sábado, 26 de septiembre de 2015

Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6






UN TEMA PARA ENSEÑAR - PERO ANTES:ESTUDIAR
¿POR QUÉ EVANGELIZAR?
En la vida no hay una experiencia más emocionante y más valiosa espiritualmente que la aventura de compartirles a otros de Cristo. Tú puedes ayudar a cambiar tu mundo, llevando a tu familia, a tus amigos y a  tus compañeros a Jesucristo. Dondequiera que vayas, vas a encontrar amplias oportunidades de compartir porque la gente quiere y necesita conocer a Dios personalmente. El Espíritu Santo ha creado un hambre por Dios en su corazón.
En este estudio vas a examinar la base Bíblica de por qué debemos tomar la iniciativa al evangelizar. Estudia los versículos, y para cada grupo, contesta la pregunta: “¿Por qué debo testificar?”  Escribe tus respuestas en el recuadro.

RAZON #1: Los hombres están perdidos sin Cristo.
Lucas 19:10  Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Juan 14:6  Jesús le dijo: Yo soy el camino,y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
El hombre está perdido sin Cristo porque no puede encontrar el camino hacia la verdad y la luz. En cambio, vive en la obscuridad y sin esperanza de escapar.
Hechos 4:12  Y en ninguno otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
El hombre es incapaz de salvarse a sí mismo. (Mateo 9:36; Efesios 2:1-3)
RAZON #2:  Dios desea que  todos  los hombres sean salvos .
2 Pedro 3:9   El Señor no retarda su promesa,según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Dios está preparando a los hombres para salvación.
Juan 16:8  Jesús le dice a sus discípulos que cuando ascienda al cielo, El enviará al Espíritu Santo.  Luego Jesús dijo: Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
1 Juan 4:10   En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Romanos 5:8  Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.
Dios está  activamente  buscando  a la gente para que vengan al arrepentimiento.

RAZON #3:  El Señor Jesucristo nos ha dado el mandato  de ir y testificar.
Mateo 28:18-20  Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones.
Mateo 4:19  Vengan, síganme -les dijo Jesús-, y los haré pescadores de hombres.
Juan 15:16  No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure.
RAZON #4: Es un privilegio y somos Sus embajadores .
2 Corintios 5:17-20  Dios nos ha dado la responsabilidad de ser embajadores de Cristo. Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:  Reconciliaos con Dios.
Romanos 10:14-15  Dios nos usa para hablarles a otros de Cristo.  ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?  ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?  Como está escrito:  Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
RAZON #5:  Somos capacitados por el Espíritu Santo para ser testigos de Cristo.
Hechos 1:8    …pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
RAZON #6:  El  amor  de  Cristo  nos constriñe  (nos impulsa, nos motiva).
2 Corintios 5:14-15  Porque el amor de Cristo nos constriñe… 
No es el amor que tenemos nosotros para Cristo, sino el  amor que Cristo tiene para nosotros.  Pablo habiendo experimentado el amor y el perdón de Dios, deseaba que todos experimentaran ese mismo amor.  Si tú amas a Cristo y te das cuenta de todo lo que El ha hecho por tí, vas a querer compartirles a otros de Cristo.  (ejemplo de novios: se aman y siempre están hablándoles a otros de su novio)
RAZON #7:  El testificar nos ayuda a  crecer  espiritualmente.
Gálatas 6:7   …todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Si no siembras nada (es decir, no dando nada, no testificando), no vas a cosechar nada.  Si solo recibes pero no le das a otros, nunca vas a crecer.  (ejemplo: El Mar Muerto, está estancado, recibe el agua pero no la distribuye)
EJEMPLOS BIBLICOS PARA ESTUDIO ADICIONAL
Pablo: Hechos 26:19-34
Jesús: Juan 4:7-42
Felipe: Hechos 8:29-39, 5:42, 8:4, 9:19-22, 11:19-21, 17:5-7, 19:8-10, 20:20-27
Pedro y Juan: Hechos 4:12-31
Evangelizar-Evangelización


Hablarle del evangelio a alguien nunca ha sido sencillo. Aunque vivimos en una cultura llamada «cristiana», mucha gente no sabe ni siquiera a qué se debe ese nombre. Cuando hablamos de Cristo, a veces notamos a nuestros interlocutores un tanto sorprendidos, como si no entendieran lo que decimos. Y es que muchos no saben lo que es la salvación, la vida eterna, el infierno, etc. Otros, al contrario, creen saber demasiado sobre esos temas, pero a un nivel meramente intelectual.

En cuanto a ello, Norman Geisler y Ron Brooks afirman: «Algunas veces, antes que podamos compartir el evangelio con alguien, tenemos que allanar el camino, remover los obstáculos, y contestar las preguntas que le impiden a la persona aceptar al Señor … Las objeciones que presentan los incrédulos no siempre son triviales ni insignificantes. Al contrario, algunas calan muy hondo en el corazón de la fe cristiana y desafían sus fundamentos mismos.

»“Si los milagros no son posibles, entonces ¿por qué hemos de creer que Cristo es Dios?” “Si Dios no puede controlar el mal, ¿será realmente digno de adoración?” “Y después de la muerte ¿qué?” Estas, y muchas más, son interrogantes razonables que merecen respuestas bien pensadas.

»Afortunadamente, los pensadores cristianos han estado contestando esas preguntas desde los días del apóstol Pablo. Así que podemos extraer del conocimiento de ellos la ayuda necesaria para obtener las respuestas que deseamos».
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LA NECESIDAD DE RESPONDER A TODOS
Bueno, todo eso de los argumentos en pro de la existencia de Dios y las pruebas de la resurrección resulta interesante, y sé que tiene su importancia, pero nunca lo he necesitado —, dijo el pastor mirando por el espejo retrovisor para cambiar de carril.
El joven sentado a su lado permaneció callado, impresionado por lo que acababa de escuchar.

