sábado, 19 de mayo de 2012

¿Tu Congregacion Alaba al Orar?: Lucha sin Cuartel al Orar


biblias y miles de comentarios
 
Marchas de alabanza
En el otoño de 1991, doris y yo estábamos en Nuremberg, Alemania. Esta, entre otras cosas, fue una de las localidades centrales del poder nazi de Adolfo Hitler. Aquí las tropas pasaban revista y Hitler se jactaba ante el mundo por su poderío militar. Nuremberg fue uno de los sitios de la notoria «Noche de cristal» nacional el 9 de noviembre de 1938, cuando Hitler comenzó su despiadada carnicería de más de 6 millones de judíos.
La declaración de Berlín
Había sido invitado como conferencista principal para una charla de crecimiento eclesiástico auspiciada por la Sociedad Alemana de Crecimiento de Iglesias y el Movimiento de Renovación de la Iglesia Protestante del Estado. Estos últimos eran carismáticos y los primeros no, en su mayoría. Esto era sorprendente ya que Alemania se conoce como una de las naciones del mundo que tiene la mayor pared de separación entre carismáticos y no carismáticos. Unos 5.000 asistieron a la conferencia y los líderes de ambos grupos compartieron igualmente de la plataforma.
Históricamente, fue levantada una gran barrera para la unidad cristiana en Alemania por los líderes del Movimiento Pietista y la Alianza Evangélica en 1909, con lo que ellos denominaron «La Declaración de Berlín». Esta fue una de las más fuertes declaraciones anticarismáticas que jamás se haya pronunciado, atribuyéndole a las actividades de los carismáticos (o pentecostales) poder procedente «de abajo», no de arriba. Y de forma periódica a través de los años los que reclaman ser pietistas han reafirmado su seguimiento de «La Declaración de Berlín». Esta se había convertido en una verdadera fortaleza del enemigo para mantener fragmentado al Cuerpo de Cristo.
Una marcha en Nuremberg
Poco después de que llegáramos, se nos dijo que los organizadores de la conferencia habían planificado una Marcha por Jesús a través de las calles de Nuremberg en uno de los días de la conferencia. Habría de comenzar y terminar en el mercado al aire libre en donde Hitler había planificado su «Noche de cristal». El día de la marcha fue frío y lluvioso. Sin embargo, unas 8:500 personas aparecieron con estandartes, globos, sombrillas decoradas y estaban de un humor gozoso y festivo. Se habían colocado altoparlantes en camionetas y se había levantado una plataforma para la reunión de oración al final de la marcha.
La marcha pasó a través de las calles centrales de la ciudad de Nuremberg por casi 2 kilómetros. Los creyentes se habían unido para cantar alabanzas a Dios al unísono. Doris y yo nos unimos a la marcha; pero ella se vio obligada a ir en una silla de ruedas debido a una rodilla enferma, que luego requirió intervención quirúrgica. Ambos nos sentimos abrumados con la emoción. Durante los primeros 10 minutos, no pudimos hablar ni cantar. Estábamos llorando bajo la presencia del Espíritu Santo quién nos estaba dando un destello de las increíbles victorias espirituales que se están ganando sobre las fuerzas de las tinieblas en el mundo invisible.
Uno de los líderes de la conferencia se me acercó. Obviamente estaba sintiendo lo mismo que nosotros. Dijo: «Hemos decidido cambiar nuestro programa esta noche. Necesitamos arrepentimiento público. Y nos gustaría que cambiara su mensaje y hable acerca de ellos».
Esa noche el Espíritu Santo obró de manera poderosa. Relaté la profecía del cordón tripartita que no se rompe fácilmente, el que he mencionado en un capítulo anterior. Conté acerca del Congreso de Lausana en Manila, en donde los carismáticos y los no carismáticos fueron unidos por el Espíritu de Dios como dos de los cordones para la evangelización mundial. También fui lo suficientemente atrevido como para admitir el desaliento de los que éramos líderes del Congreso de Manila cuando los delegados alemanes protestaron de forma pública que el ministerio de Jack Hayford en una sesión plenaria era demasiado carismático, y ofensivo para ellos. Indicaron además, que probablemente también era ofensivo para Dios.
Concluí relatando un incidente en Tokio en 1990 en el cual Dios me llevó al arrepentimiento público. Me humillé, como estadounidense, ante unos 1.000 líderes japoneses y me arrepentí del pecado de arrojar una bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial. Luego de eso, los pastores japoneses tomaron el micrófono y se arrepintieron, usando gran emoción, por los pecados que Japón había cometido no sólo contra los EE.UU. sino contra muchas otras naciones también.
El repudio a «La Declaración de Berlín»
Cuando terminé de hablar, el Espíritu Santo cayó poderosamente sobre la audiencia en Nuremberg. Muchos de los 5:000 asistentes estaban llorando de forma audible. Entonces el líder de la facción que no era carismática, Klaus Eickhoff, tomó la plataforma y, usando una magnífica combinación de retórica y remordimiento, declaró que «La Declaración de Berlín» estaba anulada y abolida y confesó que al propagarla habían pecado no sólo contra Dios sino también contra las enseñanzas mismas de Martín Lutero.
El líder carismático, Friedrich Aschoff, respondió expresando palabras adecuadas de perdón y arrepentimiento recíproco por la arrogancia y el orgullo espiritual. La conferencia recibió amplia publicidad en los medios alemanes, aun negativa, de parte de teólogos que todavía apoyaban la declaración. Pero para muchos, la reunión fue un punto histórico en la unidad del Cuerpo de Cristo en Alemania.
¿Por qué cuento esta historia?
Como testigo ocular, creo que uno de los instrumentos visibles clave que Dios utilizó para traer arrepentimiento y unidad fue la Marcha por Jesús. El poder espiritual liberado en esa marcha de alabanza en Nuremberg fue extraordinario.
La iglesia en las calles
La Marcha por Jesús fue iniciada por Graham Kendrick, un joven compositor británico y líder de adoración; Roger Forster, fundador de la Comunión Cristiana Ichthus; Gerald Coastes, fundador de los Ministerios Pioneros; y Lynn Green de YWAM. Una «marcha embriónica improvisada», para usar las palabras de Graham Kendrick1, a través del notorio distrito de Soho, Londres, en 1985, comenzó a batir los jugos creativos de estos cuatro innovadores un tanto iconoclastas.
Lo que vieron claramente se resume de forma colorida por Graham Kendrick: «Gran parte de lo que sucede en la iglesia sucede tras puertas cerradas. La una vez poderosa iglesia visible ha llegado a ser prácticamente invisible. Tengo una visión para que la iglesia llegue una vez más a ser visible, una “novia en exhibición” por así decirlo. Es tiempo para que la esposa de Cristo deje de esconderse y se muestre».2 Esta es otra manera de decir que la Iglesia no sólo debe orar por la comunidad, sino que también debe orar en la comunidad.
La primera Marcha por Jesús se anunció para mayo de 1987 en Londres. Los organizadores esperaban que unos 5.000 podían aparecer para proclamar su fe. Cuando resultó ser un día miserable y lluvioso rebajaron mentalmente sus expectativas. Pero unas sorprendentes 15.000 persona se unieron en la marcha y los reportes fueron tremendamente positivos. Ellos sabían que tenían algo especial.
El año próximo la Marcha londinense por Jesús atrajo no menos de 55.000 personas. En 1989, decidieron descentralizarla y se organizaron marchas en 45 ciudades grandes. En 1990, en 700 ciudades y pueblos en el mismo día a través del Reino Unido se estima que marcharon unos 200.000. En 1991, hubo un resultado parecido. Ese año también, Tom Pelton organizó la primera Marcha por Jesús a nivel de ciudad en los EE.UU. en Austin, Texas, en donde 15.000 cristianos de 120 iglesias se unieron en alabanza pública. También se sostuvieron marchas espontáneas en Argentina, Japón, Zimbabwe, Guatemala, Brasil, Australia y, como he descrito, en Nuremberg, Alemania.
Un día para cambiar al mundo
En mayo de 1992, la primera Marcha por Jesús coordinada internacionalmente, planificada en principio para Europa, se esparció a través del Atlántico a los EE.UU. también. Esta habría de ser la precursora de las marchas internacionales en junio de 1993, lo que se está llamando «Un día para cambiar al mundo», el 25 de junio de 1994. Esta masiva iniciativa de oración, coordinada por el Curso Unido de Oración 2000 A.D., ha promovido muchas actividades de oración a gran escala para ese día auspiciados por casi todas las redes internacionales de oración cristianas.
