martes, 14 de julio de 2015

¡Oíd, cielos, y tú, tierra, escucha, que habla YHVH! Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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 LA SELECCIÓN DEL TEXTO Y SU INTERPRETACIÓN CORRECTA

Al hablar de predicación bíblica, queremos decir que la Biblia es la base del mensaje. En este capítulo estudiaremos la necesidad de fijar una porción bíblica para cada mensaje, los métodos para la selección del texto y la forma correcta para interpretarlo.

         1.      La base del mensaje siempre es la .

         2.      Los diferentes aspectos del tema de esta lección son:

   a.

   b.

   c.


LA NECESIDAD DE UN TEXTO BIBLICO PARA CADA MENSAJE

El apóstol Pablo dice que la Escritura es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia (2 Ti. 3:16). Si esto es la verdad, es muy importante escoger un pasaje bíblico, sea corto o largo, sobre el cual se base el mensaje que ha de satisfacer las necesidades espirituales del oyente.


     A.      EL TEXTO DA AUTORIDAD AL MENSAJE

   El mensaje no consiste en palabras o teorías humanas, sino es la comunicación de la voluntad que procede del mismo corazón de Dios. El predicador del evangelio debe poder decir con el profeta Isaías: Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová (Is. 1:2).

   Cuando un individuo usa un texto bíblico para exponer un mensaje, está adquiriendo sobre sí un enorme peso de responsabilidad. Esto implica que va a exponer verdades bíblicas. Sabemos que hay predicadores que usan un texto bíblico solamente como un pretexto para decir lo que ellos quieren decir. Y después de haber dicho barbaridades, tal vez insultando al prójimo, dicen: “Si ustedes se enojan, enójense con la Biblia, porque es la Biblia la que dice eso”. Esto es una absoluta falta de honestidad.

   Cuando una persona, y especialmente un pastor de una iglesia, tiene que decir algo, que lo diga con franqueza; pero que no se esconda tras la Biblia. Esto, en lugar de darle autoridad, se la va quitando. Serán pocas las personas que respeten a este predicador. Cuando tenga un verdadero mensaje que realmente ha sacado de las Sagradas Escrituras, ya nadie lo va a tomar en serio.

         3.      Escoja el punto más correcto.
        a.      El tener un texto para predicar da autoridad por el solo hecho de que se está predicando un pasaje de las Sagradas Escrituras. El predicador principiante no debe tener temor. Escoja un texto bíblico, y predique. Tenga la seguridad de que predica la voluntad de Dios.
        b.      Para evitar los abusos de algunas personas que usan el texto bíblico como un pretexto, lo mejor es predicar sin usar un texto como base.
        c.      El predicador que base su sermón en un texto bíblico adquiere autoridad porque predica la Palabra de Dios, siempre y cuando esté realmente empapado de las verdades bíblicas, y predique de acuerdo al espíritu total de la Biblia.


     B.      EL TEXTO OBLIGA AL PREDICADOR A MANTENERSE DENTRO DEL TEMA

   Jamás debe usarse el texto como una base de lanzamiento, y luego abandonarlo durante todo el mensaje. Es decir, que no se debe escoger un texto únicamente por una costumbre o por cumplir con un requisito homilético. El tema del mensaje debe estar de acuerdo con el texto, procurando explicar el contenido del mismo. Todas las ideas deben girar alrededor de él, a fin de que el mensaje dé en el blanco, como una flecha directa y veloz.

         4.      Escoja el punto correcto.
        a.      Es bueno leer un texto bíblico antes de dar el sermón, para conservar la costumbre cristiana, aunque el sermón no tenga nada que ver con el texto leído.
        b.      Cuando se ha preparado adecuadamente un mensaje, el predicador puede mantenerse dentro del tema señalado por el texto bíblico escogido.
        c.      Un buen predicador puede tener la libertad de apartarse del texto leído. Su calidad de buen predicador le da esta libertad.


     C.      EL TEXTO PROMUEVE EN LA CONGREGACION EL DESEO DE CONOCER Y AMAR LA BIBLIA

   Los cristianos se desarrollan espiritualmente cuando sienten hambre de conocer más a fondo las inescrutables riquezas de la Palabra de Dios. No sólo usarán sus Biblias en el hogar, sino que también las llevarán a los cultos, al darse cuenta que el predicador hace uso de ella en los mensajes. Unicamente el predicador bíblico logrará que sus oyentes se unan con el salmista para decir: ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación (Sal. 119:97).

   Cuando el predicador se esfuerza realmente por profundizar en el contenido del pasaje bíblico leído, la congregación va tomándole sabor al estudio y a la meditación de la Biblia. Los mensajes superficiales, que no siempre tienen una verdadera identificación entre el mensaje y el pasaje leído, son los que crean congregaciones que no leen sus Biblias en sus casas, o cuando las leen, no es para meditar en las porciones leídas.

         5.      Un predicador que se esfuerza por profundizar en el contenido del texto leído antes del mensaje está creando una congregación que ama a y se interesa por .


     D.      EL TEXTO AYUDA A CAPTAR LA ATENCION DEL OYENTE

   Un texto bien seleccionado y leído correctamente en forma atractiva capta la atención de los oyentes. No se puede predicar con efectividad sin la atención del auditorio. Hay preocupaciones que embargan la mente del oyente, y es indispensable arrancarla de estas cosas y proyectarla en el mensaje.

   Es muy posible que cuando el predicador anuncie el texto, muchos se pregunten: ¿Qué nuevas enseñanzas nos impartirá de este pasaje? ¿Qué bendición recibiremos para nuestros problemas? Los creyentes, por lo general, están ansiosos de recibir algo especial. Cuando estas interrogantes inquietan la mente del oyente, es una demostración que el texto ha ayudado a captar su atención.

         6.      Con un texto bien escogido, es posible en la lectura bíblica captar la  del auditorio.


     E.      EL TEXTO DA CONFIANZA AL PREDICADOR

   El temor es una característica muy común en los predicadores principiantes, pero al estar seguro que el mensaje está basado en la Palabra de Dios se adquiere confianza.

   Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego (Ro. 1:16).

         7.      El predicador principiante puede predicar con confianza si su predicación está basada en un  de la .

         8.      Escriba las cinco razones por las cuales debemos tener un texto bíblico para cada mensaje.

   a.

   b.

   c.

   d.

   e.


CONSEJOS PARA SELECCIONAR EL TEXTO

En la selección adecuada del texto se encuentra, en cierta forma, el éxito o el fracaso del mensaje. Para no fallar en esto, obsérvense las siguientes reglas.


     A.      BUSCAR LA DIRECCION DE DIOS

   Se debe pasar suficiente tiempo en oración, pidiendo al Señor su dirección para escoger el texto adecuado sobre el cual ha de girar el mensaje. Un pastor, o cualquier líder de la iglesia, cuando es responsable de la buena marcha de la iglesia, siempre tiene mucho que hacer. La falta de tiempo y el mucho trabajo pueden ser un peligro que conduzca al individuo a lanzarse a la tarea de seleccionar el texto de su mensaje sin la dependencia del Señor.

   Si el predicador depende de Dios en oración, se acercará a la Biblia con humildad. Lo hará no para tratar de imponer sus ideas, sino para esperar que Dios le hable por medio de ella.

   Ha de ser el Espíritu Santo quien guíe la correcta selección del texto y el entendimiento adecuado de la Palabra. Es muy importante que el predicador sea honesto consigo mismo en este aspecto de su vida. Debe saber que es Dios quien le guía, tanto en la selección del texto como en su estudio y meditación bíblicos. Por lo tanto, el predicador debe saber despojarse de sus prejuicios y preconcepciones que tiene respeto a la interpretación de determinados pasajes de la Biblia.

