viernes, 28 de septiembre de 2012

IICorintios: Tema 3 - La Visita que causa tristeza

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Pablo va a continuar en el capítulo dos tratando varios temas como el plan de visitarlos, el del hermano ofensor y el perdón que se le debía dar. Además como era su estilo introduce una figura de victoria militar de aquel entonces, la misma que se llevaba a cabo cuando había alguna victoria romana importante, comparando esta escena con el triunfo de Cristo y sus seguidores.
I. UNA VISITA QUE CAUSÓ TRISTEZA, 2 Co. 1:23 - 2:4.
La conclusión del capítulo en este punto de la carta es inoportuna, pues Pablo sigue exponiendo sobre la visita que no se realizó en el capítulo uno.  
    v. 1 “En efecto, decidí no hacerles otra visita que les causara tristeza”.  Decíamos en la lección anterior que Pablo no fue a visitar a los corintios por su consideración y aprecio a los hermanos, no quería ejercer su autoridad apostólica para disciplinar y esperaba el momento oportuno para visitarlos.
El apóstol no iría mientras existieran entre ellos problemas, los mismos que habían causado dolor en su corazón y que le obligaban a restaurar tales actos de indisciplina.
En la Primera Carta a los corintios, Pablo preguntó si debía ir a ellos con vara o con un espíritu amable y cariñoso, 1 Co. 4:21. Luego de escribir la 1 Carta les hizo una visita intermedia para tratar de solucionar los problemas existentes, pero fue un fracaso y salió apresuradamente sin resultado alentador, 2 Co. 2:1. Luego de ello les escribió la carta dolorosa.
Este versículo contiene la principal razón por la que el apóstol no hizo la visita prometida. No fue por inconstancia sino por amor a ellos, y el deseo que su visita sea mutuamente agradable.
v. 3 “Les escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza. Estaba confiado de que todos ustedes harían suya mi alegría”.
Se supone que la carta dolorosa que Pablo les envió con Tito estaba llena de cariño y exhortación para corregir los problemas en la iglesia. Los deseos sinceros de Pablo eran la mutua felicidad, en base al respeto de la Palabra de Dios. Salmos 103:13 dice: “Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos”. De esta manera también Pablo trató a los hermanos en Corinto, como un padre trata a su hijo, con amor paternal.
El propósito de la Carta Dolorosa o Severa está aquí: “Les escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza”.
El trato delicado, gentil y prudente se percibe en estos versículos de parte del apóstol de los gentiles.
v.4Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo”.
Estos pasajes señalan algunos aspectos de la reprensión eficaz:
1.    Cuando era necesario era severo con ellos.
2.    Cuando exhortaba o reprendía lo hacía con amor.
3.    Cuando exhortaba o reprendía lo hacía con el corazón quebrantado.
4.    Cuando exhortaba o reprendía lo hacía con lágrimas en sus ojos.
5.    No tenía el propósito de herir, mas el de edificar.
6.    No lo hacía con el propósito de ejercer su autoridad[1].
II. PERDÓN PARA EL PECADOR, vv.5-11.
v. 5 “Si alguno ha causado tristeza, no me la ha causado sólo a mí; hasta cierto punto --y lo digo para no exagerar-- se la ha causado a todos ustedes”.
Pablo no identificó al ofensor para facilitar su restauración dentro de la iglesia, aunque los cristianos en Corinto sí lo reconocían fácilmente. El pecado es un asunto muy serio para Dios, no sólo mancha al infractor sino también a toda la congregación; también invita al resto a pecar. Por ser la iglesia un solo cuerpo de miembros, el sufrimiento o tristeza de un miembro es sentido por todo el cuerpo, de la misma manera cuando hay regocijo o alegría.
Posible Identidad del Pecador:
Hay algunas sugerencias sobre la posible identidad de esta persona:
  1. El hombre que cometió incesto, 1 Co. 5:1-5. Este hombre recibió el castigo, se arrepintió y pidió perdón, 2 Co. 2:5-11.
  2. Otra hipótesis es que el ofensor sea alguien que se oponía al apóstol personalmente y que había sido disciplinado severamente por la iglesia. No se sabe qué tipo de ofensa, pero sí conocemos que tal ofensa afectó a la iglesia en conjunto y la misma actuó oportunamente para dar el castigo, 2 Co. 2:6. Luego que este se arrepintiera fue perdonado por el apóstol y también por la membresía.