Se anticipa que hasta 30% de los cristianos comprometidos en el mundo han de participar el 25 de junio de 1994, en oración sincronizada, coordinada e instruida para sus comunidades y naciones y para los pueblos de la Ventana 10/40. La pieza central del día serán las Marchas por Jesús en casi cada ciudad capital de casi cada nación del mundo, incluyendo varios cientos de otras ciudades. El comité 2000 A.D. de Seúl, Corea, ha establecido una meta de 2 millones de cristianos coreanos participando ese día sólo en la ciudad de Seúl.
Si el 23 de mayo de 1992 es indicación alguna, hay gran esperanza. En ese día, la Marcha por Jesús se desarrolló en 200 ciudades, 40 en Europa y 160 en los EE.UU. y Canadá. Participaron más de 600.000 personas. Las marchas fueron todas diferentes, pero iguales.
He aquí como Graham Kendrick describe una de las Marchas por Jesús: «Un bosque de estandartes se levantó y comenzó a moverse como algo vivo, tan lentamente como comenzó la gran procesión. Los niños en sus coches o en los hombros; los inválidos avanzando en sus sillas de ruedas; personas de todas las edades, colores y clases unidos de brazos. Aquí y allá los más ágiles comenzaban danzas circulares espontáneas mientras los músicos procuraban andar y tocar a la misma vez. Nuestros corazones se derritieron juntos a medida que la preocupación de todos era darle gloria a Dios».3
Jesús vive
Ciudad tras ciudad el 23 de mayo de 1992, se animó a los creyentes en su fe y su testimonio, se alcanzaron nuevos niveles de unidad cristiana y los espectadores descubrieron que la Iglesia de Jesucristo estaba viva y muy viva en sus comunidades. He aquí algunos de los informes oculares:
Erica Youngman de Londres, Inglaterra: «Una colorida muchedumbre de más de 45.000 marchó por Jesús desde el Parque Battersea hasta Hyde Park en Londres. La atmósfera fue mucho más gozosa que las marchas anteriores, con cristianos de toda la gama denominacional, incluyendo muchos de las iglesias de las Indias Occidentales. Hubo una cobertura positiva en las dos cadenas nacionales de televisión, ¡un adelanto!»
Quanrud de Tirana, Albania: «La marcha comenzó con 300, pero se expandió a más de 2.000 al final. Las personas apreciaron la libertad de poder tener la marcha, y había un verdadero sentimiento de bendición en la nación».
Tobías Gerster de Berlín, Alemania: «Juntos, a pesar de las diferencias denominacionales, 60.000 personas caminaron las calles confesando de forma pública su fe. Con el sol brillando marcharon a través de la Puerta de Brandeburgo, el símbolo de la separación de Alemania mediante la influencia comunista. La marcha fue una señal impresionante del cambio en Alemania».
Tom Pelton de Austin, Texas: «Un estimado conservador de la participación este año es de 20.000. Antes de la marcha estuvimos cubiertos por lluvia torrencial durante seis días. El día de la marcha tuvimos cielos azules y temperaturas en los 80°F. Se recibió una ofrenda de $20.000 y se le entregó a la Ciudad de Austin para el Hospital Infantil».
Dougie Brown de Moscú, Rusia: «500 personas marcharon del punto de reunión 3 kilómetros del Kremlin con coloridos estandartes, cintas y banderas proclamando a Jesús. Hubo tremenda adoración fuera del Parque Gorky y otros 100 se unieron al grupo. Unas 15 personas hicieron manifestación de fe».
Garry Martin de Menfis, Tennessee: «En esta ciudad, conocida por la segregación racial, un pastor blanco y uno negro trabajaron juntos como organizadores. La localización que eligieron fue un lugar en donde los negros habían sido subastados como esclavos hace más de 100 años atrás. La marcha fue mitad negra y mitad blanca, un poderoso testimonio público del amor de Jesús».
Zdzislaw Weyna de Wroclaw, Polonia: «4.500 personas tomaron parte en la marcha en Wroclaw, llegando a la ciudad de diferentes regiones de la nación. Muchos comentaron acerca de la magnífica atmósfera de oración y la buena cooperación de la administración de la ciudad. Vimos derrumbarse murallas de desconfianza entre los líderes y los creyentes de diferentes denominaciones. Los creyentes ahora aguardan de forma gozosa la próxima marcha».
Añada testimonios parecidos de participantes en 193 otras ciudades, y comenzará a aclararse el impacto de estas marchas públicas de alabanza.
Las marchas de alabanza, ¿son oración?
Algunos indudablemente se preguntaran por qué estoy incluyendo un capítulo acerca de las marchas de alabanza en un libro acerca de la oración. Para muchos de nosotros, la oración significa hablarle a Dios en nuestro tiempo diario devocional, bajando nuestras cabezas para orar en la mesa o cerrar nuestros ojos mientras el pastor dirige en oración un servicio de iglesia. La postura apropiada para la oración es «cabezas bajadas y ojos cerrados», como acostumbramos escuchar decir a Billy Graham.
Entonces, ¿cómo andar por las calles con nuestros ojos abiertos, dando palmadas, moviendo estandartes, cantando y gritando, tocando panderetas y bailando, puede remotamente considerarse como oración?
Aunque toma un tiempo para que algunos de nosotros nos acostumbremos a esta forma particular de alabanza como oración legítima, realmente jamás hemos dudado que la alabanza, en sí misma, sea parte de la oración. Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, Jesús respondió con lo que llamamos el Padrenuestro. Y comienza: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre» (Mt 6:9). A veces la palabra «santificado» encubre lo que realmente significa esto. La Living Bible [La Biblia al día] lo expresa en lenguaje más sencillo: «honramos tu santo nombre». Rendirle honor, adoración, y alabanza a Dios es oración.
Existe una distinción técnica entre la adoración y la alabanza, pero no es algo que enfaticemos rígidamente. La primera expresa nuestro profundo amor y devoción a Dios. La última le declara a Dios, a nosotros mismos, y al mundo la grandeza, la majestad, el poder y la gloria de Dios. Sin embargo, en el lenguaje diario se utilizan la adoración y la alabanza y se extienden el uno sobre el otro bastante en su significado. En nuestros momentos de adoración, también alabamos y en nuestros momentos de alabanza también adoramos. «Santificado sea tu nombre» puede extenderse para incluirlos a ambos.
Cómo se expresa esta alabanza y adoración en un momento y lugar determinado es un asunto de forma, no de sustancia. Cuando sucede algo bueno, podemos decir «¡Alabado sea el Señor!» Podemos comenzar nuestros servicios de iglesia con alguien dirigiendo a la congregación en una «oración de alabanza». Para aumentar el nivel del ruido podemos pararnos todos y unirnos al coro y al órgano cantando «Santo, Santo, Santo».
Distintas iglesias lo hacen de diversas maneras. Algunas dicen: «¡Vamos a aplaudir a Jesús!», y la respuesta es un aplauso retumbante, incluyendo algunos silbidos y vitoreos. Unos alaban con sus manos abajo, otros con sus manos arriba. Algunos tienen períodos extensos de cantos de adoración, utilizando coros contemporáneos. Otros cantan menos, utilizando himnos más tradicionales y procurando que los coros y los solistas realicen gran parte de los cantos de alabanza por ellos.
El poder de la alabanza
Independientemente de la forma, la alabanza agrada a Dios, nos aqerca a Él (véase Sal 100:4) y libera gran poder espiritual (véanse 2 Cr 5:13, 14; 20:21–27; Hch 16:25, 26). Con frecuencia no reconocemos que la alabanza en sí misma puede ser una arma de guerra espiritual para debilitar la influencia de los poderes del mal y abrir el camino para que Dios sea glorificado.
Recuerdo a Mel Tari contando un incidente en el reavivamiento indonés de 1965–1970 cuando él y un equipo fueron llamados a servir en un funeral en Timor. Cuando llegaron, el cuerpo había estado expuesto por dos días; no había sido embalsamado y el olor a muerte era fuerte. Pero las personas en el funeral creían que Dios levantaría al hombre de entre los muertos y le pidieron a Mel Tari que orara.
En lugar de una oración de petición, Tari eligió una oración de alabanza. Hizo que el grupo formara un círculo alrededor del cadáver y cantara una canción de alabanza a Dios. Aunque no sucedió nada, ellos cantaron de nuevo. Cuando la cantaron por sexta vez, algunos dedos de los pies se comenzaron a mover. La séptima vez, el hombre abrió sus ojos. ¡Y la octava vez se paró y comenzó a caminar! Obviamente algo sucedió en los cielos para que ese hombre fuera un Lázaro moderno y venciera la muerte. En esa ocasión, el medio humano que utilizó Dios para manifestar Su gloria fue la alabanza.
Un encuentro de poder en yap
Un amigo mío, Sam Sasser, sirvió como misionero de las Asambleas de Dios entre las islas del sur del Pacífico. Cuando aterrizó en Yap (un grupo de islas pequeñas), se acercó al jefe y le pidió permiso para predicarle el evangelio a su pueblo. El inteligente jefe dijo que lo consideraría, pero primero Sam tenía que pasar algunas pruebas. Estas resultaron ser juegos de tipo atlético con los hombres de Yap, y a Sam le fue bien.