         9.      El predicador que depende de Dios en oración: (Marque las respuestas correctas.)
        a.      se acercará a la Biblia con humildad.
        b.      impondrá sus propias ideas sobre la Biblia.
        c.      se despojará de sus prejuicios.
        d.      se esforzará por extraer de la Biblia lo que realmente dice.

   Pedir la dirección divina para escoger el texto e interpretarlo incluye un fuerte sentido de responsabilidad y deseo de estudio e investigación. Mientras mejor sea la calidad del instrumento ofrecido a Dios, más valioso es en las manos de Dios. Mientras mejor preparado esté el predicador, más valioso instrumento tendrá Dios a su disposición.

   El predicador deber estudiar su Biblia y meditar en ella con algunos libros al lado. Estos libros han de ser necesarios: un diccionario bíblico, un buen comentario de las Sagradas Escrituras y una concordancia. El diccionario y buen comentario son instrumentos indispensables para el predicador que desconoce los idiomas en que originalmente fue escrita la Biblia: el hebreo y el griego. Para la persona que conoce muy bien el hebreo y el griego, no es indispensable que cuente con estos libros, aunque siempre le ayudan.

         10.      Además de la Biblia ¿cuáles son otros tres libros que deben usarse?

   a.

   b.

   c.

   De esta manera, depender de Dios y de lo que ha provisto es saber aprovecharse también de los libros auxiliares para el estudio de la Biblia, sabiendo que son meros instrumentos producidos por cristianos y para cristianos. Pero en la providencia de Dios estos hombres han podido producir este material valioso.

   Una mente abierta a lo que Dios nos revela en la Biblia es lo que se necesita para que el pueblo de Dios crezca en número y en espiritualidad. De nada sirve orar a Dios y luego mantenernos firmes en nuestras viejas concepciones, cuando la Biblia nos descubre la verdad.

   Tal vez las nuevas verdades echen por tierra nuestras antiguas (y a veces muy queridas) concepciones. Debemos estar siempre listos a que el Espíritu Santo modifique nuestra manera de pensar y de ver la vida y nuestra fe, a medida que crezcamos en la vida cristiana.

         11.      El predicador debe depender de Dios, y buscar su dirección en oración. Esto quiere decir que:
        a.      el estudio de comentarios bíblicos sale sobrando porque eso significa incredulidad en que Dios nos pueda iluminar con su Espíritu Santo.
        b.      el predicador del evangelio no debe leer ningún otro libro fuera de la Biblia. Cualquier otra cosa es de producción humana. El verdadero cristiano, y con mayor razón el predicador del evangelio, se ha apartado del mundo y, por consiguiente, de todas las producciones mundanas.
        c.      el predicador no debe buscar que la Biblia apoye lo que él cree, sino que debe escudriñar la Biblia para saber qué es lo que debe creer. Esto incluye la consulta y el estudio de otros libros cristianos, como diccionarios bíblicos y comentarios. También debe de estar listo para predicar las verdades que Dios le revela al estudiar la Biblia en un espíritu de oración.


     B.      HACER USO DE TODA LA BIBLIA

   Esto quiere decir que se debe predicar tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. Pablo escribió a Timoteo: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil (2 Ti. 3:16).

   Dios nos habla igualmente en ambos testamentos. Además, la congregación necesita tener un alimento variado y completo. Esto ayuda al crecimiento espiritual, engrandece el conocimiento bíblico y despierta el interés por la predicación.

   En estos días especiales en que está viviendo el mundo, sería bueno preguntar cuántos sermones se están predicando en nuestros púlpitos cristianos basados en el libro de Oseas, o en el capítulo 2 de Santiago, o en cualquier otro pasaje bíblico que hable de la justicia social y de la dignidad humana. Un mensaje que no sea libertador para el hombre, no se puede decir que esté a tono con el espíritu total de la Biblia.

   Todo predicador tiene sus partes preferidas de la Biblia, pero es necesario que presente un mensaje completo. Cuando nos hacemos parciales, estamos haciendo que nuestros mensajes sean incompletos.

   Hay predicadores que prefieren el Nuevo Testamento al Antiguo, y tal vez de éste sólo una porción, ya sean los evangelios, las cartas paulinas o el Apocalipsis. Está bien que cada quien tenga sus propias preferencias, pero es bueno darnos cuenta que no toda la Biblia es el Apocalipsis, ni el Evangelio según San Lucas o las cartas de Pablo. El mensaje bíblico abarca tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, y éstos en su totalidad, y no tener preferencia por uno u otro. No es bueno hablar de la ley y olvidarse de la gracia. Tampoco es bueno hablar de una salvación gratuita que no se ocupa de la obediencia que debe haber en el redimido. Y así podemos seguir mencionando ejemplos.

         12.      Hacer uso de toda la Biblia significa que:
        a.      cada mensaje del predicador debe abarcar los conceptos que se encuentran desde el Génesis hasta el Apocalipsis, sin que falte ningún concepto.
        b.      los diferentes mensajes de un predicador deben ser variados, sin olvidar ninguna parte de la Biblia.
        c.      debe aprenderse de memoria un buen número de versículos de cada libro de la Biblia.

         13.      Lea Lucas 24:25–27 y diga por qué Jesús explicó sus padecimientos en base a Moisés y los profetas.

         14.      ¿Qué texto seleccionaría si usted quisiera predicar sobre temas poco predicados como:

     a.      la alabanza y la oración?

     b.      la justicia social?

     c.      la libertad cristiana?


     C.      ESCOGER EL TEXTO DE ACUERDO A LAS NECESIDADES DE LA CONGREGACION

   Puesto que la predicación procura satisfacer las necesidades de la congregación, debe haber una unidad entre el texto y el contenido del mensaje. El texto también debe encausarse hacia el mismo fin.

   Si en sus estudios cotidianos el predicador encuentra un buen mensaje en un texto, pero sin relación con las necesidades actuales de su congregación, es preferible que lo posponga para una fecha próxima. El mensajero de Dios debe ser como el pastor de ovejas. Cuando ellas tienen sed, les da agua; y cuando tienen hambre, les ofrece pastos.

         15.      La mejor manera de escoger un texto que concuerde con las necesidades de los oyentes sería:
        a.      pasar la mayor parte del tiempo en su cuarto de trabajo, a fin de orar mucho y leer bastante la Biblia.
        b.      pedir a algunos hermanos de la congregación que le notifiquen inmediatamente que vean a algún hermano cometiendo alguna falta moral, o de cualquier otra índole.
        c.      tener una personalidad y una actitud que permitan que los hermanos de la iglesia se acerquen en confianza al predicador para consultar sus problemas serios e íntimos, así como visitar sistemática los hogares de los hermanos.


     D.      TENER CUIDADO QUE SE SELECCIONEN TANTO TEXTOS FACILES COMO DIFICILES DE ENTENDER PARA LOS OYENTES

   El predicador debe saber, hasta donde le sea posible, el recto significado del texto y la manera adecuada de aplicar sus enseñanzas a la vida de los oyentes. Un texto claro ayuda al predicador a preparar el mensaje, y a la congregación a entenderlo para poder aplicarlo a sus vidas diarias.