  3. Otros dicen que fue el incestuoso el que ofendió al apóstol durante su segunda visita a Corinto. Este hermano estuvo lleno de rencor hacia el apóstol y en vista de esto le ofendió. Luego de este triste acontecimiento, Pablo escribió la carta severa y la envío con Tito. También es otra hipótesis.
Es claro notar que el apóstol protegió la identidad del pecador, por esta razón es difícil reconocer a tal persona; pero la misma sí era conocida por los miembros de la iglesia en Corinto.
Pablo no usó duros términos en contra del ofensor, más bien fue tierno y amable para así conciliar sus sentimientos y calmar su dolor. La congregación castigó suficiente a esta persona, aunque algunos miembros consideraban que no era suficiente.
       Entre los versículos 5 al 11 de 2 Corintios capítulo 2, la palabra perdón se repite cinco veces. Es claro el énfasis de Pablo de buscar y reafirmar al pecador en la comunión mutua con los hermanos basado en un genuino perdón.
v .6 “Para él es suficiente el castigo que le impuso la mayoría”.
 Al parecer algunos miembros de la congregación estorbaron en la disciplina, luego de recibir la carta triste la mayoría de creyentes comprendieron que la medida disciplinaría era lo que dictaba Dios para la sanidad espiritual del cuerpo.
En casos de disciplina los ofensores tienen sus simpatizantes, quienes por lo general le protegen y son un obstáculo para su disciplina y restauración del individuo.
El castigo es la expulsión, 1 Co. 5:2 y 13. Este es el último recurso divino para buscar el verdadero arrepentimiento del pecador. No es el propósito alejarlo del cuerpo espiritual, sino más bien hacerle recapacitar de la comunión rota con Dios y la membresía.
Ejercer la disciplina en la iglesia no es fácil para los líderes, pero es el único camino dado por Dios para precautelar la santidad de la misma.
v.7“Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza”.
Más bien debieran perdonarlo y consolarlo”. Una vez que se ha arrepentido y se ha apartado del mal camino, la ley de Cristo exige que tal persona sea reintegrada en espíritu de mansedumbre, y que sus hermanos cristianos tengan presente su propia debilidad y la propensión a caer ante la tentación[2].
Si Dios ha perdonado al pecador, los miembros están llamados a hacer lo mismo, Col. 3:13.
v. 8 “Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él”.
La palabra reafirmen significa dar autoridad, establecer como válido, confirmar y aquí quiere decir que ellos deberían dar fuertes expresiones y garantías de su amor hacia él.
v. 9 “Con este propósito les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia”.
Pablo se refiere a la carta anterior dolorosa o triste que les escribió. Pablo en lugar de ir personalmente a resolver ciertos asuntos disciplinarios optó por escribirles y darles la oportunidad a ellos de mostrar si estaban dispuestos a ser obedientes. El pedido del apóstol fue: “Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza”. ¿Estaban dispuestos los hermanos en Corinto a obedecer o someterse al apóstol? Sí, ellos lo hicieron.
“Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él. Con este propósito les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia. A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo” vv.7-10.
v. 10 “A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo”.
“A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono” Pablo está diciendo a los corintios que sean ellos de corazón los primeros en perdonar al ofensor y que luego él lo hará.
“De hecho, si había algo que perdonar”. Pablo minimiza la ofensa cometida. Más bien muestra un espíritu generoso para así no estorbar la causa de Cristo. ¿El incesto cometido puede ser algo fácil de perdonar? ¿Dios perdonó el homicidio de Pablo contra Esteban? Sabemos que Dios perdona, porque ese es su amor para nosotros cuando hay un genuino arrepentimiento.
“lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo”
Pablo dice que ya perdonó al ofensor, esta conjugación del verbo es tiempo pasado.
v. 11 “Para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas”.
 Satanás toma ventaja de las iglesias cuando la disciplina de la iglesia debe ser ejercida. Por un lado, el pecador tiene simpatizantes que estorban la disciplina e impiden la restauración del pecador; y por el otro, líderes que por no molestar o incomodar a los pecadores no mueven un dedo por buscar la santidad del Cuerpo. De todo esto se aprovecha el maligno. Además en el ejercicio de la disciplina se puede llevar a la tiranía de los líderes. ¿Cuál el es el propósito de Satanás? Su propósito es de frustrar la obra de Cristo en su iglesia sobre la tierra.
Con la dispersión del pueblo de Dios, Satanás puede bloquear el progreso de la iglesia y el reino de Cristo[3].