El jefe obviamente se impresionó, así que Sam preguntó si ya podía predicar. «Todavía no», dijo el jefe. «Hay otro juego más».
Los hombres formaron un enorme círculo y comenzaron a cantar y a aplaudir, obviamente invocando el poder de los principados de la tribu a los cuales habían estado sirviendo. En el momento indicado, dos muchachas entraron al círculo y comenzaron a bailar en el centro. Poco a poco, justo ante los ojos de Sam, ¡las muchachas comenzaron a levitar y pronto estaban bailando en el aire a unos tres metros del suelo!
Con una sonrisa burlona, el jefe le dijo a Sam Sasser: «Tu Dios, ¿puede hacer eso?»
Sam respondió: «Señor, mi Dios no está en el negocio de la levitación. Pero le diré lo que puede hacer: ¡puede hacer que se bajen!»
Comenzó el encuentro de poder. Los poderes de las tinieblas habían retado visible y abiertamente al poder de Jehová Dios.
Sam Sasser se colocó fuera del círculo, levantó sus manos al cielo y comenzó un flujo continuo de alabanza al Rey de reyes y Señor de señores. Las jóvenes se cayeron al suelo, una se lastimó un tobillo.
El sorprendido jefe se acercó a Sasser y dijo, «Ahora puedes predicar el evangelio. Queremos conocer más acerca de tu Dios».
Una vez más la alabanza abrió el camino.
Cuando Pablo y Silas estaban en la prisión en Filipo la situación parecía desperanzada. Estaban en cepos y en la prisión interna para mayor seguridad. ¿Qué hicieron ellos? «Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían» (Hch 16:25) y lo estaban haciendo lo suficientemente fuerte como para que los otros prisioneros los escucharan. Vino un terremoto, fueron milagrosamente liberados y el carcelero y su familia se salvaron.
Como en Indonesia y Yap, la alabanza en Filipos liberó un poder sobrenatural poco común.
En resumen, es importante reconocer que la alabanza y la adoración son oración en sí mismos. Cindy Jacobs dice: «La adoración es intercesora. No tiene importancia si es una canción de alabanza actual o una de los años 1500, sino que tiene el poder de derribar las fortalezas de Satanás que están en corazones y mentes».4
Alabanza en las calles de la ciudad
Las marchas contemporáneas de alabanza nos ofrecen un vehículo para llevar nuestra alabanza, utilizando todo su poder espiritual, a las calles de la ciudad.
La Marcha por Jesús es un nombre nuevo, pero no es un concepto completamente nuevo. En el Antiguo Testamento, vemos a David dirigiendo una procesión de alabanza a Jerusalén (véase 2 S 6:12–17). En el Nuevo Testamento, la entrada triunfal de Jesús fue una procesión gozosa de alabanza también a Jerusalén (véase Mt 21:1–9).
Graham Kendrick, en su obra acerca del tema, Public Praise [Alabanza pública], cuenta cómo Aldhelm, el abad de Malmesbury, sacó el canto de alabanza a las calles de Wessex, Inglaterra, en el 675 d.C. John Huss salió a las calles de Checoslovaquia en el siglo XV. John Wesley, por supuesto, también predicó en los campos al aire libre. Pero quizás el prototipo histórico más fuerte viene del Ejército de Salvación en el siglo XIX, orquestas de metales se convirtieron en algo común en las calles de Inglaterra. Kendrick cuenta de una notable marcha del Ejército de Salvación en 1885, que «marchó a las casas del Parlamento con una petición dos millas de largo, con 343.000 firmas demandando que se detuviera el mercado de la prostitución infantil (el cual era rampante en ese entonces) y que se subiera la edad de consentimiento de 13 a 16 años de edad. ¡Tuvieron éxito!»5
Más recientemente, el movimiento de «Evangelismo a Fondo» sostuvo once cruzadas nacionales de un año de duración a través de América Latina en los 1960, cada una con varias marchas de alabanza. La asociación evangelística de Luis Palau organiza marchas frecuentemente, dos de las más grandes fueron la de 700.000 en Ciudad de Guatemala y la de 400.000 en Ciudad de México. «Evangelismo de Cosecha», presidido por Edgardo Silvoso, organizó una marcha que atrajo 18.000 en Buenos Aires, Argentina, en 1991. Kendrick cuenta de otras en India bajo Bakht Singh y en China bajo Watchman Nee.6
Cómo entender la Marcha por Jesús
Si decidimos llevar nuestra oración a la comunidad, y si uno de los vehículos que elegimos para esto es la Marcha por Jesús, debemos hacerlo con excelencia. Si ponemos a la esposa de Cristo en despliegue e invitamos al público general para vernos adorar a nuestro Señor y Maestro, debe hacerse con talento, dignidad, exuberancia, orden, ajuste cultural y clase. Entender completamente el cómo y el porqué de la Marcha por Jesús nos ayudará a alcanzar justamente eso.
El propósito
El propósito de la Marcha por Jesús es llevar a todo el Cuerpo de Cristo a la alabanza pública a Dios en armonía.
Como lo he dicho muchas veces, un prerrequisito fundamental para tomar una ciudad para Dios es la unidad sustancial del pueblo de Dios, comenzando con los pastores. Los conciertos de oración y particularmente las cumbres de oración han tomado pasos significativos en esa dirección en muchas ciudades. La Marcha por Jesús no es un sustituto para ninguna de esas iniciativas, pero su sencillez sí la hace más inmediatamente disponible a todo el Cuerpo de Cristo, especialmente a familias completas incluyendo niños y jóvenes. Es mi opinión personal que la Marcha por Jesús tiene más potencial para llevar la unidad del Cuerpo de Cristo a través de las líneas denominacionales y a través de las razas que ningún otro diseño disponible hoy en día.
Cuando se analiza la influencia que pueden hacer las marchas de alabanza en una ciudad, es importante que recordemos que en un sentido la adoración se puede ver como un fin en sí mismo, no sólo como un medio hacia un fin. Graham Kendrick dice: «La adoración no es tanto una arma como el premio mismo de la batalla … el Padre está buscando adoradores sobre los cuales derramar Su afecto por la eternidad».7 Si adoramos bien y no hacemos nada más, agradamos a Dios.
Podemos esperar que las marchas de alabanza ayuden a traer unidad al Cuerpo de Cristo. Podemos esperar que los establecimientos pornográficos y las actividades viciosas ilegales cierren así como pasó después de la marcha en Soho, Londres. Pero necesitamos profundizar más en eso. Las palabras de Graham Kendrick son extremadamente importantes para cualquiera que esté planificando organizar o participar en una Marcha por Jesús: «¿Qué logra todo esto? Mi respuesta es sencilla: el Señor recibe adoración. No sólo eso, sino que la humanidad y los ángeles lo ven recibir adoración. ¿Acaso no es eso un logro de gran significado en las calles de un pueblo o ciudad en donde normalmente no se le honra?»8
Los principios
Recientemente escuché a Roger Forster, uno de los fundadores de la Marcha por Jesús, mencionar 10 principios fundamentales de esa actividad, cada uno con matices teológicos. Estos parecen cubrir toda la gama, así que los nombraré aquí:
1. La obediencia. Estamos obedeciendo el deseo de Dios de que su pueblo haga conocer a las naciones su gloria y su majestad.
2. La visibilidad de la iglesia. La iglesia es percibida con demasiada frecuencia como algo irrelevante a la vida de la comunidad en general.
3. La unidad del Espíritu. La iglesia es percibida como un pueblo a pesar de las diferencias en doctrinas secundarias, prácticas y estilos que de otra manera mantienen separados a los grupos cristianos. John Dawson dice: «Somos una nación que ha traído reproche al nombre del Señor a través de la contienda y la división en el Cuerpo de Cristo. No hay forma más rápida de vencer eso que mediante la representación gráfica de miles de creyentes marchando juntos, físicamente, uno al lado del otro».9
4. La confesión, el arrepentimiento y la reconciliación. El arrepentimiento poderoso y el conmovedor arrepentimiento público es parte característica de la reunión pública de oración luego de una marcha.
5. La proclamación. Esto se hace en alta voz y al unísono.
6. La celebración. La atmósfera festiva de una marcha produce gran júbilo.
7. El simbolismo profético. Los hechos simbólicos públicos de muchas clases son característicos de los líderes del Antiguo Testamento como Moisés, Josué y los profetas. La marcha pública de alabanza es un ejemplo contemporáneo.