   Sin embargo, no todo el tiempo debe predicarse únicamente de los textos fáciles. Es bueno, de vez en cuando, estudiar los difíciles, aunque esto requiera mucho cuidado y tiempo. Es necesario consultar algunos buenos comentarios. Sobre este tipo de textos no se debe predicar sino hasta saber exactamente el significado correcto, y estar ya en condiciones de exponerlos ante la congregación de manera que los pueda comprender. Es preferible no predicar sobre un texto oscuro, que dejar a la congregación confundida.

         16.      Cuando se encuentra un texto difícil pero que podrá ser muy útil para la congregación:
        a.      debe estudiarlo bien hasta comprenderlo y estar en condiciones de presentarlo en un mensaje fácilmente comprensible para la congregación.
        b.      por lo difícil del texto, es mejor no tocarlo. Podrá confundir a la congregación.
        c.      es mejor invitar a una persona más capacitada que uno para que predique sobre este texto a la congregación.


     E.      USAR TAMBIEN LOS TEXTOS FAMILIARES O COMUNES

   A veces hay la tendencia de pasar por alto textos como Juan 3:16, Lucas 15, el Salmo 23, Isaías 53 y otros semejantes por el solo hecho de que ya se ha predicado demasiado sobre ellos y los consideran como textos bastante conocidos por la congregación. Se cree que no hay posibilidad de sacar algo más profundo de ellos. Pero esto es un error. La Biblia es como el metal, que mientras más se frota, más brillo produce.

   No debe olvidarse que los grandes predicadores han basado sus mensajes más famosos, y de mayores resultados, en estos textos. Son muy familiares por ser ricos en enseñanzas. Para predicar de ellos se necesita mayor preparación, a fin de hacerles relucir y revivir ante los oyentes. El fracaso reside en confiarse demasiado en el conocimiento de ellos. Esto puede traer como resultado un mensaje rutinario y aburrido.

         17.      Escoja el punto correcto.
        a.      Con los textos fáciles sucede lo contrario que con los difíciles. No necesita estudiarlos mucho, pues por ser muy conocidos, fácilmente se puede hacer un buen sermón sin mucho estudio.
        b.      Uno debe evitar predicar sobre textos familiares, porque puede vulgarizarse el predicador.
        c.      Es necesario predicar sobre los textos familiares, pero al igual que los textos oscuros, requieren mucho estudio a fin de sacar un buen mensaje y no aburrir a la congregación.

         18.      Escriba los cinco consejos estudiados sobre cómo seleccionar el texto.

   a.

   b.

   c.

   d.

   e.


METODOS PARA LA CORRECTA INTERPRETACION DEL TEXTO

El Espíritu Santo es el intérprete por excelencia de la Biblia. No restándole importancia a este principio, es necesario considerar ciertos métodos de gran utilidad. El peligro puede ser doble: descartar los métodos convencionales en forma absoluta, o confiar demasiado en ellos, olvidando la necesidad de depender de la oración, y por medio de ella, del Espíritu Santo.

         19.      Los dos peligros en considerar los métodos para interpretar el texto son:

   a.

   b.


     A.      HACER USO DEL CONTEXTO

   El contexto es todo el material que antecede y sigue al texto. Cuando es considerado ampliamente, proporciona una mejor interpretación del texto. Tomando como ejemplo el capítulo siete de Romanos, es difícil llegar a una correcta interpretación del mismo sin consultar los primeros seis capítulos y leer el capítulo ocho también. Por lo general, un texto es parte de todo el argumento general del libro. Por eso, bien se ha dicho: “Un texto sin su contexto es un pretexto”.

         20.      El contexto quiere decir:
        a.      otro texto bíblico similar o parecido a un texto determinado de la Biblia.
        b.      una porción de la Biblia más grande que el texto que estudiamos, y que forma en sí una unidad, algunas veces como parte de un argumento.
        c.      la explicación que podemos encontrar del texto en algún comentario bíblico.

         21.      ¿Cuál es el contexto de:

     a.      Salmo 119:105?
     b.      Lucas 13:24?


     B.      ESTUDIAR EL FONDO HISTORICO

   Esto se refiere al lugar, la fecha, las circunstancias políticas, sociales y culturales de cuando se escribió el libro o pasaje particular de la Biblia. También se debe averiguar la vida del autor, las circunstancias de los individuos a quienes se dirige el escritor, y el propósito central del escritor.

   Tomando como ejemplo el Evangelio según San Lucas, cuando un predicador quiera predicar de algún pasaje de este Evangelio, será bueno que antes de hacerlo conteste las siguientes preguntas: ¿quién era el autor del Evangelio?, ¿dónde se encontraban el autor y el destinatario?, ¿en qué circunstancias se encontraban?, ¿cuál es el propósito central? El material para dar respuestas a estas preguntas puede encontrarse en parte en el mismo Evangelio, en otros libros de la Biblia, o en un diccionario y comentarios bíblicos. Cuando se examinan todas estas cosas antes de preparar el sermón en sí, la predicación es más rica.

         22.      Busque en un diccionario bíblico, y si es posible, también en un comentario bíblico, las circunstancias históricas de cuando se escribió el Evangelio de San Lucas, tanto del autor como del destinatario, y anote en el espacio a continuación. los datos que a usted le parecen más importantes


     C.      CONOCER EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS MAS IMPORTANTES DEL TEXTO

   Un diccionario bíblico y uno de la lengua española le prestarán una gran ayuda, el primero para saber el significado de las palabras que tienen un uso especial según la Biblia, el segundo en relación a las palabras castellanas de difícil comprensión.

   Además, es importante recordar que una misma palabra puede tener diferente significado en la Biblia, de acuerdo al lugar donde se encuentre. Esto es muy común con un gran número de palabras. Para esto le será de gran utilidad a usted como predicador tener un buen comentario bíblico en su biblioteca particular.

         23.      Cuando encontramos palabras difíciles en la Biblia que no conocemos exactamente lo que quieren decir:
        a.      debemos ponernos en oración hasta que se nos esclarezca la mente, y súbitamente podamos comprender su significado.
        b.      es bueno anotarlas en un cuaderno especial para ello, y consultar con una persona preparada cuando la veamos.
        c.      debemos utilizar un diccionario bíblico o uno de la lengua castellana.

         24.      Lea Lucas 15:1–7. Luego busque en un diccionario bíblico las palabras que aparecen a continuación, y anote con sus propias palabras el significado de cada una de ellas.

     a.      Publicanos.
     b.      Fariseos.
     c.      Parábolas.
     d.      Pecador.
     e.      Justo.
     f.      Arrepentimiento.
     g.      Oveja.
     h.      Gozo.

   Después de esto, vuelva a leer el pasaje de Lucas 15:1–7, y vea como se ha enriquecido el pasaje.


     D.      DETERMINAR SI EL LENGUAJE ES LITERAL O FIGURADO

   Es necesario examinar si las palabras en el texto quieren decir literalmente lo que expresan, o tienen otro sentido. Esto es importante, pues corremos el peligro de interpretar erróneamente un texto, lo que tendría consecuencias desastrosas.

         25.      Lea los dos pasajes, y escriba el significado que usted cree que deben tener los dos textos citados.

     a.      Lea Salmo 119:105–112. Texto: Salmo 119:105. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

     b.      Lea Lucas 13:22–30. Texto: Lucas 13:24. Esforzaos a entrar por la puerta angosta.


     E.      HACER USO DE LOS PASAJES PARALELOS

   Un pasaje paralelo es aquel que aparece en dos o más partes, aunque no necesariamente con los mismos detalles ni en las mismas palabras. La versión Reina Valera revisada en 1960 proporciona gran ayuda al respecto. Por ejemplo, si usted tiene la revisión de 1960 de la Biblia, busque 2 Reyes 18, la narración del reinado del rey Ezequías. Se dará cuenta que entre paréntesis está la cita de otro pasaje paralelo donde también se narra el reinado de Ezequías.