El pastor prosiguió:
—La gente a la que le predico el evangelio no pregunta esas cosas. Realmente, no les interesa si una verdad es objetiva o no, ni qué dijeron los historiadores antiguos sobre Jesús y la resurrección, ni las soluciones al problema del mal. La mayoría de las personas no consideran filosóficamente lo que creen.
Al fin, el joven dijo abruptamente:
—¿En serio? ¡Esa es la única clase de preguntas que siempre me hacen!
Él provenía de una familia que de cristiana solo tenía el nombre. Había sido criado en una parte del país donde la religión suele ser ridiculizada. Cuando al fin llegó a ser cristiano —mientras estudiaba en la universidad—tuvo que lidiar con una serie de preguntas difíciles acerca de su fe; los inconversos con que se relacionaba estaban cabalmente preparados para ser escépticos y agnósticos. Toda su vida estuvo muy consciente de que el mundo se opone al cristianismo en el terreno intelectual. Cada vez que hablaba de Cristo con alguien, la persona le planteaba, en forma ineludible, algunas de las objeciones que él mismo se había formulado antes. Por eso le parecía inconcebible que un pastor pudiera ministrar sin haber enfrentado la misma clase de oposición.

Estos dos hombres estaban comprometidos en dos ministerios diferentes, ambos importantes y necesarios. El del pastor se enfocaba en la evangelización, en cambio el joven era usado por Dios en un peculiar ministerio de preevangelización, en el cual antes que intentar llevar a la persona a Cristo, eliminaba lo que le obstaculizaba creer. Más que predicar la Palabra, invertía tiempo razonando para explicar por qué las objeciones carecen de fundamento. En vez de pedir el compromiso espiritual inmediato, procuraba el acuerdo intelectual en aspectos que deben ser comprendidos antes de poder aceptar el evangelio.

Si alguien no cree, por ejemplo, que Dios existe y puede obrar milagros, no tiene sentido que le digan que Dios levantó a Jesús de los muertos, porque eso es un milagro, ¡y bien grande! No toda la gente plantea preguntas de esta clase, pero cuando lo hacen necesitan recibir respuestas antes de poder creer. A veces, antes que podamos hablar del evangelio, tenemos que allanar el camino, eliminar los obstáculos y responder las preguntas que impiden que la persona acepte al Señor. 

El siguiente cuadro aclara las diferencias entre la evangelización y la preevangelización.

EVANGELIZACIÓN
PREEVANGELIZACIÓN
Todos los cristianos la realizan
Cualquier cristiano la realiza cuando se necesita
En cual quier momento y lugar
Solo si se plantea una objeción
Su contenido es el Evangelio
Su contenido es toda la doctrina cristiana
Se basa en la revelación
Se basa en la razón
Espone el Evangelio
Esclarece la doctrina cristiana
Su meta es la fe
Su meta es el entendimierto

Por lo tanto, la evangelización y la preevangelización son ministerios distintos. Sabemos que la Biblia nos dice que evangelicemos, pero ¿qué ocurre con la preevangelización? ¿Es solo para unos pocos genios especialmente dotados o deberíamos efectuarla todos? ¿Tenemos, en realidad, que responder a toda persona? Hay tres razones sencillas que explican por qué necesitamos involucrarnos en la preevangelización.
LOS INCONVERSOS PLANTEAN BUENAS PREGUNTAS

Las objeciones que los inconversos plantean casi nunca son triviales. A menudo se enfocan directamente al corazón de la fe cristiana y desafían sus propios fundamentos. Si los milagros no son posibles, entonces ¿por qué creer que Cristo era Dios? Si Dios no puede controlar el mal, ¿es en realidad, digno de adoración? Enfréntelo: Si tales objeciones no tienen respuesta, mejor creamos en cuentos de hadas. Estas son preguntas razonables que merecen respuestas razonables.
NOSOTROS TENEMOS BUENAS RESPUESTAS
La mayoría de los escépticos oyen solo las preguntas y creen que no hay respuestas. Sin embargo, en realidad tenemos grandes respuestas para sus preguntas. El cristianismo es verdadero. Eso significa que la realidad siempre estará de nuestra parte y que solo tenemos que encontrar la prueba apropiada para responder cualquier pregunta. Afortunadamente, los pensadores cristianos han contestado esas preguntas incluso desde los tiempos de Pablo, y podemos recurrir a su sapiencia para ayudarnos a encontrar las respuestas que deseamos.
DIOS NOS MANDA QUE LES CONTESTEMOS
Esta es la razón más importante. Dios nos ordena hacerlo. En 1 Pedro 3:15 leemos: «Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros».

Este pasaje afirma varias cosas importantes. Primero, dice que debemos estar preparados. Puede ser que nunca nos crucemos con alguien que formule preguntas difíciles acerca de nuestra fe, pero, de todos modos, debemos estar listos por si se presenta la ocasión. Estar preparados no es solo tener a disposición la información correcta, sino también una actitud dispuesta y el anhelo de dar a conocer a otros la verdad que creemos.

Segundo, tenemos que presentar defensa a los que formulen preguntas. No esperemos que todos necesiten preevangelización, pero cuando la gente la requiera, debemos ser capaces y estar dispuestos a darles respuestas.

Por último, cuando respondemos, vinculamos la preevangelización con el establecimiento de Cristo como Señor de nuestros corazones. Si Él es realmente el Señor, debemos obedecerlo «derribando argumentos, y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo» (2 Corintios 10:5). En otras palabras, debemos confrontar estos asuntos tanto en nuestra mente como en los pensamientos que expresan otras personas, lo que constituye el impedimento para conocer a Dios. La preevangelización trata, precisamente, de eso.