8. El reclamo del terreno. La palabra de Dios a Josué fue: «Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie» (Jos 1:3). Forster dice: «¿Por qué el enemigo ha de tener este terreno? ¿Por qué debe gobernar en nuestras calles y controlar nuestra economía? Nosotros ponemos nuestros pies sobre un pedazo de territorio y decimos: “Señor, este es Tú terreno …”»10
9. La valentía. Aunque la Marcha por Jesús no es para tímidos, tampoco admite solamente a los que tienen un corazón de león. A través de la misma, los cristianos comunes y corrientes pueden llegar a ser valientes por Cristo.
10. Testigos en el dominio celestial. Las batallas en la guerra espiritual que hacen falta para tomar una ciudad para Dios se ganan a través de marchas.
El método
El apoyo logístico para la Marcha por Jesús está emplazada. La oficina de Londres, Inglaterra, bajo Graham Kendrick y sus colegas, dirige los asuntos internacionales. Ellos son apoyados de forma muy fuerte por la oficina de los EE.UU. en Austin, Texas, bajo Tom y Theresa Pelton. Otras naciones están desarrollando sus propias oficinas nacionales.
Cada ciudad que desea una Marcha por Jesús debe ponerse en contacto con una de estas oficinas:
Fuera de los EE.UU.:     En los EE.UU.:
Marcha por Jesús,     Marcha por Jesús,
P.O. Box 39,     P.O. Box 3216,
Sunbury-on-Thames,     Austin, TX 78764,
Middlesex, TW16 6PP,     U.S.A.
Inglaterra     
Estas oficinas están preparadas para suplir las instrucciones necesarias para organizar una marcha a partir de poco o nada.
Las marchas requieren una base de liderazgo cristiano tan amplia como sea posible a nivel de la ciudad. Se necesita planificación cuidadosa para el punto de partida y la meta, con la aprobación y los permisos apropiados del municipio. Es necesaria una camioneta equipada con un sistema de sonido externo por cada 200 ó 300 personas que marchen. Es imprescindible explicar bien las cosas que pueden y no pueden hacerse en la marcha. Hay camisetas y cancioneros disponibles.
Música para las calles
Durante la marcha, todos los participantes van cantando, hablando y gritando las mismas cosas al mismo tiempo. Las canciones y la liturgia para el mundo de habla inglesa son nuevas todos los años escritas por Graham Kendrick y publicadas por Make Way Music.
El tipo de música de alabanza apropiado para las calles es distinto al de la música de alabanza y adoración contemporánea escrita para las reuniones de iglesia. Los coros de alabanza y adoración que han llegado a ser tan populares hoy fueron escritos en su mayoría en conexión con el movimiento de renovación carismática comenzando en los 1960. Cuando estos coros salieron por vez primera eran radicales tanto en su estilo musical como en su contenido, lo cual apelaba particularmente a la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial que fue criada con la música rock. Los coros fueron escritos como «canciones de amor a Jesús» y se ocupaban de los beneficios sanadores que podía traer Jesús a personas dolientes que se le acercaban en adoración. El empuje primordial de esta música de adoración era levantar el nivel de espiritualidad de los que ya eran cristianos. Muy poco de esto fue dirigido a la comunidad fuera de la iglesia o las personas perdidas allá afuera.
Graham Kendrick hizo surgir una clase diferente de música contemporánea de alabanza, compuesta de modo específico con las marchas de alabanza en mente. Él dice: «Muchas de las canciones que entonamos adentro no son apropiadas afuera, tanto en estilo como en contenido».11
«Shine, Jesus Shine» [Brilla, Jesús brilla] es la más conocida y es algo así como una canción tema de las Marchas por Jesús. Esta música nueva, quizás más que nada, tiene el potencial de cambiar la renovación carismática, que ha sido mayormente introspectiva, a una firme fuerza evangelística para el Reino de Dios en estos días. Una canción como: «Vamos a tomar esta ciudad, vamos a luchar por la fe, porque su reino se extiende a las fronteras de esta ciudad» mira hacia arriba y hacia afuera, mientras que «Yo te amo, Señor, y levantó mi voz para adorarte» mira hacia arriba y hacia dentro.
Hay cierto sentir hoy que la clase de canciones de adoración introspectiva y de amor a Jesús están en peligro de exagerarse en algunos círculos. Un líder cristiano, que enfatiza la adoración en su iglesia, se preocupó cuando sintió que el Espíritu Santo le estaba diciendo: «¡El mundo se está muriendo sin Jesús, y todo lo que la iglesia está haciendo es cantar cantos!» Quizás las Marchas por Jesús y la nueva himnología que ellos están produciendo ayudará a equilibrar las cosas y permitir que el pueblo de Dios derribe algunas murallas entre la iglesia y la comunidad.
El enfoque
Es obvio que la actual creciente popularidad de las marchas de alabanza puede ser utilizada por grupos con intereses especiales para promover sus causas. Los cristianos que están verdaderamente comprometidos a tomar sus ciudades y naciones para Cristo deben resistir esto fuertemente. Graham Kendrick de manera correcta dice que ese uso podría ser un «beso mortal» para la Marcha por Jesús. En base a su experiencia bosqueja cuidadosamente nueve cosas que no son la Marcha por Jesús:
1.     No son protestas.
2.     No se hacen alrededor de asuntos, sino alrededor de una Persona.
3.     No son críticas ni careos.
4.     No son una pirueta publicitaria.
5.     No son una campaña evangelística.
6.     No se presentan como un método de guerra espiritual.
7.     No son un ritual.
8.     No son triunfalistas.
9.     No se concentran en personalidades.12
Como se ha dicho, el enfoque de la marcha, primordial y principalmente, debe ser una declaración pública de los cristianos de todos los rangos de que Jesucristo es exaltado y de que es el verdadero Rey de reyes y Señor de señores sobre la ciudad.
El resultado
La Marcha por Jesús produce un cambio en la atmósfera espiritual de la ciudad.
Esta es una declaración tan atrevida que requiere calificación inmediata. Por un lado, debido a que aquí estamos lidiando con el efecto de una marcha visible acerca del mundo invisible, nos hemos separado de la posibilidad de medidas totalmente objetivas. Pero ese es el caso con toda oración, como señalé anteriormente en el libro. Sólo nuestra fe en Dios y la obediencia a su Palabra nos pueden asegurar que se guardan sus promesas en cuanto a la oración que ha recibido respuesta. Cuando vemos cambios tangibles en la propagación de la justicia y el derecho en nuestra comunidad y la cantidad de personas pérdidas que vienen a Cristo, nuestra confianza aumenta.
La segunda calificación tiene que ver con el grado. Ha habido cambio en el mundo invisible, pero ¿cuánto? Una trampa en la cual muchos líderes cristianos inocentes pueden caer es sospechar que al tener 1, 2 ó 10 Marchas por Jesús los espíritus territoriales sobre una ciudad serán arrancados, atados y despachados. Esta clase de tontería es lo que motiva a Graham Kendrick a decir: «No me suscribo al punto de vista de que la meta de una marcha de alabanza es sacarle la influencia demoníaca a un pueblo o a una institución. Una marcha no es una cura total para todos los males en un pueblo, tampoco es un sustituto para el testimonio diario y la acción social».13 Por esta razón también dice, como acabamos de ver, que «las marchas no se presentan como método de guerra espiritual».
Con esto no queremos decir que la guerra espiritual no es uno de los resultados de una Marcha por Jesús. Kendrick dice: «Unirse en un espíritu de unidad es en sí mismo un acto poderoso de guerra espiritual. Le declara a los poderes de las tinieblas que ellos están desarmados y malditos porque en Cristo estamos reconciliados y somos unidos en amor al pie de la cruz».14
Las marchas de alabanza no deben percibirse como contextos para los tipos de confrontación directa con los principados, poderes y las fortalezas que algunos viajes de oración, que habré de describir luego, hacen. Hay un lugar y un momento para ellos también, pero la Marcha por Jesús no es el momento ni el lugar.
Las Marchas por Jesús son una clase de demostración a los poderes en los lugares celestiales en la que toda la familia puede participar. Otras formas de guerra espiritual son definitivamente sólo para adultos.
En todo caso, cuando participamos en una Marcha por Jesús, ayudamos a cumplir el deseo de Dios de que «la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales» (Ef 3:10).
Preguntas de reflexión
1.      ¿Ha participado usted en alguna Marcha por Jesús? De ser así, describa sus sentimientos. Si no, ¿suena esto como algo que podría implementarse en su ciudad?
2.      Si la Marcha por Jesús en Nürnberg tuvo alguna influencia en el cambio de actitud de los cristianos alemanes, ¿qué explicación teológica podría ofrecer? ¿Qué pudo haber sucedido en el mundo invisible?
3.      Hable acerca del concepto de que la alabanza es una forma de oración. ¿Puede ofrecer otros ejemplos del poder tangible de la alabanza?
4.      ¿Qué quiere decir Graham Kendrick cuando dice: «La adoración no es tanto una arma sino el premio mismo de la batalla?»