         26.      Usando una Biblia Reina Valera revisada en 1960, anote después de cada cita el pasaje o los pasajes paralelos.

     a.      Jueces 1:11–15.

     b.      Números 21:21–30.

     c.      1 Crónicas 21:1–27.

     d.      Marcos 16:1–11.

         27.      Compare Lucas 11:13 con Mateo 7:11. ¿En qué son iguales y en qué son diferentes?


     F.      CONOCER LAS COSTUMBRES DE LOS PUEBLOS A LOS CUALES SE DIRIGE EL AUTOR

   Dentro de las costumbres se encuentran el sistema de vivienda, cultivo y métodos de cosecha, sistemas de guerra, clases de vestidos, alimentación, gobierno, sistemas religiosos y otras cosas de menor importancia. También sería bueno averiguar sus sistemas de valores morales. Por ejemplo, para entender el Salmo 119:105 sería bueno saber algo de los tipos de lámparas y cómo se usaron en aquel entonces.

         28.      ¿Qué costumbres debe conocer para interpretar Lucas 13:24?


     G.      INTERPRETARLO EN ARMONIA CON TODA LA ENSEÑANZA BIBLICA

   Si al estudiar un texto se observa una aparente contradicción con algún otro aspecto básico de la Biblia, entonces es necesario hacer un profundo y cuidadoso examen de todos los demás textos que tratan del mismo tema, a fin de llegar a una correcta conclusión. La Biblia no contiene contradicciones doctrinales. Estas existen en nuestra incapacidad mental y espiritual.

   Al llegar a un texto de esta clase, antes de dar una interpretación superficial y peligrosa, se deben considerar los siguientes aspectos: ¿qué quiso decir el autor en este texto?, ¿por qué dijo esto?, ¿en qué circunstancias lo dijo?, ¿qué relación tienen estas palabras con el resto del libro o con otros libros? Un estudio con estas consideraciones ayuda a aclarar en la mente del predicador las posibles confusiones.

         29.      ¿Qué debe hacer el predicador al llegar a un texto que presenta una aparente contradicción con algún otro aspecto básico de la Biblia?


     H.      APLICAR LOS PRINCIPIOS BASICOS QUE TUVIERON VALOR EN EL PASADO

   Si Dios tuvo algo importante que decir hace dos mil o más años al hombre de esa época, de seguro que también lo tiene hoy. Dios habló, está hablando y hablará por medio de su Palabra. Sus enseñanzas no envejecen. Las necesidades del hombre actual son tan similares y urgentes como las del pasado. Es imposible aplicar literalmente todos los asuntos sociales y políticos, pero sí las grandes verdades espirituales y morales.

   Los principios que operaron en los asuntos sociales y políticos son principios humanos válidos para todas las épocas humanas. Si la aplicación de tales principios estuvo de acuerdo a las circunstancias de aquel entonces, le toca al estudioso de las Sagradas Escrituras buscar los principios operantes, y buscar con la ayuda de Dios la aplicación de esos mismos principios a las circunstancias por las que atravesamos hoy día. De seguro el Señor también satisfará hoy día las inquietudes del hombre moderno, como lo hizo en el pasado.

         30.      Estudie detenidamente Santiago 5:1–6 en su Biblia y anote a continuación los principios básicos que motivan la necesidad de un mensaje concreto a una situación social injusta.

         31.      Cree usted que esos principios pueden aplicarse a situaciones concretas hoy día.  ¿Por qué cree usted eso?
  


     I.      INVESTIGAR LAS INTERPRETACIONES DE OTROS ESTUDIANTES DE LA BIBLIA

   Sólo después de haber orado intensamente y estudiado la Palabra, de acuerdo a los principios de interpretación ya expuestos, se deben consultar las interpretaciones de los comentarios. Es muy posible que después de haber hecho un estudio serio, se encuentren muy pocas cosas nuevas en tales libros. Hacerlo así ayudará a no depender demasiado de los comentarios bíblicos.

   Pero hay que consultarlos siempre que se pueda, porque esas interpretaciones están hechas por hombres de Dios de gran capacidad y a base de estudios muy técnicos y cuidadosos. Son hombres que forman parte de la iglesia de Jesucristo. Confiamos en que han sido puestos en las manos de Dios para hacer un trabajo tan delicado como ése.

         32.      ¿Cuándo deben consultarse las interpretaciones de los comentarios?
        a.      Al iniciar su estudio del texto.
        b.      Al averiguar el contexto.
        c.      Después de haber estudiado cuidadosamente en oración el texto.

         33.      Estudie el versículo citado a continuación, y luego escriba en las líneas que siguen cómo entiende usted el texto y qué aplicación práctica a la doctrina cristiana tiene. Es probable que tenga que consultar con algún diccionario bíblico las palabras que crea necesarias a fin de interpretar correctamente el texto. Tales palabras claves serán: Palabra de Dios, camino, lámpara, etc.

   Salmo 119:105: Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

         34.      Escriba los nueve métodos estudiados en esta lección que se debe usar para la correcta interpretación del texto.

   a.

   b.

   c.

   d.

   e.

   f.

   g.

   h.

   i.


AUTOEVALUACION

         1.      Dé por lo menos cuatro razones por las que un texto bíblico es necesario para el mensaje.

   a.

   b.

   c.

   d.

   e. (opcional)

         2.      Indique cinco consejos en cuanto a cómo seleccionar un texto.

   a.

   b.

   c.

   d.

   e.

         3.      Nombre por lo menos siete métodos que se deben usar para interpretar correctamente el texto.

   a.

   b.

   c.

   d.

   e.

   f.

   g.

   h. (opcional)

   i. (opcional)
 

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jueves, 2 de julio de 2015

Tu biblioteca como expositor bíblico: 17 Pero el Señor me asistió y me fortaleció, para que por medio de mí se predicara cumplidamente el mensaje y lo oyeran todos los gentiles

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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LOS ELEMENTOS ESENCIALES DE LA BIBLIOTECA DE UN EXPOSITOR

Una sólida biblioteca de estudio tiene cinco elementos esenciales. Cada uno requiere meditación en cuanto a los materiales a incluirse, la prioridad respecto a cuáles deben ser adquiridos y la manera en que deben ser organizados. Mucho antes de que el estudiante de la Escritura comience a comprar materiales, debe desarrollar objetivos y prioridades en cuanto a cada una de las categorías subsiguientes.