Sin embargo, ese pasaje no es el único que manda preevangelizar. Judas 3 también exhorta: «Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos». Judas escribe a gente atacada por falsos maestros y tenía que animarlas a proteger la fe tal como fue revelada a través de Cristo. En el versículo 22, Judas expresa una declaración significativa en cuanto a la actitud que debemos tener cuando dice: «A algunos que dudan, convencedlos».

También hay un pasaje en Tito que requiere que el liderazgo de la iglesia conozca las evidencias cristianas. Cualquier anciano de la iglesia debe ser: «Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen» (1:9).

Pablo, en 2 Timoteo 2:24, 25, también nos indica cuál debe ser nuestra actitud en este obrar: «Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad». Cualquiera que intente responder las preguntas de los inconversos seguramente será maltratado y tentado a impacientarse, pero nuestro objetivo principal es que puedan llegar a conocer la verdad de que Jesús murió por sus pecados. Con una tarea tan importante entre manos, no debemos descuidar la obediencia a este mandamiento.
PERO, ¿QUÉ ACERCA DE …?
Sin duda, algunos ya habrán pensado en varias razones por las que no tenemos que comprometernos en la preevangelización. Algunas hasta parecen ser «bíblicas». No hay manera en que podamos responder a todas esas objeciones, pero hay unas cuantas, muy comunes, que merecen un momento de atención.
«LA BIBLIA DICE: NUNCA RESPONDAS AL NECIO DE ACUERDO CON SU NECEDAD»
Estamos de acuerdo con Proverbios 26:4. También lo estamos con el versículo que sigue: «Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión» (26:5). Ese pasaje nos enseña que debemos ser cuidadosos respecto a elegir cuándo y cómo enfrentar las ideas falsas, a menos que el Libro de los Proverbios haya sido obra de un loco.

No alegue con alguien que no escucha razones, pues será tan necio como esa persona. Pero si es capaz de mostrarle lo erróneo de su pensamiento en una manera que le resulte comprensible, quizás esa persona busque la sabiduría de Dios antes que confiar en sí mismo.
«LA LÓGICA NO ES VÁLIDA. NO PUEDE DECIRNOS NADA ACERCA DE DIOS»
Lea esto con mucho cuidado. Dice que la lógica no trata estos asuntos. Pero la declaración sobre estos asuntos es lógica ya que establece ser cierta mientras que su opuesto es falso. Esa afirmación es la base de toda lógica y se llama: la ley de la no contradicción.

Para decir que la lógica no tiene que ver con Dios, uno debe aplicársela a Dios en esa misma declaración. De modo que la lógica es ineludible. Uno no puede negar la lógica con las propias palabras a menos que lo asevere con esas mismas palabras. Es innegable. Cuando una verdad no puede negarse, debe ser verdadera. De manera que esta objeción es falsa. La lógica puede decirnos algunas cosas de Dios. Por ejemplo: como Dios es verdad, no puede mentir (Hebreos 6:18). La lógica es una herramienta útil para descubrir la verdad y puede usarse efectivamente con los inconversos que no creen que la Biblia es revelada por Dios.
«SI LA PREEVANGELIZACIÓN ES BÍBLICA, ¿POR QUÉ NO VEMOS QUE SE PRACTICARA EN LA BIBLIA?»
Es una buena pregunta. Puede ser que no la busquemos o no la reconozcamos cuando la vemos. Moisés preevangelizó. El primer capítulo de Génesis confronta claramente los relatos míticos de la creación conocidos en su época. Elías lo hizo. Toda la escena que transcurre en el Monte Carmelo con los profetas de Baal está concebida para mostrar la superioridad de Yavé. Jesús lo hizo. Su encuentro en el pozo con la mujer es un buen ejemplo de enfrentamiento con las barreras sociales, religiosas y morales que se levantan ante la fe.

Pablo lo hizo bastante. Al menos, en cuatro ocasiones (Hechos 14:8–18; 17:16–34; 24:5–21; 26:1–29), lo vemos que expone y defiende la fe ante los inconversos de diferentes trasfondos religiosos. Además, están los mandamientos que hemos examinado y las múltiples ocasiones en que los autores del Nuevo Testamento confrontan en sus escritos a los falsos maestros. Hay muchos ejemplos de preevangelización a través de todas las Escrituras, a medida que Dios ha ido llegando al mundo con el mensaje de su amor.

Los inconversos tienen buenas preguntas. El cristianismo tiene buenas respuestas. Y Dios nos ha dicho que les demos las respuestas que están buscando. No todos plantean preguntas filosóficas profundas, y Dios nunca nos garantiza el éxito. El éxito es Su negocio. Pero nos ha dicho que estemos preparados

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viernes, 18 de septiembre de 2015

Habiendo recibido de nosotros la Palabra del Mensaje de Dios, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino tal como es en verdad, Palabra de Dios

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








                       Preparémonos para enseñar a nuestros discípulos
                                           1 Tesalonicenses 2: 13-20

13      Y por esto damos gracias sin cesar a Dios, de que habiendo recibido de nosotros la palabra del mensaje de Dios, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino tal como es en verdad, palabra de Dios, que obra también en vosotros que creéis.
14      Porque vosotros, hermanos, llegasteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues también vosotros padecisteis las mismas cosas a manos de vuestros propios compatriotas, como también ellos de los judíos;
15      los cuales no sólo dieron muerte al Señor Jesús y a los profetas, sino que a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres,
16      prohibiéndonos hablar a los gentiles para que sean salvos, de manera que siempre colman la medida de sus pecados, hasta que les sobrevino la ira hasta el extremo.