III. MINISTROS DEL NUEVO PACTO, vv.12-17.
A. La ansiedad de Pablo.
v. 12 -13 “Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo,  descubrí que el Señor me había abierto las puertas. Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a mi hermano Tito, por lo cual me despedí de ellos y me fui a Macedonia”.
Pablo había acordado con Tito encontrarse en Troas en una fecha determinada, pero al llegar no encontró a su dilecto colaborador.
Troas era una ciudad portuaria ubicada a 16 kilómetros al sur de la antigua ciudad de Troya (actual Turquía) y en la ruta principal entre el Asia Occidental y Macedonia. Su visita en Troas fue fructífera para el avance el evangelio, pero su gran preocupación por Tito le hizo avanzar a la provincia de Macedonia en su búsqueda.


Estando en esta provincia y talvez en la ciudad de Filipos se encontró finalmente con Tito, quien le traía noticias alentadoras de la congregación de Corinto.
B. La Misión del Cristiano.
v. 14 “Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento”.
Pablo hace un cambio de tema y va a topar la obra de Dios en el mundo por medio de la predicación del evangelio. 
“siempre nos lleva triunfantes”. Estas palabras de Pablo evocan a la entrada triunfante de un general romano en la capital de Roma, en cuyos desfiles salían en primer lugar los del senado, luego los sacerdotes, el general romano, sus soldados y finalmente los prisioneros por orden de rango. Aquí, los sacerdotes llevaban sus incensarios llenos y humeantes, para los vencedores los aromas de estos incensarios era para su gozo y alegría, mas para los vencidos este olor significaría derrota. Al final del desfile, los cautivos eran normalmente ejecutados como tributo al conquistador: Para los vencedores la fragancia es dulce; para los cautivos, ese es olor de muerte[4].
Reconocimiento al general romano victorioso:
Para que se diera el reconocimiento público al general debían darse las siguientes condiciones:
1.    Tenía que haber sido el comandante en jefe real en el campo de batalla.
2.    La campaña tenía que haber terminado por completo.
3.    La región pacificada.
4.    Las tropas victoriosas debían haber regresado al hogar.
5.    Al menos cinco mil enemigos debían haber muerto en un encuentro.
6.    Se debía haber ganado una extensión positiva de territorio.
7.    La victoria tendría que haber sido sobre un enemigo extranjero y no tratarse de guerra civil[5]
El olor de este sacrificio humano es comparado como fragancia y aroma. Para la mente judía estas palabras evocaban a los sacrificios dados a Dios en el Antiguo Testamento.
v. 15 “Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden”.
            La comparación entre las fragancias o los aromas y la predicación es acertada, pues los aromas se esparcen de una manera suave y llenan todo lugar. Así fue la predicación, comenzó en Jerusalén y luego avanzó a la región de Judea, Samaria y a todo el mundo. La predicación del evangelio es un medio por el cual Dios hace juicio, los que obedecen son victoriosos y los que lo rechazan se convierten en los que se pierden. La respuesta al evangelio crea dos categorías de la humanidad:
1.    Los que se salvan.
2.    Los que se pierden.
Aceptar el evangelio de Jesucristo es un paso de fe y una fe obediente, pues el hombre o mujer debe creer en las palabras de Jesucristo y obedecerlas.
v. 16 “Para éstos somos olor de muerte que los lleva a la muerte; para aquéllos, olor de vida que los lleva a la vida. ¿Y quién es competente para semejante tarea?”.
Lo que los cristianos testifican son olor de muerte para los que se pierden, no porque el evangelio se haya corrompido en su olor o tenga que ver con la muerte, sino porque rechazan la gracia vivificante de Dios, los incrédulos escogen la muerte para sí mismos[6].  
v. 17 “A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos”.
Algunos acusaban seguramente que Pablo era un comerciante de la Palabra de Dios, cosa muy alejada de la verdad, el apóstol les responde que de ninguna manera es cierta tal acusación, pues él era sincero en su ministerio y no guardaba una conducta ambiciosa. Charlatanes se habían infiltrado en la congregación de Corinto y estaban haciendo de las suyas, obteniendo dinero del bolsillo de ellos.
Esta conducta impropia de un cristiano se ha repetido y repite en la historia de la iglesia, hombres y mujeres que buscan enriquecerse a costa de la fe de las personas. Hay un dicho en nuestro medio, si quieres hacerte rico ponte una iglesia.


[1] Tomado de Apuntes de Clase, Rubén Darío Lopera, 2003.
[2] Carlos R. Erdeman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, Editorial Tell, 1974, pág. 32
[3] Simon J. Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento 2 Corintios, Editorial Libros Desafío, 2004, pág. 95.