Una colección de libros

Un libro es un registro escrito de las labores, puntos de vista o posiciones de un autor en particular o de varios. Los libros tienen múltiples formas y sirven para muchas cosas. Un libro de calidad puede ayudar mucho en el estudio de las Escrituras al concentrar su enfoque en un tema singular. Puede ahorrar valioso tiempo de estudio al proveer material de trasfondo histórico, gramatical y teológico. Un libro bueno le hará saber al lector temas relevantes, posiciones y las últimas investigaciones. También retarán espiritualmente a los lectores.
El expositor debe aprender cómo crear una biblioteca de esos libros. He aquí algunas sugerencias para hacerlo:
  1. Practique «el cortejo antes del matrimonio». Los libros deben comprarse luego de haber sido utilizados y que se haya determinado que llenan una necesidad. De ser posible, debe utilizarse uno, en una biblioteca, antes de determinar su valor para el expositor. En pocas ocasiones, un libro nuevo puede comprarse basado en la reputación del autor, el significado de su tema, o la relación del libro con otras obras.
  2. Evalúe los autores y los publicadores. Antes de comprar un libro en particular, es importante determinar algo en cuanto al punto de vista básico del autor. Además de una recomendación directa o una reseña, se puede aprender mucho acerca de la naturaleza de un libro en base a su introducción, las notas al calce, la bibliografía, la conclusión, el publicador, la portada y la información acerca del autor. 
  3. Compre los libros de acuerdo a su importancia. Los libros deben comprarse en base a una lista preparada cuidadosamente. Esta clase de compra resultará en una biblioteca de calidad y reducirá las compras compulsivas.
  4. Compre y consulte primero el «mejor» libro o libros sobre un tema. Recuerde, en los estudios teológicos el mejor no siempre es el más reciente ni el más caro.
  5. Organice los libros por tema o utilice un sistema de clasificación bibliotecario como el sistema decimal Dewey. Si los libros se clasifican, el sistema debe mantenerse sencillo para evitar un proyecto continuo demasiado complicado como para que dure mucho tiempo.
Una colección de publicaciones periódicas

Las publicaciones periódicas salen en partes sucesivas, casi siempre en intervalos regulares, y como regla, se supone que continúen indefinidamente. Varias formas de literatura en serie incluyen periódicos, boletines, revistas, anuarios, actas y otras. En la cadena bibliográfica, por lo general, las publicaciones van cinco o diez años delante de los libros, proveyendo así al lector con el pensar más reciente acerca de un tema. Esta información «fresca» a menudo no está disponible en otras clases de fuentes. A menos que el expositor tenga acceso a una biblioteca teológica, debe atenerse a una colección básica de publicaciones que le mantengan informado acerca de temas bíblicos y teológicos, así como estimular su pensamiento. Las siguientes sugerencias son adecuadas en cuanto a publicaciones periódicas:

  1.      Identifique y suscríbase a una colección básica de publicaciones. La ley de Bradford asevera que en cualquier área temática, un gran número de artículos aparecerán en un reducido número de publicaciones, mientras que el resto de los artículos acerca del tema se encontrarán en una extensa cantidad de publicaciones. Las suscripciones a esta pequeña cantidad de publicaciones producirá el nivel más alto de ganancia.
  2.      Confeccione un índice sencillo de los artículos cubiertos en estas publicaciones ya sea mediante un sistema de tarjetas o en una computadora. Estas pueden clasificarse mediante tema o versículo de la Escritura.
  3.      Lea las publicaciones de manera selectiva para evitar perder el tiempo. La elección de materiales de lectura debe balancearse entre acontecimientos actuales y estudios exegéticos.
  4.      Pida muestras antes de suscribirse. Además, varias publicaciones son gratis si se piden.
  5.      Utilice los índices disponibles de parte de los publicadores así como los índices generales de religión. Los dos más útiles son Christian Periodical Index y Religion Index One: Periodicals. Ambos están disponibles en cualquier biblioteca teológica. Religion Index One está disponible en formato de CD-ROM que en unos años estará al alcance de los estudiantes serios.


Una colección de videos
En los últimos años, los videos han llegado a ser formatos distintivos de publicación. Una cantidad significativa de material valioso está disponible sólo en esta clase de medio. Por ejemplo, hay mucho material expositivo en video. Los videos de otros expositores pueden ser estimulantes y animadores. Otras clases de información electrónica son útiles para documentar hechos y posiciones teológicas. Las siguientes recomendaciones son útiles en el proceso de formar una colección de cintas:

  1.      Coleccione una cantidad limitada de buenos videos de varias fuentes: Para formar esta colección debe seguirse un plan maestro que sea mucha ayuda para el expositor. Incluya videos en las siguientes categorías:
    a.      Estudios y cursos exegéticos individuales
    b.      Predicadores expositivos competentes
    c.      Reuniones y acontecimientos importantes
    d.      Un área de interés especial para el expositor

  2.      Organice este material por tema y autor. También es muy útil organizar el material por  archivos en computadora, porque los videos a menudo se pasan por alto como una posible fuente de información.

  3.      Cree una biblioteca de obras intercambiable para compartir con oyentes interesados como apoyo y expansión del ministerio del expositor.

  4.      El expositor debe crear una biblioteca de sus exposiciones para referencia propia y para el uso de otros.

Una colección de programas de computación
La computadora es una herramienta significativa en el mundo de hoy y un recurso en las manos del expositor bíblico. Cada vez más estudiantes de la Escritura la encuentran indispensable en su obra. Las computadoras a menudo se compran para un propósito particular o para realizar mejor una tarea, pero el usuario por lo general avanza a un nivel mayor de eficiencia mediante el cual puede realizar proyectos con la computadora que jamás había imaginado posibles. El expositor debe considerar adquirir varios programas de computadoras para ayudarlo en su labor. Aquí hay algunas sugerencias sobre categorías de programas para ayudar al expositor:
  1. Programas para procesadores de palabras. Esta clase de programa puede ser de gran beneficio al crear y editar documentos. Las funciones de bosquejo, notas al calce, tipos de letra, diccionario, sinónimos y antónimos son particularmente útiles en un programa de procesamiento de palabras. Estos programas son esenciales al guardar el fruto de la investigación para diferentes usos futuros. Los programas adicionales capacitan al procesador de palabras para incorporar palabras hebreas y griegas junto con el texto castellano. 
  2. Programas gráficos. Estos programas son útiles en varias maneras, pero quizás lo son más para el estudiante de la Escritura al publicar material. Este programa capacita al expositor para preparar su obra para publicación en un formato de calidad profesional con poco gasto.
  3. Programas de información. Aunque estos programas son más complejos, pueden utilizarse para guardar grandes cantidades de información que puede obtenerse por versículo o tópico. El expositor puede usar ese programa para sacar trabajo hecho acerca de un versículo/tema e ilustraciones o materiales bibliográficos disponibles acerca del mismo.
  4. Programas de investigación bíblica. Existen excelentes programas que capacitan al estudiante en buscar el texto de la Escritura para una palabra o variantes de una palabra, frase o versículo. Uno de ellos es la serie BECA de Grupo Nelson, que permite buscar por palabra, encontrar versículos y armar estudios fácilmente. Libros electrónicos de referencia como la Nueva Concordancia Strong Exhaustiva de la Biblia también le permiten al usuario identificar una palabra griega o hebrea. Este libro de concordancia gramatical para el texto hebreo del Antiguo Testamento y el griego del Nuevo Testamento permite buscar la palabra en el texto, las inflexiones de la palabra, fraseología y construcción gramatical.
  5. Tecnología en CD-ROM. Esta es un tecnología en desarrollo que le permite a los estudiantes de la Escritura utilizar instantáneamente varias traducciones y tezxtos bíblicos relacionados, asía como bibliotecas de libros computarizados. Varios índices de publicaciones y libros también están disponibles en este formato. En el futuro, los expositores podrán, mediante catálogos publicados en CD-ROM, utilizar las bibliotecas de varias instituciones y pedir los materiales necesarios desde lugares lejanos sin dejar sus estudios. Este acceso ya está disponible mediante catálogos on-line.
Un archivo temático