Deseo de visitar a los tesalonicenses

17      Y nosotros, hermanos, que fuimos separados de vosotros por un poco de tiempo, de presencia, no de corazón, nos esforzamos con mayor diligencia para ver vuestro rostro, con mucho deseo.
18      Por lo cual, quisimos ir a vosotros, ciertamente yo, Pablo, y más de una vez; pero Satanás nos estorbó.
19      Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o regocijo, o corona en que nos gloriamos? ¿No lo sois vosotros mismos delante de nuestro Señor Jesús al tiempo de su advenimiento?
20      Vosotros ciertamente sois nuestra gloria y nuestro regocijo.

PREOCUPACIÓN DE PABLO
Preocupación de Pablo por las ovejas
1 Tesalonicenses 2:13–20
Ya hemos observado la forma en que Pablo amaba a los creyentes de Tesalónica; incluso estaba dispuesto a entregarse por ellos. En este capítulo se pone de relieve su gran preocupación por ellos. Pablo y sus colegas tuvieron que salir repentinamente de Tesalónica después de la persecución que iniciaron contra ellos los judíos. Puesto que su estancia en esa ciudad había sido muy breve, no tuvieron tiempo suficiente como para confirmar a los creyentes en su fe. Debido a ello, se fueron muy preocupados por ellos. Entre otras cosas, no sabían si habían podido resistir la oposición de los enemigos a la palabra de Dios.
El pasaje tiene dos puntos principales:
LA PREOCUPACIÓN DECLARADA 1 Tesalonicenses 2:13–16
EL DESEO DE VERLOS  1 Tesalonicenses 2:17–20
LA PREOCUPACIÓN DECLARADA  1 Tesalonicenses 2:13–16
Pablo vuelve a su tema de dar gracias a Dios por los hermanos tesalonicenses. Esa era su norma constante; lo hacía sin cesar (2:13a–b). La gratitud que expresa en este versículo tiene que ver con la manera en que los tesalonicenses recibieron la palabra de Dios que habían oído de los misioneros (2:13c). La recibieron no como palabra de hombres (2:13d), sino como la verdad, la palabra de Dios (2:13e). Es obvio que el Señor había abierto sus corazones, tal como hizo con Lidia en Filipos (Hechos 16:14).
Romanos 10:17 dice: “así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Los siervos de Dios habían declarado que el evangelio es la palabra de Dios, y así fue recibido. Ella tiene poder en sí para regenerar las almas (1 Pedro 1:23), y su poder se manifestó en los corazones de los tesalonicenses que creyeron. El deber de los enviados de Dios es compartir la palabra, no usando palabras persuasivas, ni trucos o engaños, sino en el poder del Espíritu Santo. Él hace la obra de Dios en los corazones de cuantos creen.
Esa palabra no sólo regeneró a los creyentes, sino que también actuaba en ellos. Pablo usó el tiempo presente: “la cual actúa en vosotros los creyentes” (2:13f). La palabra hace una obra continua en los corazones de los que hemos creído. El mismo verbo se usa en Efesios 3:20:
“Y A AQUEL QUE ES PODEROSO PARA HACER
TODAS LAS COSAS MUCHO MÁS ABUNDANTEMENTE
DE LO QUE PEDIMOS O ENTENDEMOS,
SEGÚN EL PODER QUE ACTÚA EN NOSOTROS”
(EFESIOS 3:20).
Con razón debemos empapar nuestra mente y corazón con la palabra de Dios, para dar al Espíritu algo sobre lo que pueda actuar. Pablo aconseja en Colosenses 3:16: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros”.
El papel de los judíos en iniciar la persecución  
1 Tesalonicenses 2:14
Pablo dijo que los hermanos tesalonicenses habían llegado a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que estaban en Judea (2:14a). Esas congregaciones habían sido víctimas de la persecución de parte de sus paisanos (2:14b). En el párrafo introductorio se hizo referencia a la persecución contra Pablo y sus colegas por parte de los judíos de Tesalónica, quienes alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad acusándolos falsamente diciendo que contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús (Hechos 17:7–8).
La meta inmediata de los judíos era acallar a Pablo y a sus compañeros, pero seguramente la persecución de los coterráneos de los tesalonicenses continuó aún después de la salida de los misioneros. Probablemente esas noticias habían llegado a oídos de Pablo, y aumentaron su preocupación. Seguramente su referencia a los padecimientos de los creyentes de Judea de parte de los judíos le hizo recordar su papel en la persecución de ellos antes de convertirse a Cristo. Saulo consintió en la muerte de Esteban, y “en aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria” (Hechos 8:1).
¡PENSEMOS!
¿Cómo fue recibida la palabra en Tesalónica? ¿Qué obra hace la palabra de Dios en nosotros los creyentes? ¿Qué cosa tenían en común los creyentes de Tesalónica con las iglesias de Judea? ¿Qué papel había jugado Pablo en la persecución de los creyentes de Judea?
Trayectoria de persecución de parte de los judíos 
 1 Tesalonicenses 2:15–16
Pablo menciona varias cosas que los judíos hicieron contra el Señor y su iglesia (2:15–16). Los acusa de matar al Señor Jesús. Él no fue el primero en levantar semejante acusación. Los detalles de la muerte del Señor que se dan en los evangelios confirman las palabras de Pablo. Los líderes religiosos buscaban la forma de matarlo (Juan 11:45–53). Pilato quiso soltarlo, pero los judíos pidieron su muerte (Juan 19:12–15). Pedro declaró en Hechos 2:22–23: “Varones, israelitas” a Jesús nazareno, “prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole”.
Pablo dijo además que también habían asesinado a sus propios profetas. Sus palabras concuerdan con lo que dijo Esteban en su mensaje a los judíos, antes de ser apedreado por ellos: “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo…” (Hechos 7:52).
En resumen, los judíos expulsaron a Pablo, no agradaban a Dios, se oponían a todos los hombres, e impedían que Pablo y sus colegas hablaran a los gentiles para que éstos se salvaran.
Semejante maltrato a los profetas, a Cristo, a los predicadores del evangelio y a los creyentes en Cristo, traerá sus consecuencias. Primera Tesalonicenses 2:16 aclara eso muy bien: “Así colman siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo”. En su misericordia, Dios pasa por alto los pecados de los seres humanos por algún tiempo (Hechos 17:30).
