miércoles, 6 de mayo de 2015

Los obsequios para mamá se confunden como manifestación de amor: Para el Día de la Madre

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Amor y obsequios

10 Minutos y 6 Personajes. La madre de la familia Rabito piensa que sus hijos se han olvidado del día de la madre... El mejor regalo que podemos dar a nuestras madres no es el que podemos comprar en un negocio, sino el que le entregamos desde lo más profundo de nuestro corazón.


AMOR Y OBSEQUIOS




Introducción:
Una vez más ha llegado el día de la madre. Una vez más los negociantes esperan ver vacíos los escaparates de sus locales como consecuencia de las buenas ventas realizadas. Una vez más la publicidad nos hace creer que para ser buenos hijos tenemos que comprarle a nuestra madre el más caro electrodoméstico, o el más costoso objeto. No creemos que esté mal demostrar así nuestro cariño, pero sí que no debemos dejar de demostrar cuánto amamos a nuestra madre mediante otras cosas, que nacen de un corazón amante y agradecido.


PERSONAJES

DON PEDRO - el relator.
DON FRANCISCO RABITO - el padre
DOÑA EMILIA RABITO - la madre
ANTEOJOS - hijo
SALTARÍN - hijo
OREJAS – hijo


ESCENOGRAFÍA. Las escenas se desarrollan en una habitación decorada con muebles adaptados para el uso de los niños. Como telón de fondo se puede colocar un teatro de títeres, que a la vez provee de una ventana que se va a utilizar durante el transcurso de la obra. En caso de carecer de muebles pequeños, se pueden utilizar cubos o prismas hechos con madera de cajón y pintados de colores adecuados.


VESTUARIO. Para caracterizar a los niños se pueden usar gorros fabricados en cartulina blanca y decorados con algodón, guantes del mismo color y una cola de algodón con base de cartulina. Se puede completar con unas calzas o pantalones en colores adecuados. Además, si es factible, cada uno de los conejitos llevará algún detalle relacionado con su nombre. Por ejemplo, Anteojos podrá usar un par de anteojos grandes.


ACTO 1

(Aparece don Pedro caminando con paso apurado por uno de los costados del escenario. Mira su reloj con impaciencia, se detiene ante el público y luego de aclarase la voz, comienza a hablar.)

DON PEDRO ¡Buenos días!, o ¡buenas tardes! En realidad ya ni sé lo que digo. Yo soy don Pedro. Disculpen por la demora. Estuve entreteniendo a unos niños y me había olvidado de ustedes. Hoy vamos a ver la historia de la familia Rabito. Esta es la casa de los conejos del cuento que disfrutaremos juntos. Hoy es el día de la madre. Los tres hijos se han levantado temprano y ya van a venir a desayunar. Pero, mejor me escondo porque allí llegan los personajes.

(Sale por el mismo lado por el que entró. En ese momento, por el costado opuesto aparece doña Emilia trayendo una bandeja con el desayuno. La coloca sobre la mesa, distribuye las tazas y luego con voz fuerte y clara llama a sus hijos.)

DOÑA EMILIA. ¡Orejas! ¡Anteojos! ¡Saltarín! ¡El desayuno está servido! ¡Vengan pronto que se va a enfriar!

(Los tres conejitos entran corriendo por la misma puerta que la madre y le dan un beso.)

TODOS. ¡Buenos días, mamá!

DOÑA EMILIA. ¡Buenos días, hijos!

(Se ubican en las sillas correspondientes y mamá coneja comienza a servir el café con leche en las tacitas.)

DOÑA EMILIA. ¿Cómo han dormido, mis niños?

ANTEOJOS. ¡Muy bien, mamá! Yo tenía tanto sueño que casi no podía abrir los ojos.

OREJAS. Yo tuve un sueño muy lindo. ¿Quieres que te lo cuente?

SALTARÍN. ¡Ah... no! Yo tengo mucho apetito y sería mejor que diéramos gracias a Dios por los alimentos y luego tomáramos el desayuno, ¿no les parece?

OREJAS. Entonces yo voy a orar. "Señor Jesús: te damos gracias por este día y por estos alimentos, amén".

(La mamá se retira y los conejitos comienzan a tomar el desayuno mientras entablan una conversación interesante.)

ANTEOJOS. Yo estaba pensando en que hoy es el día de la madre y nosotros no preparamos nada especial para regalarle a mamá.

SALTARÍN. Las mamás no quieren regalos, Anteojos.

OREJAS. No quieren regalos que nos cuesten dinero, pero les agradan aquellas cosas que conseguimos con nuestro esfuerzo.

ANTEOJOS. ¡Claro! Por ejemplo: una buena calificación en la escuela, algún trabajo manual, una buena contestación, un beso...


SALTARÍN. ¡Eso sí! Y como buenos hijos, siempre tenemos que darle regalos a mamá.

OREJAS. Sí, y especialmente en un día como hoy.

ANTEOJOS. ¡Tengo una idea! ¡Vengan! (Los tres unen sus cabezas comentando algo que el público no llega a oír. Luego terminan de desayunar apurados.)

SALTARÍN. ¡No tenemos tiempo que perder!

(Se disponen a salir de la casa.)

ANTEOJOS. ¡Mamá! Vamos a salir a dar nuestro paseo acostumbrado. Volveremos a la hora de almorzar.