[4] Simon J. Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento 2 Corintios, Editorial Libros Desafío, 2004, pág. 104.
[5] William Barclay, I y II Corintios, Editorial La Aurora, 1973, pág. 195-196.
[6] Biblia de Estudio NVI, Editorial Vida, 2002, pág. 1851.

Curso Ministerial II Corintios: Tema 2 - Apóstol por la Voluntad de Dios

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Vamos a dar inicio a la segunda carta a los Corintios, escrita por el apóstol Pablo desde la provincia de Macedonia. La congregación de Corinto fue muy conflictiva y por ello el apóstol dedicó mucha atención a los hermanos de allí. Muchos enemigos que tenían la obra misionera, trataban de detener y desacreditar a Pablo mismo, pero no tenían argumentos valederos. Sin embargo, veremos aquí que en la lucha constante entre el mal contra el bien, las tinieblas y la luz, hay un vencedor indiscutible: Jesucristo.

I.   2 Co. 1:1-11.
A.     DESTINATARIOS, 1:1-2.
v. 1 “Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y Timoteo nuestro hermano, a la iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos en toda la región de Acaya”.
1.    Pablo. El apóstol se presenta con su nombre, para identificarse claramente ante sus destinatarios y sus enemigos. El nombre de Pablo fue muy conocido en un amplio territorio, desde Jerusalén hasta Roma y quizá España. Pablo influenció grandemente con el mensaje de Jesucristo en territorios que jamás un judío habría soñado pisar. Pablo rompió barreras religiosas y se mezcló con gente impía, pecadora contumaz que tenía como destino su destrucción eterna.
2.    Apóstol de Jesucristo. Apóstol significa literalmente “enviado”. En nuestros tiempos la palabra “misionero” denota un similar significado. El término apóstol había adquirido un sentido técnico en aquel entonces. Indicaba a alguien a quién Cristo había comisionado, es decir: (1), que había sido testigo de la resurrección (2) y que poseía como credenciales poderes milagrosos[1] (3). Aparentemente Pablo no cumplía con los requisitos para ser apóstol:
a.  Ser discípulo durante el ministerio de Jesús.
b.  Ser testigo de su resurrección. Hch. 1:21,22.
Sin embargo, sabemos que Saulo de Tarso, quien posteriormente se llamaría Pablo, se encontró con el Señor resucitado cerca del camino a Damasco Hch. 9:1-19; 22:6-16; 26:12-18 y Jesús lo llamó para ser apóstol de los gentiles, 1 Ti. 2:7; 2 Ti. 1:11.
Muchos enemigos en Corinto dudaban del apostolado de Pablo, pero la verdad es que este hombre fue llamado desde el cielo para cumplir una misión en la tierra. Si bien su aparecimiento en el relato bíblico muestra a un hombre brutal, profundamente convencido de sus creencias religiosas judías, perseguidor de los seguidores del Camino o de Jesús. Luego de su encuentro con Cristo, su vida, pasión y metas cambiarían por el poder de Dios. La ironía de la vida, de perseguidor ha perseguido por la causa de Cristo.
Esto nos muestra que Dios da oportunidades para que cambiemos nuestro camino, y así lo pongamos alineado con los caminos por donde va nuestro Dios.
3.    Por la voluntad de Dios.  Pablo fue comisionado personalmente por Jesús y no por voluntad humana. Dios, a través de Cristo, lo llamó al apostolado. Gálatas 1:15 dice: “Sin embargo, Dios me había apartado desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia. Cuando él tuvo a bien revelarme a su Hijo para que yo lo predicara entre los gentiles, no consulté con nadie”.
4.    Y Timoteo nuestro hermano. Ese joven cristiano de origen judío fue muy especial para el apóstol. Fue invitado a evangelizar  por Pablo en Listra, Hch. 16:1-3. Debido a su fidelidad a Cristo, Pablo le encargó varias misiones en pro de fortalecer a la iglesia infanta.  Timoteo ya había visitado Corinto tiempos atrás, Hch. 18:5, y por esta razón ya era conocido por los hermanos de allí, 1 Co. 4:17. Al ser nombrado Timoteo en primer lugar de la epístola y usar el pronombre en segunda persona de plural “nuestro”, dice de la relación que tenía Timoteo con los lectores de la carta y desde luego con el apóstol. También deja claro el hecho que no era desconocido para ellos. Timoteo era de temperamento tímido y retraído; pero no carecía de capacidad, de vigor, o de valor moral. Su sinceridad y cordialidad se ganaron el afecto de Pablo, quién lo llamó “verdadero hijo[2]”.