A muchos pecadores les parece que Dios ignora sus pecados y que siempre los pasará por alto. Infortunadamente, la copa de su ira sigue llenándose hasta el colmo, y la oportunidad de arrepentirse pronto terminará (Proverbios 29:1). La expresión: “vino sobre ellos la ira hasta el extremo” no es específica, pero ha habido varios juicios. Jerusalén fue destruida en el año 70 d. C. Las tinieblas espirituales prevalecen sobre los judíos hasta el día de hoy, y para quienes no crean en Cristo, les espera el colmo de la ira de Dios en diversos juicios futuros.
Dios no ha desechado a los judíos Romanos 11:1
Antes de pasar a otro tema, para evitar el peligro de fomentar sentimientos antisemíticos, conviene aclarar algunas cosas. Los judíos son el pueblo de Dios. Él ha hecho pactos permanentes con ellos (Génesis 12:1–3 y 13:15; 2 Samuel 7:8–16; Jeremías 31:31–34 y Romanos 11:25–32). Nuestro Señor Jesucristo mismo hizo la siguiente petición desde la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).
Dios mismo se encargará de castigarlos por el maltrato que infligieron a su Hijo, pero a nosotros los gentiles creyentes nos conviene bendecirlos (Génesis 12:3) y unirnos a Pablo en pedir a nuestro Padre celestial por su salvación (Romanos 10:1).
“BENDECIRÉ A LOS QUE TE BENDIJEREN”
(GÉNESIS 12:3).
“HERMANOS, CIERTAMENTE EL ANHELO
DE MI CORAZÓN, Y MI ORACIÓN A DIOS
POR ISRAEL ES PARA SALVACIÓN”
(ROMANOS 10:1).
¡REFLEXIONEMOS!
Especifique varias cosas que los judíos hicieron en contra de Cristo y su iglesia. ¿Cuál ha sido la consecuencia de la actitud de los judíos hacia Dios, su Cristo y su pueblo? ¿Cuál será su juicio si no se arrepienten? ¿Cuál es el programa de Dios para los judíos? ¿Cómo los hemos de tratar nosotros los creyentes gentiles?
EL DESEO DE VERLOS 
 1 Tesalonicenses 2:17–20
Pablo deseaba ver a los creyentes 
 1 Tesalonicenses 2:17
El apóstol dijo que su corazón estaba con los creyentes, aunque estaba separado de ellos por un poco de tiempo (2:17a), anhelaba verlos (2:17b). A la vez que Pablo expresa un deseo grande y sincero de ver a los hermanos tesalonicenses, es muy posible que algún adversario hubiese insinuado que no volvería a visitarles. Él les escribió para confirmarles su deseo ardiente y para silenciar a sus opositores.
Satanás estorbó los esfuerzos de Pablo de visitarles 
 1 Tesalonicenses 2:18
Pablo procuró ir a los tesalonicenses una y otra vez, pero Satanás le estorbó. Es bien sabido que Satanás es el adversario de Dios y de los hijos de Dios. El apóstol Pedro dijo: “porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Satanás sabía que al regresar Pablo para animar a los creyentes, habría nuevos triunfos en la predicación del evangelio y nuevas derrotas para él. Con razón el enemigo ponía obstáculos para impedir el regreso del apóstol. Cada avance de parte de la iglesia despierta la resistencia del enemigo. Nosotros los cristianos debemos de resistir sus ataques con el poder del Espíritu Santo (1 Pedro 5:9), confiando en el triunfo por intervención divina (1 Pedro 5:10–11 y Efesios 6:10–18).
Tales luchas con Satanás no son nuevas. En el capítulo 10 del libro de Daniel tenemos un caso muy interesante que demuestra la forma en que Satanás se opone a la obra de Dios. Daniel había recibido una visión del Señor (Daniel 10: 1). La visión le impactó tanto, que pasó tres semanas afligido (10:2). Después se le apareció un ángel con el siguiente informe:
“Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales prícipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia” (Daniel 10:12–13).
“El príncipe de Persia” probablemente era un demonio enviado de parte de Satanás. Es menester tomar en cuenta que el demonio prevaleció sólo por un tiempo limitado. El tiempo que él se opuso coincide con el tiempo que Daniel pasó postrado delante de Dios (10:2). La intercesión de Daniel fue motivada por Dios, tal como la intervención de parte del ángel. Al fin y al cabo triunfó el Altísimo, y siempre triunfará, pero en su misericordia permite que sus siervos participen con él como colaboradores en llevar a cabo sus propósitos eternos (2 Corintios 6:1). A él sea toda la gloria por los triunfos en que nos permite participar.
LA LUCHA CONTRA SATANÁS ES VERDADERA Y
COSTOSA PARA EL INTERCESOR, PERO ES DIOS
QUIEN TOMA LA INICIATIVA Y MOTIVA LA INTER
CESIÓN EN NOSOTROS. SÓLO ÉL MERECE TODO EL
CRÉDITO POR LOS TRIUNFOS.
Los tesalonicenses creyentes son el gozo y la gloria de Pablo 
 1 Tesalonicenses 2:19–20
Pablo ya había puesto a los tesalonicenses como testigos de la efectividad de su ministerio (2:1). En este contexto, usando palabras muy tiernas, expresa sus sentimientos profundos en cuanto a su relación continua y creciente con ellos. Además, echa una mirada hacia la venida de nuestro Señor Jesucristo y pregunta: “¿Cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?”
Nuestro Señor Jesucristo dijo: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:10). También hay gran gozo aquí en la tierra en el corazón del que gana almas para Cristo. Él siente que hay una relación estrecha con sus discípulos y encuentra gran satisfacción en el hecho de que la semilla que siembra germina y da fruto. Le encanta contar a otros los testimonios de sus adeptos. Pero mucho mayor será nuestro gozo cuando en el tribunal de Cristo recibamos la corona por nuestras labores que han traído almas a sus pies.
“VOSOTROS SOIS NUESTRA GLORIA Y GOZO” 
( 1 Tesalonicenses 2:20).
¡PENSEMOS!
¿Qué deseo expresó Pablo en 2:17? ¿Por qué no había ido antes a Tesalónica? Cuando hay lucha entre Dios y Satanás, ¿quién gana? ¿Qué papel tenemos nosotros los creyentes en tales conflictos? ¿De quién proviene el deseo de interceder? Explique la frase: “Vosotros sois nuestra gloria y gozo”. ¿Cuándo se realizará ese gran gozo?