El expositor necesita un sistema de archivo que le permita organizar y sacar mucha información que no se encuentre en los libros. Ese sistema debe ser personal y sencillo para que se puedan localizar fácilmente los materiales. También debe ser flexible de manera que pueda expandirse en cualquier área. El sistema debe incluir archivos para materiales producidos por otros, así como materiales producidos por el expositor mismo. Algunas sugerencias en cuanto a un sistema de archivo son:
  1. El sistema de archivo debe organizarse según los temas clasificados numéricamente y no en orden alfabético. Si se asigna un número de clasificación para cada tema, sólo será necesario un punto de entrada para cada asunto. Este sistema permite que temas relacionados se archiven juntos y provee espacio para expandir o subdividir cualquier materia. 
  2. Los títulos y la estructura deben seguir la lógica del individuo que usa el sistema. Estos títulos deben ser los mismos que otros utilizados para temas de archivos de publicaciones.
  3. Crear un índice alfabético para el archivo ya sea en tarjetas o en una computadora. Esto facilita la rápida localización de toda la información acerca de un tema.
  4. Saque periódicamente del archivo temas y materiales innecesarios para que se mantenga útil y fácil de usar.
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Predica la Palabra, insiste a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, exhorta y reprende con toda paciencia y doctrina.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 



 
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Información 


 
Predicar es anunciar La Palabra de Dios


  • ¿Por qué debemos predicar el evangelio? 
  • ¿Qué ocurre cuando una persona predica el mensaje cristiano? 
  • ¿Acaso la presencia de Jesucristo se manifiesta cuando una persona predica en el contexto de un servicio de adoración? 
  • ¿Cómo? 
Preguntas como éstas, y otras más, nos obligan a pensar teológicamente sobre el arte de la predicación cristiana.
  1. Estudiaremos algunos de los aspectos teológicos relacionados con la predicación cristiana. 
  2. Definiremos conceptos básicos relacionados al arte de la proclamación del evangelio. 
  3. Bosquejaremos los aspectos básicos que toca la teología de la predicación.
  4. Exploraremos el importante papel que juega el Espíritu Santo en la predicación cristiana.

I. Definiciones
Podemos definir la predicación del evangelio como la interpretación teológica de la vida. 
La predicación, entonces, es una tarea interdisciplinaria donde el estudio y la interpretación de la Biblia se encuentran con: 
  • la teología sistemática, 
  • la historia de la iglesia, 
  • la educación cristiana, 
  • el consejo pastoral y 
  • la oratoria. 
Así pues, la predicación es un ejercicio de integración teológica y pastoral.

La homilética es el estudio académico de los diversos aspectos del arte de la predicación. 
  1. En primer lugar, se ocupa del problema hermenéutico, estudiando los principios que se emplean para comentar la Biblia e interpretar su mensaje. 
  2. Segundo, estudia el proceso de la preparación del sermón. 
  3. Tercero, analiza la relación que se da entre el sermón y la adoración cristiana. 
  4. Cuarto, estudia el impacto de la predicación en la congregación.
El Nuevo Testamento emplea diversos términos para referirse a la predicación del evangelio. Uno de esos términos es el verbo griego kerysso, que significa «proclamar» o «anunciar». 

Este verbo describe la acción de un mensajero o heraldo que es enviado a propagar una noticia o un mensaje. Por lo regular, la palabra kerysso se traduce al español como proclamación.

La proclamación describe la acción de comunicar el evangelio de Jesucristo
La proclamación puede ser tanto verbal como no-verbal. Por ejemplo, la predicación es una forma de comunicar el evangelio por medio de palabras. Sin embargo, el acto del bautismo también es una forma de comunicar el evangelio, pero por medio de un acto simbólico.
 
Otro término importante, que también está relacionado a la proclamación, es la palabra kerygma. Muchos manuales de interpretación bíblica emplean esta palabra como un término técnico que se refiere al mensaje central de la fe cristiana. 

Por ejemplo, algunos eruditos han estudiado los discursos y sermones que aparecen en los Hechos de los Apóstoles, buscando el mensaje central, o kerygma, que proclamaba la iglesia primitiva. Sin embargo, debemos reconocer que esta palabra también se emplea en otras ocasiones como un sinónimo de términos como proclamación y evangelio.

Otro término técnico que aparece una y otra vez en los manuales de predicación es exégesis. La exégesis es el proceso por medio del cual una persona estudia, explica o interpreta un documento. 

Aunque la exégesis también se usa en otras disciplinas académicas, como en el estudio de las leyes, se aplica de manera particular al estudio de la Biblia. 

La palabra exégesis proviene de dos palabras griegas que, combinadas, quieren decir «sacar de». En este sentido, podemos decir que la exégesis es el proceso mediante el cual una persona extrae el mensaje que contiene un determinado pasaje bíblico.

La palabra hermenéutica es otro término técnico relacionado con el concepto exégesis. 
La hermenéutica es la teoría de la interpretación de textos, documentos e incluso de símbolos. Muchas disciplinas académicas, entre ellas la filosofía, usan principios hermenéuticos. Por esta razón, los libros de predicación prefieren usar la frase hermenéutica bíblica para dejar claro que se refieren al estudio de las teorías sobre la interpretación de las Sagradas Escrituras. 

La hermenéutica estudia todo el proceso interpretativo, desde la determinación del sentido original del texto (exégesis) hasta la exposición de su mensaje por medio de la enseñanza o la predicación. De este modo, podemos afirmar que la exégesis es un paso o una etapa dentro del proceso hermenéutico.

Aquí queremos ofrecer una breve definición del concepto sermón. Un sermón, entonces, es un discurso que expone o proclama el mensaje del evangelio de Jesucristo. El sermón es un «evento» que ocurre cuando alguien proclama el mensaje cristiano ante una audiencia en el contexto de la adoración cristiana. A veces, las personas que predicamos llamamos sermón al bosquejo o al manuscrito que usamos para predicar ante la congregación. Sin embargo, esto es un error, porque un sermón es mucho más que meras palabras escritas en un papel. 

El sermón es una exposición del evangelio de Cristo Jesús ante un grupo de personas que adoran a Dios y que desean crecer espiritualmente.

Existen diferentes tipos de sermones, ya que se clasifican de acuerdo a su propósito o a su forma. La homilía es quizás la forma sermonaria más conocida de todas. 

Una homilía es un sermón corto —de cinco a diez minutos de duración— que explica o comenta una porción bíblica versículo por versículo. Sin embargo, debemos reconocer que algunos libros de predicación usan la palabra homilía como sinónimo de sermón.

II. Hacia una teología de la predicación

En esta sección, queremos presentar algunos de los puntos básicos que debemos tener en cuenta a la hora de pensar en la teología de la predicación. 
  1. Comenzaremos con la revelación divina, 
  2. pasaremos al concepto de evangelio, 
  3. describiremos la condición humana y 
  4. resaltaremos la importancia de la santificación para la vida del creyente. 
  5. Terminaremos esta sección indicando algunos de los énfasis teológicos que caracterizan a la predicación en diferentes tradiciones cristianas.
La fe cristiana afirma que Dios se ha revelado a la humanidad de varias maneras diferentes
  1. En primer lugar, Dios se ha revelado en la historia humana por medio de la creación, de la elección del pueblo de Israel y de su constante actividad en el mundo. 
  2. Segundo, Dios se ha revelado en la persona histórica de Jesús de Nazaret, a quien la comunidad cristiana confiesa como Señor y Salvador del mundo. La historia de Israel se empalma con la historia de la iglesia por medio de Jesús, a quien los cristianos confesamos como el Mesías que fue prometido en el Antiguo Testamento para la salvación de toda la humanidad. 
  3. En tercer lugar, Dios se revela a través de la Biblia, que nos explica la manera en que Dios se ha revelado al mundo y que abarca tanto la historia de Israel como el testimonio de la iglesia primitiva sobre Jesucristo.  
En este sentido, podemos afirmar que la Biblia es «revelación divina», ya que por su medio conocemos los portentosos actos que Dios ha hecho en beneficio de la humanidad.