DOÑA EMILIA. (Desde fuera del escenario.) Bueno, hijitos. ¡Vuelvan temprano!

(Salen los tres caminando y cantando alguna canción. Entra la mamá y levanta la mesa. Suspira y se ve triste. Sale don Pedro).

DON PEDRO No se extrañen los niños presentes, que los conejitos vayan a pasear con tanta libertad y sin la compañía de sus padres. Lo que pasa es que en el bosque, donde ellos viven, no hay tantos peligros como en las ciudades. Además, los animales desde muy pequeños aprenden a andar solos. ¡Así son ellos! Se comportan de forma un poco diferente que los niños, quienes deben permanecer más cerca de papá y mamá. Bueno, pero no tengo que hablar tanto. Vuelvo a mi escondite.

(Mientras tanto se escucha una suave música de fondo.)



ACTO II

(Entra don Francisco con herramientas en sus manos que inmediatamente deja dentro de un cajón o caja colocada a un costado del escenario.)

DON FRANCISCO. ¡Qué rápido pasa la mañana! Ya es mediodía. ¡Qué cansado estoy! Así es la vida de los animales en el bosque. ¡Trabajar, trabajar y trabajar! Bueno... voy a saludar a Emilia porque hoy es el día de 1a madre, y tanto mis hijos como yo debemos agasajar. ¡Emilia! ¡Ya llegué!

DOÑA EMILIA. (Entra con paso suave.) Buenos días Francisco. ¡Qué alegría tenerte en casa! (Le da un beso.)

DON FRANCISCO. Hoy había un clima de alegría entre los animales del bosque. Todos los padres estaban trabajando en la construcción de la cabaña para esa ardilla anciana que no tiene familia. Nosotros, los animales, no somos como los humanos que tienen un templo adónde ir. Pero, igualmente, aunque nadie nos lo enseñe, sabemos que Jesús nos mira y se pone contento cuando hacemos algo por nuestros vecinos que nos necesitan. ¿No te parece, Emilia?

DOÑA EMILIA. Tienes mucha razón.

DON FRANCISCO. Mientras nosotros trabajábamos, los niños iban y venían llevando regalos a sus mamás, por ser hoy el día de la madre.

DOÑA EMILIA. Yo estoy muy triste. Mis hijos no se han acordado de darme un beso especial hoy. Además, se fueron temprano y todavía no han vuelto.

DON FRANCISCO. Bueno, bueno. Ya van a venir. Por ahora podemos comenzar a almorzar.

DOÑA EMILIA. Ya traigo la comida.

(Don Francisco se sienta a leer el diario y doña Emilia sale. Muy pronto vuelve a entrar trayendo una bandeja con comida.)

DON FRANCISCO. ¡Qué bien huele eso! Sentémonos pronto.

(Ambos se sientan, inclinan sus cabezas y oran en silencio. Don Francisco empieza a comer, pero doña Emilia se queda pensativa. De repente se oye un ruido, como el de una piedra golpeando contra la pared.)

DOÑA EMILIA. (Sobresaltada.) ¿Qué fue ese ruido?

(Los dos conejos padres se asoman por la ventana. En ese momento abre la puerta y entran sigilosamente los 3 conejos portando una enorme zanahoria. Se colocan al lado de la mesa. El papá y la mamá se vuelven a su posición anterior.)

DOÑA EMILIA. (Asustada.) ¡Eh! ¿Por dónde entraron?

ANTEOJOS. Por la puerta. (Risas.)
TODOS. ¡Feliz día, mamá! Nuestro regalo es muy humilde, pero nos costó bastante conseguirlo.

(Le entregan la zanahoria.)

DOÑA EMILIA. (Emocionada.) ¡Gracias, muchas gracias!

SALTARÍN. Tardamos más de lo debido porque como todos los conejos pensaron en el mismo obsequio, no encontramos ninguna zanahoria por aquí cerca.

ANTEOJOS. También tenemos otra cosa para ti. Orejas, es tu turno.

OREJAS. Mamá, te queremos mucho. Deseamos ser buenos y obedientes para que tú y papá estén siempre contentos.

DON FRANCISCO. ¿Viste, Emilia, que no se habían olvidado?

DOÑA EMILIA. (Abrazando a todos y dirigiéndose con ellos al centro del escenario y mirando al público.) ¡Qué linda familia tengo!

ANTEOJOS. ¡Viva la familia Rabito!

TODOS. ¡Viva!

(Todos los personajes se toman de la mano para salir, pero don Pedro los detiene.)

DON PEDRO. ¡Un momento! ¡No se vayan! Aquí, entre estas personas que los están mirando (señala al auditorio), puede haber mamás que no tengan a sus hijos cerca, y hoy ellas también quieren recibir un regalo. ¿No quieren ustedes ofrecérselo?

OREJAS. ¡Cómo no! ¿Que les parece si cantamos la canción que nosotros preparamos?

TODOS. ¡Buena idea!

(Cantan la siguiente canción con la música de "Cumpleaños feliz": “Feliz día, mamá; feliz día, mamá; que Jesús te bendiga, ¡feliz día, mamá!” Salen todos tomados de la mano. Don Pedro se une a ellos y salen saludando al público.)


Telón.