5.Gracia y Paz.
a. Gracia. Viene del griego charis, y chairen era una forma de saludo que significaba: buen día o me alegro de verte.
b. Paz. En el idioma hebreo es shalom. Su significado inmediato es adiós o que te vaya bien, y su significado más profundo según el contexto es la ausencia de tensiones entre ambas partes y la existencia de buena voluntad.
Tanto la gracia y la paz proceden de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
B.   AFLICCIÓN Y CONSUELO, 1:3-7.
v. 3- 4 “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quién nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren”.
1.    Alabado sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. A Jesucristo se le describe como el canal y agente por medio del cual se comunica a los hombres todas las bendiciones de misericordia y consolación de parte de nuestro Dios y Padre.
2.    Nos consuela en todas nuestras tribulaciones. En los versículos 3 al 7, la palabra consolación (confortación) se repite nueve veces. El consuelo es una parte importante de la vida espiritual, y Pablo busca animar a sus receptores.
La definición en el diccionario de Consuelo es: Descanso y alivio de la pena, molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo[3].
      Dios es la fuente de consuelo y estímulo. Esta consolación fluye a los creyentes cuando ellos sufren por la causa de Cristo y equipan a algunos para consolar a otros cuando están en problemas.
      Por medio de Jesucristo nosotros podemos dirigirnos libremente y confiadamente a Dios como Dios y como Padre. Padre significa “absoluta confianza”.
Qué bendición tenemos los cristianos al saber que Dios nos consuela y anima en cada instante de nuestras vidas, tanto en los malos como en los buenos momentos de nuestra vida podemos contar con él.
3.  Nosotros podamos consolar a los que sufren. Nosotros somos los receptores de la bondad de Dios, por tanto debemos animar a los demás. El sufrimiento y el consuelo van juntos, Dios no nos abandona en nuestras tribulaciones pues su amor es tan grande que nos asiste con su consuelo. ¿Dónde encontramos ese consuelo? En la Palabra de Dios, por ejemplo leer el Salmo 23 nos da esperanza y consuelo ver a Dios como un verdadero pastor.
4. “Pues así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo” v. 5  .
      Pablo escribió a personas que estaban siendo atribuladas. Tlipsis es tribulación, y se refiere a una presión física.
     El propósito divino para nuestras tribulaciones es capacitarnos para que podamos ayudar a los que igualmente están atribulados. Cristo no ofrece bienestar físico y espiritual a sus seguidores, el camino de la cruz está lleno de espinas que penetran hasta el alma, comparar con Ro. 8:17. Uno de los resultados que produce el sufrimiento es la capacidad que da para consolar y compadecer, para alentar y fortalecer a otros, una vez que en medio del sufrimiento propio uno ha experimentado la presencia y el consuelo de Dios[4].
C.   LIBERACIÓN Y GRATITUD, 1:8-11.
v. 8 “Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión, que hasta perdimos la esperanza de salir con vida.
Hay muchas hipótesis del sufrimiento de Pablo en Asia.
1.   Un naufragio. Pero parece que este no ocurrió en Asia.
2.  Rebeliones y división en la iglesia. Enemigos que dudaban de su autoridad apostólica, ponían en tela de duda su integridad e intentaban destruir su trabajo.    
3.  Una posible enfermedad. Por su gravedad el apóstol creyó que iba a morir con seguridad. Algo muy posible que fuera la causa de su sufrimiento, pues el apóstol con tanto maltrato físico que sufrió en su cuerpo, algún rastro de violencia debió haber quedado en su cuerpo.
a. Pablo recibió de autoridades judías 5 veces 39 azotes, 2 Co. 11:24.
b. Pablo fue golpeando con varas por orden de autoridades romanas.
c. Una vez fue apedreado.
d. Tres veces fue náufrago.
4. Revuelta instigada por Demetrio, Hch. 19:23-41. Lucas describe que Pablo estuvo lejos del teatro, por lo que estuvo algo seguro y se descarta esta posibilidad como posible causa del sufrimiento.
v. 10 “Él nos libró y los librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza, y él seguirá librándonos”.  
Dios usó este evento para que Pablo aprendiera a despojarse de toda confianza en si mismo y una confianza renovada en Dios lo moviera siempre[5]. Estar a las puertas de la muerte significa abandonar completamente cualquier rastro de confianza en uno mismo y depender exclusivamente de Dios[6].