Otra forma de comprender la revelación divina es por medio del concepto «palabra de Dios». 

  • El Antiguo Testamento afirma que Dios usó la palabra para crear el mundo; también afirma que Dios reveló su palabra a la humanidad por medio de la ley de Moisés y del ministerio de los profetas. 
  • El Nuevo Testamento, particularmente el Evangelio de Juan, presenta a Jesucristo como la palabra de Dios hecha carne. 
De acuerdo con esto, entonces podemos decir que la Biblia es «palabra de Dios» porque da fe y testimonio de la palabra divina revelada a Israel y encarnada en la persona de Jesucristo.

De la misma manera podemos decir que la predicación cristiana es «palabra de Dios» porque expone el mensaje del evangelio revelado por medio de las Sagradas Escrituras. 

En este sentido, la relación entre la predicación y la Biblia es similar a la relación entre Jesucristo y la Biblia. Las Sagradas Escrituras son «palabra de Dios» porque dan testimonio de Jesucristo, quien es la palabra definitiva de Dios para la humanidad. 

De la misma forma, entonces, la predicación cristiana también es «palabra de Dios» pero siempre y cuando dé testimonio de Jesucristo según ha sido registrado por el documento bíblico.

El Nuevo Testamento llama al mensaje cristiano evangelio. Esta palabra proviene de un vocablo griego que quiere decir «buena noticia». En su origen, el verbo griego que traducimos por la palabra evangelizar se usaba para anunciar la visita del rey a alguna parte de su reino. 

Así que, desde el punto de vista cristiano, evangelizar es anunciar que Dios ha «visitado» a la humanidad en la persona de Jesucristo. Entonces, evangelizar es anunciar la llegada del reino de Dios; es anunciar que Dios desea relacionarse con la humanidad, salvándola y liberándola de la esclavitud del pecado y de la muerte. El evangelio es el anuncio de la buena noticia de que el Dios de la vida desea que la humanidad «no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Jn. 3:16).

La humanidad necesita escuchar y aceptar el mensaje del evangelio porque vive en una condición pecaminosa. Los seres humanos, a pesar de haber sido creados para vivir en comunión con Dios, hemos caído en una triste condición de pecado. 

Más que hechos aislados, el pecado es una fuerza espiritual que lleva al ser humano a alejarse de Dios. El pecado nos coloca bajo el poder destructivo de las fuerzas de la maldad y de la muerte. Por eso, la persona que vive lejos de Dios tiende a destruirse a sí misma, tiende a hacerle daño al resto de la humanidad, tiende a dañar a la creación y hasta puede llegar a hacerles daño a las personas que más ama.

La predicación del evangelio anuncia que, por medio de la obra salvífica de Jesucristo, los seres humanos hemos sido liberados del poder destructor de las fuerzas del mal, del pecado y de la muerte. Por lo tanto, podemos afirmar que el anuncio de la gracia de Dios debe ser precedido por una clara explicación de la condición humana. Se hace necesario denunciar el pecado para así exponer la gracia de Dios plenamente. La denuncia y la condena del pecado es el paso preliminar en el camino que nos llevará a disfrutar de la gracia de Dios.

Ahora bien, la tarea del predicador o de la predicadora no termina cuando una persona renuncia a la vida de pecado y acepta la gracia de Dios. Después de aceptar el mensaje del evangelio, cada creyente debe entrar en un proceso de crecimiento en la fe. Esto quiere decir que, en unión a su carácter evangelizador, la predicación cristiana tiene una tarea educativa que cumplir. 

La predicación es una de las herramientas que la iglesia cristiana usa para: 
  • Educar teológicamente a las personas que han creído en Jesucristo. 
  • La predicación nos ayuda a conocer a Dios, a conocer los atributos de Dios, a comprender cómo se relaciona Dios con la humanidad, a evitar las cosas que son desagradables a Dios y a actuar como creyentes responsables en el mundo. 
  • En términos teológicos, podemos decir que el crecimiento en la fe nos lleva a entrar en un proceso de santificación y consagración a Dios.
Del mismo modo, la iglesia cristiana usa lá predicación como una herramienta para ofrecer cuidado y apoyo a las personas que pasan por momentos de crisis. La predicación tiene, pues, un carácter pastoral. Los pastores y las pastoras, entonces, predican sermones en momentos claves de la vida de sus feligreses, ya sea en la alegría de una boda o en el dolor de un funeral.

Sin importar cuál sea el carácter del sermón —evangelístico, profético, educativo o pastoral— la iglesia afirma que la presencia de Dios se manifiesta por medio de la predicación. Todo comienza cuando Dios llama a una persona madura en la fe a proclamar el mensaje cristiano; y es esencial que el predicador y la predicadora se sientan llamados por Dios al ministerio de la predicación. De la misma forma, la presencia de Dios se manifiesta durante el proceso de la preparación del sermón: Se manifiesta tanto durante el tiempo que se dedica a la preparación espiritual por medio de la oración y la meditación como durante el tiempo que se dedica a la preparación académica, estudiando el tema e interpretando la Biblia. 

La presencia de Dios también se manifiesta durante el momento cuando se expone el sermón ante la congregación y cuando alguna persona comprende que Dios le está hablando por medio del sermón. Finalmente, la presencia de Dios se manifiesta incluso después del servicio de adoración, cuando una nueva situación o experiencia puede llevarnos a recordar y a comprender el mensaje de un sermón que escuchamos tiempo atrás.

Las diferentes tradiciones cristianas combinan estos principios teológicos básicos de diversas maneras, desarrollando así diversas «teologías de la predicación». 

Por ejemplo:
  • La teología luterana dice que todo sermón debe primero explicar la condición pecaminosa del ser humano (es decir, exponer la «ley» de Dios) y luego presentar la gracia liberadora del evangelio de Jesucristo como la solución al dilema humano. En esta tradición, la predicación es la exposición de la ley, ya que ésta quebranta la conciencia, y la proclamación del evangelio que salva al ser humano.

  • Las iglesias de tradición reformada y presbiteriana recalcan el carácter educativo de la ley de Dios y, por lo tanto, del sermón cristiano. Karl Barth, uno de los teólogos reformados más importantes en la historia de la iglesia contemporánea, afirmaba que la predicación es al mismo tiempo «palabra de Dios» y «palabra humana», una paradoja que produce una tensión constante e ineludible. (Como ya lo habrá percibido por los títulos de los dos primeros capítulos de este libro, la teología de Barth ha influido en nuestra manera de entender la predicación.)
  • Las teologías metodistas, nazarenas y pentecostales recalcan que la predicación debe conducir al creyente hacia la santificación y la consagración.
  • La teología evangélica ve la predicación como la exposición de las Escrituras con el propósito de llevar a cada persona a tener un encuentro personal con Cristo.
  • Otras teologías contemporáneas entienden la predicación como el anuncio de la salvación integral que ofrece el evangelio. El adjetivo integral implica que la salvación se extiende a todas las áreas de la vida, incluyendo la política, la economía, el orden social, la opresión a los grupos minoritarios y la discriminación contra la mujer.

Todos estos acercamientos teológicos al arte de la predicación cristiana recalcan algún aspecto importante para la iglesia cristiana. Por esta razón, el estudio de las diversas teologías de la predicación enriquecerá al creyente que desea proclamar el evangelio de Jesucristo.