(A continuación pueden pasar algunos hijos, de cualquier edad, que hablen de las cualidades o actitudes que más admiran en sus madres, o cuenten algún incidente que permita destacar un hecho especial realizado por su madre. En el caso de las hijas pueden hablar acerca de las cualidades que admiran en sus madres y que ellas desean imitar como madres, esposas, amas de casa o mujeres profesionales. Pedir esto con suficiente anticipación y elegir las mejores expresiones. Si las madres están presentes pueden pasar al frente una vez concluida la exposición de sus hijos. Será la oportunidad de darles un beso).

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Amor irreflexivo: Para el día de la Madre

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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AMOR IRREFLEXIVO

PERSONAJES

NARRADOR
MADRE
MARÍA
RODOLFO


NARRADOR. Esta es una historia común, de una joven que desperdició los consejos que había recibido. Y se dejó llevar por sus sentimientos. Aunque esta historia es imaginaria puede ocurrir en la vida diaria como una realidad.
Tiene su parte jocosa, pero tiene no solo el propósito de entretenernos sino también de ayudar a pensar con seriedad, en el asunto tan vital en la vida juvenil. AMOR, NOVIAZGO Y MATRIMONIO HOGAR.

La historia comienza cuando María un día va por la calle con el fin de realizar unas cuantas gestiones y compras que su mamá le encargó que hiciese. Hacía un poco de sol y por lo tanto se sentía un poco de calor. María había caminado ya varias cuadras y aun le faltaba más, se sentía cansada y decidió detenerse en uno de los bancos que había en aquella larga calle, al sentarse nota que... Rodolfo, un joven que hace algún tiempo la galanteaba y aun demostraba sus intenciones amorosas… Pero, veamos lo que sucede.

MARÍA. Es verdad que hace un calor enorme, estoy un poco cansada y me quedan unas cuántas cuadras por caminar todavía... ah... deja sentarme en este banco un ratico nada más... (Se sienta y queda pensativa. De pronto se pone nerviosa al ver quien se aproxima, se pone en pie, se sienta de nuevo, se vuelve a poner en pie.) ¡Ah, mi madre! ¡Qué susto! Ese que viene por ahí es Rodolfo. No sé qué voy a hacer... ¿Qué me dirá? ¿Y yo qué le contestaré? En realidad él es tan elegante, tan apuesto, tan agradable, tan distinguido... Él es muy semejante al ideal que yo he estado soñando.
Pero, tengo que actuar con seriedad y astucia para que él no se dé cuenta que me impresiona con su presencia.

RODOLFO. Buenas tardes, María, ha sido una grata sorpresa para mí encontrarte aquí. Te confieso que no lo esperaba, me siento feliz de verte y saber cómo estás. Ahora podemos charlar un rato aquí, ¿no lo crees así?

MARÍA. Oh, sí, sí, pero... no... no... no.

RODOLFO. Pero, ¿qué te pasa? ¿Estás nerviosa?

MARÍA. Este... que... no... no... Pero mira, no puedo conversar porque tengo que hacer unos mandados para mi mamá y me encargó que no me demorara.

RODOLFO. Pero María, tú sabes que yo soy todo un caballero, si no pues ahora será en otra oportunidad, ¿verdad? Pero recuerda que estoy esperando una respuesta tuya. Tú lo sabes, ¿verdad, María?

MARÍA. Sí, sí, yo lo sé, pero... será en otro momento como tú dices, ahora debo irme, hasta luego.

RODOLFO. Hasta luego, bella flor del jardín de mis sueños.

(Se separan y cuando están algo lejos miran hacia atrás y se dicen adiós con las manos, el joven se pierde mientras María habla sola.)

MARÍA. No sé pensar... ¿Cómo voy a pensar? No puedo, es verdad que es tan apuesto... es muy agradable... pero me han dicho que es un picaflor. Dicen que es como una mariposa que va de flor en flor, pero yo creo que en todo caso que eso sea cierto, yo puedo hacerlo cambiar. Mi amor, mi buen comportamiento, mi cariño, lo puede atraer tanto que olvide a todas las demás y dé un paso de seriedad en este asunto.
Pero... Si continúa así... será él un desgraciado y habrá desdichado muchos corazones. Estoy indecisa, no sé qué hacer, necesito un buen consejo. Según he aprendido, la persona indicada es mi mamá... pero, ¡qué va! Temo que ella se oponga y en verdad sentiría mucho perder a Rodolfo. En segundo lugar podría ver al Pastor de mi iglesia. Pero... no... no... él tampoco, sé qué me diría algunas cosas que no quiero que me diga. ¿Quién entonces? Bueno déjame hacerle los mandados a mi mamá... Por cierto, creo que no recuerdo ni la mitad de las cosas que ella me encargó... Después resolveré de buscar un consejo... (Sigue caminando hasta que desaparece.)

NARRADOR. Después de realizar algunos mandados de los que su madre le había encargado, María regresó al hogar un poco preocupada, su madre la estaba esperando impacientemente.

MARÍA. (Entra y le da un beso a la madre.) Ay, mamá, ¡cómo he caminado! Eso ha sido horrible... Pero te resolví todo... Digo... Menos... Bueno, creo que... que todo, no. (Habla dudando.)