No sabemos cual fue el posible peligro que amenazaba, pero este era real a tal punto, que Pablo perdió toda esperanza de sobrevivir.
v. 11 “Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros. Así muchos darán gracias a Dios por nosotros a causa del don que se nos ha concedido en respuesta a tantas oraciones”.
El propósito divino de esto fue que cuando Pablo recibiera liberación no estuviera solo para agradecer a Dios sino que todos los que habían orado por él dieran también las gracias al Padre Celestial.

II. CAMBIOS DE PLANES.
      A. Confiabilidad, 1:12-14.
v. 12 “Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes con la santidad y sinceridad que vienen de Dios”.
 1. Porque en esto consiste nuestro orgullo. El mundo se enorgullece de sus logros, esto es un pecado. El hombre espiritual da honra y gloria a Dios. El cristiano sólo puede ensalzarse en la gloria de Cristo, Ro. 5:11.
2. “El testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportando en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la santidad y sinceridad que vienen de Dios”, v.12.
Conciencia, (del latín conscientia “conocimiento compartido”, pero diferente a consciencia, ser concientes de ello) se define en general como el conocimiento que el ser tiene de sí mismo y de su entorno, se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior[7] .
Para Pablo, la conciencia supone la facultad de conceder a una persona el sentido moral de que se juzgue a sí misma[8]. En su caso, el testimonio de su conciencia era limpia, porque el testimonio de su entrega a Dios era total, y no tenía de qué avergonzarse.  
La palabra sinceridad, puede ser traducida transparencia del gr. eilikrinia, la cual puede describir algo que puede soportar el ser expuesto a una luz intensa y a través de la cual es posible ver.
3. “Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana sino a la gracia de Dios”, v.12. La sabiduría humana es imperfecta e incompleta, está en función de la moda, es decir cambia con el tiempo. En cambio la sabiduría de Dios es todo lo contrario, perfecta, completa, absoluta y eterna. A la luz de esto, la conducta de Pablo no podía ser tildada de errónea por ninguno de sus detractores, más bien muchos de ellos podían gloriarse en él como su padre espiritual. Durante año y medio, Pablo trabajó en Corinto sin recibir pago, tampoco pidió alguna ayuda material para que sus detractores no tuvieran de qué acusarlo 1 Co. 9:17,18. Siendo que todo obrero es digno de su sustento, el actuó de manera diferente, delicada, y no fue una carga para la iglesia en la península.  
B. Revisión de planes, 1:15-17.
v. 15 “Confiando en esto, quise visitarlos primero a ustedes para que recibieran una doble bendición; es decir, visitarlos de paso a Macedonia, y verlos otra vez a mi regreso allá”.
Los planes que tenía Pablo fueron de visitar Corinto vía marítima, luego dirigirse a Macedonia, y desde ahí regresar de nuevo a Corinto, para que allí los hermanos lo encaminaran a Judea, con el dinero recolectado para los pobres de Jerusalén. La doble bendición se refiere a la doble visita planeada por el apóstol a ellos.
A causa de problemas en la congregación de Corinto, Pablo cambió de planes para hacer una visita corta, pero luego de llegar a la ciudad la visita se convirtió en bastante triste (2:1), no se tiene información si visitó a las congregaciones de Macedonia, lo que sí sabemos es que viajó a la ciudad de Éfeso, donde escribiría la carta triste 2:3,4, la misma que entregó a Tito.
v. 17 “Al proponerme esto, ¿acaso lo hice a la ligera? ¿O es que hago mis planes según criterios meramente humanos, de manera que diga sí, sí y no, no al mismo tiempo?”.
1. Primera pregunta: ¿acaso lo hice a la ligera? Pablo había escuchado que los corintios lo acusaban de ser desequilibrado. La pregunta que hace a los corintios si obra a la ligera tiene como respuesta un NO. Quiere llevarles a la reflexión de que nuestra vida no está trazada completamente por nuestra voluntad. Hay eventos en que Dios interviene para que cambiemos de marcha y de dirección en nuestra vida.
       No se puede acusar a Pablo de incumplir con algo que había prometido. La ligereza de carácter es la que hace al hombre prometer lo que no tiene intención de cumplir[9]. El Cristo que predicó Pablo y sus compañeros no es un Cristo de incertidumbre o contradicciones.