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Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.

SER APTO

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








Preparémonos para enseñar a nuestros discípulos
Ministerio de Pablo en Tesalónica
1 Tesalonicenses 2:1-12
1Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; 2pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos,a como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.b 3Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 

5Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. 7Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. 8Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.

9Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 10Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; 11así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, 12y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.

13Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. 

14Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia naciónc las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, 15los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron;d y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, 16impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.
a a 2.2: Hch. 16.19–24.
b b 2.2: Hch. 17.1–9.
c c 2.14: Hch. 17.5.
d d 2.15: Hch. 9.23, 29; 18.12.
Reina Valera Revisada (1960). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
MODELO DE CONDUCTA
Defensa de Pablo
1 Tesalonicenses 2:1–12
Es un tanto difícil para un ministro del evangelio saber cuándo debe defenderse. Casi siempre hay críticas injustas, pero cuando éstas ponen en peligro su mensaje y ministerio, es menester presentar una defensa. Este es el caso en el segundo capítulo de 1 Tesalonicenses. No sabemos exactamente qué habían dicho los enemigos del apóstol, pero por lo que él dice en su defensa podemos deducir varias acusaciones.
En términos generales, acusaban a Pablo de querer enriquecerse por medio del engaño y engrandecerse en los ojos de gente ingenua. Parece que sus adversarios eran judíos, cuyo verdadero propósito era impedir la predicación del evangelio a los gentiles (2:14–16).
El pasaje se divide en tres puntos principales:
No por riquezas ni por fama 2:1–6
Un cuidado basado en amor 2:7–9
Un modelo de conducta 2:10–12
NO POR RIQUEZAS NI POR FAMA 2:1–6
Su visita no resultó vana 2:1
El “porque” del primer versículo hace referencia a algún antecedente. Probablemente se refiere a 1:5, donde Pablo pone a los hermanos tesalonicenses como testigos de la conducta que había observado mientras estuvo en medio de ellos. Dice literalmente: “como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros”. En el 2.1 repite la frase” …vosotros mismos sabéis, hermanos…” ¡Qué bendición cuando un siervo de Dios se ha comportado de tal forma en una iglesia que los mismos hermanos son su mejor defensa!
El vocablo en griego que se traduce aquí como visita, podría ser entrada, y así la tienen algunas versiones. La palabra vana también podría ser vacía. En Marcos 12:3, hablando de un siervo del hombre que plantó una viña, se dice: “Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías”. Si aceptamos estas variaciones, podríamos parafrasear el texto como sigue: “Cuando llegamos a vosotros, nuestras manos no estaban vacías”. En otras palabras, habían llegado a ellos con las manos llenas, para impartir la verdad del evangelio y para entregar su propia vida en servicio a ellos. No habían venido vacíos, con el fin de enriquecerse a costa de ellos.
Si aceptamos lo que dice la versión Reina-Valera 1960, llegamos a la conclusión de que la visita o la estancia de los misioneros en Tesalónica no fue infructuosa. En el capítulo 1 abunda la evidencia de que tuvieron un ministerio muy fructífero. Muchos se convirtieron y dieron muchas muestras de su fe verdadera, incluyendo la propagación del mensaje por todo aquel mundo.
LOS TESALONICENSES ERAN TESTIGOS
DEL MINISTERIO FRUCTÍFERO DE PABLO.
Pablo mostró denuedo en Tesalónica 2:2
Pablo recordó a los tesalonicenses como él y sus colegas habían sufrido por el evangelio en Filipos (2:2a). Los detalles se encuentran en Hechos 16:11–40. En vez de desmayar por semejante maltrato, siguieron fieles a la visión macedonia y llegaron a Tesalónica, donde predicaron con denuedo el evangelio de Dios en medio de gran oposición (2:2b). La frase “como sabéis” indica que los hermanos tesalonicenses eran testigos del denuedo de Pablo y sus compañeros. Si los misioneros hubiesen ido motivados por el amor al dinero o por el deseo de engrandecerse, habrían abandonado la obra para volver a un trabajo que no exigiera semejante sacrificio.
PABLO SABÍA QUE SU DENUEDO PROVENÍA DEL
ESPÍRITU Y NO DE SU PROPIA CARNE.
¡PENSEMOS!
¿A quiénes puso Pablo como testigos de la efectividad de su ministerio? Explique la frase: “nuestra visita a vosotros no resultó vana”. ¿Qué había pasado a Pablo y Silas en Filipos? ¿Cuál fue su reacción?
Pablo no predicó por engaño 2:3
El mensaje de Pablo no provenía del error (2:3a). Él predicaba el evangelio, o sea, las buenas de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. El suyo, era un mensaje basado en muchas pruebas de su veracidad y había sido corroborado por todos los apóstoles, incluyendo a Pablo, quien vio a Cristo en el camino a Damasco (Hechos 9). No es sorprendente que los judíos dijeran que la fuente de su mensaje era el error. Ellos no creían en la resurrección de Cristo, e inventaron una fábula para decir que no resucitó de los muertos (Mateo 28:11–15).