5.      Repase y discuta la lista de nueve cosas que no son una Marcha por Jesús. A la misma vez, ¿puede encontrar un sentido positivo para cada uno de los asuntos?
CAPÍTULO OCHO
Caminatas en oración
Las marchas de oración se concentran primordialmente en la ciudad. Las caminatas en oración se enfocan sobre todo a los vecindarios. Ambas ayudan a derrumbar las murallas entre la iglesia y la comunidad.
Cómo moverse a las calles
Andrés Miranda es pastor de una pequeña Iglesia de Dios en Montevideo, Uruguay, y también es corresponsal del diario nacional cristiano El Puente.
Fue llamado a ser pastor de una iglesia que tenía 25 años y estaba estancada. La iglesia tenía 25 miembros cuando aceptó el llamado.
Miranda trabajó duro durante el primer año y la iglesia creció hasta 80. Aunque vio algún crecimiento rápido, muy adentro también sabía que las personas no estaban siendo alimentadas con la sólida enseñanza bíblica que necesitaban. Mirando atrás, admitió que estaba edificando a la iglesia, de forma excesiva, sobre sus ambiciones personales en lugar de basarse en seguros principios de crecimiento. Comenzó a orar acerca de ello, buscando profundamente y manteniéndose abierto para escuchar a Dios.
Dios le habló a Andrés Miranda. Le dijo que debía sacar a su pueblo de las murallas de la iglesia para orar en su comunidad. Sintió que no debían hacerlo como rutina de la iglesia, sino al menos una vez. Jamás lo habían hecho anteriormente.
Decidió salir a las calles un domingo como parte de su servicio regular. Comenzaron en el auditorio de la iglesia y se dividieron en cuatro grupos, lo que ahora llamamos caminatas en oración. Cada grupo salió a una de las cuatro esquinas de una intersección cercana y oraron de forma ferviente por su ciudad y su vecindario. En una de las esquinas estaba el templo local espiritista Macumba, que había venido unos años atrás a Uruguay del vecino Brasil. No destacaron al templo para la guerra espiritual señalada, pero oraron para que el poder de Dios y su gloria llegaran a su vecindario.
Luego de orar por un tiempo, cada grupo comenzó a bajar por una de las cuatro calles por espacio de una cuadra, orando por el pueblo, las familias y los negocios a medida que caminaban. Entonces se reagruparon y continuaron con su vida común y corriente.
Un retroceso y una limpieza
Sucedieron dos cosas extrañas.
Primero, el templo Macumba, que había estado funcionando en la esquina por años, cerró sin razón evidente alguna. Debido a que los cristianos no estaban en contacto con los espiritistas, jamás descubrieron exactamente por qué cerraron. Luego averiguaron que las personas que lo dirigían habían abierto un templo nuevo casi a 161 kilómetros de distancia. De cualquier forma, el vecindario por el cual oraron ya no era un centro Macumba.
Segundo, un retroceso espiritual afectó a la iglesia. De vez en cuando comenzaron a manifestarse espíritus inmundos en la congregación. El pastor Miranda se levantó, los reprendió y los sacó, pero algunos deben haberse quedado porque la iglesia entró en un período de disensión y confusión. Los miembros de la iglesia comenzaron a marcharse; casi todos los 80 miembros decidieron irse a otra parte.
Al principio Miranda se desanimó y se descorazonó. Pero a medida que continuó el éxodo cadavez se le hizo más claro que la iglesia había estado abrigando serios problemas espirituales de los cuales él no había estado consciente. Algunos de ellos habían estado creciendo por 25 años, finalmente fueron descubiertos y tratados de forma abierta. La congregación se redujo a prácticamente nada, pero para ese entonces Miranda se percató de que estaba testificando una limpieza total, más necesaria en su iglesia de lo que pudo imaginarse.
Entonces comenzó a llegar la bendición. Unos pocos meses después, lo último que supe, la congregación había crecido a 50, pero ahora 80% de los miembros son nuevos convertidos, algo que jamás había sucedido antes. Y algo más alentador, muchos de ellos son de la misma cuadra en donde la iglesia está localizada. Ellos han provisto una clínica médica para el pueblo, un centro de cuidado diurno y están ofreciendo desayunos gratis para niños pobres. Lo que el enemigo quiso para mal, Dios lo convirtió en bien. Ahora creen de forma firme que toda la cuadra será cristiana dentro de poco.
¿Y el cambio? Provino de una sencilla caminata en oración luego de que la Iglesia de Dios decidiera derrumbar la muralla entre la iglesia y la comunidad.
Los principios de las caminatas en oración
Steve Hawthorne, quien, juntamente con Graham Kendrick, está en el proceso de escribir un libro acerca del tema, define las caminatas en oración como orar en el lugar donde queremos la victoria. «Esta es oración intercesora», dice Hawthorne, «orando en el mismo lugar en donde usted espera ver contestadas sus oraciones».1
La idea de orar en el lugar lleva a los que oran a la comunidad. Ayuda a implementar un versículo tema para los 1990: «Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie» (Jos 1:3). La idea de caminar nos lleva al contacto más cercano con los miembros de la comunidad por los cuales estamos orando. Por supuesto, la caminata no tiene que ser movimiento continuo. Una vez que caminemos en nuestra comunidad podemos pararnos, sentarnos o recostarnos en la grama mientras oramos. Hawthorne dice: «No sólo son sus pies; el resto de su persona está allí: cuerpo, alma, mente, y espíritu. Su espíritu también puede funcionar con plena fortaleza, a donde elija llevar su cuerpo».2
Orar con visión de la victoria nos llama la atención a una de las innovaciones más recientes y prometedoras del movimiento de oración: la cartografía espiritual. El tercer libro en esta serie Guerrero en oración: La destrucción de fortalezas en su ciudad, es acerca de ese tema. Estamos aprendiendo que cuando intercedemos por una ciudad o un vecindario las oraciones con visión pueden ser más efectivas que las imprecisas y desorganizadas.
La visión puede venir de la investigación de los aspectos históricos y físicos de una ciudad o un vecindario, y también de la sencilla observación de lo que se descubre mientras se camina. Añada a esto el discernimiento espiritual y el escuchar directamente de parte de Dios en cuanto a lo que necesita oración, y los caminantes de oración pueden comenzar a orar con un grado considerable de precisión.
La cartografía espiritual en sí no hace falta de manera particular como preparación para una Marcha por Jesús excepto para determinar de forma inteligente la ruta de la parada, particularmente el punto de partida y el de llegada. Pero debido a que una marcha de alabanza casi nunca está diseñada para la guerra espiritual abierta y declarada, la cartografía es una prioridad menor. Esta llega a ser útil para las caminatas en oración más avanzadas, aunque no debe considerarse de manera alguna como prerrequisito para comenzar las caminatas. Más tarde en este capítulo explicaré cómo John Huffman ha desarrollado una manera simplificada de cartografía específica para caminatas en oración.
Cuando avancemos a las expediciones de oración y a los viajes de oración, la cartografía espiritual llegará a ser parte vital del proceso que discutiré más en los capítulos 9 y 10.
¿Quiénes fueron los primeros caminantes en oración?
Hace tiempo cuando caminar era la principal forma de transportación de un lugar a otro, muchos cristianos deben haber orado mientras iban de una ciudad a otra. Graham Kendrick y John Houghton hallaron una referencia a las caminatas en oración en El Pastor de Hermas en el 180 d.C.: «Mientras camino solo, le ruego al Señor que cumple las revelaciones y las visiones que me mostró mediante su Santa Iglesia, para que me pueda fortalecer y le brinde arrepentimiento a sus siervos que han tropezado, para que pueda glorificarse su grande y glorioso nombre».3
También se pueden hallar indicaciones adicionales de personajes tan reconocidos como San Patricio, Juan Wycliffe, George Fox y otros realizaron serias caminatas en oración.
La extensa investigación de Steve Hawthorne acerca del movimiento moderno de caminatas en oración no ha descubierto una persona o un evento que las iniciara. Halló cientos de ejemplos de caminatas en oración que no tenían relación alguna entre sí. Ha habido poca coordinación en relación con ellas a nivel nacional o local. Empero, Hawthorne dice: «Todavía no he podido encontrar un verdadero esfuerzo de caminatas en oración antes de mediados de los setenta».4 Sin embargo, desde ese entonces las actividades de caminatas en oración han crecido inmensamente en muchas partes del mundo.
Guerra espiritual inicial
Algo bueno acerca de las caminatas en oración es que, como la Marcha por Jesús, cualquiera puede hacerlo. Los caminantes en oración no tienen que ser graduados de escuela bíblica, ministros ordenados, mayores de 18, intercesores dotados, elocuentes conferencistas, gigantes espirituales o particularmente valientes. Pueden ser cristianos sencillos, comunes y corrientes que aman al Señor y que creen que Dios está llamando actualmente a su pueblo no sólo a orar por su comunidad, sino en su comunidad. Y tienen que comprometerse lo suficiente con este ministerio como para apartar tiempo en sus itinerarios normales para caminatas en oración.