MADRE. Hija, creo que te has demorado más de lo debido... Ya yo estaba impaciente... pero con tal de que hayas resuelto todo... aunque yo no sé qué está pasando que últimamente se te olvidan las cosas, y eso no me gusta porque no estás enferma, ¿verdad que no te sientes mal de salud? A veces si no hacemos lo correcto la mente no trabaja bien y hace días que te noto que todo se te olvida.

MARÍA. (Volviendo el rostro.) Todo menos...

MADRE. ¿Qué dices, hija?

MARÍA. No, no, nada, mamá.

MADRE. Bueno, vamos a ver por fin lo que trajiste... María, no veo el hilo de la señora Macías para el vestido que se mandó hacer.

MARÍA. ¡Ay, mamita! Se me olvidó, eso sí que se me olvidó.

MADRE. Pero tampoco veo aquí la tela de la Sra. Ramos. ¿No estaba ella en su casa o es que tampoco fuiste?

MARÍA. (Haciendo una mueca de dolor.) No sé cómo no me di cuenta de llegar pues pasé cerca de su casa.

MADRE. Hija, vuelve y te repito que todo se te olvida.

NARRADOR. La hija está atónita sin saber qué hacer o decir, está con el rostro serio y una mirada como viendo algo imaginario. ¡Cuántos pensamientos pasan por su mente ahora en blanco! Rodolfo, sus palabras, su nerviosismo.

MADRE. ¿María, en qué piensas? Eso que te pasa no es normal en ti, anda hijita, ¿por qué no me dices qué es lo que te pasa?

MARÍA. Nada, mamá, nada, estaba pensando que mañana yo te prometo hacer todos los mandados que hoy olvidé. Perdona mi descuido, mamá.

MADRE. Está bien, hija.

NARRADOR. Al llegar al día siguiente, la joven se arregla y sale para la calle, para cumplir esta vez con lo que la madre le había pedido. Pero automáticamente, y sin darse cuenta, estaba caminando por la misma calle donde ayer se encontró con su galán apuesto. Ahora no está cansada, no siente calor, pero... sí deseos de sentarse aunque sea un ratito solo para recordar a...

MARÍA. Déjame sentarme aquí, aunque hoy no voy a ver a Rodolfo, ni quiero verlo tampoco… Se me olvidarían los mandados de nuevo.

NARRADOR. María estaba pensativa, mira a uno y otro lado como si esperara a alguien pero de pronto sus ojos ven algo, algo que no puede creer.

MARÍA. No, no puede ser, no lo creo, pero... si es él, es cierto lo que mis ojos ven, Rodolfo... Pero... viene con una joven cogido de la mano.

NARRADOR. Rodolfo pasa muy cerca de donde está María, finge no verla. María está clavada en el banco de mármol donde permanece sentada. Ve cómo Rodolfo se aleja, con su acompañante. Ahora sí, que se le han olvidado todos los mandados de su mamá. María, la pobre y desplomada María, sin darse cuenta y sin saber de dónde sacar fuerzas y echarse a andar hacia la casa.

MARÍA. (Llama.) Mamá, ¿dónde estás?

MADRE. Aquí, ven hija, pero por favor, ¿qué té pasa, mi hijita? Te noto nerviosa y preocupada, ¿qué te ocurre, hija mía? Dime, ¿me hiciste los mandados?

MARÍA. No, mamá, no pude, ven conmigo acá, mamá, tengo que conversar contigo.

MADRE. Vamos a sentarnos, te veo mal hace días, pero desde ayer más y hoy todavía más, dime, anda ¿qué te pasa?

NARRADOR. Y María le contó a la madre todo lo ocurrido, su actuación equivocada, su chasco y el fin de aquel episodio triste de su vida y terminó diciendo:

MARÍA. Te aseguro mamá que he aprendido una gran lección: desde hoy con la ayuda de Dios no actuaré tan neciamente, seguiré el consejo de Dios para no fracasar en mi vida y sobre todo serás tú, madre mía, después de Dios, mi primera y única consejera en todas las cosas de la vida, porque me he dado cuenta que tú eres una madre cristiana y quieres lo mejor para mí. Nunca más dejaré de honrar a mi Dios. Y a ti también, madre querida.

MADRE. Me alegro mucho de lo que has acabado de decir hija mía, y quiero que sepas que para una madre inteligente, nunca pasan inadvertidos los problemas y las preocupaciones de sus hijos. Yo estaba estudiando tu caso, pues veía algo anormal en ti, pero ahora solo queda olvidar esta terrible pesadilla por la que hemos pasado y que esta lección te ayude a ti y a todos los que como tú se creen sabios en sus opiniones. Ojalá que desde ahora en lo adelante siempre busques consejos de personas prudentes y así lograrás ser una verdadera cristiana.
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domingo, 3 de mayo de 2015

El deseo de toda pareja que se acerca al día de su boda, es que su relación matrimonial se distinga por el amor y la fidelidad