Su exhortación tampoco procedió de la impureza (2:3b). La fornicación era una práctica común en los cultos paganos de aquel entonces, y parece que sus opositores habían acusado a Pablo de practicarla en sus cultos. Por ello, se vio obligado a defenderse de esa acusación también y aclarar que tales prácticas no formaban parte del culto evangélico.
Pablo no usó de ningún engaño para atraer a la gente ni para persuadirla a aceptar a Cristo. Él dependía del poder de Dios para llevar a cabo su obra. El uso de trucos no era correcto, ni eran necesarios para el éxito en un ministerio honrado. ¡Qué lección para nosotros, los que predicamos el evangelio! Pablo dijo en Romanos 1:16: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…” No debemos depender de trucos, elocuencia ni persuasión humana para hacer la obra. La palabra misma, predicada con sencillez en el poder del Espíritu Santo hace su obra.
Pablo fue aprobado por Dios para predicar el evangelio 2:4
La frase “fuimos aprobados por Dios” lleva la idea de ser sometidos a prueba, ser examinados y ser hallados fieles (2:4a). El verbo está en tiempo perfecto, de modo que podría traducirse de la manera siguiente: “Hemos sido aprobados por Dios”. En otras palabras, el proceso de ser examinados seguía en pie hasta el momento en que Pablo escribió estas líneas. Desde su conversión a Cristo, había sido sometido a prueba. Esto incluye el tiempo que pasó en Arabia, su visita a Jerusalén, sus años en Tarso, su ministerio en Antioquía, su primer viaje misionero, el recorrido por los lugares visitados en ese viaje, y la experiencia en Filipos. En cada caso, Dios estaba sometiendo a su siervo a prueba, y siempre lo había hallado digno o genuino.
Como resultado de salir aprobado de cada uno de estos exámenes, Dios le había confiado el privilegio de predicar el evangelio continuamente, incluyendo el ministerio en Tesalónica. Pablo estaba siempre consciente de haber sido puesto en el ministerio por Dios. En 1 Timoteo 1:11–12 dijo: “según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio”.
Habiendo sido puesto en el ministerio por Dios, Pablo sentía la responsabilidad de agradar al Señor, y no a los hombres (1:4b). La tentación de agradar a los hombres está siempre presente para el que predica la palabra divina. Si uno no se cuida, comienza a eliminar ciertas cosas de su prédica para no ofender a sus oyentes. El siervo de Dios no debe predicar para ofender, pero no debe cambiar su mensaje sólo porque determinado personaje llega repentinamente al culto.
NO TEMAMOS A LOS HOMBRES, RENDIREMOS
CUENTA A DIOS POR EL MINISTERIO.
¡PENSEMOS!
¿De qué acusaron a Pablo en 2:3? ¿Cuáles son algunos trucos usados por algunos predicadores en la actualidad? ¿Quién confió a Pablo el evangelio de Cristo? Mencione algunas pruebas a que el apóstol fue sometido antes de ser aprobado por Dios para el ministerio. ¿Cuáles son algunos peligros de procurar agradar a los hombres en la predicación de la palabra? ¿A quién ha de dar cuenta el ministro de Dios por su ministerio?
Pablo no predicó por avaricia 2:5
Pablo decía que no usaba “de palabras lisonjeras” (2:5a), porque éstas sólo pueden tener un propósito. Uno de ellos es para congraciarse con otros. En este contexto la razón es evidente, porque en aquel entonces abundaban charlatanes que comerciaban con su capacidad de pronunciar discursos acerca de diferentes temas. Probablemente algunos habían acusado a Pablo de predicar para sacar provecho material de sus oyentes. Una vez más, él puso a los tesalonicenses como testigos de la falsedad de tal cargo (2:5b). Desmintió la acusación categóricamente con las palabras: “ni encubrimos avaricia” (2:5c) y puso a Dios como testigo (2:5d). Pocas personas pueden hacer eso, pero Pablo conocía su corazón, y sabía que era inocente.
Hay muchas cosas que tientan al ministro del evangelio. Una de ellas es el amor o mal uso del dinero. Es menester cuidarse mucho para ser guiado por el Espíritu Santo y no por ofertas monetarias. ¡Dichoso el joven ministro que conoce a un siervo de Dios de experiencia que le puede servir de mentor en tales cosas!
Pablo no predicó por alcanzar gloria personal 2:6
Existía la insinuación de que Pablo predicaba para obtener la gloria de los hombres (2:6a). Abundaban quienes sí lo hacían, pero no este siervo de Dios. ¿Qué gloria había en una cárcel de Filipos? ¿Qué gloria traía la experiencia de haber sido perseguido en Tesalónica y Berea? Él no buscaba la gloria ni de adversarios ni de amigos (2:6b). Su única meta era que Dios recibiera la gloria por la salvación de las almas y la edificación de cuantos creyeran. El apóstol aun se privaba de sus privilegios o derechos legítimos. Él podía ser una carga por ser apóstol de Cristo. En otras palabras, tenía derecho a vivir del evangelio o esperar que los tesalonicenses lo sostuvieran mientras predicaba en medio de ellos. Pero los misioneros decidieron no hacerlo, y al contrario, servían a los hermanos de Tesalónica con gran amor, como hacen constar los versículos 7–9.
UN CUIDADO BASADO EN EL AMOR 2:7–9
Pablo mostró ternura para los tesalonicenses 2:7