A diferencia de las Marchas por Jesús, las caminatas en oración no tienen que ser sumamente organizadas o coordinadas. No son necesarios permisos de parte de la alcaldía de la ciudad. Ni entrenamiento especial, aunque con uno bueno este ministerio puede avanzar a una etapa más avanzada y llegar a ser más efectivo.
Hablando desde el punto de vista esiritual, las caminatas en oración son relativamente seguras. Aunque es una forma abierta de guerra espiritual, los peligros no son tan grandes como otros compromisos espirituales, sobretodo si se siguen las guías de sentido común en este capítulo. Steve Hawthorne dice: «No he tenido reportes de bajas en las caminatas en oración, si se hace de forma sabia. Hasta que punto las caminatas en oración en su ciudad son guerra espiritual, parece ser una operación de guerra básica, no la clase de cosa por la cual se obtiene el premio Corazón Púrpura».5
Los distintos tipos de caminatas en oración
Es obvio, ya que se conducen cientos de caminatas en oración en muchas partes de nuestra nación y del mundo, que han surgido muchas variedades de ellas. Debido a que una de nuestras responsabilidades en el Curso de Oración Unida del Movimiento 2000 A.D. es coordinar actividades mundiales de oración hasta donde sea posible, hemos trabajado duro para intentar definir ciertos términos. Los cuatro términos técnicos en los cuales ya hemos concordado son: (1) marchas de alabanza; (2) caminatas en oración; (3) expediciones de oración; y (4) viajes de oración. La comunicación dentro del Cuerpo de Cristo se facilitará en la medida que tengamos consenso en cuanto al significado de estos términos.
En el pasado, algunos han utilizado «caminatas en oración» como un término colectivo. Otros han llamado a casi cualquier ministerio de oración en la comunidad «caminatas en oración». Los principales líderes de oración reconocen esto y ahora estamos tratando de no utilizar el término «caminatas en oración» para describir, por ejemplo, lo que acordamos puede llamarse mejor «expedición de oración» o un «viaje de oración», aunque los términos indudablemente se entrecruzan y algunos pueden utilizarlo de manera intercambiable.
La principal clase de caminatas en oración que explicaré en este capítulo es orar por vecindarios, particularmente el de uno. Sin embargo, con esto no quiero implicar que otras formas de caminatas en oración no son legítimas. No hay, jamás debe haber, una manera oficialmente acreditada de caminatas en oración. Dios es un Dios de gran variedad, y Él se deleita en dirigir a Sus hijos de formas diferentes. La regla principal es seguir lo que el Espíritu esté diciendo.
He aquí algunos ejemplos de la manera en que se están realizando las caminatas en oración en la actualidad:
     Jorge Plourde es el director nacional de oración para la Confederación Evangélica de la República Dominicana. Como parte de su actividad interdenominacional de oración, ellos oran por los parques públicos de la ciudad capital de Santo Domingo. El tercer sábado de cada mes, equipos de intercesores van a cada uno de los parques a orar por tres horas, desde las 2:00 p.m. a las 5:00 p.m. Concluyen cada sesión haciendo oración de guerra a medida que caminan alrededor del perímetro de cada parque.
     La ciudad capital de Santo Domingo también está cubierta mediante oraciones en las esquinas de las calles. Un equipo de 400 intercesores se reúnen de forma periódica y entonces se dividen en 40 grupos de 10. Ellos oran por una hora en las 4 esquinas de 10 intercesiones consecutivas yendo arriba y abajo en una calle en particular. Entonces al final de la hora todos caminan 1 cuadra en la misma dirección y cubren las siguientes 10 intersecciones por otra hora.
     El pastor Steven Bunkoff de la Iglesia Congregacional en Savannah, Nueva York, decidió visitar cada casa en el pueblo. Pero no distribuyeron literatura ni tocaron en las puertas. Todo lo que hicieron fue orar por cada casa y sus residentes. Un enorme mapa en el santuario describía su progreso, y el proyecto tomó 25 semanas. El pastor reporta: «Las personas comenzaron a visitar a nuestra iglesia, y no hubo explicación «natural»: aparte de que oramos. Un domingo cuatro familias de una calle vinieron luego de orar por ellos durante una semana».
     Cuatro estudiantes universitarios hacen una caminata diaria en oración por sus dormitorios y oran por sus compañeros de estudio.
     Los padres caminan en oración alrededor de las escuelas de sus niños.
     Una iglesia decide sacar toda la Escuela Dominical fuera de la iglesia un domingo por la mañana y dirigir a las personas en una caminata en oración por las calles que la rodean.
     Una enfermera cristiana utiliza los recesos para el café para caminar los corredores del hospital, orando por los pacientes y el personal.
Caminatas en oración en el vecindario
Una razón principal para hacer del vecindario un enfoque primario para las caminatas en oración es el concepto territorial bíblico. Se presume que los que residen en una área pueden ejercitar mayor autoridad espiritual que los extraños a ella. Esto incluye las naciones, ciudades, industrias, grupos de personas y otras redes humanas así como a los vecindarios.
Doris y yo hemos servido en guerra espiritual a nivel estratégico internacional con Cindy Jacobs de los Generales de Intercesión. Ella es muy solicitada como consultora para las iniciativas de guerra espiritual en muchas ciudades y países. A dondequiera que va, tiene el cuidado de explicarles a los líderes locales la relación entre la autoridad y la territorialidad. No les permite imaginarse que ella, como forastera, ha venido a realizar la intercesión a nivel estratégico que requiera la situación.
Recientemente estuvimos con Cindy en Brasilia, Brasil, en donde dirigió un grupo de 105 intercesores brasileños experimentados en oración en sitio por la nación. Aunque Cindy dirigió bastante, no oró ya que no tenía autoridad territorial. Entonces los brasileños oraron.
Sin embargo, los forasteros pueden ir a un territorio que no sea el suyo para orar. Como veremos en los siguientes capítulos, son ellos quienes realizan la mayoría de las expediciones y los viajes de oración. Empero, en tales casos se aconseja la guía clara de Dios. En contraste, las caminatas en oración en nuestro vecindario pueden surgir de la resolución, no necesariamente de la revelación. Lo mismo aplica a los miembros de una iglesia que caminan en oración en el vecindario de una iglesia ya sea que vivan allí o no.
El territorialismo bíblico
La idea de la autoridad territorial comienza con Adán y Eva en el jardín del Edén. El jardín que Dios les dio para que cuidaran obviamente estaba dentro de ciertas fronteras geográficas. Esto se hace más claro después de la Caída cuando Dios sacó a Adán «del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado» y colocó un querubín para protegerlo para que Adán no pudiera volver a entrar (véase Gn 3:23, 24).
El apóstol Pablo sugirió que su autoridad tenía límites territoriales cuando le escribió a los corintios que limitaría su jactancia «porque no saldré de los límites que me fijó Dios» (2 Co 10:13, LBL). Luego, escribió: «Y llevaremos el evangelio más allá de ustedes sin entrar en el campo de otros ni presentarnos muy creídos donde el trabajo ya está hecho» (2 Co 10:16, LBL).
Dios le prometió a su pueblo que si se humillaban, oraban, buscaban su rostro y se convertían de sus malos caminos, los escucharía, les perdonaría su pecado y «sanaré su tierra» (2 Cr 7:14, énfasis mío). Él no dijo que sanaría la tierra de los egipcios o la de los chinos o la de los aztecas, sino más bien la porción de su geografía. Esta era la tierra sobre la cual el pueblo de Dios tenía autoridad intrínseca.
Cuando el pueblo de Dios fue enviado al exilio en Babilonia, el hecho de vivir allí les dio una medida de autoridad. «Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz» (Jer 29:7). Esto nos ayuda a comprender que no sólo tenemos autoridad en los vecindarios en donde podríamos tener propiedades, sino también en donde alquilemos un apartamento o un cuarto o enseñemos en una escuela o pastoreamos una iglesia o en donde otro medio legal establece el territorialismo.
Las valijas desempacadas de Beckett
Mi amigo Bob Beckett, un líder en el campo de la cartografía espiritual, confiesa que se frustró y se descorazonó con la manera en la que su ministerio iba en su iglesia y en su comunidad hasta que el Señor lo impresionó de forma fuerte a él y a Susan, su esposa, en cuanto a la necesidad de que el pastor se comprometa territorialmente para el ministerio.