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Importancia de la Fidelidad
1 Crónicas 1–9
La fidelidad viene a la mente como una palabra clave cuando pensamos en cualquier convenio. El deseo de toda pareja que se acerca al día de su boda, es que su relación matrimonial se distinga por el amor y la fidelidad. Cuando falta alguno de estos elementos en un hogar, pronto se desvanece la felicidad, pues son ellos los que fundamentan el pacto nupcial.
Estas mismas características se aplican al pacto que Dios hizo con Israel. Aunque éste se basó en el amor de Dios hacia ese pueblo, El demandaba que respondieran con amor y lealtad también. Es por ello que éstos llegaron a ser los elementos primordiales de ese pacto.
Por consecuencia, si Dios demandaba que Su pueblo en general cumpliera con éstas virtudes, con mucha más razón lo esperaba de los reyes que El había puesto para gobernarlos. Al establecer Su pacto con David, Dios prometió que nunca quitaría Su misericordia de Salomón su hijo (1 Crónicas 17:11–14). La palabra misericordia que se emplea en ésta promesa, incluye tanto el amor como la fidelidad de parte de Dios hacia Salomón y su descendencia, dando a entender que Dios cumpliría con ella sin importar lo que ellos hicieran.
En los libros de las Crónicas, se presenta claramente el mensaje de que Dios ha prometido tratar a Israel con misericordia, o sea, con amor fiel y que demanda que ellos respondan de la misma manera. Como resultado, el pueblo entero y el rey en particular, tienen derecho a gozar de las bendiciones y responsabilidades que un pacto de esa naturaleza ofrece.
¡PENSEMOS!
Las promesas que Dios dio a Isreal y a la iglesia no son idénticas. Sin embargo, para comprender la relación que existe entre el mensaje de estos libros con nosotros, tenemos que entender que El nos ha prometido Su amor al igual que lo hizo con Isreal. A la vez, El demanda que nosotros respondamos con amor y fidelidad. Consideremos un momento las implicaciones de esta verdad.
¿En qué maneras se ha manifestado el amor fiel de Dios para con nosotros? Haga una lista de las evidencias de ese amor que usted ha observado en su vida.
¿En qué maneras debemos manifestar nuestro amor y fidelidad a Dios hoy en día?
EL AUTOR Y LA FECHA
El formato actual de los dos libros nos hace difícil recordar que originalmente se escribieron como un solo tomo, tal como pensamos estudiarlo en este comentario. Aunque el autor de esta gran obra no se identifica, el Talmud, que representa la tradición judía, atribuye el libro al escriba Esdras, conocido por el libro que lleva su nombre y por su importante participación en la restauración de Israel.
Varias evidencias apoyan la opinión de que Esdras lo escribió. Primero, la tradición en sí misma representa evidencia externa de gran valor debido a la fecha tardía de su preparación y aceptación por parte del pueblo. La evidencia interna también es convincente. El libro está redactado desde la perspectiva de un sacerdote porque el templo ocupa un lugar primordial en su argumento. Puesto que Esdras se identifica como sacerdote, refleja la misma perspectiva que el libro que Ileva su nombre (Esdras 7:1–5, 11).
Por otro lado, las genealogías que presenta Ilegan hasta los días de Esdras y apoyan la idea de que el autor era contemporáneo de él. No se conoce otro candidato más viable. Además, el uso del idioma hebreo y su estilo literario son semejantes a los de Esdras. La última evidencia a favor de él como autor, se encuentra al comparar el principio del libro de Esdras (1:1–3) con la conclusión de 2 Crónicas (36:22–23). Las dos porciones son iguales. Parece que Esdras presenta una continuación intencional de la historia que Crónicas empieza a relatar.
El libro mismo da evidencia de que el autor, quienquiera que fuera, utilizó diversas fuentes históricas para redactarlo. Como escriba, Esdras tendría acceso a ellas y sabría cómo utilizarias. Sin embargo, el uso de otra información no desacredita la inspiración divina. Dios es capaz de dirigir al autor a investigar el material histórico a su alcance para así garantizar la veracidad y valor del mensaje que El quiere revelar a Su pueblo.
En cuanto a la fecha del libro, los sucesos en sí abarcan casi todo el período del Antiguo Testamento, desde Adán hasta la restauración (1–9). La presentación más detallada de la historia se dedica a considerar el tiempo entre Saúl (1051 a.C.) y el decreto de Ciro que permitió al pueblo regresar a Israel y reconstruir el templo (538 a.C.).
Es evidente que ningún autor vivió durante todo ese tiempo para poder contar la historia. El escritor mira hacia atrás para señalar al pueblo de Israel las lecciones de ella. Debió haberlo escrito cerca del final del período contemplado. Lo más probable es que fuera después de que regresó a Jerusalén en 458, aproximadamente entre 450 y 425 a.C.
LA SITUACION HISTORICA
Aunque en las referencias a las genealogías, el libro hace alusión a todo el período del Antiguo Testamento, el enfoque principal es la dinastía davídica sobre Judá (1011–586). Concluye con un resumen del período del cautiverio (606–536).
El énfasis del libro es primordialmente temático y teológico. Por eso, la perspectiva histórica es bastante limitada. Trata solamente de la historia que afecta a la casa de David y Judá, la cual se complementa con los libros de Samuel y de los Reyes.