2.    Segunda Pregunta: ¿O es que hago mis planes según criterios meramente humanos? La respuesta también es NO. Porque Pablo se guiaba por el Espíritu y no según la carne. Ro. 8:4. La traducción que hace Frances Young: “¿O es que hago planes a nivel humano, de modo que el sí sea sí, y que el no sea no, depende de mí?[10]
      C. Autenticidad del Mensaje, 1:18-22.
v. 18 “Pero tan cierto como que Dios es fiel,  el mensaje que les hemos dirigido no es "sí" y "no".
 La palabra de Dios es absolutamente digna de confianza, porque Dios es fiel y verdadero[11]. Para argumentar su razonamiento, Pablo emplea el principio hermenéutico judío de ir mayor a menor, entonces si los corintios creen en Dios y en la predicación de su palabra, de la misma manera deben creer en Pablo, Silvano y Timoteo.
      v. 19 “Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre ustedes, no fue "sí" y "no"; en él siempre ha sido "sí". La conjunción “porque” es el puente entre este y el versículo anterior. Se presenta a Jesucristo como testimonio de la verdad, quién dijo en Jn. 14:6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Dios es fiel y su Hijo también es digno de toda confianza.
Pablo explica que un error humano no hace inválidas las promesas de Dios y que tampoco los mensajeros son descalificados por sus pequeños errores, pues es Dios el que los confirma a través de su evangelio.
      Pablo fue el primero en anunciar el evangelio en Corinto (Hch. 18:1-4). Mientras permanecía año y medio en esta ciudad llegó Silvano (Silas) y Timoteo, Hch. 18:5 desde Macedonia.
v. 20 “Todas las promesas que ha hecho Dios son "sí" en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos "amén" para la gloria de Dios”.
      1. “Todas las promesas que ha hecho Dios son”. En el Antiguo Testamento Dios hizo a su pueblo tantas promesas, ninguna de ellas dejarán de cumplirse, todas y cada una de ellas se cumplen por medio de la venida del Mesías. Esa es la confianza que tenemos los cristianos en Dios, él es veraz y cumple su palabra.
Las promesas de Dios son hechas por medio de Cristo, relacionado con:
a.    El perdón de los pecados.
b.    La santificación de su gente.
c.    Ayuda en las tentaciones y pruebas.
d.    Guía en la incertidumbre.
e.    Paz en la muerte y
f.     Gloria eterna más allá de la tumba.
Todas estas promesas son hechos a través de un Redentor, y ninguna de estas fallará.
2. Si en Cristo. A la pregunta, ¿se cumplirán las promesas de Dios? Cristo es la respuesta, el sí encarnado, el sí eterno[12].
3. Así que por medio de Cristo respondemos "amén" para la gloria de Dios. El sí y el amén significaban lo mismo entre hablantes del idioma griego y el arameo. Amén quiere decir: Así es.  
    En Apocalipsis 3:4, Jesús es llamado el “Amén”. La palabra significa verdad, fidelidad, certeza. Y aquí la expresión significa que todas las promesas las cuales son hechas a través del Redentor serán ciertamente cumplidas.
v. 21-22 “Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió, nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón,  como garantía de sus promesas”.
“Dios es”, Él lo ha hecho. Todo es para ser dirigido a Él. Esto no se trata por la bondad natural nuestra, o cualquier inclinación que por naturaleza nosotros tengamos para Su servicio.
1. “nos mantiene firmes”, Dios es quién nos ha confirmado en la esperanza del evangelio, y quién nos da gracia para ser fieles e inalterables en nuestras promesas. También crea, fortalece y sostiene la comunión que los creyentes mantienen con Cristo Jesús. La base de esta comunión es la promesa de Dios hecha a su pueblo por su Palabra. Pablo, los corintios y nosotros podemos confiar en las Escrituras[13].
2. “Él nos ungió”, a quiénes somos cristianos. Fue una costumbre ungir a reyes, profetas, sacerdotes en la iniciación de su oficio. La palabra “ungir” es aplicada en las siguientes personas:
a.     Sacerdotes, Éx. 28:41, 40:15
b.     Profetas, 1 R. 19:16, Is. 61:1
c.     Reyes, 1 S. 10:1, 1 S. 15:1, 2 S. 2:4, 1 R. 1:34
d.      Mesías, para ser apartado o consagrado a los oficios de profeta, sacerdote y rey.
e.     Cristianos siendo consagrados o puestos aparte para el servicio de Dios por el Espíritu Santo. Dice en 1 Jn. 2:20 “Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la verdad”, en 1 Jn. 2:27 “… la unción que de él recibieron permanece en ustedes…”. Los cristianos son representados en todas partes como seres bajo la influencia del Espíritu Santo, como aquellos seres sobre quiénes el Espíritu Santo es derramado, ellos son representados como ungidos. Ellos son colocados solemnemente en esta manera aparte y consagrados para el servicio de Dios[14]. 