III. El rol del Espíritu Santo

Es imposible estudiar la teología de la predicación sin considerar el importante papel que juega el Espíritu Santo de Dios en el proceso homilético. Aunque algunas tradiciones cristianas recalcan la presencia del Espíritu de Dios más que otras, todas afirman que la predicación emana del Espíritu Santo. Veamos, pues, algunos de estos puntos en común.

En primer lugar, el Nuevo Testamento afirma el carácter carismático de la predicación. En griego, la palabra carisma quiere decir «don» o «regalo». El apóstol Pablo afirma en tres de sus cartas que el Espíritu Santo da carismas, o dones, a los creyentes (Ro. 12:3-8, 1 Co. 12, 14 y Ef. 4:11-16), particularmente a quienes alcanzan madurez en la fe. Los expertos piensan que ciertos dones enumerados en estas listas —como la sabiduría, la profecía y la evangelización— están ligados al ministerio de la predicación cristiana. De cualquier manera, queda claro que los dones espirituales capacitan a la persona cristiana para ocupar posiciones de liderazgo en la iglesia.

En segundo lugar, parte integral del ministerio del Espíritu Santo es capacitar al creyente para discernir la verdad. Éste es uno de los puntos principales de la doctrina sobre el Espíritu Santo en el Evangelio según San Juan. Juan llama al Espíritu Santo «Espíritu de verdad» en dos ocasiones (Jn. 14:17 y 16:13). En este último pasaje, se afirma que parte del ministerio del Espíritu es guiar al creyente a «toda la verdad».

Tercero, la Biblia afirma que el Espíritu Santo actúa en la persona que escucha el mensaje cristiano. Es la acción del Espíritu lo que permite a dicha persona comprender que vive en una condición de pecado y que solamente la gracia de Dios puede ayudarle a escapar de la esfera de poder de las fuerzas del mal, del pecado y de la muerte. Esta idea se encuentra en Jn. 16:8-11, que presenta al Espíritu Santo como el encargado de convencer a los seres humanos de su propio pecado, de la justicia divina y de la realidad del juicio divino que algún día todos tendremos que enfrentar.

En cuarto lugar, otro aspecto del ministerio del Espíritu Santo es la santificación. Como se indica en el capítulo 8 de la Epístola a los Romanos, Dios capacita al creyente para vivir en el poder del Espíritu. Quien vive en el Espíritu logra resistir los ataques de las fuerzas del mal, del pecado y de la muerte. También puede combatir los malos deseos que lo llevan a vivir «conforme a la carne», esto es, a vivir de acuerdo con los propios criterios sin tomar en cuenta a Dios. El Espíritu Santo, pues, nos capacita para vivir en santidad.

En resumen, como escribiera el apóstol Pablo: «Nadie puede exclamar: ‘¡Jesús es el Señor!’, sino por el Espíritu Santo» (1 Cor. 12:3). Por lo tanto, el Espíritu de Dios juega un papel crucial en la predicación cristiana dado que su ministerio es revelar la continua presencia de Cristo a la humanidad perdida.

IV. Conclusión

El propósito principal de la predicación cristiana es ofrecer una interpretación teológica de la vida. La predicación invita a la humanidad a vivir en comunión con Dios, con los demás y con el resto de la creación.

Dicho lo anterior, podemos afirmar que el propósito principal de la predicación en las comunidades hispanas en los Estados Unidos es proveer una interpretación teológica de la experiencia del pueblo latino que vive en este país. La predicación hispana no se limita a explicar los rudimentos de la fe cristiana, sino que explora temas que son pertinentes para nuestro pueblo, como la identidad cultural de la comunidad latina; los problemas sociales que afectan a nuestro pueblo, como la inmigración, la pobreza, la criminalidad y la violencia doméstica; las manifestaciones sociales del mal, como el racismo, el sexismo, y la explotación económica; y, finalmente, las herramientas espirituales y humanas que puede usar la comunidad hispana para luchar por la vida: la fe, la esperanza, la solidaridad y la organización social. Lo mismo podría decirse para cualquier otro lugar del mundo, ya que la predicación siempre debe ser contextual. Es decir, la predicación es una herramienta que las iglesias cristianas deben usar para responder e interpretar teológicamente la situación, las necesidades y los problemas que afectan a las comunidades donde llevan a cabo sus respectivos ministerios.

Tareas sugeridas
  1. Investigue si su iglesia o denominación tiene documentos que aborden el tema de la teología de la predicación. Léalos y compárelos con lo presentado en este capítulo. 
  2. Vaya a alguna biblioteca teológica y estudie lo escrito por Martín Lutero sobre el tema de la teología de la predicación.
Recapitulando:

¿Qué es Predicar el Evangelio? 

Esta es la pregunta que debe hacerse todo aquel que ha sido llamado a esta noble tarea y que anhela ardientemente en su corazón exponer el mensaje de la Palabra de Dios.

A través de la toda la historia después de Cristo, ha habido un gran ejercito de hombres de Dios que han desarrollado esta labor, hombres de los cuales podemos aprender Como Predicar el Evangelio. Podría mencionar nombres de de algunos de ellos que hasta el dia de hoy son considerados como los grandes predicadores del evangelio.

Pero hay un hombre por quien personalmente siento una gran admiración y respeto. Este hombre fue uno de los más malvados en los días de la naciente iglesia cristiana, pero cuando Dios lo llamó y lo escogió para su ministerio, fue transformado en el hombre que revolucionó en la segunda parte del primer siglo después de Cristo.

Sí, Estoy hablando del Apóstol Pablo. Este hombre después de su conversión y de haber tenido un encuentro tan singular con Cristo y luego haber sido lleno del Espíritu Santo, comienza su ministerio, un ministerio tan singular. Y dado a que en el tiempo del Apóstol Pablo, habían problemas sociales, económicos y políticos al igual que en nuestros días, como también habían tantos tipos de creencias y religiones al igual que en nuestro tiempo, eso no hizo que la predicación del Apóstol variara de acuerdo a las circunstancias.

Razón tuvo Aquel gran hombre de Dios Charles H. Spurgeon, quien en su mensaje titulado “Predicar El Evangelio” el cual fue dado el domingo 5 de agosto de 1855, nos expresa en su definición más importante que “Predicar el Evangelio es Exaltar a Jesucristo”,,, Y eso, es exactamente lo que el Apóstol Pablo hizo en todo su ministerio.

Mi amigo lector, debemos tener muy en claro esto, que cada vez que realices esta labor, hazlo sabiendo que el centro de Tu mensaje siempre, y te lo digo una vez más, SIEMPRE:
  1. Debe ser Un Mensaje que Exalte el nombre de Cristo. 
  2. Debe ser un Mensaje que conduzca a la gente a la Adoración a Cristo. 
  3. Debe ser un Mensaje donde nosotros no seamos los más importantes, sino Sólo Cristo. 
  4. Debe ser un Mensaje donde los pecadores sean conducidos a La Cruz de Cristo. 
  5. Debe ser un Mensaje que exponga fielmente el Mensaje de Jesucristo.
En algunas ocasiones es probable que seamos tentados a seguir la corriente de nuestros días y en la cual han sucumbido muchos de nuestros compañeros predicadores y es en predicarle a la gente una serie de teorías humanas, y dejando a un lado el Mensaje del Nuevo Testamento, y es “Jesucristo”.

Te hago un desafío a que de hoy en adelante, cada vez que tengas que presentar la Palabra de Dios, no importando el número de personas ni el lugar, siempre lo hagas sabiendo esto que:
“Predicar el Evangelio es Exaltar a Jesucristo”

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