Políticamente, el período refleja las condiciones existentes durante los reinados de David y Salomón, cuando había poco dominio extranjero, e Israel controlaba toda la tierra alrededor de ellos. 2 Crónicas muestra la influencia creciente de Mesopotamia. El área se vio cada vez más afectada por las potentes naciones del norte y del oriente; primero, por Siria, después por Asiria, Babilonia, y finalmente, por Persia.
En cuanto a la política de la región más cercana, la influencia más notable al principio del período es el mandato de la dinastía davídica sobre Israel. La división de este reino, después de Salomón, resulta en conflictos entre el norte y el sur.
Cuando el pueblo del reino del norte fue llevado cautivo en 722 a.C., la dinastía davídica continuó en el sur hasta 586 a.C. El ambiente político se volvió inestabel a causa de la inconstancia religiosa de la nación del pacto para con su Dios. El libro traza la relación entre estos dos factores a través de la historia.
El relato concluye con la caída de Judá, provocada por su decadencia religiosa. La esperanza de restauración se presenta al escuchar el decreto de Ciro, que les permite regresar a su tierra y empezar de nuevo la reconstrucción del país.
PROPOSITO Y TEMA
Regreso a la Tierra Prometida
Los judíos sobrevivientes después del decreto de Ciro, regresan a su tierra para reconstruirla. La última vez que habían estado en ella, Dios les había castigado y mandado a la cautividad por su infidelidad. Al regresar, el autor quiere asegurarse de que no vuelva a suceder lo mismo.
Por lo tanto, presenta la lección histórica como advertencia y estímulo. La historia demuestra cómo Dios ha controlado las naciones paganas y el destino de Su pueblo; por eso, Israel puede contar con la fidelidad de Dios.
En Deuteronomio 28 a 30, Dios les había dicho exactamente cómo les trataría. Si se sometían a Su autoridad y obedecían las condiciones de Su pacto con ellos, habría bendición. Por el contrario, cuando desobedecieran y se rebelaran contra Su autoridad, habría maldición, disciplina y destrucción. Dios quería que aprendieran de la experiencia de sus antepasados y que se sometieran a El para recibir bendición. Se requiere que el pueblo de Dios sea hallado fiel.
DESANIMO POR LO PERDIDO
Al regresar a Jerusalén y observar las condiciones existentes, el pueblo notó que dos cosas faltaban: el trono y el templo. Por lo tanto, el desánimo abundaría al ver lo que no tenían, las posesiones significativas de su historia que habían desaparecido.
Al observar que el trono faltaba, el autor intenta animarles recordando que aun existía el descendiente de David. Dios había protegido el linaje real de la casa de David. El puede restaurar el rey a su trono cuando El quiera, porque lo mantiene protegido, primero bajo el cuidado del imperio babilónico, y después bajo la autoridad de Ciro Su siervo.
La segunda cosa que se echa de menos, es el templo. El actual no es tan grande y glorioso como el de Salomón. Al fijarse en la diferencia entre éste y el de Salomón que había sido destruido, muchos empezaron a lamentarse. Estaban desanimados. El autor los exhorta a reconocer que el edificio en sí nunca ha sido lo más importante. Así que más bien, deben aprender a apreciar la función del templo como casa del Altísimo y aceptar la presencia de Dios con ellos para dirigir la vida nacional y poder regocijarse en lo que El les ha dado.
Se escribe el libro con el objeto de animarles. El autor quiere dirigir su atención al hecho de que Dios les ha cuidado y les ha traído a su tierra de nuevo. Tienen que reconocer lo que El está haciendo para su bien. Por eso, insiste en lo que ha hecho con ellos para que lo gocen y aprovechen la nueva oportunidad que Dios les da en la tierra.
Con ese fin, y para que se den cuenta de lo que Dios hace, se les da una orientación de la perspectiva divina tocante a la historia de Israel. No intenta esconder sus faltas; son demasiado obvias. Traza la historia de la casa de David desde el punto de vista divino para que aprendan cómo actúa Dios en relación con Su rey.
El relato llega a su clímax con el decreto de Ciro que produce la esperanza de recuperar la presencia de Dios entre ellos y el reestablecimiento del trono de David. Esta esperanza debe producir ánimo en el pueblo para empezar de nuevo y para que sean fieles a su Dios.
DESCUIDO DEL TEMPLO
A través de todo el libro se insiste en la posición vital que el templo ocupa en la historia de Israel. En parte, éste énfasis se debe a la orientación sacerdotal del autor. Sin embargo, se debe también a que el interés en el templo y en sus actividades es un síntoma de la conditión espiritual en que se encuentra el pueblo y de su relación con Jehová, quien reside en el templo.
Al señalar los aspectos del reinado de David que explican la grandeza del rey que era “conforme al corazón de Dios”, enfatiza que uno de los elementos de mayor importancia fue su actitud en cuanto a la construcción del templo. En los últimos años de su reinado tenía el deseo ferviente de construir esta casa para su Dios.
