°C (350°F)
  • Unte con aceite una de sus bandejas.
  • Coloque sus tarjetas en la bandeja y la bandeja en el horno.
  • Hornee hasta que se derritan.
Luego, devuelva las tarjetas a las compañías que se las otorgaron, solicitándoles que no se las envíen más. Incluya en su carta un plan para pagar la deuda de esa tarjeta de crédito, y después comprométase a comprar sólo con dinero en efectivo.
Una vez que haya desarrollado buenos hábitos económicos, haya roto ataduras financieras producidas por el mal uso de los préstamos y las tarjetas de crédito y haya cambiado su comportamiento con respecto al dinero, entonces evalúe la posibilidad de vender algunas cosas de valor para poder liquidar sus deudas. De esa manera, no se estarán tratando sólo los síntomas sino el problema principal.

E. Evite el “palanqueo” y la “lotería” financiera
Cuando uno está endeudado, debe evitar el llamado “palanqueo” financiero, que consiste en la forma de inversión que permite comprar un activo o bien grande y caro, con una pequeña inversión de capital.
Recuerdo una pareja latinoamericana que vivía en Chicago. El hombre quería comenzar su propio taller de enderezado y pintura de autos. Luego de algún tiempo de búsqueda, los dos se entusiasmaron con un taller inmenso que costaba más de un millón y medio de dólares. Como no tenían esa cantidad tan grande de dinero, el marido le pidió a su suegra, que era viuda, si podía hipotecar su casa (por unos $ 100.000) y prestarles el dinero para comprar el taller. La suegra, actuando de forma prudente y sabia, afirmó que no hipotecaría todos los ahorros de su vida para invertirlos en ese negocio y la joven pareja me llamó para preguntarme qué hacer.
A pesar de poner en juego las relaciones familiares, aquella viuda pudo darse cuenta de lo que muchos jóvenes inexpertos no ven en estos días, que sumando el impulso y la inexperiencia dan como resultado una
catástrofe financiera.
La viuda pudo advertir la siguiente situación: El porcentaje de inversión inicial requerida para comprar el negocio ($100.000) era demasiado pequeño con respecto al monto total de la deuda en la que su hija y su yerno se iban a involucrar (menos del 10%). Esto es lo que se llama “palanqueo”. Es el movimiento de un gran capital con una pequeña inversión. El problema de “palanquear” es que si algo, aunque sea mínimo, no sale como se planeó, el tamaño y peso de la deuda puede caer sobre el individuo y pulverizar su vida financiera.
Lo que este joven debería haber hecho es iniciar el taller en su casa, quizá en su garaje, para luego, y en la medida que sus negocios obtuvieran un crecimiento, trasladarse a un lugar más cómodo, amplio y sofisticado.
Este contexto nos obliga a olvidarnos, de una vez por todas, de tratar de hacernos ricos “por la vía rápida”. No solamente ponemos en juego nuestros negocios, sino que estamos poniendo en peligro nuestra vida familiar.

F. Aprenda a ahorrar
Finalmente, para afianzar su vida financiera familiar en el proceso de pagar sus deudas, uno debería aprender a ahorrar dinero de manera regular, incluso aquellas personas que están endeudadas.
Aprenda a desarrollar la disciplina del ahorro. Una de las mejores costumbres que una familia puede desarrollar es la de ahorrar una pequeña cantidad de dinero en forma regular.
Todas las personas que viven por encima del nivel de extrema pobreza tienen la posibilidad de ahorrar dinero. Muchos no lo hacen porque creen que la cantidad que podrían ahorrar es tan insignificante que no vale la pena; decisión no acertada y que no contribuye en nada al desarrollo familiar.
Sin embargo, para poder salir de sus deudas, usted debe prevenir las “situaciones inesperadas” que le llevarán a gastar más allá de su presupuesto obligándolo a pedir prestado. Estas situaciones no serían tan “inesperadas” o no nos golpearían tan fuerte el plan de gastos familiar si tuviéramos algunos ahorritos que actuaran de “colchón”.
El sabio Salomón una vez dijo en su libro de Proverbios: “Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa” (Proverbios 21:20). Una gran verdad 3.000 años atrás y una gran verdad el día de hoy.
https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html