En vez de usar su autoridad apostólica para exigir la atención de los tesalonicenses, Pablo los trató con mucha ternura (2:7). El cuadro que presenta es el de una madre que abriga tiernamente a su bebé en el regazo mientras lo acaricia. No es común pensar de Pablo como un hombre de gran sensibilidad o ternura, pero así se presenta en este contexto. Es loable cuando un pastor puede derramar lágrimas por las almas perdidas y con los hermanos cuando pasan por diversas pruebas. Tendemos a creer que al hombre tierno de corazón le falta carácter varonil. Al contrario, las lágrimas genuinas vinculan al pastor con su pueblo.
Pablo estaba dispuesto a sacrificarse por los tesalonicenses 2:8
El amor que Pablo y sus compañeros sentían por los tesalonicenses era muy grande (2:8a). Los hermanos habían llegado a serles muy queridos (2:8d). Ese amor se manifestaba de dos maneras:
1.     Los motivó a entregarles el evangelio, (2:8c) y
2.     Los motivó incluso a estar dispuestos a entregarles su propia vida (2:8b).
Un amor así se compara con el amor de Cristo, y desmiente toda acusación falsa acerca de los motivos de los misioneros.
PABLO NO FUE MOTIVADO NI POR AVARICIA
NI POR GLORIA DE LOS HOMBRES, SINO POR
AMOR (2:5–8).
Los misioneros se sostenían a sí mismos 2:9
En el versículo 6, Pablo ya había dicho que él y sus colegas evitaban ser una carga para los tesalonicenses
Aquí da más detalles acerca de esa afirmación. Habían trabajado con sus propias manos para no ser gravosos a ninguno de ellos (2:9c). Hechos 18:1–3 habla de la relación que existía entre Pablo, Aquila y Priscila. Todos practicaban el mismo oficio, y Pablo se quedó con ellos; “…el oficio de ellos era hacer tiendas” (Hechos 18:3c).
Los tesalonicenses eran testigos del trabajo que Pablo y sus compañeros desplegaban de noche y de día para no ser gravosos (2:9a y b). Trabajaban con sus manos para sostenerse y poder predicar el evangelio de Dios (2:9d). No tenían la meta de enriquecerse, sino de proclamar el mensaje de la muerte y resurrección de Jesucristo. Tal trabajo era otra evidencia de su gran amor para los tesalonicenses.
Había quienes cooperaban económicamente con Pablo en su ministerio (Filipenses 4:15–16), pero parece que él tenía la costumbre de no ser carga para nadie durante la predicación inicial en cada lugar (2 Corintios 11:8–9).
Pablo enseñaba que el obrero es digno de su salario (1 Timoteo 5:17–18) y los miembros de la iglesia hacen bien en cumplir con este principio bíblico. Asimismo, es muy loable ver a un hombre de Dios trabajar con sus propias manos para obtener su sostén cuando la carencia de recursos económicos no permite a los hermanos sostenerlo completamente.
UN MODELO DE CONDUCTA 2:10–12
La conducta de Pablo fue ejemplar 2:10
El apóstol usa tres adverbios para describir su comportamiento entre los tesalonicenses. Dijo que él y sus colegas se comportaron: santa, justa e irreprensiblemente con los creyentes (2:10). Una vez más pone a los tesalonicenses como testigos con la frase: “Vosotros sois testigos” (2:10a). Santamente se refiere a la conducta pura, separada del mal y apartada para Dios, cosa que debe caracterizar a todos los creyentes.
Justamente tiene que ver con la justicia práctica. No hace referencia a la justicia perfecta de Cristo, que es nuestra por haberlo aceptado como nuestro Salvador. Procedemos justamente cuando damos a Dios y a los seres humanos lo que les pertenece. Irreprensiblemente quiere decir en forma irreprochable.
Así era la conducta de Pablo, Silas y Timoteo. Pablo enseñaba que “es necesario que el obispo sea irreprensible” (1 Timoteo 3:2) y practicaba lo que predicaba.
Pablo fue como un padre para los creyentes 2:11–12
Anteriormente habló de mostrar ternura hacia los hermanos tesalonicenses (2:7). Tal cuidado generalmente es característico de una madre. En estos dos versículos describe su papel como padre espiritual que se preocupaba por el desarrollo completo de sus hijos, así como su autoridad. Para llevarlos hacia la madurez espiritual, les exhortaba, les consolaba y les encargaba que anduvieran como es digno de Dios.
Una de las definiciones de exhortar es “amonestar con urgencia”. Ese papel le pertenece al padre. Consolar tiene un significado más obvio. Los tesalonicenses estaban pasando por muchas pruebas, y necesitaban del ministerio de consolación. “Encargar” tiene la idea de pedir a alguien que asuma una seria responsabilidad. El encargo tenía que ver con andar como es digno de Dios.
Pablo agregó que Dios les había llamado “a su reino y gloria”. El reino de Dios tiene cuando menos dos significados. Hay un aspecto actual, que es espiritual (Colosenses 1:12–13). Tiene también un aspecto futuro que se llevará a cabo cuando Cristo vuelva a esta tierra para reinar. Los cristianos somos partícipes de ambos. Cristo debe reinar ahora mismo en nuestros corazones, y reinaremos con él sobre la tierra cuando regrese (Apocalipsis 2:10 y 5:6). Debemos hacer todo para la gloria de Dios.
¡PENSEMOS!
Pablo negó dos acusaciones en el versículo 5, ¿cuáles son? ¿Qué quiere decir la frase, “aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo”? ¿Qué figura usó Pablo para describir su ternura para con los tesalonicenses? ¿Qué hicieron Pablo y sus colegas para no ser gravosos a los creyentes? Describa cuál era la conducta de los misioneros. ¿Qué diferencia hay entre el cuidado “maternal” y el paternal de Pablo?

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