Se hace referencia al reinado de Salomón también, no porque fuera un rey dedicado totalmente a Dios, sino por su importancia en la edificación del templo (1–9). A pesar del énfasis que se da a la gloria de Salomón, seis de los nueve capítulos giran alrededor del templo. Se observa claramente que después de la muerte de Salomón, la nación abandonó el templo y la adoración a Jehová. Entonces, las guerras empezaron a arruinar el país.
LA IMPORTANCIA DEL TEMPLO 2 CRONICAS
1–9
* 10–36
EXALTACION DE SALOMON
* DEGENERACION DE JUDA
TEMPLO CONSTRUIDO
* TEMPLO DESTRUIDO
TEMPLO DEDICADO
* TEMPLO PROFANADO
REINADO DE SALOMON
* RUINA DE JUDA
El autor de Crónicas evalúa cada rey en relación con el templo, que era el centro del poder espiritual de la nación. En esencia, pasa por alto el reino del norte debido a su religión falsa y su rechazo del templo en Jerusalén. Se concentra en el sur, especialmente en aquellos reyes que hicieron lo correcto, ya fuera por su interés en el templo o por sus reformas espirituales. Cuando el pueblo abandona a Dios, El les quita Su bendición.
El relato histórico termina con el edicto para la reconstrucción del templo, que representaba la presencia de Jehová entre ellos y que servía como un recuerdo continuo de la posición privilegiada que tenían frente a Dios. Así que este comentario final no representa nada más un dato histórico interesante; sino que hace sonar una nota profética para dar esperanza al pueblo. El linaje davídico, el templo y el sacerdocio, todavía les correspondía. Dios no los había abandonado.
TRES PROPOSITOS DE CRONICAS
* EXHORTARLES A LA FIDELIDAD
* ANIMARLES A CONFIAR EN DIOS
* SEÑALARLES LA IMPORTANCIA
DE RESPETAR EL TEMPLO
Dios exige lealtad de Su pueblo y especialmente de su rey. La historia de Israel demuestra que cuando el rey andaba bien, el pueblo le seguía. Los reyes son culpables por haber dirigido los pasos del pueblo hacia la infidelidad.
Los libros de Crónicas presentan un relato interpretativo de la historia de Israel. La base de la evaluación es la fidelidad a Jehová. Cuando el rey es fiel, el pueblo prospera; cuando el rey abandona a Dios busca a otros dioses, o trata de imitar al mundo, es juzgado y castigado. Al regresar a la tierra y principiar de nuevo, los israelitas deben aprender esta importante lección que les da la historia. Dios exige fidelidad. Si confían en El y obedecen Su Palabra, pueden estar seguros de que gozarán de la bendición de Dios.
ORGANIZACION DEL LIBRO
1 Crónicas empieza con nueve capítulos dedicados principalmente a las genealogías más significantes de la historia de Israel. A través de ellas, se observa la importancia de los linajes de los levitas y de David. El resto de la historia gira alrededor de ellos (1–9). Al llegar al reinado de David, el rey elegido por Dios (10–29), se señalan los aspectos de su mandato, que explican la grandeza de aquel que era conforme al corazón de Dios: su relación con el arca (13–16), con el pacto (17–20), y con el templo (21–29).
2 Crónicas continúa la historia donde termina 1 Crónicas. Después de demostrar la gloria que alcanzó Salomón por su interés en la construcción del templo (1–9), traza la degeneración de Judá, mencionando los pocos períodos alentadores de reformas, pasando por los descendientes de David hasta llegar al último rey, quien presenció la caída de Jerusalén (10–36:14). El libro termina con el rechazo de los reyes de Judá y la destrucción de la ciudad (36:15–21). Sin embargo, establece la esperanza para el futuro al referirse al decreto para la restauración de Judá (36:22–23).
1–2 CRONICAS
GENEALOGIAS DEL PUEBLO DE DIOS
1 CRONICAS 1–9
REINADO DEL REY ELEGIDO DE DIOS
1 CRONICAS 10–29
Reinado De Salomon
2 CRONICAS 1–9
REINADO DE LOS DEMAS REYES
2 CRONICAS 10–36:14
RECHAZO DE LOS REYES DE JUDA
2 CRONICAS 36:15–21
RESTAURACION DE JUDA DECRETADA
2 CRONICAS 36:22–23
GENEALOGIAS DEL PUEBLO DE DIOS 1–9
Crónicas empieza con la presentación de la genealogía de Israel desde Adán hasta el período de la restauración. Los propósitos del autor se identifican al observar las familias que reciben mayor atención.
Linaje del Rey Elegido por Dios 1–3
Desde Adán Hasta Israel. Cap. 1
La lista pasa rápidamente por las personas responsables del establecimiento de las naciones, hasta llegar a Abraham (1:1–27). Se le da mayor énfasis al linaje de Abraham que a los demás. Sin embargo, los hijos de Abraham en general se presentan en forma superficial para llegar luego a la familia de Israel, mejor conocido como Jacob, quien es la fuente específica de la nación (1:28–54). Aparentemente, se elige el nuevo nombre dado por Dios a Jacob para hacer resaltar la importancia de Israel en este cuadro.
Desde Israel a David. Cap. 2
De todos los hijos de Israel, se elige la familia de Judá para un estudio más detallado. Al finalizar la presentación de la familia de Judá, el camino está listo para considerar al hijo más prominente de esta familia, David, el elegido de Dios para servir como rey sobre Su pueblo. A través del resto del libro, ei estado de la nación descansa en los descendientes de esta familia.
Desde David al Cautiverio. Cap. 3
Después de presentar los antepasados de David, el autor se dedica a observar más de cerca a sus descendientes. Le interesan tres aspectos especiales del linaje de David: primero, presenta a todos sus hijos (3:1–9); después, traza la línea de sus descendientes que reinaron sobre Judá (3:10–16).