3.  “Nos selló como propiedad suya…”. Tanto en el pasado como en nuestros días los sellos tienen gran valor, significan propiedad y autenticidad. Los sellos en cartas reales no podían ser abiertos por cualquier persona so pena de muerte, este sello garantizaba que el contenido del documento era auténtico de su autor. Hoy en día muchos productos tienen su sello distintivo, esto comunica al consumidor la originalidad del producto. Aunque hoy en día las adulteraciones son pan de cada día. Dios pone un sello a su pueblo por:
a. Confirmar su pertenencia y,
b. Protegerlos de daño.
4. “… y puso su Espíritu…”. Dios nos ha dado el Espíritu Santo como anticipo, como un pago inicial de las promesas futuras que recibiremos en el cielo. Hay dos pensamientos de cómo mora el Espíritu Santo dentro del creyente:
a. Mora personalmente.
b. Mora a través de la Palabra de Dios.

Síntesis:
·      Dios nos mantiene firmes en Cristo.
·      Nos ungió.
·      Nos selló como su propiedad.
·      Nos puso su Espíritu.
v. 23 “¡Por mi vida! Pongo a Dios por testigo de que es sólo por consideración a ustedes por lo que todavía no he ido a Corinto”. Pablo indica por qué no fue a visitarlos de acuerdo a los planes que tenía; y desde luego que no fue porque era imprevisible o inconstante, sino porque comprendió que si él iba a ellos durante aquellos momentos de desorden y problemas, él estaría bajo la necesidad de usar medidas duras para disciplinar y restaurar, en  consecuencia al ejercer una disciplina severa traería dolor a ellos tanto como a él. En lugar de ello, les envió una carta que por su contenido se la llama “severa” encomiándoles a la reforma y evitar una dura restauración. Podemos ver que el cambio de planes de visitarlos fue por el tierno afecto que les tenía. 
v. 24 “No es que intentemos imponerles la fe, sino que deseamos contribuir a la alegría de ustedes, pues por la fe se mantienen firmes”.
“No es que intentemos imponerles la fe”. Pablo dice que la manera que ha escogido para actuar no ha sido enseñorearse acerca de su fe, para controlar sus creencias sino porque deseaba contribuir para su mayor alegría. No quería usar su autoridad apostólica y la severidad de la disciplina apostólica; aunque tenía el poder para ordenar obediencia y para controlar su fe, pues escogió no hacerlo. Su propósito fue promover felicidad, por tanto escogió las maneras más suaves y gentiles. 
“Por la fe se mantienen firmes”. Esta misma expresión la encontramos en 1 Co. 15:1, los corintios habían adherido las verdades del evangelio y ahora en especial manera, en rendir obediencia a las órdenes y ruegos de Pablo en la primera carta. Ellos habían demostrado que estaban en la fe y firmes en la fe. No fue necesario que Pablo ejerciera señorío sobre sus creencias, pero todo esto que fue requerido fue para ayudar al avance de su fe, pues ellos estuvieron firmes en la fe. La fe debe ser libre y la religión debe ser libre, o ellas no pueden existir por completo[15].

Editado: 11 mayo 2011


[1] Carlos Erdman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios,  Editorial Tell,  1974,  pág. 12.
[2] Carlos Erdman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, Editorial Tell, 1974,  pág. 13.
[3] Diccionario electrónico de la Lengua Española.
[4] Carlos Erdman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, Editorial Tell, 1974,  pág. 13.
[5] Carlos Erdman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, Editorial Tell, 1974,  pág. 22.
[6] Simon Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento 2 Corintios, Libros Desafío, 2004, pág. 62.
[8] Simon Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento 2 Corintios, Libros Desafío, 2004, pág. 67
[9] Carlos Erdman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, Editorial Tell, 1974,  pág. 26
[10] Frances Young, Note on II Corinthians 1:17
[11] Simon Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento 2 Corintios, Libros Desafío, 2004,  pág. 74.
[12] Carlos Erdman, La Segunda Epístola de Pablo a los Corintios, Editorial Tell, 1974,  pág. 27
[13] Simon Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento 2 Corintios, Libros Desafío, 2004, pág. 77.
[14] e-Sword, Albert Barne’s Notes on the Bible, 2 Co. 1:21.

[15] e-Sword, Albert Barne’s Notes on the Bible, 2 Co. 1:24

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