Beckett dijo que si su ciudad habría de experimentar en alguna ocasión una liberación significativa de los principados de las tinieblas sobre ella: «Alguien como yo tenía que empezar por desempacar las maletas y dejar a un lado el sueño de un ministerio más emocionante en el futuro. Debían unirse en esto pastores, líderes laicos e iglesias completas, ¡tomando responsabilidad de largo alcance por la tierra en que vivíamos!»6
Cuando Bob y Susan anunciaron que se quedarían en su ciudad de Hemet, California, y compraron parcelas en el cementerio para ayudar a sellar el compromiso territorial, la comunidad comenzó a cambiar y su iglesia comenzó a crecer.
Como cristianos estadounidenses en una sociedad móvil, podría ser que no tomemos el concepto territorial bíblico tan seriamente como podríamos. Mientras más entendamos esto, más poderoso podría ser nuestro ministerio a nuestros vecindarios inmediatos. Creo que en estos días Dios desea levantar un genuino ejército de cristianos que viven en vecindarios sencillos para que tomen su territorio con seriedad. El principal costo de servirle a un vecindario mediante las caminatas en oración es el tiempo. Por lo tanto, los creyentes que están dispuestos a invertir el tiempo se colocarán en la avanzada de una de las cosas excitantes que Dios está haciendo en los 1990.
Veo dos maneras generales de caminar en oración en los vecindarios. Una es espontánea y la otra es sincronizada. Vamos a verlas una a la vez.
Las caminatas en oración espontáneas
Una iglesia, una familia, una célula hogareña o cualquier círculo de cristianos pueden recibir por sí mismos una carga para orar por su vecindario. Ya sea que otros en la ciudad o en el vecindario también lo estén haciendo afecta poco a esta clase de caminata en oración espontánea.
Brian Gregory, un ministro anglicano en Platt Bridge, Wigan, Inglaterra, sintió que Dios deseaba que su pueblo caminara en oración las noventa calles dentro de la frontera de su parroquia. Así que las codificó y le pidió a su congregación que orara alfabéticamente por dos de ellas cada semana. El lunes, los equipos van a cada casa, en las dos calles, y distribuyen una hoja que muestra una imagen de Jesús y una noticia de que se está orando por ellos esa semana. Cada miércoles por la mañana, a las 8:00 a.m. un equipo de caminatas en oración avanza por las 2 calles en intercesión por el pueblo que allí se encuentra.
Luego, distribuyen otra hoja invitando a las personas a someter sus peticiones de oración o a invitar al equipo a sus hogares para la oración. Luego de hacer esto por cuatro años, Gregory reporta: «Caminar en oración ha llegado a ser una característica integral de la vida de la comunidad como el policía, y se ha destacado en la prensa local». ¿Y el resultado? «La tasa de criminalidad ha bajado, la atmósfera espiritual ha mejorado y se han reemplazado los edificios apáticos … Han mejorado las relaciones entre los ministros y las iglesias locales. Y muchas personas se están uniendo a la iglesia».7
Queso, miel y oración
Un estudiante mío, oriundo de Puerto Rico, plantó una iglesia latina en el este de Los Ángeles mientras cursaba estudios de posgrado. Un día me dijo que el gobierno estaba distribuyendo queso y miel gratis a los residentes del área y que su iglesia había sido seleccionada como centro de distribución. Sólo necesitaba proveer personal voluntario. Como requisito para recibir la comida, cada residente tenía que llenar un formulario incluyendo su nombre y su dirección y completar una lista de todos aquellos que vivían en su casa. Mi estudiante dijo: «¿Qué debo hacer con esos nombres?»
Le pregunté cómo había funcionado el tradicional testimonio de puerta en puerta, y él replicó que muy pobre. Esa era la respuesta que esperaba, así que dije: «¿Por qué no tratamos algo diferente? ¿Por qué no apelar a la oración?»
Le sugerí que le pidiera a todos los que estaban dispuestos a participar en este esfuerzo que se reunieran una hora temprano para la reunión semanal vespertina de oración los miércoles y que llegaran a las 6:30. Habrían de dividirse en equipos de tres y se les daría un cierto número de los formularios que se llenaron. Cada equipo visitaría unas cuantas de esas familias, diciéndoles que ellos eran de la iglesia que les dio la miel y el queso, y que en poco tiempo habrían de reunirse para orar, pidiéndoles temas por los cuales les gustaría que la iglesia orara. Cada equipo llevaría una libreta de notas para registrar las peticiones de oración. La semana siguiente visitarían de nuevo, para ver si se respondieron las oraciones y para tomar más peticiones.
Iban a mantener la actitud mental de que esta no era una visita evangelística. No invitarían a las familias a venir a la iglesia. Simplemente iban a ofrecer oración.
Esto dio tan buenos resultados que el pastor estaba emocionado. ¡La iglesia adquirió una imagen muy positiva en la comunidad y en seis meses había crecido tanto que tuvieron que buscar un nuevo local!
Cómo comenzar
Las posibilidades son infinitas. Ya algunos podrían estar diciendo: «Esto es algo que me gustaría intentar. ¿Cómo puedo comenzar?» He aquí algunas sugerencias:
     Dígale a su pastor que usted siente que deben comenzar a orar en su vecindario y pídale su bendición y que ore por usted antes de hacerlo. Pocos pastores rechazarían esa petición. Esto es mucho más importante de lo que algunos podrían pensar, porque cuando su pastor ora por usted, usted recibe autoridad espiritual imputada que de otra manera no tendría. Esta puede ser una fuente invalorable de protección espiritual contra los posibles ataques del enemigo.
     Forme un equipo. Visite otros cristianos en su vecindario para ver si Dios puede estar llamando a cualquiera de ellos para caminar en oración con usted. Procure un mínimo de tres y un máximo de seis. El Plan A debe ser reclutar a creyentes de otras iglesias que no sean la suya. Mientras más representado esté el Cuerpo de Cristo, mejor. El Plan B es un equipo compuesto de los de su propia iglesia.
     Establezca un itinerario, comenzando con una caminata en oración a la semana. Pasen 15 minutos juntos en preparación, entonces vaya al vecin dario de 30 a 45 minutos. Reúnanse en un grupo en una intersección y oren uno por uno por las cuatro cuadras que allí convergen. Oren con sus ojos abiertos por lo que observan y también por lo que Dios podría estarles mostrando en su espíritu. Cuando terminen, elijan una de las calles y caminen lentamente por un lado de la cuadra y luego por la otra, orando mientras camina.
La semana próxima podría comenzar en una intersección diferente, pero no se esparzan demasiado. A medida que pasen las semanas, su equipo de oración debe ser familiar al vecindario y algunos podrían comenzar a preguntarles qué es lo que están haciendo. Dígales, y ofrézcales orar de manera específica por ellos o por su familia en ese mismo momento. Si le invitan a orar dentro de su hogar, haga una cita y regrese en otra ocasión.
Siga estas instrucciones para comenzar, entonces a medida que adquiera experiencia haga cualquier cantidad de variaciones, que usted crea que Dios le está indicando, en cuanto a la frecuencia, el tiempo y la metodología. Permita que su imaginación le controle.
La guerra espiritual
No olvide que aunque las caminatas en oración en los vecindarios no son algo especialmente peligroso, es una forma de guerra espiritual. Asegúrese de que cada semana esté en la debida condición espiritual para hacerlo. Cindy Jacobs tiene algunos consejos excelentes: «Antes de iniciar tu caminata de oración es importante que te vistas espiritualmente para la batalla de la misma manera que te vestirías apropiadamente para otras ocasiones. Deténte y ora antes de salir por la puerta y vístete con la armadura de Dios. Pide protección para ti mismo, tu hogar y tu familia, de acuerdo con el Salmo 91».8
John Dawson, que vive en una parte deprimente de Los Ángeles, cuenta acerca de cómo se llevó a su personal para una caminata en oración a través de su vecindario. «Nos detuvimos frente a cada casa», dice, «reprendimos la obra de Satanás en el nombre de Jesucristo y oramos por la revelación de Cristo en la vida de cada familia». Dice que todavía falta mucho, pero «la transformación social, económica y espiritual es evidente».9
La caminata en oración no fue una cura instantánea para el vecindario. Los Dawsons han hecho un compromiso territorial para con su vecindario y están orando y sirviéndole constantemente a sus vecinos. Caminar en oración, como las marchas de alabanza, no es un sustituto para el incesante evangelismo y el ministerio social. Pero puede ayudar en gran medida a abrir el camino espiritual para que sucedan otras cosas.
Caminatas en oración sincronizadas
Hasta ahora la mayoría de las caminatas en oración han sido espontaneas. El ministerio y sus resultados han sido buenos. Pero suponga que fuéramos más allá. Suponga que una véase a la semana cada cuadra de cada calle en su ciudad fuera cubierta por una caminata en oración. ¿Acaso puede creer que al año sería una ciudad diferente? Creo que así sería, pero tomaría más que esfuerzo, más liderazgo y más coordinación.