Finalmente, presenta a los descendientes de Jeconías, mejor conocido como Joaquín, a quienes considera los here-deros legítimos del trono. Probablemente, los presenta para demostrar que durante todo el cautiverio siempre había existido un heredero con derecho a reclamar el trono de David. Por lo tanto, afirma que la promesa de Dios de preservar el trono davídico está firme (3:17–24).
Linaje del Pueblo de Dios 4–7
A continuación, presenta un resumen de las genealogías de las doce tribus. La importancia de la tribu de Judá se observa por su colocación al principio de la lista. Es posible que se incluyeran estas listas para facilitar a las familias que regresaban, la identificación de su origen a fin de que demostraran su derecho a heredar la tierra.
Descendientes de Judá 4:1–23
Descendientes de Simeón 4:24–43
Descendientes de Rubén 5:1–10
Descendientes de Gad 5:11–22
Descendientes de Manasés en el este 5:23–26
Descendientes de Leví 6:1–81
Descendientes de Isacar 7:1–5
Descendientes de Benjamín 7:6–12
Descendientes de Neftalí 7:13
Descendientes de Manasés 7:14–19
Descendientes de Efraín 7:20–29
Descendientes de Aser 7:30–40
El interés especial del autor en el sacerdocio se nota por el énfasis que da a la línea genealógica de Leví (6:1–81). Señala específicamente el linaje de Aarón (6:1–15) y las funciones asignadas a todas las familias levíticas.
Linaje del Rey Escogido por el Pueblo 8
Al terminar las genealogías de las doce tribus, describe más detenidamente el linaje de Benjamín, tal vez por su identificación con Judá en el reino del sur y porque fue la única tribu que no se apartó de Dios. Es probable que le dedicara atención especial también por su relación con Saúl, el primer rey de Israel.
La presentación ampliada de la familia de Saúl en medio del estudio del linaje de Benjamín indica el reconocimiento especial que da al primer rey de Israel. Parece haber un intento de identificar su descendencia para que no se olvidaran de él.
Después de todo, aun con todas sus faltas, Saúl había sido el originario del establecimiento de la monarquía. Si se hubiera mantenido fiel a Jehová, El habría confirmado su trono sobre Su pueblo. Sin embargo, sabiendo desde el principio cómo resultaría este reinado, decidió que Judá fuera la fuente de Su rey elegido (Génesis 49:8–10).
Restauración del Pueblo en Jerusalén 9:1–34
Al concluir los informes genealógicos, se identifican las primeras familias que regresaron de la cautividad. La mayoría eran descendientes de Judá, Benjamín y Leví, lo que resulta lógico, debido al hecho histórico de que la mayoría de los que volvieron, venían de Babilonia, adonde fueron llevados después de la caída de Jerusalén, donde radicaban esas tribus en especial.
Además, la presencia predominante de representantes de las tribus de Judá, Benjamín, y de la familia sacerdotal, apoya la tesis del autor de que ellos eran los responsables del estado espiritual del pueblo. Al andar fielmente con Dios, el pueblo los seguía, pero de la misma manera, cuando se apartaban, les seguían en su pecado. Sin embargo, también menciona representantes de las otras tribus.
Aunque no se observan muchos detalles en cuanto al ministerio de los líderes religiosos del pueblo, el autor quiere señalar que se esforzaban por cumplir sus responsabilidades fielmente. Comenta que los sacerdotes fueron hombres eficaces en la obra del ministerio en la casa de Dios (9:13). Se nota que había suficientes hombres para realizar adecuadamente las responsabilidades de servicio en el templo.
Resumen del Linaje de Saúl 9:35–44
Para conocer el trasfondo de la historia del reinado de David y sus descendientes, conviene principiar con los últimos días del reinado de Saúl, primer rey de Israel. Por eso, la transición de las genealogías a la historia se logra por medio de una presentación parcial de la genealogía de la familia de Saúl.
¡PENSEMOS!
Uno de los propósitos de esta prolongada sección de genealogías que a veces nos parece aburrida, era obligarles a considerar sus raíces. Al leer estas listas de nombres, cada miembro del pueblo de Dios buscaría su propia descendencia. Se preguntaría de dónde había venido.
Cada miembro de la familia de Dios debe hacerse esta pregunta de vez en cuando. ¿De dónde me ha traído Dios para que esté donde El me mantience hoy? Hay dos aspectos importantes en esta consideración para nosotros. Primero, ¿quiénes son nuestros antepasados en el pueblo de Dios? ¿Quiénes se interesaron en contarnos acerca de Cristo? Para algunos, estos antepasados habrán sido miembros de su propia familia. Para otros tal vez sean amigos, o una persona casi desconocida. Sean quienes sean, tenemos una gran deuda con ellos. Tome un momento para identificar a sus antepasados. Exprese su gratitud a Dios por la influencia de estas personas en su vida. Si todavía viven, escríbales una carta para expresar su gratitud.
El segundo aspecto de esta consideración es evaluar el cambio que Dios ha hecho en su vida. Al preguntarnos: ¿De dónde he venido?, tenemos que pensar en dónde estaríamos si no fuera por la obra de Dios en nuestra vida. ¿Hacia dónde íbamos antes de conocer a Cristo? ¿Dónde estaríamos ahora sin El? Trate de ser realista, tome un momento para darle gracias a Dios. Más bien, escríbale una carta confidencial en que exprese su gratitud por el cambio que El ha efectuado en su vida.
 
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