Mi amigo John Huffman ha comenzado la clase de caminata en oración, a nivel de todos los vecindarios de la ciudad, que podría ofrecernos las pistas en cuanto a cómo hacerlo en la suya. Sus experimentos iniciales, llamados «Cristo por la ciudad» se realizaron en Medellín, Colombia.
Debido a que este es un esfuerzo a nivel de toda la ciudad, los pastores y los líderes cristianos de ella deben estar unidos hasta donde sea posible para apoyarlo. Necesitan animar a los miembros de sus iglesias para que participen en la iniciativa de oración de su vecindario. Algunos de los que conocen bien la ciudad deben establecer las fronteras de los vecindarios que puedan trabajarse. Entonces debe reclutarse a los coordinadores en la mayor cantidad posible.
Oración por la evangelización
Aunque no todas las caminatas en oración sincronizadas tienen que ser de esta manera, el plan de John Huffman es explícitamente evangelístico. Pero la oración no debe percibirse como otro método evangelístico. La comunidad cristiana ya tiene muchos excelentes métodos evangelísticos establecidos y tiene creyentes entrenados en su aplicación. Huffman dice: «Nuestra idea básica es aplicar los principios básicos de la guerra espiritual mediante la oración antes de comenzar a evangelizar».10 Una vez que se libre bien la batalla espiritual, nosotros «incapacitaremos o ataremos al príncipe de este mundo por suficiente tiempo como para que muchos escuchen de forma adecuada el evangelio»,11 y entonces podemos aplicar la mayoría de la metodología evangelística para cosechar lo que Dios desea darnos.
La idea general es movilizar la cantidad más grande posible de oración intercesora por el vecindario por catorce días antes de un evento evangelístico. Mientras más enfocada sea la oración mejor, así que cada vecindario es cartografiado cuadra por cuadra. Se utiliza una hoja de papel para identificar cada cuadra. Casas, tiendas, parques, escuelas, lotes vacíos, edificios de apartamentos y cualquiera otro se localizan en los cuatro lados de cada cuadra. Para cada casa se ofrece el número, el nombre de la familia, el color de la casa y otras características que sirvan para identificarla. Cuando los mapas estén listos, se le dan copias a los miembros de los equipos de oración del lugar, y también se envían a cualquier cantidad de intercesores en otras partes de la ciudad o la nación, así como a otras naciones que han accedido a unirse durante esas dos semanas.
Huffman ha bosquejado un programa sugerido de oración para las dos semanas, pero cualquier variación que indique el Señor es bienvenida. El itinerario incluye, entre otras cosas, la preparación de los intercesores, oraciones de bendición, oración de guerra, ayuno y oración por grupos especiales. En el sitio, los equipos caminan en oración por el vecindario al menos 2 de los 14 días, deteniéndose para visitar lugares indicados anteriormente mediante palabras que el Señor haya dado a intercesores cercanos y lejanos.
Cómo descubrir una maldición
En un esfuerzo de dos semanas de oración en Medellín, un grupo de oración de la Conferencia General Bautista de Dakota del Norte había acordado orar. Como muchos evangélicos tradicionales, no tenían mucha experiencia en escuchar a Dios mediante la oración recíproca, pero lo hicieron. Dios les dijo claramente que tenían que ocuparse de cierta fuerza maligna en cierto terreno vacío de uno de los mapas. La palabra fue tan fuerte que enviaron la información a través de un fax a Colombia.
El equipo del vecindario en Colombia visitó el terreno y le pidieron a Dios que les mostrara qué era lo que estaba mal. Les mostró que unas brujas habían enterrado cinco objetos ocultistas allí para maldecir la iniciativa de Cristo por la ciudad. Ellos desenterraron los objetos, los destruyeron, rompieron la maldición y oraron por la bendición de Dios en el vecindario y sobre los que enterraron los objetos. Muchas personas fueron salvadas.
Los resultados
John Huffman mantiene registros, hasta donde es posible, de lo que sucede con Cristo por la ciudad. Durante cuatro años orando por los vecindarios en Medellín, que de paso es el centro de la mafia narcotraficante colombiana, la cantidad de las iglesias evangélicas aumentó de 93 a 140 y la cantidad de creyentes aumentó un 133% de 4.434 a 10.350.
Mientras Cristo estaba en operación por la ciudad, el equipo de «Cruzada a cada hogar» también estaba laborando distribuyendo literatura cristiana de forma sistemática a cada hogar de la ciudad. Reclutaron todos los que pudieron para un curso de estudio bíblico e invitaron a los que lo terminaron a recibir a Cristo, además a firmar una tarjeta declarando que así lo habían hecho. Las dos actividades se apoyaron pero no estaban explícitamente coordinadas entre sí.
Surgió un hecho sorprendente. Cuando el personal de «Cruzada a cada hogar» iba a un vecindario que todavía no tenía el equipo que caminaba en oración por el vecindario, sólo 10% de lo que aceptaron el primer estudio bíblico terminó la serie y firmó la tarjeta. ¡Pero en los vecindarios que habían sido cubiertos por la oración, el 10% subió a 55%!
Queda poca duda de que caminar en oración puede cambiar la atmósfera espiritual de un vecindario y permitir que el evangelio de la gloria de Cristo brille fulgurantemente.
Preguntas de reflexión
1.      Luego de caminar en oración, la iglesia de Uruguay experimentó una pérdida drástica de miembros. ¿Cree que esto fue obra de Satanás o del Espíritu Santo? ¿Por qué?
2.      Uno de los puntos más radicales de este capítulo es el concepto de la relación de la territorialidad con la autoridad espiritual. Discuta su opinión en cuanto a esto, especialmente haciendo referencia a la decisión de Bob y Susan Beckett de quedarse en Hemet, California.
3.      ¿Qué piensa usted de la manera en la que los anglicanos en Inglaterra caminaron noventa calles? ¿Le parece que esto interesaría a las personas de su iglesia?
4.      ¿Le ha mencionado su pastor las caminatas en oración en alguna ocasión a la congregación? De no ser así, ¿cree usted que él o ella estaría dispuesto a leer este capítulo y considerar la promoción de este ministerio en la comunidad?
5.      La oración no es evangelización. Pero hable acerca de la función que ella tuvo en la evangelización de Medellín, Colombia, bajo Cristo por la ciudad.
1 Graham Kendrick, Gerald Coates, Roger Forster y Lynn Green con Catherine Butcher, March for Jesus, Kingsway Publications, Eastbourne, Inglaterra, 1992, p. 26.
2 George Jones, «Graham Kendrick: Taking Worship Into the Streets», Ministries Today, noviembre-diciembre 1991, p. 48.
3 Randy Robison y John Archer, «Praise Him in the Streets», Charísma and Christian Life, mayo 1992, p. 22.
4 Cindy Jacobs, Conquistemos las puertas del enemigo, Editorial Caribe, Miami, FL, 1994, p. 212.
5 Graham Kendrick, Public Praise, Creation House, Altamonte Springs, Florida, 1992, p. 53.
6 Ibid., pp. 54–58.
7 Ibid., p. 60.
8 Ibid., p. 19.
9 Robison y Archer, «Praise Him in the Streets», p. 26.
10 Kendrick, Public Praise, pp. 20–22.
11 Ibid., pp. 24, 25.
12 Kendrick, Public Praise, pp. 20–22.
13 Jones, «Graham Kendrick», p. 51.
14 Kendrick, Public Praise, p. 103.
1 Steve Hawthorne, «Prayerwalking», Body Life, diciembre de 1992, p. 1.
2 Ibid., p. 6.
3 Graham Kendrick y John Houghton, Prayerwalking, Kingsway Publications, Eastbourne, Inglaterra, 1990, p. 24.
4 Hawthorne, «Prayerwalking», p. 1.
5 Ibid., p. 6.
6 Bob Beckett, «Pasos prácticos para la liberación de la comunidad espiritual», La destrucción de fortalezas en su ciudad, C. Peter Wagner, editor, Editorial Betania, Miami, Fl., 1995, p. 166.
7 Kendrick y Houghton, Prayerwalking, p. 35.
8 Cindy Jacobs, Conquistemos las puertas del enemigo, Editorial Betania, Miami, Fl., 1993, p. 255.
9 John Dawson, La reconquista de tu ciudad, Editorial Betania, Miami, Fl., 1991, p. 26.
10 John C. Huffman, Christ for the City Manual of Participatory Prayer [Manual para la oración corporativa de Cristo para la ciudad], Christ for the City, P.O. Box 52–7900, Miami, Florida 33152–7900, 1992, p. 3.
11 Ibid., p. 5.
Wagner, C. P. (1995). Iglesias que oran : Cómo la oración puede revitalizar su congregación y derribar las paredes que la separan de su comunidad. Serie guerrero en oración (152). Nashville, TN EE.UU.


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